¿Es realmente importante el nombre?
ESTA es una pregunta que muchas personas hacen cuando consideran el asunto del nombre de Dios. “Dios es Dios,” ellas dicen. “¿Por qué se necesita un nombre?”
The Illustrated Bible Dictionary, publicado en 1980 por Tyndale House Publishers, ofrece este comentario sobre la importancia de un nombre en tiempos bíblicos: “Un estudio de la palabra ‘nombre’ en el AT [Antiguo Testamento] revela lo mucho que significa ésta en el idioma hebreo. El nombre no es sencillamente una designación, sino que es significativo con relación a la verdadera personalidad de la persona a quien pertenece el nombre. Puede que se derive de las circunstancias del nacimiento de la persona (Gn. Gé 5:29) o destaque la reputación de ella (Gn. Gé 27:36), y cuando alguien da su ‘nombre’ a algo o a otra persona, dicha cosa o persona llega a estar bajo la influencia y protección de aquél.
Entonces, respecto al nombre de Dios, el Dictionary dice: “Por eso Yavé, en contraste con Elohim [Dios], es un nombre propio, el nombre de una Persona, aunque esta Persona sea divina. Como tal, tiene su propio marco ideológico; presenta a Dios como una Persona y por eso El puede establecer una relación con otras personas humanas . . . , y él habla con los patriarcas como de un amigo a otro.”
De modo que la única manera en que alguien puede acercarse a Dios y establecer una relación personal con él es mediante conocerlo por su nombre, Yavé, o Jehová, y aprender a usar este nombre con gran respeto al rendirle adoración. (Juan 17:26) Ciertamente, los que hagan eso ‘llegarán a estar bajo la influencia y protección de él,’ porque Jehová mismo dice: “Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre.”—Salmo 91:14.