Nada se prueba con ridiculizar
Recientemente un lector de Our Sunday Visitor, “El semanario católico de más extensa circulación del mundo,” escribió a éste respecto a una observación que el periódico había impreso en desdoro de los testigos de Jehová. En respuesta el director asociado del periódico, el “Rdo.” R. Ginder, dijo: “Pero si usted ha tenido mucho que ver con los Testigos para este tiempo usted debe haberse dado cuenta de que no es una religión—es una enfermedad de la mente. Lo digo en seriedad. Es un frenesí que aparentemente consume ciertas secciones de su inteligencia. Los hace testarudos, impenetrables a los argumentos, y absolutamente incapaces de manejar la verdad.” Las circunstancias fueron las mismas cuando Jesús estuvo en la tierra. Sus contrarios, al no poder refutar su argumento, decían: “¡Demonio tiene, y está loco!” Y Pablo tuvo la misma experiencia, tal como Jesús dijo con anticipación a sus seguidores que les pasaría. Cuando Pablo presentaba su defensa ante el gobernador Festo, en la presencia del rey Agripa, Festo lo interrumpió exclamando: “¡Loco estás Pablo! ¡tu mucho saber te ha vuelto loco!” Por eso no es extraño el que los testigos cristianos de Jehová sean menospreciados de manera semejante hoy día.—Juan 10:20; Hech. 26:24.