¿Se clasifica a algunos “cabras” con demasiada presteza?
Un ministro que dedica todo su tiempo a la obra escribe lo siguiente desde Arizona: “Se me dió cierta sección de territorio en la cual había de predicar de casa en casa y se me dijo que otros sólo habían hallado ‘cabras’ en ella.
“La primera vez que trabajé el territorio me cerraron en la cara todas las puertas. La segunda vez no llevé conmigo ninguna literatura ni hice sonar los timbres. Simplemente hablé desde las vallas con las personas que estaban en sus jardines. Era un nuevo grupo de viviendas construído por el gobierno y comenté sobre las cosas que observé que eran favorables, cualquier cosa para poder empezar una conversación. Muchos estaban experimentando dificultades en cuanto a hacer crecer las diferentes cosas y esto me brindó la oportunidad de decirles algo acerca de las condiciones de que disfrutaríamos en el Nuevo Mundo. Entonces con un amigable ‘Pues, ahí los veré,’ seguía adelante.
“La próxima vez que llamé a sus puertas se me invitó a entrar en casi todos los hogares, donde pude mostrarles con la Biblia cuán cerca estamos del Reino por el cual Jesús nos enseñó a orar, y a la misma vez coloqué alguna literatura. Parecía que no había muchos en el territorio que se interesaran en tener estudios bíblicos individuales; así que, al encontrar un lugar donde se podía celebrar un estudio de grupo, invité a las amas de casa a que asistieran allí. Quince vinieron la primera noche. Aunque algunas dejaron de venir en noches siguientes, otras tomaron su lugar y cuando me fué necesario entregar el estudio a otro ministro después de algunos meses porque tenía que salir de la ciudad, veinte personas asistían con regularidad. Este verano un testigo que vive allí me dijo que el estudio ahora se celebra en su hogar y que entre cuarenta y cinco y cincuenta personas asisten todas las semanas.”
¡Y esto en una vecindad donde supuestamente sólo podía hallarse cabras!