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  • PUEDE QUE HAYAN SIDO SUERTES
  • SERVÍAN PARA ENLAZAR EL REINO CON EL SACERDOCIO
  • DESAPARECIERON EN EL AÑO 607 A. E.C.
  • EL MAYOR SUMO SACERDOTE CONSULTA A JEHOVÁ
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    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2009
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Ayuda para entender la Biblia
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URIM Y TUMIM

La primera mención de estos objetos en las Escrituras se halla en Éxodo 28:30.

Como se registra en Levítico 8:8, Moisés, después de colocar el pectoral sobre Aarón, puso el Urim y el Tumim en el pectoral. Aunque la preposición hebrea que aparece en este pasaje se traduce “en”, se puede verter “sobre”. La misma palabra se utiliza en Éxodo 25:16 al hablar de colocar las dos tablas de piedra en el arca del pacto. (Éxo. 31:18.) Se ha sugerido que el Urim y el Tumim eran las doce piedras fijadas al pectoral. Pero esta idea no tiene fundamento en el texto bíblico, pues en la ceremonia de inauguración sacerdotal se le puso a Aarón el pectoral completo con las doce piedras cosidas sobre él, y luego se puso en el pectoral el Urim y el Tumim. De igual manera, una comparación de los versículos 9, 12 y 30 del capítulo 28 de Éxodo refuta la teoría de que el Urim y el Tumim fuesen las dos piedras de ónice que iban sobre las hombreras del efod del sumo sacerdote. (Éxo. 28:9-14.) Es evidente que se trataba de diferentes objetos.

Es de destacar que el Urim y el Tumim tenían que estar sobre el corazón de Aarón cuando este se encontraba “delante de Jehová”, probablemente refiriéndose a cuando Aarón estaba de pie en el lugar Santo, delante de la cortina que daba al compartimiento Santísimo, para inquirir de Jehová. El que estuviesen situados “sobre el corazón de Aarón” parece indicar que el Urim y el Tumim estaban colocados en el pliegue o bolsa que formaba el pectoral. Estas piedras eran para los “juicios de los hijos de Israel” y se utilizaban cuando se necesitaba una respuesta de Jehová a una pregunta de importancia para los líderes nacionales y, por consiguiente, para la nación misma. Jehová, el Legislador de Israel, daría una respuesta al sumo sacerdote en cuanto al proceder correcto que se había de seguir sobre cualquier asunto.

PUEDE QUE HAYAN SIDO SUERTES

De las ocasiones que se registran en las Escrituras en las que Jehová fue consultado por medio del Urim y el Tumim parece deducirse que la pregunta estaba formulada de tal manera que solo bastaba un “sí” o un “no” como respuesta, o a lo más, una respuesta muy breve y directa. En una ocasión (1 Sam. 28:6) se hace mención únicamente del Urim, aunque debe sobreentenderse que se incluía al Tumim. Varios comentaristas bíblicos creen que el Urim y el Tumim eran suertes. La nota al pie de la página de la traducción Bover Cantera hace el siguiente comentario sobre Éxodo 28:30: “[...] Generalmente créese eran dos piedras distintas de las doce del racional, una de las cuales daría respuesta afirmativa, y la otra, negativa. Dios manifestaba ordinariamente su voluntad por medio de ellas [...]”.

SERVÍAN PARA ENLAZAR EL REINO CON EL SACERDOCIO

En Deuteronomio 33:8-10 se alude al sacerdocio aarónico diciendo: “Tu Tumim y tu Urim pertenecen al hombre que te es leal”. El que se diga que estos pertenecen “al hombre que te es leal [a Jehová]” tal vez aluda a la lealtad de la tribu de Leví —de la cual vino el sacerdocio aarónico— demostrada en el incidente del becerro de oro. (Éxo. 32:25-29.)

Jehová sabiamente proveyó el Urim y el Tumim y los colocó en las manos del sumo sacerdote. Esto hizo que el rey dependiera en gran manera del sacerdocio, evitando una excesiva concentración de poder en manos del rey. Esto hacía necesaria la cooperación entre la gobernación real y el sacerdocio. (Núm. 27:18-21.) Jehová hizo saber su voluntad al pueblo de Israel a través de su Palabra escrita, por medio de sueños y de los profetas. Parece que Jehová se valió de los profetas y los sueños en ocasiones especiales, mientras que el sumo sacerdote con el Urim y el Tumim siempre estaba presente al servicio del pueblo.

DESAPARECIERON EN EL AÑO 607 A. E.C.

Según la tradición judía, el Urim y el Tumim desaparecieron junto con el arca del pacto cuando Jerusalén fue desolada y su templo destruido por los ejércitos babilonios bajo el rey Nabucodonosor en el año 607 a. E. C. Este punto de vista está apoyado por lo que leemos con respecto a estos objetos en los libros de Esdras y Nehemías. Allí se dijo a ciertos hombres que afirmaban ser descendientes de la línea sacerdotal pero que no podían hallar sus nombres en el registro público que no podían comer de las cosas santísimas provistas para el sacerdocio hasta que un sacerdote se levantase con el Urim y el Tumim. La Biblia ya no vuelve a hacer más referencia a estos objetos sagrados. (Esd. 2:61-63; Neh. 7:63-65.)

EL MAYOR SUMO SACERDOTE CONSULTA A JEHOVÁ

En la carta de Pablo a los hebreos se dice que Jesucristo es el gran Rey-Sacerdote a la manera de Melquisedec. (Heb. 6:19, 20; 7:1-3.) En él se combinan la gobernación real y el sacerdocio. Su obra sacerdotal fue prefigurada por la del sumo sacerdote del antiguo Israel. (Heb. 8:3-5; 9:6-12.) 1648 Como tal Sumo Sacerdote, todo juicio de la humanidad está encomendado a sus manos. (Juan 5:22.) No obstante, cuando estuvo en la Tierra, Jesús dijo: “Las cosas que les digo a ustedes no las hablo por mí mismo; sino que el Padre que permanece en unión conmigo está haciendo sus obras” (Juan 14:10) y “no hago nada por mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me ha enseñado”. (Juan 8:28.) También dijo: “Si juzgo, mi juicio es verídico, porque no estoy solo, sino que conmigo está el Padre que me envió”. (Juan 8:16.) Sin duda, en su ensalzada posición celestial, perfeccionado como Sumo Sacerdote para siempre, él continúa en este proceder de sujeción a su Padre, acudiendo a Él por guía en el juicio. (Heb. 7:28; compárese con 1 Corintios 11:3; 15:27, 28.)

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