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  • Una inversión sana
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1950
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1950
w50 15/3 págs. 88-90

Una inversión sana

1. ¿Por qué es más fácil que los pobres de este mundo sean “ricos en buenas obras”?

LA acumulación de las riquezas de este mundo no es lo que trae seguridad. Es la acumulación de buenas obras. Eso es lo que hace que uno sea rico para con Dios, y los “pobres en cuanto al mundo” pueden acumular este tesoro más rápidamente que los ricos si es que son “ricos en fe”. Además, los que son pobres en cuanto a las cosas de este mundo no tienen que dedicar tanto tiempo para cuidar aquello que poseen. El que pone su confianza en el dinero tiene muy poca seguridad, especialmente en estos días. Parece que después de cada guerra el dinero pierde valor. Poco después de la segunda Guerra Mundial la mayor parte del dinero en Europa fué bloqueado en los bancos por orden del gobierno, y la gente no pudo retirar todos sus fondos por muchos años. Hasta los ricos recibieron sólo una cantidad pequeña para usar, y muy recientemente los que eran ricos en libras esterlinas descubrieron de un día a otro que habían perdido miles y miles de dólares, porque el valor de la libra en el mercado extranjero cayó de $4.03 (dólar) a $2.80 (dólar). Muchas otras monedas perdieron mucho de su poder adquisitivo en los mercados mundiales al mismo tiempo. De manera que la acumulación de dinero o de las riquezas inciertas de este mundo es de poco valor. Su valor puede esfumarse de un día al otro si los gobiernos así lo decretan. Cuánto mejor sería que el hombre hiciera trabajar sus bienes para el beneficio de otros mientras que todavía tienen algún valor más bien que retenerlos hasta que acumulen polilla y orín y sean inútiles.

2. ¿Cómo hacen una sana inversión los cristianos ahora?

2 Verdaderamente es una inversión sana hacer que su dinero trabaje a favor de los pobres y mediante este curso acumular tesoros en el cielo. Cristo Jesús predicó la Palabra, y usted puede hacer que sus riquezas le ayuden a usted a predicar la Palabra. El consejo de Cristo a todos sus seguidores fué que salieran a predicar este evangelio del Reino en todo el mundo para testimonio. Esto requiere tiempo, energía y dinero, y los testigos de Jehová por todo el mundo están dando tiempo, energía y fondos, edificando Salones del Reino, alquilando locales y arreglándolos para que sean lugares atractivos para reuniones. Los testigos de Jehová invierten su dinero en Biblias, libros y revistas y los llevan a la gente para que ella, también, pueda estudiar la Palabra de Dios. Ellos invierten su dinero en viajar de lugar a lugar y dan de sus fuerzas para ir hasta los cabos de la tierra si se hace necesario con estas buenas nuevas. Los testigos de Jehová son muy viajeros, y con gusto gastan su dinero para poder acudir a las asambleas de circuito o distrito o a las convenciones nacionales, porque ellos saben que de esta manera llegarán a estar mejor equipados para ser “ricos en buenas obras”. Qué obra tan grande y gloriosa puede desarrollar hoy el cristiano yendo a las naciones del mundo con estas buenas nuevas que traen consuelo a los pobres y teniendo el privilegio de gastar lo que posee en el interés de los que están en cautiverio a este viejo mundo. Al usar uno su tiempo, energía y dinero en el desempeño de esta obra de hecho uno está acumulando tesoros en el cielo. Es algo que ninguna nación, ninguna organización, ningún vecino o ladrón puede entrar y robarle. Usted ha dado las buenas nuevas a los pobres, y ellos han recibido esa bendición. Gastó usted su dinero para ayudarles, pero la bendición que recibe el dador es aun mayor a la del recibidor.

3, 4. ¿Qué cosa verdaderamente es “grande ganancia”? ¿Por qué no la alcanzan algunos?

3 El hacer esta obra significa para el individuo que él estará contento y feliz y que siempre tendrá algo de verdadero valor. La piedad no solamente es asunto de ir a la iglesia los domingos o ir al Salón del Reino de los testigos de Jehová, aunque ésa es la única manera que alguna gente trata de manifestar su piedad. La única manera que la verdadera piedad puede ser de grande ganancia es cuando está combinada con el contentamiento. Su corazón y mente así como su cuerpo tienen que ser usados en predicar la Palabra. Aquellos que van a las sinagogas o a las iglesias de este viejo mundo, y aun al Salón del Reino, si están preocupados debido a sus grandes posesiones como estaba el hombre rico a quien habló Jesús, no tienen el contentamiento que produce grande ganancia. Quizá asistan a la iglesia para lucir o por causa de sus negocios o debido a que eso les da una buena reputación en esa comunidad; pero en vez de tener contentamiento, sólo tienen preocupaciones y problemas.

4 Pablo le dió buen consejo a Timoteo hace muchos años, y, si se sigue, puede cambiar el curso entero de la vida de uno: “Mas en verdad es grande ganancia la piedad, unida con un espíritu contento: porque nada trajimos al mundo, ni tampoco podremos sacar cosa alguna. Teniendo pues con qué alimentarnos y con qué cubrirnos, estemos contentos con esto. Empero los que se resuelven a ser ricos, caen en una tentación y un lazo, y en muchas concupiscencias necias y perniciosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. Porque raíz de toda suerte de males es el amor al dinero; al que aspirando algunos, se han desviado de la fe, y a sí mismos se han traspasado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:6-10) Individuos pueden acumular grandes ganancias materiales, prominencia, popularidad, posición, dinero e influencia. Pueden ganar todas estas cosas por su propio esfuerzo o mediante la herencia, pero la cosa importante que deben recordar es que la piedad unida al contentamiento es grande ganancia. Cuando entraron al mundo no trajeron nada consigo, y cuando salen de él no pueden llevarse cosa alguna. Entonces ¿por qué estar acongojado el resto de su vida porque tiene usted grandes posesiones? Tome el consejo del Maestro: ‘¡Da a los pobres; acumula tesoros en el cielo, y ven, sígueme!’ (Mat. 19:16-22) ¿No es mejor estar contento en la casa del Señor que estar descontento en la organización del Diablo?

PROVISIÓN DIVINA PARA LOS TRABAJADORES

5. ¿Cómo ilustró Jesús que no debemos preocuparnos por el futuro?

5 Aquel hombre rico de quien habló Jesús y que dijo que comería, bebería y se daría buena vida, ya que tenía grandes bienes y que había acumulado para sí grandes provisiones, no tenía contentamiento. Trataba de hallarlo, pero sus bienes lo condujeron a “una tentación y un lazo, y en muchas concupiscencias necias y perniciosas”. Él quería vivir sólo para sí. Jesús, hablándole a sus discípulos, dijo, “Por esto os digo: No os preocupéis de vuestra vida por lo que comeréis, ni de vuestro cuerpo por lo que vestiréis, porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido. Mirad a los cuervos, que ni hacen sementera ni cosecha, que no tienen ni despensa ni granero, y Dios los alimenta; ¿cuánto más valéis vosotros que un ave?” (Luc. 12:22-24, Nácar-Colunga) Es cuestión de tener fe en Jehová Dios y de creer que cuando él colocó al hombre sobre la tierra había abundantes provisiones para todos si se hacía el esfuerzo por usarlas. Primeramente, sin embargo, viene nuestra adoración de Jehová, el Dador de todas las cosas buenas.

6. ¿De qué manera ilustraron esto también el salmista y Job?

6 Tanto Job como el salmista reconocieron que Dios se encarga de las bestias del campo y de las aves del cielo y que hace provisión para ellas. Seguramente las criaturas humanas valen más que éstas, y especialmente las que han entrado en relación de pacto con Jehová Dios para hacer Su voluntad. Job 38:41 pregunta, “¿Quién prepara para el cuervo su alimento, cuando sus hijuelos claman a Dios por auxilio, y andan errantes por falta de comida?” También, “¡Cantad a Jehová con acciones de gracias! ¡tañed salmos con el arpa a nuestro Dios! que cubre los cielos de nubes; que prepara la lluvia para la tierra; que hace crecer la hierba sobre las montañas; que da al ganado su alimento, y a los hijos del cuervo que claman a él.” (Sal. 147:7-9) ¿No se le asegura al hombre las cosas que necesita? ¿Por qué, pues, preocuparse acerca de la vida y sus muchos problemas? ¡Busque primeramente el Reino!

7. ¿Qué es menester hacer para obtener lo que Dios provee?

7 ¿No juntan nueces las ardillas y las almacenan en hoyos que cavan en la tierra o las esconden en los troncos de los árboles? ¿No hacen provisión para sí los castores y no almacenan miel las abejas en sus colmenas para el invierno? El asunto es éste: se hace provisión para todos los animales para que puedan juntar las cosas necesarias para su vida. Ellos trabajan para juntar lo que Dios provee. El hombre puede hacer igual. Todo lo que se requiere es que el hombre use las cosas que Dios provee. El hombre no debe ser más flojo que las aves del cielo, que los peces del mar o que los animales de la tierra. Como buen consejo para el flojo, el sabio dijo, ‘Considere a la hormiga, oh perezoso.’ Sí, es menester trabajar, pero para vivir no tenemos que convertirnos en esclavos al comercio ni a este mundo viejo.

8. ¿Por qué es insensatez acaparar grandes riquezas para un día futuro?

8 Es cosa natural que el hombre desee vivir, y su deseo es continuar su existencia todo lo posible aun en este tiempo presente de opresión y angustia; pero el acaparamiento de las riquezas terrenales no es la cosa que garantizará la vida así como no lo hizo para el hombre rico que almacenó todos sus bienes en sus graneros para luego morirse esa noche. Porque, según dice el relato, “esta misma noche han de exigir de ti la entrega de tu alma: ¿de quién será cuanto has almacenado?” (Luc. 12:20, Torres Amat) Luego Jesús en su discusión con sus discípulos dijo, “Y ¿quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a lo largo de su vida?” (Luc. 12:25) Si el cuerpo del individuo se desgasta y es tiempo para que ese cuerpo regrese al polvo, no hay gran cosa que uno pueda hacer para arreglar ese organismo. Si el corazón está agotado y el sistema nervioso está gastado o los músculos se atiesan y se endurecen, no hay gran cosa que uno pueda hacer para añadir otro paso a la vida; ha llegado al término de su camino. De modo que Jesús arguye, “Pues si ni siquiera una cosa tan mínima así podéis hacer, ¿por qué os afanáis respecto de lo demás?” (Luc. 12:26) En otras palabras, si no podemos extender nuestra vida un poco, ni siquiera un codo, entonces ¿por qué debemos estar ansiosos y preocupados por almacenar muchos bienes, alimentos, ropa, y por tener muchas casas y propiedades? ¿Por qué debemos estar ansiosos de almacenar en graneros las cosas que hemos juntado durante el pasado año y luego decir: “De aquí en adelante comeré, beberé y gozaré de la buena vida”? ¡Cuánto mejor sería dar lo que tenemos a los pobres y acumular para nosotros mismos tesoros en el cielo!

9. ¿Qué tesoro tenemos? ¿Cómo acumulamos tesoro en el cielo?

9 ¿Qué tesoro tenemos? Los que han llegado a un conocimiento de la Palabra de Dios tienen la verdad. Han llegado a conocer quién es Jehová Dios, el Supremo del universo; cómo Él proveyó a su Hijo Cristo Jesús para redimir mediante él a la humanidad para que ésta pueda conseguir la vida eterna; cómo Cristo Jesús ya ha venido y tomado para sí su poder y ha comenzado a reinar y que el reino por el cual hemos orado se ha establecido. Estas cosas las conocemos; estas cosas los cristianos poseen en cuanto a conocimiento debido a su estudio de la Palabra de Dios, y ellos pueden dar este buen mensaje a los pobres que ahora gimen y lloran por causa de las abominaciones que han venido sobre ellos en este mundo. Los verdaderos cristianos dedicarán las cosas que tienen en este mundo, sean pocas o muchas, para traer este mensaje a los pobres y para consolar a los que gimen. Se acuerdan que la vida del individuo no depende de las cosas que él posee, sino que su existencia eterna depende del tesoro que acumula en el cielo. Consistentemente añaden a su tesoro celestial por medio de predicar las buenas nuevas del Reino.

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