Testimonio intrépido recompensado
● Traté de obtener escuelas y otros lugares disponibles para nuestra serie de reuniones públicas, pero después de explicar la naturaleza de nuestra obra fui rechazado en todos los lugares. Como último recurso visité al juez local y pedí permiso para usar la sala del tribunal para nuestros discursos públicos. Después de una discusión animada concerniente a la naturaleza de nuestra obra el juez dijo: “¿No tiene usted relación con esa secta cuyos miembros rehusan luchar por su país y cuyos hijos rehusan saludar la bandera? ¿Y tiene usted el descaro de venir y pedir mi sala para celebrar reuniones para instruir a la gente en tales cosas?” Francamente llamé su atención al mensaje del Señor y a la división de la gente, leí unas cuantas porciones del folleto Dios y el Estado concernientes a la posición que los testigos de Jehová han tomado, y luego mencioné que los testigos de Jehová son ciudadanos observantes de la ley que tienen el mayor respeto por las leyes de los Estados Unidos y por los principios representados por la bandera. Después de un breve silencio el juez exclamó: “Parece que usted es muy sincero en sus convicciones, por lo tanto no haré una decisión precipitada concerniente a su solicitud. Escriba una carta declarando la razón por la que desea usar la sala y la consideraré con la autoridad del condado.” Se escribió y se envió la carta. ¿El resultado? Conseguimos la sala; concurrencia a la primera reunión, 53; a la segunda reunión, 75.—C. J., Virginia.