Encontrando oídos que oyen en Siam
DE LOS misioneros de la Watch Tówer en Siam viene la siguiente carta: “Para llegar a la aldea de Pe Pong tuvimos que viajar unos veinticuatro kilómetros (aproximadamente quince millas) en autobús, lo que nos tomó cuatro horas, y entonces tuvimos que vadear a través de campos de arroz inundados unos cuantos kilómetros más. Los aldeanos nos recibieron bien, y después de unos cuantos minutos de descanso procedimos a anunciar la conferencia bíblica que se presentaría esa noche.
“La conferencia comenzó a las 7 p.m., y todos nosotros estábamos sentados en el suelo. Nunca habíamos visto a un auditorio prestar tan cuidadosa atención como la que prestaba aquél. Muchos de los presentes habían traído consigo grandes Biblias y de vez en cuando verificaban con sus Biblias lo que el orador decía. Para cuando la conferencia terminó hallamos que más de setenta personas habían venido en medio de la oscuridad y los campos de arroz y las carreteras inundadas e infectadas de culebras, y algunos desde muy lejos. Pero no querían irse a casa después de oír sólo una conferencia; querían más. De modo que otras conferencias se presentaron y después de eso se dió contestación a sus muchas preguntas. Llegó la una de la mañana antes de que todo el mundo estuviera satisfecho y listo para irse a casa.
“La mañana siguiente a las diez los aldeanos se volvieron a reunir, queriendo oír otra conferencia, y la oyeron. Tres jóvenes quisieron ver cómo los testigos de Jehová llevaban a cabo su actividad de predicación y nos acompañaron en ella.
“Por la noche a las siete tuvimos un estudio bíblico con la ayuda de La Atalaya, y algunos de nuestros nuevos amigos contestaron tan bien como nuestros propios hermanos. Entonces otra conferencia bíblica, a la que asistieron sesenta aldeanos. Hicieron preguntas hasta la medianoche y nos hubieran mantenido allí por más tiempo, pero les dijimos que íbamos a dormir. Después de la última conferencia el encargado de esta congregación se expresó como sigue: ‘Nosotros hemos abierto las puertas a todo el que ha venido con la Palabra de Dios y a todo grupo religioso que tenemos en Siam. Pero nunca hemos tenido gente como ustedes los testigos de Jehová.’”