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  • ¿Quién califica para ser anciano?

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  • ¿Quién califica para ser anciano?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
w75 15/12 págs. 753-758

¿Quién califica para ser anciano?

“Cuiden del rebaño de Dios que está con ustedes, superentendiendo no por compulsión, sino voluntariamente; tampoco por ganancia ruin, sino de buena gana.”—1 Ped. 5:2, Emphatic Diaglott.

1. ¿Cuánta importancia asigna Dios a su rebaño?

¿CONSIDERA DIOS importante su rebaño, de modo que merezca consideración especial por aquellos a quienes él nombra subpastores? ¿Cuánta importancia asigna Dios a sus “ovejas”? Su Hijo declaró: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Su interés fue suficiente para que él permitiera que su Hijo dejara el cielo por un período de treinta y cuatro años y tres meses para venir a la Tierra como hombre y abrir el camino para que sus “ovejas” que se habían descarriado volvieran al redil.

2. ¿Podemos tener confianza en Jehová y Jesús como pastores? Explique.

2 Nosotros somos parte de ese “mundo” que Dios tanto amó y que requiere reconciliación con Dios. Su súplica a los israelitas que regresaron de cautiverio extranjero aplica con igual fuerza a nosotros hoy día: “Vuelvan a mí . . . y yo volveré a ustedes.” (Zac. 1:3) El apóstol Pedro escribió a la congregación cristiana primitiva: “Ustedes, como ovejas, andaban descarriados; pero ahora se han vuelto al pastor y superintendente de sus almas.” (1 Ped. 2:25) Para los que vuelven a él, Dios suministra protección: “Como pastor pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno los llevará. A las que están dando de mamar las conducirá con cuidado.” (Isa. 40:11) También ha nombrado como ayudante suyo al Pastor Excelente, Jesucristo, que entregó “su alma a favor de las ovejas.”—Juan 10:7-15.

3. ¿Cómo demostró Pablo que era un pastor responsable?

3 Jehová también ha hecho arreglos para subpastores que se interesaran en cuidar de las “ovejas.” El apóstol Pablo es uno de ellos, y dijo: “Nos hicimos amables en medio de ustedes, como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos. Así, teniéndoles tierno cariño, tuvimos mucho gusto en impartirles, no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas, porque ustedes llegaron a sernos amados.” El grado al cual estuvo dispuesto a impartir su alma se demuestra por lo que escribió a la congregación corintia: “Por mi parte muy gustosamente gastaré y quedaré completamente gastado por sus almas.”—1 Tes. 2:7, 8; 2 Cor. 12:15; 11:28.

4. Por lo que entendemos de esos pastores, ¿cuál debe ser la mira y la obligación de los cristianos hoy día?

4 Podemos copiar en nuestra vida a esos pastores, a saber, al Gran Pastor, al Pastor Excelente, y al apóstol Pablo. El apóstol Juan dice que “estamos obligados a entregar nuestras almas por nuestros hermanos.” (1 Juan 3:16) Estaba familiarizado con estas palabras de Jesús: “Porque yo les puse el modelo, que, así como yo hice con ustedes, ustedes también deben hacerlo. Muy verdaderamente les digo: El esclavo no es mayor que su amo, ni es el enviado mayor que el que lo envió.”—Juan 13:15, 16; compare con Juan 15:12, 13.

5. ¿Por qué no han hallado todavía algunos el camino de vuelta a Jehová?

5 Puesto que la Biblia dice de Jehová que “él es nuestro Dios, y nosotros somos el pueblo de su apacentamiento y las ovejas de su mano,” ¿qué es lo que retiene a la gente de servir a Jehová? Simplemente no conocen el camino que lleva de vuelta a él; no han tenido a nadie que los guíe, o, más bien, sus líderes humanos, supuestamente pastores, los han descarriado. Jesús identificó como pastores falsos a los de su día que ‘vendrían a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces.’ Por otra parte, la gente ‘estaba desollada y desparramada como ovejas sin pastor.’ Necesitaban pastoreo apropiado, y Jesús aceptó la tarea.—Sal. 95:6, 7; Mat. 7:15; 9:36.

ENCARGO ESPECIAL A LOS PASTORES

6, 7. (a) ¿Quiénes constituyen el rebaño que tiene que ser pastoreado? (b) ¿Qué cuenta se requiere que rindan los pastores?

6 Cuando Jesús volvió a su hogar celestial, hizo arreglos para que sus “ovejas” fueran atendidas por subpastores. Hoy, hay una obligación especial de alimentar a las “ovejas” de Jesús sobre aquellos a quienes el Pastor Excelente nombra. Pedro, a quien Jesús comisionó especialmente para hacer esto (vea Juan 21:15-17), retransmite el mismo mandato a los superintendentes cristianos hoy día, diciendo: “Por lo tanto, a los ancianos [superintendentes espirituales en la congregación] entre ustedes [la congregación] doy esta exhortación, . . . Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, . . . de buena voluntad . . . con verdaderas ganas.”—1 Ped. 5:1, 2.

7 Aunque de todos los cristianos dedicados se requiere que “hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos . . . [y] enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado,” el encargo especial de los pastores es cuidar del “rebaño de Dios,” los que ya son miembros de la congregación. Concerniente a éstos, tienen que rendir cuenta a Jehová.—Mat. 28:19, 20; Heb. 13:7; 4:13.

8. ¿A quiénes se escoge, y a quiénes no, como pastores del rebaño de Dios?

8 “Una gran muchedumbre de sacerdotes” llegó a ser “obediente a la fe” por medio de aceptar a Jesús como el Mesías. Pero no hubo escribas ni fariseos que fueran nombrados como pastores en la congregación cristiana porque se hubieran “sentado en la cátedra de Moisés.” No se llamó a los “sabios según la carne” que se gloriaban en ser saludados en lugares públicos y ser llamados “Rabí.” Esa clase de “caudillo” no se encuentra en la congregación cristiana de los testigos de Jehová. Los testigos de Jehová solo reconocen a un caudillo, a Cristo. Evitan toda clase de título que hubiera de requerir adulación. Jesús dijo: “Todos ustedes son hermanos.”—Hech. 6:7; Mat. cap. 23; 1 Cor. 1:26-29.

9. ¿Cuántos ancianos debe haber en una congregación, y de entre quiénes son seleccionados?

9 Para cuidar apropiadamente de los intereses de la congregación cristiana de los testigos de Jehová, “Dios ha colocado a las personas respectivas en la congregación,” incluso maestros, superintendentes, pastores. En la congregación primitiva todos los que calificaban bíblicamente servían así. No se designaba ninguna cantidad específica de personas; había varios en Éfeso, como se manifiesta porque Pablo envió aviso a los “ancianos” para que se reunieran con él en Mileto a fin de recibir instrucciones en cuanto a sus deberes. Igualmente, no se designa cantidad específica en la congregación cristiana moderna. No tienen que ser, como en las iglesias de la cristiandad, graduados de algún seminario hecho por los hombres. Más bien deben estar diligentemente ocupados en la obra de predicar, ser estudiantes regulares y activos de la Palabra de Dios, y ejercer lo que se expresa en los dos grandes mandamientos, a saber, amor a Dios y al prójimo.—1 Cor. 12:28; Mat. 22:36-39.

10, 11. ¿Cómo es posible que uno sea “irreprensible,” y por qué se establece tan elevada norma?

10 En 1 Timoteo, capítulo tres, Pablo manifiesta los requisitos bíblicos calificadores para el que se esfuerza por el puesto de superintendente. Tiene que ser irreprensible. ¿Es esto posible para una criatura humana imperfecta? ¿No exigiría esto perfección? Por eso, ¿está siendo Pablo irrazonable, demasiado exigente? No debemos llegar a esa conclusión, porque Pablo sin duda estaba enterado de la declaración de Jesús en Mateo 5:48: “Ustedes en efecto tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto.” Pablo también sabía que el rey David no pudo ser enteramente irreprensible, pero Pablo reconocía, como parte de las Escrituras inspiradas, la súplica de David a Jehová: “Júzgame, oh Jehová, porque yo mismo he andado en mi propia integridad.”—Sal. 26:1; compare con 2 Reyes 20:3.

11 Es evidente que es imposible que el hombre sea como Dios en un sentido absoluto, a un grado infinito, sin limitación. Si no se considerara esto así, el puesto de superintendente en la congregación cristiana permanecería vacante. El hecho de que los requisitos bíblicos se fijan altamente significa, por lo tanto, que cada uno que aspira a ocupar u ocupa tal puesto se esforzaría encarecidamente por satisfacerlos. En el asunto de ser irreprensible, por ejemplo, un anciano ciertamente no podría cuidar de los que están bajo su custodia si fuera tristemente deficiente en este respecto. El superintendente tiene que poder ‘seguir exhortando a los hombres de menos edad a que sean de juicio sano, en todas las cosas mostrándose él mismo ejemplo de obras excelentes; mostrando incorrupción en su enseñanza.’—Tito 2:6-8.

12. ¿Tiene uno que ser casado para calificar como superintendente? Explique.

12 El superintendente debe ser “esposo de una sola mujer.” Esto no significa que un viudo o un soltero esté descalificado. Significa ahora, como significó en el día de Pablo, que uno que practica la poligamia o vive con una mujer sin beneficio del matrimonio no puede servir de superintendente en la congregación cristiana. En realidad, no se le puede extender la diestra del compañerismo. Aunado al requisito adicional que se da en el versículo 4 (1 Timoteo 3:4), indicaría que para ser superintendente sería necesario que uno no fuera un adolescente, sino de suficiente edad como para tener familia.

13. ¿Por qué tienen que evitar los hábitos extremados de la actualidad los ancianos?

13 Los jóvenes de hoy y hasta personas de más edad a menudo se infectan con los hábitos caprichosos del sistema de cosas actual. El asociarse en la escuela o en los negocios con los que tienen esa inclinación tiende a tentar a los cristianos a amoldarse a lo mismo. Los cristianos en el primer siglo deben haber tenido que enfrentarse a la misma cosa, pues el consejo adicional de Pablo (1 Tim. 3:2) de ser “moderado en los hábitos” tendría que considerarse al nombrar hombres de mayor edad. El que uno se amoldara a los hábitos del viejo mundo impediría que tuviera la aprobación de Dios y fuera considerado elegible para una asignación que requiere exhortar a los hombres de menos edad. El apóstol Pedro dice que quizás haya habido un tiempo en que por ignorancia hayamos seguido tales costumbres, pero que ahora tenemos que vivir para la voluntad de Dios. Esto quizás cause perplejidad en las personas con las cuales nos asociábamos antes y haga que hablen injuriosamente de nosotros, pero Jesús dijo que esto no debería perturbarnos.—Juan 15:19; 1 Tim. 4:11, 12; 1 Ped. 4:3, 4; Rom. 12:2.

SE REQUIERE UN MODO DE PENSAR SANO

14. ¿Cómo debe considerar el anciano su posición?

14 Un anciano de la congregación no ocupa ninguna posición exaltada. El que uno sea anciano no debe hacer que uno “piense más de sí mismo de lo que es necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga juicio sano.” El Nuevo Testamento de Pablo Besson vierte esta declaración como no “presumir,” sino “pensar cuerdamente” de uno mismo. Esto impediría que uno esperara ser tratado como lo son los “pastores” de la cristiandad, a quienes les gusta mucho, y esperan, que la gente los halague.—Rom. 12:3.

15. ¿Qué envuelve el ser “ordenado”?

15 Los superintendentes tienen que ser ‘ordenados, hospitalarios.’ (1 Tim. 3:2) Los pastores falsos no eran ordenados en ningún sentido de la palabra. Jehová los condenó, diciendo: “¡Ay de los pastores [de Israel] que están destruyendo y desparramando las ovejas de mi apacentamiento!” (Jer. 23:1, 2) Su alegación de ser pastores no los salvó del juicio de Jehová. Jesús también condenó a los pastores falsos de su día. De modo que los pastores cristianos deben ser ordenados; trabajar a favor de la paz de la congregación. A veces puede requerirse de ellos que “amonesten a los desordenados,” a los que no están “haciendo ningún trabajo, sino entremetiéndose en lo que no les atañe.” (1 Tes. 5:14; 2 Tes. 3:11) A fin de que su admonición sea aceptable, ellos mismos tienen que poner el ejemplo adhiriéndose estrictamente a las leyes y principios bíblicos, y nunca propagar ideas que no estén en armonía con la verdad.—1 Cor. 4:6; 14:33; Tito 2:6-8.

16. ¿Se circunscribe el ser hospitalario a simplemente extender la bienvenida a los nuevos en el Salón del Reino?

16 Cuando el rey Salomón oró por prosperidad al tiempo de la dedicación del templo en Jerusalén, se refirió a los ‘extranjeros,’ a los no israelitas que vinieran a adorar allí. Sin duda hizo provisión para ellos. Hoy Jehová nos está bendiciendo con un gran aumento de ‘extranjeros,’ es decir, personas que hasta ahora no habían sido adoradores de Jehová. Se tiene que hacer provisión adecuada para extenderles la bienvenida. Esto coloca una carga sobre los superintendentes, no en cuanto a simplemente saludarlos en el Salón del Reino, sino en cuanto a ayudarlos a progresar en el camino cristiano. Esto es verdadera hospitalidad, un requisito para el que quiera ser superintendente.—1 Rey. 8:41-43; Miq. 4:1, 2; Mat. 9:37; Heb. 13:1, 2; 3 Juan 5.

17, 18. (a) ¿Se circunscribe la enseñanza a la plataforma? (b) ¿Qué mira tiene el superintendente como maestro?

17 “Está escrito en los Profetas,” dijo Jesús, “Y todos ellos serán enseñados por Jehová.” (Juan 6:45; Isa. 54:13) Esto cobra cada vez más importancia a medida que nos acercamos al cierre del viejo sistema de cosas y la introducción del nuevo bajo la dirección del Sacerdote y Rey ungido, Jesucristo. Jehová Dios es el Maestro Preeminente, pero Jesús dijo que sus discípulos apropiadamente lo llamaban a él también Maestro. Además, el glorificado Jesucristo “dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, [¿por qué?] teniendo en mira el reajuste de los santos, para obra ministerial.”—Efe. 4:11, 12.

18 Los ancianos, por lo tanto, tienen que ser maestros de la Palabra de Dios. No han de ‘regalar los oídos’ de la congregación, sino llegar a la mente y el corazón de su congregación semejante a ovejas. Esto no los coloca en un pedestal como “profesor” o “doctor en teología.” La enseñanza del anciano cristiano no es necesariamente desde la plataforma, sino más apropiadamente en el nivel personal. Es enseñanza bíblica.

19. ¿Qué “obras de la carne” impedirían que uno fuera nombrado superintendente?

19 El anciano no puede ser “un borracho pendenciero.” El uso en demasía del alcohol embota los sentidos de tal manera que el juicio de uno resulta perjudicado, y uno pierde el control de su mente. El anciano no puede ser “golpeador,” ni físicamente ni con la lengua. No debe ser belicoso ni amador del dinero ni irrazonable. Eso lo descalificaría de ser persona que tomara la delantera en la congregación de cristianos. Aunque quizás no impediría que sirviera en una iglesia de Babilonia la Grande, estas “obras de la carne” evitarían que sirviera en una congregación de testigos de Jehová.—1 Tim. 3:3; 6:10.

20. (a) ¿Por qué el presidir uno sobre su propia casa entra en la consideración de uno para ser nombrado anciano? (b) Pero, ¿qué puede tenerse en cuenta?

20 Pablo plantea una pregunta, después de declarar que un anciano tiene que ser hombre que presida su propia casa de manera excelente, teniendo hijos en sujeción, a saber: “Si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?” (1 Tim. 3:5) Pablo reconoció que en la casa de Dios hay más vidas envueltas que en la casa del hombre. De modo que es necesario que califique bien en poder manejar los asuntos en su propia casa en el interés general de todos. Pero, ¿significa esto que su casa necesariamente será un modelo ideal en todo respecto? Posiblemente no. Él pudiera estar haciendo cuanto razonablemente pudiera, y sin embargo alguien en su casa quizás no responda como a él le gustaría que respondiera. Quizás su esposa sea muy rebelde, hasta opuesta a Jehová y su Palabra. (Mat. 10:36) Pero las preguntas importantes son: ¿A qué grado es el hombre de la casa responsable de la rebelión de ella? y ¿se debe la desunión en la casa a alguna delincuencia por parte de él? El punto de vista de la congregación en cuanto a la situación también debe considerarse.

21. ¿Por qué no es prudente designar superintendente a “un hombre recién convertido”?

21 Es necesario que los superintendentes tomen decisiones de peso. Esas decisiones pudieran envolver vidas o la prosecución de la importantísima obra de predicar las buenas nuevas. Pudiera ser que se impusieran proscripciones. De modo que se necesitará juicio bueno, maduro. En consecuencia, el superintendente no debe ser “un hombre recién convertido.” (1 Tim. 3:6) Éste pudiera poseer todo el entusiasmo y celo de los que han estado por mucho tiempo en la fe, pero tener deficiencia en “facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.” (Heb. 5:13, 14) Los recién asociados tienen que ser “sazonados.” En el ínterin, observen a “los que llevan la delantera entre ustedes, los cuales les han hablado la palabra de Dios, y al contemplar detenidamente en lo que resulta la conducta de ellos, imiten su fe.”—Heb. 13:7.

CUIDADO DE LAS “OTRAS OVEJAS”

22. ¿Cómo se deben considerar las novedades pasajeras y, en esto, el ejemplo de quién debemos seguir?

22 Por no ser “parte del mundo,” los testigos de Jehová no copian las novedades pasajeras predominantes que los identificarían con personas a las cuales se considera como rebeldes contra la sociedad. De modo que los hermanos jóvenes de la congregación deben tener presente la exhortación de Pedro de que los pastores del rebaño de Dios tienen que poner el ejemplo apropiado. Pablo fue un buen ejemplo de esa índole. Dijo: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo.” La gente nota que los testigos de Jehová son diferentes; el comportamiento cristiano, especialmente de parte de los superintendentes, debe suministrar la base para el necesario “excelente testimonio de los de afuera” de la congregación.—1 Cor. 11:1; 1 Tim. 3:7; Juan 17:16; 1 Ped. 5:2, 3.

23. ¿Qué otras cosas se deben buscar en los superintendentes?

23 En el primer capítulo del libro de Tito, Pablo dio consejo en cuanto a qué buscar en los ancianos. Uno tiene que estar “libre de acusación,” ser de cualidades intachables. Nadie podrá señalarlo con el dedo como persona de rasgos personales dudosos. No debe ser “terco” o dominante; ni “propenso a la ira,” irascible; ni “ambicioso de ganancia falta de honradez,” sino, más bien, sobresalientemente honrado en sus tratos dentro y fuera de la congregación.—Tito 1:6, 7; vea también 1 Pedro 5:2, 3.

24. ¿Cómo se demuestra la lealtad de un superintendente?

24 El ser “leal” es especialmente importante para el superintendente, en imitación de Jesucristo. Su lealtad a los principios correctos quizás requiera que administre censura a “los que contradicen.” (Tito 1:9) Esto quizás no sea una tarea agradable, pero el que él retenga la censura de donde se requiere pudiera indicar que está poniéndose de parte del que peca, haciéndose así socio de él. (Pro. 29:24) La censura administrada es una bondad para el que quizás da un paso en falso inadvertidamente. (Gál. 6:1) Algunas acciones incorrectas pudieran ser olvidadas fácilmente, ser pasadas por alto o no tenerse en cuenta; pero no se puede hacer eso con las que puedan contristar el espíritu santo por medio de causar divisiones y sectas en la congregación. Por eso, en algunos casos, la lealtad demanda que se administre censura.—Luc. 17:3, 4; Efe. 4:30.

25, 26. (a) ¿Por qué es especialmente necesario que los pastores presten atención a sí mismos y a la congregación de Dios? (b) ¿Pueden esperar los nuevos buen pastoreo en la congregación de Dios hoy día?

25 Al despedirse Pablo de los ancianos de Éfeso, les suplicó que prestaran atención a sí mismos y “a todo el rebaño . . . [y] pastorear la congregación de Dios . . . [porque ahora] entrarán entre ustedes lobos opresivos y no tratarán al rebaño con ternura.” (Hech. 20:28, 29) Estos “lobos” estarían, de hecho, desollando al rebaño, arrancándoles sus prendas de vestir de identificación cristiana. Esa amonestación, en este tiempo crucial, es más oportuna. Ningún superintendente quiere ser responsable, por negligencia culpable, de la pérdida de alguna de las “ovejas” de Jehová.

26 El Anuario muestra a qué grado muchas de las “otras ovejas” de Jesús se han asociado con los testigos cristianos de Jehová. Quedan otros a quienes Jesús ‘tiene que traer’ porque “escucharán” su voz. En esta “parte final de los días” del viejo sistema de cosas los que afluyen al un solo rebaño del un solo pastor están recibiendo instrucción en los caminos de Jehová. Pueden tener la seguridad de que recibirán cuidado amoroso, tierno, de aquellos a quienes Jehová ha tenido a bien confiarles obra de pastoreo.—Juan 10:16; Luc. 12:32; Miq. 4:1-4; Isa. 32:1, 2.

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