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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1951
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1951
w51 1/4 págs. 195-201

Por qué los testigos de Jehová no son pacifistas

“Jehová es Varón de guerra; Jehová es su nombre!”—Éxo. 15:3

1. ¿A qué pregunta acerca de los testigos de Jehová buscamos aquí la respuesta?

“TESTIGOS de Jehová! ¡No son más que pacifistas!” Así exclamará mucha gente con desprecio. Y así se le ha hecho pensar debido a las acusaciones lanzadas contra éstos por sus enemigos. Pero ¿son pacifistas los testigos, y buscan refugio bajo el abrigo de “objeción por causa de la conciencia” debido a que tienen miedo de pelear? Busquemos aquí honradamente la respuesta justa y equitativa a esta pregunta tan calurosa. ¿Qué dicen ellos por su propia cuenta?

2. ¿Qué declaración hicieron tocante a esto en el estadio Yanqui? ¿Por qué?

2 En la asamblea internacional de los testigos de Jehová celebrada en 1950 en el estadio Yanqui, ciudad de Nueva York, 10,000 delegados extranjeros se hallaron presentes de más de sesenta otros países. Se había sometido a la mayor parte de éstos a una parcialidad religiosa, a embarazos, injusticias e inconveniencias debido a que se les obligó absolverse de la falsa acusación de “pacifismo extremado”. Una reunión de indignación fué celebrada el viernes por la tarde, 4 de agosto, en la asamblea, en la cual los 70,000 delegados estadounidenses en presencia de estos hermanos extranjeros aprobaron unánimemente un “Pesar y Protesta”, y al fin de la sesión de esa tarde se distribuyeron un millón de ejemplares del mismo. Este papel de 4 páginas vigorosamente llamó la atención a la “Parcialidad debido a la falsa acusación de pacifismo” y dijo: “El tildarnos de pacifistas extremados no tiene fundamento y es una mentira deliberada para provocar prejuicio contra nosotros y contra esta asamblea internacional. Han obrado como profetizaron las Escrituras, ‘han hecho agravio bajo forma de ley.’—Salmo 94:20. El pacifismo extremado no es nuestra predicación. Nosotros no somos pacifistas. . . . El acusar que somos pacifistas extremados es una mentira.”

3. ¿Cómo se define pacifismo? ¿Puede acusarse de esto a los testigos?

3 Según se define por el Nuevo Diccionario Internacional de Webster (2ª edición, sin abreviar, de 1943 [en inglés]) pacifismo significa: “Oposición a la guerra o al uso de fuerza militar para cualquier propósito; especialmente, una actitud de la mente que se opone a toda guerra, dando énfasis a los defectos del entrenamiento militar y al costo de la guerra, y abogando por el ajuste de las disputas internacionales enteramente por medio del arbitraje.” No se puede acusar ni siquiera a la misma Biblia de enseñar dicho pacifismo, ni tampoco a los testigos de Jehová, los cuales se apegan escrupulosamente a la Biblia.

4. ¿Desde cuándo data su historia? ¿Manifiesta que sean acusables de pacifismo?

4 Cuando la gente expresa un juicio acerca de los testigos de Jehová se inclina a pensar de ellos como un cuerpo religioso contando con menos de un siglo de edad. Es verdad que este nombre singular se hizo prominente en 1931, cuando, por aclamación pública, estos fieles cristianos en todo el mundo adoptaron resoluciones rechazando los nombres desdeñosos que los enemigos les habían dado y aceptaron el nombre bíblico de los “testigos de Jehová”. Pero su historia cuenta con mucho más de un siglo. Ya en el siglo octavo antes de Cristo la profecía declaraba al pueblo escogido de Dios: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi Siervo, a quien he escogido; . . . Yo lo he prenunciado, y yo he salvado; y yo os lo hice saber, y no había dios extraño entre vosotros: ¡vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, y yo soy Dios!” (Isa. 43:10-12) En realidad, la historia de los testigos de Jehová se extiende hasta Abel, el hijo de Adán, a quien su hermano Caín mató porque Abel había recibido un testimonio favorable de Jehová Dios. El apóstol Pablo, en los capítulos 11 y 12 de su carta a los hebreos, manifiesta ese hecho. En toda esa historia de casi seis mil años el registro de ninguna manera manifiesta que los testigos de Jehová sean acusables de “oposición a la guerra o al uso de fuerza militar para cualquier propósito”, siendo ésta la definición del pacifismo.

5. ¿Cómo manifiesta Pablo que eran peleadores? ¿Quién les dió la victoria?

5 Podríamos repasar la lista de los testigos de Jehová desde Abrahán en adelante para manifestar que no son pacifistas. El apóstol Pablo nos dice como Abrahán recibió la bendición del rey Melquisedec “al volver éste del destrozo de los reyes”. (Heb. 7:1-4; Gén. 14:14- 21) Nos dice de Moisés quien guió a los israelitas a las fronteras de la Tierra Prometida. Luego menciona un punto sobresaliente de la guerra de Josué para purgar a la Tierra Prometida de los habitantes paganos inmorales, y añade: “¿Y qué más diré? Porque el tiempo me faltará si procedo a relatar acerca de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David y también de Samuel y los otros profetas, los cuales por medio de la fe derrotaron a reinos en conflictos, efectuaron la justicia, obtuvieron promesas, cerraron las bocas de leones, pararon el poder del fuego, escaparon del filo de la espada, de un estado débil fueron hechos poderosos, se hicieron valerosos en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros.” (Heb. 11:30-34, NM) Cada uno de los mencionados allí por Pablo era un peleador. Jehová les dió la victoria. Solamente porque Jerusalén se hizo infiel a Dios después de ser amonestada repetidas veces por los testigos de él fueron entregados los judíos a los ejércitos babilónicos por Jehová, rehusando él pelear por ellos. Él les había amonestado de antemano del castigo por la desobediencia, y por eso él permitió que les aconteciera eso en vindicación de su palabra.—Deu. 28:36-67.

NEHEMÍAS, MARDOQUEO Y ESTER ERAN PELEADORES

6. ¿Pelearon los judíos desterrados en los ejércitos de Babilonia o no? ¿Por qué?

6 Por setenta años los judíos o israelitas estuvieron desterrados en provincias babilónicas. ¿Ingresaron en los ejércitos de Babilonia y pelearon por su dominación del mundo? No; aunque algunos judíos, tales como Daniel y sus tres compañeros hebreos, fueron tomados para el servicio gubernamental a pesar de su adoración concienzuda de Jehová Dios. Aunque eran siervos gubernamentales de alta categoría, con todo, ellos rehusaron violar su conciencia y ceder al decreto del emperador Nabucodonosor para así cometer idolatría, saludando a la imagen del estado político, la imagen de oro que el gobernante dictatorial había levantado para la adoración unida de todos los elementos de su imperio. (Dan. 3:1-30) Cuando Babilonia fué derrocada, los cautivos israelitas no estaban inmiscuídos en los ejércitos de Babilonia peleando para que no fuera derrocada. Ellos sabían que la profecía de Jehová había predicho su derrocamiento, y por eso ¿por qué pelear en contra del cumplimiento de la profecía, y además de eso a favor de un poder mundial que era opresivo?

7. ¿Cómo obró Daniel tocante a la intervención del estado en la adoración de Dios?

7 Bajo el nuevo dominio de los medos y persas el anciano Daniel fué tomado para el servicio gubernamental der rey Darío el medo. Llegó a ser el presidente principal de todos los sátrapas del rey. Cuando los enemigos envidiosos no pudieron hallar causa contra Daniel aparte de su fiel obediencia a la ley de su Dios Jehová, entonces ellos hicieron un agravio contra él bajo forma de ley. Aunque estaba en peligro de ser echado al foso de los leones, y su puesto gubernamental estaba de por medio, Daniel rehusó violar su conciencia. No cedió a la ley imperial que prohibía la oración a Jehová y que requería que todos dependieran del estado político por todo. Daniel le rindió al emperador únicamente lo que le pertenecía, pero a Dios la adoración y obediencia que le pertenecían a él. Dios cerró las bocas de los leones, pero los que astutamente hicieron el agravio contra Daniel en forma de ley fueron echados a los leones.—Dan. 6 :1-28.

8, 9. Después de ser restaurados del destierro en Babilonia ¿se hicieron. pacifistas los judíos? ¿Cómo esparce luz sobre esta pregunta Nehemías?

8 Ciro el persa sucedió a Darío como gobernante. En su primer año se permitió que los cautivos judíos regresaran al sitio de Jerusalén y reedificaran el templo de Jehová. Ellos no tuvieron que pelear por su liberación usando armas militares, sino que el Todopoderoso Dios los restauró por causa de su nombre y porque se arrepintieron y se dedicaron a su adoración. Pero aun después de esta restauración a su tierra natal los judíos no se hicieron pacifistas.

9 Este hecho es notable en el caso de Nehemías. Él era un judío que estaba en el servicio gubernamental como copero y consultante estrecho del rey persa Artajerjes. Fué hecho gobernador de la provincia judía en Palestina y fué enviado para edificar muros buenos para la ciudad restaurada de Jerusalén. Los enemigos paganos acusaron a Nehemías de tratar de separarse del imperio. “Y se conjuraron todos ellos juntos para venir a pelear contra Jerusalem, y causarle fracaso.” ¿Qué acción tomó Nehemías? Él no se olvidó de Dios, porque sabía que “si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia”. (Sal. 127:1) De modo que el registro nos informa: “Entonces nosotros oramos a nuestro Dios; y pusimos una guarda contra ellos de día y de noche, por temor de ellos. . . . Y mirando a todas partes, me puse en pie, y dije a los nobles, y a los magistrados, y al resto del pueblo: ¡No temáis a causa de ellos! ¡Acordaos del Señor, el grande y el terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y vuestras hijas, por vuestras mujeres y vuestras casas!” Desde entonces en adelante los edificadores llevaron a cabo la construcción de los muros armados con lanzas, escudos, arcos, lorigas, y con sus espadas ceñidas a sus lados. De esta manera se frustró la conspiración. (Neh. 4:8-23) La causa de Dios estaba implicada y también la libertad de su pueblo para adorarle libremente. Esa fué la razón por la cual esos israelitas habían decidido pelear. Ellos no pelearon por la gloria y el poder del imperio persa. Ellos pelearon por sus hermanos que pertenecían a la organización de Dios y que lo adoraban a él.

10, 11. ¿Cómo se manifestó esto también en el caso de Mardoqueo y Ester?

10 También en otras provincias del imperio persa no había pacifismo de parte de los judíos. Más de sesenta años después de la restauración del resto judío a Jerusalén los judíos en todo el imperio fueron acusados por un enemigo religioso que ocupaba un puesto gubernamental muy alto. Eran diferentes a todos los otros pueblos; además de la ley del imperio ellos tenían las leyes de Jehová para gobernar su adoración de Dios. De modo que el inicuo enemigo Hamán dijo: “[Sus] leyes son diversas de las de todo otro pueblo, y ellos no cumplen las leyes del rey; de modo que al rey no le conviene sufrirlos.” Y él pidió y tuvo éxito en hacer que se aprobara una ley para que fueran destruídos antes de que llegara otra pascua.—Ester 3:8-15.

11 Siguiendo el consejo de Mardoqueo el judío, la reina Ester llevó un pleito legal hasta el personaje judicial más alto del imperio, el mismo rey Asuero. Poniendo en peligro su propia vida ella pidió socorro para su pueblo, al mismo tiempo exponiendo los designios maliciosos del enemigo Hamán. Este perseguidor inicuo fué colgado en la horca que él había hecho para Mardoqueo, y Mardoqueo fué avanzado a un puesto más alto en el gobierno persa. Con la autoridad del emperador él escribió una ley en los estatutos del gobierno, haciendo provisión para que cuando llegara el día fijado para el asalto contra ellos por sus enemigos, los judíos “se juntasen y se pusiesen sobre la defensa de sus vidas, destruyendo, matando y exterminando toda la fuerza armada del pueblo y provincia que les acometiese, inclusos los niños y las mujeres”. ¿Rehusaron los judíos pacifistamente obrar de acuerdo con esta ley para su defensa propia mediante el uso de las armas? ¡No! Los días 13 y 14 de su último mes adar, ellos pelearon valerosamente para defender su propia vida y la de sus hermanos. Jehová Dios estuvo con ellos en esto y les concedió la victoria cumpliendo de este modo su propio mandamiento profético de exterminar a los amalecitas hasta el último hombre. Él usó a los judíos, sus testigos, como sus ejecutores.—Ester 8:10 a 9:16; Éxo. 17:13-16.

NINGÚN CAMBIO A PACIFISMO AL FIN DEL MUNDO

12. ¿Por qué no siguen esa tradición de combates militares los testigos de este día, ya que ellos dicen que no son pacifistas?

12 Muchos de nuestros lectores o funcionarios públicos quizás pregunten: Si los testigos de Jehová de este día están unidos como eslabones en una cadena ininterrumpida con aquellos testigos de tiempos antiguos que tienen dicha historia, ¿por qué no siguen esa tradición en lo que toca a combates militares? ¿Por qué no se encuentran ellos en las filas de los ejércitos de la cristiandad? ¿Por qué buscan ellos la exención del servicio militar? ¿Por qué van hasta el grado de rehusar entrar a los campos de Servicio Público que se mantienen para o por los pacifistas y los que hacen objeción por escrúpulos de conciencia, o rehusan tomar alguna parte en los esfuerzos defensivos o bélicos? Pregúnteles por qué a los testigos de Jehová, y ellos le dirán que no se debe a que ellos hayan cambiado a pacifistas. Es porque ellos tienen una objeción concienzuda en cuanto a tomar parte en dichos esfuerzos bélicos o defensivos de la cristiandad y del resto del mundo, basándose su objeción en la Palabra de Dios, la Biblia. Pero, preguntará usted, ¿cómo pueden ellos rehusar basados en su conciencia y al mismo tiempo no ser pacifistas? Ellos no se oponen a la guerra entre las naciones, y ellos no estorban los esfuerzos bélicos de las naciones ni se oponen a cualquier persona que concienzudamente pueda unirse en tales esfuerzos. Ellos pelean únicamente cuando Dios les manda hacerlo, porque entonces es guerra teocrática.

13. Si pretendiéramos ser pacifistas, ¿qué tuviéramos que hacer consistentemente para con los testigos precristianos? ¿Por qué no podemos hacer esto?

13 Si los testigos de Jehová en este día pretendieran ser pacifistas, significaría que estarían denunciando a todos los testigos de Jehová precristianos que recurrieron a las armas para apoyar la soberanía universal de Jehová y su nación teocrática de Israel. Pero no podemos hacer esta denunciación. Jesucristo no la hizo, y él es el testigo más grande de Jehová, el cual ha ganado para sí el título de “El testigo fiel y verdadero”. (Apo. 3:14) Jehová mismo no es un pacifista. Tampoco lo son sus testigos, aunque sí hacen objeción debido a su conciencia. Jesús no era pacifista, aunque el registro no indica que él jamás haya tomado armas carnales en defensa propia. ¡Ajá!, dirá usted, pero ¿que no hizo Jesús un azote de cuerdas para echar a los vendedores comerciales fuera del templo en Jerusalén? Sí, pero el registro no indica que él usó ese azote en los hombres que estaban vendiendo sino que lo usó en sus ovejas y ganado que ellos habían traído a ese lugar sagrado, para “hacer la casa de mi Padre una casa de mercancías”—Juan 2:13-16, NM.

14. Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que vendieran su vestido para conseguir una espada, ¿dió a entender que debemos tomar la espada? ¿Qué se mostró por su manera de proceder?

14 Otra vez se opone usted, ¿No es verdad que Jesús, después de establecer el Memorial con sus discípulos, les dijo antes de salir a Getsemaní, “El que no tiene espada venda su ropa exterior y compre una”? Y cuando sus discípulos dijeron, “Maestro, ¡mire! aquí hay dos espadas,” él les dijo, “Basta.” (Luc. 22:36-38, NM) Sí; pero por este medio Jesús les indicó a ellos que él sería tomado por una banda armada, bajo circunstancias que podían provocar una resistencia armada. Los hechos que se desarrollaron manifestaron que Jesús no recurrió a la espada cuando llegó su arresto ilegal. ¿Por qué, pues, sugirió que consiguieran una espada y que por lo menos una espada fuera llevada a Getsemaní? Lo hizo para manifestar que él escogió no recurrir a la resistencia armada sino que se entregaría voluntariamente en armonía con la voluntad de su Padre. Pedro trató de ofrecer resistencia armada, usó la espada y le quitó a un hombre una oreja. Entonces Jesús le dijo a Pedro: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos aquellos que toman la espada perecerán por la espada. O ¿crees tú que no puedo apelar a mi Padre para que me suministre en este momento más de doce legiones de ángeles? En ese caso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que tiene que acontecer de este modo?” (Mat. 26:52-54, NM) De acuerdo con el informe de Juan, Jesús añadió: “La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?” (Juan 18:11, NM) Así vemos por qué obró Jesús de una manera que a algunos les parece ser pacifismo. Él, empero, no iría ante el tribunal de su Padre o ante los tribunales de la tierra acusado de resistencia armada. Él no se expuso al peligro de ser matado en una resistencia armada; él tenía que morir voluntariamente, como sacrificio, como un cordero que es conducido al matadero.

CONSISTENTE CON LA PROFECÍA Y SU MENSAJE

15. Tomando en cuenta la profecía de·Jesús, ¿por·qué no podríamos ser pacifistas?

15 Los testigos de Jehová imitan a Jesús y obedecen sus instrucciones. Por esa razón no han ingresado en los ejércitos mundiales ni han tomado parte alguna en los esfuerzos bélicos de las naciones. Esto no quiere decir que son pacifistas que están opuestos a la guerra y que la resisten y que estorban a los gobiernos mundiales en la prosecución de guerras de agresión o de defensa. Ellos no pueden ser resistidores de la guerra, porque se someten al cumplimiento de las palabras de Jesús concernientes a la consumación de este sistema de cosas. Cuando sus discípulos le preguntaron, “Díganos, ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de su presencia y de la consumación del sistema de cosas?”, él les dijo: “Van a oír de guerras e informes de guerras; tengan cuidado de no atemorizarse. Porque estas cosas tienen que acontecer, pero el fin consumado todavía no es. Porque nación se levantará contra nación y reino contra reino, y habrá escasez de comida y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son el principio de dolores de angustia.” (Mat. 24:3, 6-8, NM) Por esto ¿cómo podrían los testigos cristianos de Jehová oponerse a las guerras mundiales o tratar de impedirlas siendo que Jesús profetizó que ciertamente tendrían que pelearse? Jesús no les dijo que ellos participarían en los pleitos. Ellos nada más oirían las guerras que se pelearan al alcance de sus oídos u oirían los informes acerca de las guerras que se pelearan en otros lugares.

16-18. (a) Si fueran pacifistas, ¿a qué acción cercana de Jehová tendrían que oponerse? (b) ¿Qué proclamación no pacifista hace él que ellos hagan?

16 Si los testigos de Jehová hoy fueran pacifistas, entonces, para ser consistentes, ellos tendrían que oponerse a la guerra de Jehová contra el mundo entero del Diablo en el frente de batalla del Armagedón. Ellos han visto a las naciones de este mundo asaltar a la organización visible del pueblo de Dios, mencionada proféticamente como “Jerusalem”, durante la guerra mundial de 1914-1918, según se predijo por Zacarías. Ahora esperan que el resto de su profecía se cumpla en breve, a saber: “Entonces saldrá Jehová, y peleará contra aquellas naciones, como cuando peleó en el día de la batalla. . . . Vendrá Jehová mi Dios, y todos los santos ángeles con él. . . . Y Jehová será Rey sobre toda la tierra: en aquel día Jehová será uno solo, y su Nombre uno solo.” (Zac. 14:1-3, 5-9) Habrá una grande matanza en ese entonces, prefigurada por la matanza de los enemigos unidos que estaban marchando al ataque contra Jerusalén en los días del rey Josafat. Por eso él llama ese campo de matanza el “Valle de Josafat” e invita a todas las naciones de este mundo a bajar a él. (2 Cró. 20:1-25) Él da el mandamiento:

17 “Proclamad pues esto entre las naciones: ¡Declarad guerra; animad a los valientes! ¡acérquense y suban todos los hombres de guerra! ¡Forjad vuestras rejas de arado en espadas, y vuestras hoces en lanzas! diga aun el débil: ¡Yo soy valiente! ¡Apresuraos a venir, congregadas en una, todas las naciones de en derredor! ¡Allí conduce a tus valientes, oh Jehová! ¡Despiértense y suban las naciones al Valle de Josafat! porque allí me sentaré yo para juzgar a todas las naciones, puestas a la redonda. ¡Meted la hoz, porque la mies está ya madura! ¡Venid, pisad, porque lleno está el lagar; rebosan las tinas; porque grande es la iniquidad de ellos! ¡Multitudes, multitudes, en el Valle de Decisión! porque cercano está el día de Jehová en el Valle de Decisión. El sol y la luna se entenebrecen, y las estrellas retraen su resplandor. Jehová también rugirá desde Sión, y desde Jerusalem hará resonar su voz; y se estremecerán los cielos y la tierra: pero Jehová será refugio para su pueblo.”—Joel 3:9-16.

18 Los testigos de Jehová de este día son aquellos a quienes se les ha mandado hacer esta proclamación a las naciones, y lo están haciendo. Entonces ¿cómo podrían hacer esto y al mismo tiempo ser pacifistas?

19. ¿Cómo ha probado Jesús desde 1914 que no es pacifista?

19 Debido a sus acciones desde 1914 d. de J.C. nunca se le pudiera acusar a Jesucristo de ser un pacifista. ¿Por qué no? Porque desde esa fecha Satanás el Diablo y sus demonios han sido arrojados fuera del cielo y él ha bajado a nuestra tierra con grande enojo, sabiendo que ahora tiene muy corto tiempo. Los ayes desmedidos que hoy afligen a la tierra y al mar, junto con todos los otros cumplimientos de la profecía, prueban este hecho. ¿Cómo fué arrojado Satanás acá abajo? El Apocalipsis 12:1-12 contesta que después del nacimiento del reino de Dios y el entronamiento de su Hijo Jesucristo “estalló guerra en el cielo”. No un pacifista, sino este Rey Jesucristo es quien luchó contra Satanás y sus demonios y los arrojó al estrado de sus pies, la tierra. Ahora el degradado Satanás está usando a sus demonios para arrear a todas las naciones al Armagedón para la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. (Apo. 16:14-16, NM) Pero ¿quiénes son los “valientes” que Jehová hace descender al “Valle de Decisión” para dirimir para siempre la cuestión suprema de la dominación mundial? Son el “Cordero de Dios” y los ángeles que pelearon bajo él en la “guerra en el cielo” contra Satanás. Sobre la tierra Éste que se asemejó a un cordero parecía ser un pacifista, pero él ahora es el “León de la tribu de Judá”. (Apo. 5:5, 6) A este guerrero denodado el Salmo 110:4-6 (NC) dice: “Yavéa estará a tu diestra, quebrantando reyes el día de su ira. Juzgará a las naciones, llenando la región de cadáveres; aplastará cabezas en vasto campo.” Lea la descripción gráfica de este guerrero real de Jehová Dios, en el Apocalipsis 19:11-16. Que todas las naciones militarizadas sepan que todas ellas encontrarán una derrota duradera en esa guerra universal del Armagedón y que la carrera de armamentos por fin será parada para todo tiempo.

20. ¿Después de qué vendrá la paz garantizada? ¿Qué harán los sobrevivientes?

20 Después del Armagedón los que hayan sobrevivido de parte del vencedor, el lado de Jehová, gozarán de una paz perfectamente garantizada. Entonces ellos “forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra”.—Isa. 2:4.

[Notas]

a Uno de los 134 lugares donde los soferim hebreos cambiaron la palabra Jehová en el texto hebreo a Adonaí, queriendo decir “El Señor”. Véase Salmos de la Conf. Cat. (en inglés).

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