¿Por qué el esfuerzo por retener la integridad?
“Más vale un pobre que anda en su integridad, que el rico que es de labios falaces y es un insensato.” “¡Que se me pese en balanzas justas, y conozca Dios mi integridad!”—Pro. 19:1; Job 31:6.
1-3. (a) ¿Quién fué el primero que quebrantó su integridad, y cómo se describe esto en la Biblia? (b) ¿Cómo procedió Satanás con sus planes nefarios, y qué ha sido el resultado para la raza humana?
LAS condiciones peligrosas y la falta de integridad que ahora prevalecen en todo el mundo no son cosas accidentales. Son parte de una campaña planeada para arruinar la raza humana. ¿Campaña de quién? usted pregunta. Tenemos que retroceder muchos años en la historia para encontrar la respuesta. Desde el pasado leemos una profecía acerca de lo que pasará con el primero que quebrantó su integridad. La Biblia contiene el relato. El registro se encuentra en Ezequiel 28:13-18:
2 “En el Edén, jardín de Dios, estabas; . . . Eras el querubín ungido que cubrías con tus alas; yo te constituí para esto; en el santo monte de Dios estabas; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que la iniquidad fué hallada en ti. A causa de la abundancia de tu tráfico, llenaron tus calles de violencia, y tú has pecado; por tanto yo te degrado, echándote del monte de Dios; y te destruyo, ¡oh querubín que cubres con tus alas! y te echo de en medio de las piedras de fuego. Se te ha engreído el corazón a causa de tu hermosura; has corrompido tu sabiduría con motivo de tu esplendor: por eso, te echo a tierra; te pongo delante de reyes, para que te miren. Por la multitud de tus crímenes, en la iniquidad de tu tráfico, has profanado tus santuarios; por tanto saco fuego de en medio de ti, que te consuma, y te torno en ceniza.”
3 Estas palabras se dirigieron al rey de Tiro pero son proféticas cuando se aplican al que ahora conocemos como Satanás el Diablo. Él originalmente fué el querubín cubridor en el jardín del Edén. Dios le dió un puesto sagrado de confianza. Lo estableció con autoridad sobre el hombre para que pudiera velar por las necesidades de la humanidad y proveer las cosas que ésta necesitara. El querubín cubridor, sin embargo, no retuvo su integridad en este puesto sagrado de confianza. Pensó demasiado en sí mismo, como lo manifiestan las Escrituras. Se halló en él la iniquidad. Pensó que él debería recibir la adoración que estaba recibiendo el Dios Todopoderoso, Jehová, el Creador. De modo que se rebeló y empezó a practicar la iniquidad, tratando de apartar de Dios a todas las criaturas y tornarlas hacia él mismo. Tuvo éxito en hacer que la humanidad desobedeciera. Adán y Eva fueron los primeros humanos. También fueron los primeros sobre la tierra que quebrantaron su integridad hacia Dios. Desde ese punto en adelante toda criatura humana que ha vivido se ha enfrentado con el desafío en cuanto a que si puede o no retener su integridad hacia Dios.—Génesis 3.
4. (a) ¿Qué es el gran punto en cuestión que ahora confronta a todo el universo? (b) ¿Qué era la posición de Satanás después que quebrantó su integridad hacia Dios?
4 Satanás es un poder maligno que se ha soltado en la tierra y en los cielos y por su acción maligna hizo surgir un punto en cuestión, y ese punto es: ¿Quién es supremo? Él está tratando de probar su idea de que puede hacer que todas las criaturas sobre la tierra le adoren a él, y que Dios no puede tener a criaturas sobre la tierra que sean fieles a él, que le sirvan a él, aun bajo una prueba. El punto en cuestión es: ¿Puede Jehová llevar a cabo su propósito original de poblar la tierra con criaturas justas? De modo que el gran punto en cuestión ha llegado a ser uno de integridad. Aunque Satanás fué desapoderado por Dios, aunque fué quitado de su puesto como el querubín cubridor, echado fuera legalmente, con todo no fué desterrado para que no estuviera presente en este mundo. Dios fijó un tiempo; permitió tiempo para que el Diablo tratara de probar su inicuo desafío. Y por esto desde ese tiempo Satanás ha ejercido influencia sobre los humanos y sobre el desarrollo de su civilización.
5. ¿Cómo manifiesta la Biblia que Satanás se interesa en los hombres y gobiernos de la tierra y que trata de apartar a todos los hombres lejos de Dios?
5 Hallamos la llave para el entendimiento de esto en la Biblia en el libro de Job. En Job 1:6-12 (Mo) leemos: “Un día los ángeles vinieron a presentarse delante del Eterno [Jehová, Moderna] y entre ellos el Adversario [Satanás, Moderna]. ‘¿Dónde has estado?’ dijo el Eterno al Adversario; y el Adversario respondió, ‘Vagando aquí y allí, recorriendo la tierra.’ Entonces el Eterno dijo al Adversario: ‘¿Has notado que no hay ninguno como mi siervo [Job] en la tierra, un hombre inculpable y recto, que da reverencia a Dios y se aparta del mal?’ El Adversario respondió: ‘¿Pero es por nada que [Job] da reverencia a Dios? ¿No le has cercado en seguridad, su casa y todo lo que él tiene? Lo has prosperado en sus negocios, y sus rebaños abundan en la tierra. ¡Sólo extiende tu mano, toca todo cuanto posee, y verás como te maldice en tu propia cara!’ Dijo entonces el Eterno al Adversario, ‘¡He aquí! Todo lo que él tiene lo dejo en tu poder; pero no pongas mano sobre el hombre mismo.’ Con lo cual se apartó el Adversario de la presencia del Eterno.” Este registro en las Escrituras muestra claramente que Satanás el Diablo tiene intereses terrenales. En ese entonces él estaba aquí abajo ocupado con la humanidad caída, vagando por la tierra. Era el superintendente invisible. Tenía criaturas que le estaban sirviendo. Organizó a estas criaturas en diferentes formas de gobierno. Sí, hoy en día él tiene el dominio de todos los gobiernos de la tierra. Empezó este programa con Babilonia en el tiempo de Nimrod, y las Escrituras nos dicen que él es el “dios de este sistema de cosas”.—2 Cor. 4:4, NM.
6. (a) ¿Cómo se había mostrado la posición suprema de Dios desde la rebelión? (b) ¿Qué prueba ha estado sobre todas las criaturas humanas desde ese tiempo?
6 La conversación registrada en el libro de Job entre Jehová Dios y Satanás manifiesta que Jehová Dios retenía su posición como el Todopoderoso, el Creador. Satanás no podía hacer lo que él deseaba con Job, debido al cerco de protección que Jehová había colocado allí. Dios todavía estaba dominando el asunto y haría que este punto en cuestión se decidiera. Dios haría que su nombre fuera engrandecido en toda la tierra. Por esa razón él no demostró su poder supremo inmediatamente matando a Satanás, sino que le permitió seguir. (Éxo. 9:16, Mo) Desde el tiempo de Adán y Eva en adelante la prueba de integridad ha estado en progreso. Cada criatura humana de hecho ha estado escogiendo la vida o la muerte. Adán y Eva quebrantaron su integridad hacia Dios. Ellos escogieron, pues, la muerte. La historia manifiesta que ellos murieron.—Gén. 5:5.
7. En la prueba de integridad, ¿qué pérdidas sufrió Job?
7 Job fué un hombre de devoción a Dios y es un caso sobresaliente de una persona que retuvo su integridad hacia Dios bajo la prueba. Cuando Jehová removió el cerco de protección que él había colocado alrededor de Job, Job sufrió grandes pérdidas. Sufrió la pérdida de su ganado; parte en una tormenta y parte fué robada. Perdió sus criados, los cuales fueron asesinados por merodeadores. Sus hijos, siete muchachos y tres muchachas, estaban banqueteando juntos cuando una tormenta fué soltada que destruyó la casa y todos ellos perecieron. Todas las riquezas de Job y todas sus posesiones desaparecieron. Pero todavía no le había acontecido ningún daño personal.—Job 1:13-19.
8-10. (a) Después que fracasó en quebrantar la integridad de Job por sus primeras pruebas; ¿qué hizo Satanás en segunda? (b) ¿Qué curso tomó Job y con qué resultados?
8 El registro en Job continúa para decir en el segundo capítulo: “Y aconteció otro día en que los hijos de Dios fueron a presentarse delante de Jehová, que Satanás fué en medio de ellos a presentarse él también delante de Jehová. . . . Y Jehová dijo a Satanás: ¿Has considerado a mi siervo Job? pues no hay ninguno como él en la tierra, varón perfecto y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal: y retiene aún su integridad, aunque tú me has incitado contra él, para destruirle sin causa. A lo cual Satanás respondió a Jehová, diciendo: ¡Piel por piel; que todo cuanto tiene el hombre lo dará por su vida! Empero ruégote que extiendas tu mano y toques su hueso y su carne; y verás como reniega de ti en tu misma presencia. Dijo pues Jehová a Satanás: He aquí que él está en tu mano; mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová e hirió a Job de una úlcera maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomó Job un tiesto de olla para raerse con él la podredumbre, sentado en medio de ceniza. Entonces le dijo su mujer: ¿Todavía retienes tu integridad? ¡reniega de Dios, y muere!”—Job 2:1-9.
9 Así fué sometido a una prueba personal. Estaba sufriendo dolor y malestar. Satanás usó a la mujer de Job para tratar de hacerle quebrantar su integridad y para desanimarlo diciéndole que renegara de Dios y muriera. Ciertamente que ésa fué una prueba muy grande. Luego entraron a la escena tres pretendidos amigos de él. Ellos tampoco lo consolaron. Empezaron a acusarle de toda suerte de males. Job aguantó todas estas pruebas que vinieron sobre él personalmente. Retuvo su integridad. Encontramos sus palabras en Job 27:5, “¡Hasta mi postrer aliento no dejaré que se me quite mi integridad!”
10 Sí, él no vaciló ni un minuto en su fe y devoción hacia Jehová. Jehová preservó su vida. Jehová no permitió que el Diablo le diera la muerte. Pero hizo aquí un registro que permanece hasta el día presente. Ese registro manifiesta que Jehová bendijo a Job a causa de su integridad. En Job 42:10, 12 nos dice: “También Jehová hizo tornar el cautiverio de Job, después que hubo orado por sus amigos; y Jehová dió a Job el doble de lo que había tenido antes. Y Jehová bendijo el postrer estado de Job más que el primero.”
11. ¿Fué cruel Jehová al permitir que Job fuera probado tan severamente?
11 Algunas personas quizás contiendan que ésta fué una crueldad ejecutada por Jehová, el permitir que este hombre, un hombre bueno, sufriera tanto. Pero ¿será verdad? Ciertamente que no. No fué Jehová quien lo probó. Jehová Dios no fué responsable por el sufrimiento que vino sobre él. Dios sí lo permitió y Job sacó provecho de la experiencia. Notamos que Job terminó su experiencia con más de lo que poseía al principio. Salió ganando porque estaba en el favor de Dios, un siervo probado y acreditado de Jehová, y la Biblia habla bien de él, lo cual le asegura de una resurrección en el justo nuevo mundo de Dios.
12. ¿De qué nos damos cuenta por medio de considerar el registro concerniente a Job?
12 Satanás, el desapiadado, es quien trajo el sufrimiento. Debería conocerse por medio de este registro que él es quien trae todas las pruebas y sufrimiento sobre todas las criaturas que están sobre la tierra hoy en día. Nosotros podemos aprovechar de este registro, por lo que sufrió Job, porque tenemos este registro para nuestro uso personal para ayudarnos a entender el verdadero punto en cuestión. Si no entendemos el gran punto en cuestión entre Jehová Dios y Satanás, el punto en cuestión de la supremacía, no podemos entender la Biblia. Nos ayuda también para ver cómo debemos retener nuestra integridad y pone de manifiesto el resultado para los que retienen su integridad.
EJEMPLOS
13, 14. ¿Debemos esperar que todos los hombres que ganarán la aprobación de Dios sean probados con las mismas pruebas que experimentó Job?
13 ¿Debemos esperar que todas las personas que viven sobre la tierra tengan que pasar por una prueba tan severa como la de Job para poder recibir la aprobación de Jehová y ganar la vida? No, eso no; pero sea cual sea la prueba que venga sobre nosotros, tenemos que retener nuestra integridad si es que esperamos ganar la vida. Tenemos que aguantar lo que sea con fidelidad completa al Dios Altísimo.—Mat. 10:22.
14 En Hebreos 11 encontramos una lista de hombres fieles que aguantaron. Estos hombres retuvieron su integridad para poder alcanzar una “resurrección”, para poder ganar la vida. No todos ellos tuvieron las mismas pruebas, pero todos ellos retuvieron su integridad. Examinemos lo que hicieron algunos de estos hombres.
15, 16. ¿Cómo retuvieron su integridad Abel y Enoc?
15 El primero que se menciona es Abel, un hombre de gran fe, que adoró a Dios y retuvo su integridad, ofreciendo a Dios un sacrificio apropiado. Debido a su fe y por causa de su adoración de Dios él fué asesinado por su hermano. Retuvo su integridad aun hasta la muerte.—Gén. 4:3-11.
16 Menciona también a otros hombres que vivieron antes del diluvio, Enoc y Noé. Estos hombres vivieron entre hombres malos que los excedían grandemente en número. Fueron rodeados por influencias que tendían hacia obras de iniquidad, pero permanecieron firmes en su fe e inculpabilidad. Enoc fué uno de los profetas de Dios y dió testimonio por Jehová. Dios quitó a Enoc, lo preservó, lo protegió de cualquier mal o daño que pensaron hacerle aquellos hombres inicuos.—Gén. 5:18-24; Judas 14.
17. ¿Qué pruebas de integridad vinieron sobre Noé, y cómo condujo su fidelidad hacia la vida?
17 Noé siguió el camino de Dios y creyó lo que Dios le había dicho. Mostró su fe en cuanto a esto construyendo un arca, a pesar del hecho que nunca había llovido sobre la tierra desde la creación del hombre. (Gén. 2:5, 6) Es probable que la gente de su tiempo lo vituperaba y que se burlaba de él continuamente, quizás hasta fué perseguido por esa causa, pero él retuvo su integridad hacia Dios, y por haber hecho esto fué uno de los que sobrevivió al diluvio y que todavía tenía vida cuando el arca volvió a tocar tierra firme. Noé era pregonero de justicia.—Génesis 6 al 9; 2 Ped. 2:5.
18, 19. Describa algunas de las experiencias de Abrahán, Isaac y Jacob al retener ellos su integridad.
18 En seguida leemos de Abrahán, Isaac y Jacob, hombres que aguantaron con fe fuera de su país natal. Abrahán fué enviado por Dios a un país extranjero y él no pensó en volver a su propio país donde podía haber gozado de comodidades. Porque Dios le había dicho que lo hiciera, él salió y se fué a ese lugar extranjero. Allí es donde crió a su familia. Cuando Dios le dijo que ofreciera su hijo, él estaba listo para deshacerse de esa preciosidad porque era la voluntad de Dios. Abrahán luchó contra la injusticia. Siempre adoró al Dios viviente. Él instruyó a su hijo, Isaac, en la adoración de Dios e Isaac cooperó fielmente con su padre en servir a Dios. Dios usó a Abrahán e Isaac para desempeñar muchos cuadros proféticos, y éstos se encuentran en el libro de Génesis.
19 Isaac a su vez instruyó a su hijo en la manera correcta de adorar a Dios. Jacob, su fiel hijo, fué el padre de la nación de Israel. Él también sufrió durante su vida. Sufrió muchas dificultades con su hermano gemelo Esaú, el cual no creía verdaderamente en Dios. Además, Jacob bajó a Egipto y vivió allí hasta el tiempo de su muerte, siempre mirando hacia las cosas que Dios había prometido.—Gén. 27:41; 48:21.
20. ¿Cómo fué un ejemplo José de la retención de integridad en tiempos de dificultad y en tiempos de prosperidad?
20 José, el hijo de Jacob, también se menciona en el capítulo 11 de Hebreos. Debido a su fidelidad e integridad, su resurrección está asegurada. Él sufrió mucho, pero siempre retuvo su integridad hacia Dios y retuvo en su mente los justos principios de Dios. Fué vendido a la esclavitud por sus propios hermanos. Cuando estaba allá en Egipto sirviendo como un esclavo, la mujer de su amo trató de inducirle a cometer un acto inmoral; pero rehusó hacerlo. Esta mujer hizo que lo echaran a la prisión. Allí en la prisión él aguantó con fe y por fin Dios lo sacó de ese lugar y Dios lo usó. José dió alabanza pública a Dios en conexión con el sueño de Faraón. Dios se encargó de ver que José recibiera un puesto exaltado entre el pueblo de Egipto. Pero aunque estuviera en prisión o en el puesto elevado como gobernante de Egipto, no había duda en su mente acerca de quién era supremo o qué haría él para adorar a Jehová. Aun hasta el tiempo de su muerte él retuvo en su mente que Dios ocupaba el primer lugar en su vida. De modo que él soportó en integridad.—Gén. 39:9; 41:16; 50:19-26.
21. ¿Cómo demostró Moisés su integridad hacia Dios?
21 Moisés tenía gran fe. Fué criado en el esplendor de Egipto por la hija de Faraón. Podía haber escogido la adoración demoníaca, las riquezas y el gozo de la corte real; pero no, se fué con los hijos oprimidos de Dios, la nación de Israel, su propia nación. Echó a un lado las riquezas y la gloria de Egipto y por fin arriesgó su propia vida muchas veces entrando a la presencia del tiránico Faraón de Egipto. Él entregó los mensajes de juicio de Dios contra Egipto, sin temor, sabiendo que Dios estaba de parte de él. Dios lo libró, junto con la nación de Israel, de Egipto. Su resurrección está asegurada porque fué fiel en su integridad y dió adoración pública de parte de Jehová en el gran punto en cuestión.—Éxo. 2:10; 10:28; 14:13-26.
22, 23. Mencione otros hombres de integridad en Israel y dé ejemplos de su lucha a favor de la justicia.
22 Hebreos 11 menciona a otros hombres, hombres que vivieron en la Tierra Prometida, tales como Gedeón, Barac, Samsón, Jefté, David y Samuel. Todos estos hombres mantuvieron en alto la adoración de Jehová, pero no sin oposición. Gedeón quebrantó los altares de Baal. Con una banda pequeña y con la ayuda de Jehová, las huestes de Madián fueron destruídas. El pueblo quería que él gobernara sobre ellos como rey, pero él rehusó, diciendo que Jehová es quien gobierna, y él exaltó el nombre de Jehová en la tierra.—Jue. 6:1 a 8:28.
23 Samsón puso su confianza en Jehová y Dios le dió la fuerza para que luchara en contra de los adoradores demoníacos y a favor de la liberación del pueblo de Dios. Fué Samsón quien derribó el templo del dios pez de los filisteos. (Jueces 16) Barac, también, luchó fuertemente a favor de la adoración pura, luchando contra un ejército innumerable de cananeos, arriesgando su propia vida. (Jueces 4) Estos hombres retuvieron su integridad hacia Dios. También lo hicieron Jefté y David, siempre manteniendo en alto el lado de Jehová en el punto en cuestión, abogando por adoración pura.—Jueces 11; 1 Samuel 17 y lo que sigue.
24. ¿Cómo es la vida de Samuel un buen ejemplo de aguante e integridad?
24 Samuel era un profeta, no un hombre de guerra; pero se mantuvo fielmente a favor de la adoración pura de Jehová Dios. Era joven, solamente un niño, cuando emprendió el servicio de Dios. Aguantó todas las pruebas que vinieron sobre él, viviendo en los días del inicuo rey Saúl, uno de los reyes infieles de Israel. Samuel denunció al rey por la iniquidad y desobediencia que había demostrado. Samuel no se avergonzó de los justos principios de Dios. El profeta se puso de pie y le dijo al rey que estaba equivocado; no tuvo temor. Él también aguantó hasta la muerte, en integridad a Dios.—1 Sam. 2:11; 13:14; 25:1.
25. ¿Qué clases de pruebas vinieron sobre hombres de fe según se menciona en Hebreos 11:33-39?
25 Todos estos hombres fieles de la antigüedad obraron para preservar la adoración pura de Dios y retuvieron su integridad. Con cada uno de ellos fué asunto de aguantar. Hubo otros también. La Biblia habla bien de ellos. Manifiesta que aguantaron muchas pruebas, diferentes clases de pruebas, no todas iguales, pero aguantaron todas las pruebas que surgieron y retuvieron su integridad. Es verdad, ellos eran pocos al compararlos con las muchas personas que había sobre la tierra; formaban la minoría. La mayor parte de la población de la tierra se apartó de la adoración de Jehová Dios o nunca conoció acerca de ella. Esto se debió al egoísmo, a información incorrecta o al uso de fuerza para mantenerlos en sujeción y retenerlos bajo el dominio de Satanás.—Heb. 11:33-39.
26. (a) ¿Por qué es tan sorprendente la falta de integridad de parte de la mayor parte del pueblo de Israel? (b) ¿Cuál fué el resultado para ellos?
26 Aun entre Israel, ese pueblo pactado de Dios, existió una falta de integridad sorprendente. Aquí Dios había escrito personalmente con su propio dedo en tablas de piedra. Eso debería haber despertado un temor reverente en el pueblo y haberlo convencido de que Jehová Dios es el Supremo. Acordaron obedecer la ley de Dios y Dios hizo provisión para que les fuera posible, porque la ley fué preservada y llevada de un lugar a otro en el arca del pacto. Dios hizo provisión para que se leyera a tiempos designados cuando el pueblo se reunía en Jerusalén. Dios dijo que el rey debería tener una copia de la ley y que debería leerla y seguirla. Había toda razón para que ese pueblo guardara la ley de Dios y retuviera su integridad, y acordaron hacerlo; pero en lo que toca a la nación ellos fracasaron. Una vez tras otra se rebeló el pueblo. Por fin, debido a que ellos hicieron a un lado la Palabra de Dios y rehusaron retener su integridad en cuanto a sus instrucciones, Dios hizo que la nación fuera destruída, en el año 607 a. de J. C. Solamente un resto pequeño se adhirió a la verdadera adoración de Dios. Este estaba en existencia y tuvo parte en llevar a cabo la verdadera adoración de Dios aun hasta el tiempo de Cristo Jesús.—Éxo. 31:18; 19:8; Deu. 17:18; 30:15-20; 31:11; Jer. 34:12-22; 39:1, 2.