Donde se halla alimento espiritual
UNA testigo de Jehová de Portland, Oregon, tuvo esta experiencia con una señora que aceptó la publicación La verdad que lleva a vida eterna: La señora concordó en estudiar la Biblia y después de un tiempo quiso estudiarla dos veces a la semana. Al estudiar, la señora le dijo a la Testigo: “Estoy empezando a convencerme de que ésta es la verdad porque ésta es la primera religión que he conocido que no le da palmadas a uno en la espalda y dice: ‘Usted está haciendo todo lo que puede.’ He leído la Biblia lo suficiente como para saber que el cristianismo verdadero es un modo de vivir difícil con muchas pruebas.”
Después de pasar algún tiempo, esta señora comenzó a asistir a las reuniones del Salón del Reino y comentó: “Siempre he sabido que hoy había demasiada pompa y ceremonia en las iglesias para que fueran como los cristianos primitivos.” Sí, la simplicidad de las reuniones de los Testigos la impresionó.
Sin embargo, su esposo empezó a oponerse a que ella se asociara con los Testigos en sus reuniones. Le prometió que si dejaba de asociarse con ellos irían a la iglesia como familia. Bueno, la señora concordó en hacer esto. Y después que pasaron solo dos semanas, llamó a la Testigo, llorando. Dijo: “Fui a la iglesia para recibir alimento y me dieron migajas. La religión de usted grita ‘la verdad, la verdad,’ porque fue cuando estudiaba la Biblia con ustedes que por primera vez en la vida se me persiguió por la religión. Y nunca regresaba a casa sintiendo que me moría de hambre como ahora.”—2 Tim. 3:12; 4:1-4.
Comenzó a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová de nuevo y ahora comparte con otros las cosas que está aprendiendo. Se regocija por estar donde se halla alimento espiritual.