BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w80 1/7 págs. 8-10
  • El nombre de Dios en la historia remota

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • El nombre de Dios en la historia remota
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1980
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ANTECEDENTES HISTÓRICOS REMOTOS
  • REINADO DEL REY DAVID
  • CAMBIO DE PUNTO DE VISTA
  • ¿QUÉ HICIERON CRISTO Y SUS DISCÍPULOS?
  • Jehová
    Ayuda para entender la Biblia
  • El lugar del nombre de Dios en la adoración verdadera
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
  • Honremos el gran nombre de Jehová
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2013
  • Jehová
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1980
w80 1/7 págs. 8-10

El nombre de Dios en la historia remota

DIOS, el Poder tras el universo, es una Persona real. Además, hemos visto que tiene un nombre personal, exclusivo —Jehová (o Ya[h]vé[h]... en hebreo YHWH).

Pero, ¿qué hay de los antecedentes históricos de ese nombre? ¿Qué luz puede arrojar la historia sobre el nombre divino?

ANTECEDENTES HISTÓRICOS REMOTOS

Volvamos al siglo 16 a. de la E.C. Los israelitas están en Egipto sufriendo bajo la dura gobernación de Faraón. Jehová da a Moisés la comisión de solicitar libertad para Israel. Para mostrar a Moisés en el nombre de quién debe actuar y hablar, Dios le dice: “Esto es lo que habrás de decir a los hijos de Israel: ‘Jehová el Dios de sus antepasados . . . me ha enviado a ustedes.’ Este es mi nombre hasta tiempo indefinido.”—Éxo. 3:15.

Pero luego Faraón mismo rehúsa escuchar, y dice: “¿Quién es Jehová . . .? No conozco a Jehová.” (Éxo. 5:2) Después de varias plagas, Dios le dice a Faraón: “Por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra.”—Éxo. 9:16.

Los primeros cinco libros de la Biblia, que contienen el registro ya mencionado, están llenos de referencias al nombre personal de Dios. Tan solo en el texto hebreo de Deuteronomio aparece 550 veces. Los sacerdotes y los levitas no eran las únicas personas que usaban el nombre. Moisés escribió: “Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová. Y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma y toda tu fuerza vital. Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” (Deu. 6:4-7) Indudablemente durante aquellos días las familias usaban con libertad el exaltado nombre de Dios en la adoración que efectuaban.

REINADO DEL REY DAVID

Durante el reinado del rey David, el uso del nombre Jehová alcanzó un nuevo y glorioso realce. David escribió muchos hermosos salmos o canciones de alabanza a Jehová bajo inspiración divina. David también organizó, para el templo, una orquesta grande y un coro que consistían en miles de cantores y músicos. Ellos interpretaban y cantaban con regularidad conmovedoras canciones de alabanza a Jehová y ‘celebraban con melodías su nombre.’—Sal. 68:4.

¿Se disgustó Jehová porque se usara su nombre públicamente y en el círculo familiar? ¿Condenó él a David y a sus contemporáneos, expresándose para ello en los términos del tercer mandamiento: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna”? (Éxo. 20:7) ¡Obviamente no! Dios bendijo abundantemente a David, y su gobernación fue sumamente próspera.

CAMBIO DE PUNTO DE VISTA

Unos cinco siglos más tarde, un profeta fiel de Jehová, Malaquías, usó el Tetragrámaton (las cuatro letras hebreas del nombre de Dios) 48 veces en los cuatro capítulos de su profecía. La palabra que Jehová dio por medio de Malaquías decía en parte: “Desde el nacimiento del sol aun hasta su puesta mi nombre será grande entre las naciones.” Y el punto se repite para énfasis... “‘Mi nombre será grande entre las naciones,’ ha dicho Jehová de los ejércitos.”—Mal. 1:1, 11.

Note además lo que Malaquías escribió sobre sacerdotes de su día: “‘Un hijo, por su parte, honra a un padre; y un siervo, a su magnífico amo. Pues si yo soy un padre, ¿dónde está la honra a mí? Y si soy un magnífico amo, ¿dónde está el temor a mí?’ ha dicho Jehová de los ejércitos a ustedes, oh sacerdotes que desprecian mi nombre.”—Mal. 1:6.

El contexto muestra que los sacerdotes no eran culpables de no usar el nombre de Dios, pero mostraban falta de respeto a ese nombre al ofrecer sacrificios inaceptables. Las Escrituras Hebreas y otros escritos de aquel período muestran que el nombre de Jehová se usaba extensamente. Por ejemplo, ciertos documentos (llamados Papiros Elefantinos) que datan de alrededor del siglo quinto a. de la E.C. y que se hallaron en una colonia judía del norte de Egipto contienen el nombre divino. Sin embargo, hay evidencia de que antes de que los romanos destruyeran a Jerusalén se desarrolló la tendencia supersticiosa de evitar el uso del nombre divino.a Esto pudo haber sucedido debido a una interpretación fanática y extremada del tercer mandamiento... el de no usar el nombre de Dios en vano. (Éxo. 20:7) Pero cuando Dios dio aquel mandato, ¿quiso decir él que su nombre no debería usarse nunca, excepto en ocasiones especiales, extraordinarias, quizás solo en el santuario? Eso no podría ser así, pues cuando el nombre divino se usaba extensamente (como en los días de David), la bendición de Jehová se hacía muy patente en Israel. Pero la bendición divina estaba manifiestamente ausente de la entera nación al tiempo en que Jesucristo vivió en la Tierra y efectuó su ministerio, cuando ya no se usaba el nombre de Dios debido a la tradición religiosa de los judíos. Los líderes religiosos judíos de aquel día se habían alejado tanto de Dios y de sus principios a tal grado que no solo envolvieron el nombre de Dios en la oscuridad del secreto, sino que también se hicieron responsables de la muerte de Su amado Hijo. Varios años después, en 70 E.C., los judíos pagaron un precio terrible por lo que habían hecho, cuando su templo y la ciudad santa de Jerusalén fueron destruidos por los ejércitos romanos.

¿QUÉ HICIERON CRISTO Y SUS DISCÍPULOS?

¿Siguieron Jesucristo y sus discípulos la tradición judía con relación al nombre de Dios? Jesús condenó, de manera valerosa, la tradición de los fariseos y escribas, y libró a sus discípulos de aquellas influencias que causaban muerte espiritual. Dijo a los fariseos y escribas “hipócritas”: “¿Por qué es que ustedes también traspasan el mandamiento de Dios a causa de su tradición? . . . Han invalidado ustedes la palabra de Dios a causa de su tradición.”—Mat. 15:3-9.

¿Usaron entonces Jesús y sus discípulos el nombre de Dios abiertamente? Positivamente, pues todos ellos citaban frecuentemente de las Escrituras que contenían el nombre de Jehová. Ellos usaban a menudo la Versión de los Setenta, una traducción de las Escrituras Hebreas al griego que comenzó a prepararse en Alejandría alrededor del tercer siglo a. de la E.C., y cuyas copias todavía contenían el Tetragrámaton. Es cierto que las copias de la Versión de los Setenta que se hicieron siglos después siguieron la tradición judía de omitir el nombre de Dios. Pero algunos rollos y porciones de la Versión de los Setenta en griego que datan de la época en que Jesús vivió en la Tierra contienen el Tetragrámaton en sus caracteres hebreos.—Vea La Atalaya del 15 de septiembre de 1978, págs. 6-8.

Jesús mismo indicó claramente que él empleaba el nombre divino. Por ejemplo, dijo en oración a su Padre: “He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres que me diste del mundo. . . . Yo les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer.” (Juan 17:6, 26) Además, Jesús enseñó a sus seguidores a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mat. 6:9) ¿Por qué habría hecho Jesús esas declaraciones si no hubiera usado el nombre de Dios?

Por lo tanto, el nuevo pueblo escogido, el Israel espiritual, la congregación cristiana, usó extensamente el nombre de Dios. (Gál. 6:16) Por eso ciertas traducciones de las Escrituras Griegas (el “Nuevo Testamento”) incluyen el nombre de Jehová. Por ejemplo, esto es cierto de Greek Scriptures (Escrituras Griegas) en hebreo, por Franz Delitzsch (1877); The Emphatic Diaglott, por Benjamin Wilson (1864); The Christian’s Bible—New Testament (La Biblia del cristiano... el Nuevo Testamento), por George N. LeFevre (1928), y la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas así como otras traducciones. En contraste, la mayoría de las traducciones han seguido la tradición de los judíos y han omitido el nombre de Dios.

Poco después de los días de Jesús, la predicha apostasía comenzó a corromper la doctrina y el espíritu del cristianismo verdadero. (2 Tes. 2:3; 2 Ped. 2:1-3) Al comenzar la larga noche del “Oscurantismo,” el uso del nombre divino se desvaneció gradualmente.b Por muchos siglos, el conocimiento mismo del nombre de Dios quedó principalmente confinado a los monasterios... disponible solo a doctos como los monjes.

Entonces, ¿cómo llegó a conocerse mundialmente el nombre divino, como se conoce en la actualidad?

[Notas a pie de página]

a Muchos líderes religiosos judíos del primer siglo E.C. estaban bajo la fuerte influencia de la filosofía pagana griega. Por ejemplo, Filón, un filósofo judío de Alejandría, creía que Platón, el famoso filósofo griego, estaba bajo inspiración divina y enseñó que Dios era indefinible y, por lo tanto, no se le podía poner nombre.

b Por más de 1.000 años las enseñanzas de Platón moldearon la teología de la cristiandad. Vea A History of Europe, por H. A. L. Fisher, pág. 52; The Encyclopœdia Britannica, edición de 1964, tomo 18, pág 63.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir