Esas debilidades se pueden vencer
PARECE que hay tres problemas que, más que los demás, perturban tanto a jóvenes como a muchos adultos en nuestro día. ¿Cuáles son? El alcoholismo, el fumar y la masturbación (la cual también se conoce como autoerotismo).
Estos hábitos resultan atrayentes a las debilidades de la carne, y el ambiente moderno contribuye a que sea muy difícil vencerlos. Por ejemplo, por todas partes se anuncia en colores atractivos el licor y los cigarrillos. Una avalancha de literatura, películas y programas de televisión pornográficos excitan las inclinaciones eróticas. Pero esto no quiere decir que no se puedan vencer esos problemas o debilidades.
Ayudas que Dios provee
En este respecto es útil considerar el ejemplo del apóstol Pablo. Aunque era apóstol cristiano, confesó que no hacía las cosas que quería hacer, y hacía las cosas que no quería hacer (Romanos 7:14-25). No obstante, también dijo: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo” (1 Corintios 9:27). De hecho, él pudo decir a sus compañeros judíos: “Varones, hermanos, yo me he portado delante de Dios con conciencia perfectamente limpia hasta este día”. (Hechos 23:1; 22:3.)
¿Qué ayudas nos ha provisto Dios para que ‘aporreemos nuestro cuerpo’? ¿Qué nos puede ayudar a ‘portarnos con conciencia perfectamente limpia’ en relación con debilidades como el alcoholismo, el fumar y la masturbación?
La Palabra de Dios, la Santa Biblia, es una ayuda indispensable. El leerla con regularidad, sí, diariamente, y especialmente porciones como los Salmos, el libro de Proverbios y las Escrituras Griegas Cristianas, puede ser de gran ayuda. Lo cierto es que ‘no de pan solamente vive el hombre, sino de las verdades que salen de la boca de Jehová’ y que se hallan en Su Palabra, las Sagradas Escrituras. (Mateo 4:4.)
Nos fortalecemos espiritualmente cuando leemos la Palabra de Dios y publicaciones cristianas que nos ayudan a entenderla y a ponerla en práctica. Estas publicaciones nos dan una mejor visión de lo que agrada a nuestro Creador, Jehová Dios. Además, desarrollamos buena motivación de los justos preceptos y ejemplos amonestadores que se registran en la Palabra de Dios. Así se nos ayuda a amar —y hacer— lo que es bueno y recto, mientras que odiamos, sí, aborrecemos, lo que es malo, o inicuo. (Salmo 97:10; Romanos 12:9.)
La oración a Dios es otra ayuda excelente. Una y otra vez los cristianos han testificado de lo valiosa que resulta ser la oración cuando luchan contra las debilidades. Este fue el caso de cierta cristiana a quien se le había hecho difícil dejar de fumar. Después de oír una excelente conferencia bíblica sobre el tema de la oración, se fue a casa, le oró intensamente a Jehová Dios para que la ayudara a dejar el vicio, y desde entonces no ha vuelto a tener ese problema (Filipenses 4:6, 7). Cuando le pedimos a Dios con toda sinceridad que nos perdone nuestros pecados, nos sentimos aliviados, y se nos ayuda a empezar en la lucha de nuevo.
El espíritu santo de Dios, o su fuerza activa, también es una ayuda. Podemos recibirlo si lo pedimos en oración. Jesús dijo: “Si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos dones a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”. El espíritu santo es una fuerza poderosa (Lucas 11:13; Zacarías 4:6). Si cedemos a su influencia, recibiremos ayuda, pues el fruto del espíritu incluye gobierno de uno mismo, que es esencial para hacerle frente a los problemas que nos atormentan. (Gálatas 5:22, 23.)
Los cristianos maduros también pueden ser una fuente de ayuda. Sobre todo, esto es cierto de los que están capacitados en sentido espiritual, como los ancianos de congregación. Si depositamos nuestra confianza en algún anciano, podemos recibir mucha ayuda en nuestra lucha. Pero también nos pueden ayudar otros cristianos. Las “mujeres de edad avanzada” pudieran ayudar a las mujeres más jóvenes (Tito 2:3-5). Por ejemplo, cierta enfermera jubilada, que durante toda su vida había fumado mucho, estaba resuelta a dejar de fumar a fin de llenar los requisitos para el bautismo. Fijó una fecha y comunicó su decisión a sus compañeros cristianos más allegados. Pues bien, cada día uno de estos compañeros de creencia o la telefoneaba o la visitaba a fin de prestarle apoyo moral. El resultado fue que antes que terminara la semana había vencido completamente sus ansias de fumar.
De modo que hemos señalado cuatro ayudas básicas: 1) leer y estudiar la Palabra de Dios, junto con literatura cristiana; 2) perseverar en la oración; 3) ceder a la influencia del espíritu santo de Dios; y 4) buscar la ayuda de cristianos maduros. De estas maneras se ha ayudado a una gran cantidad de personas en su lucha contra ciertas debilidades. Sin embargo, a algunas personas se les ha hecho más difícil que a otras vencer sus debilidades. ¿Hay aún otras ayudas que pudieran usar eficazmente?
¿Por qué se les hace más difícil?
¿Por qué se les hace más difícil a algunas personas que a otras vencer ciertas debilidades? Sin duda, a ello contribuye el asunto de la falta de madurez espiritual. Quienquiera que no haga uso de las ayudas ya mencionadas, o que simplemente las use de manera mecánica o superficial, de seguro se le hará más difícil vencer sus debilidades.
La herencia es otro factor. Al parecer, algunas personas han adquirido de sus padres, o aun de sus abuelos, ciertas debilidades, más o menos de la misma manera que uno pudiera ser propenso a cierta enfermedad, como la diabetes. Así, con respecto a las debilidades, parece que los ‘padres son los que comen el agraz y los dientes de los hijos los que tienen dentera’. (Ezequiel 18:2.)
También se puede mencionar la cuestión de con cuanta frecuencia o cuán ávidamente alguien ha seguido un proceder dudoso. Esto tiene mucho que ver con lo arraigada que esté la afición. Para ilustrar: Es muy probable que una persona que sólo se fume media cajetilla de cigarrillos al día tenga menos problemas para dejar de fumar que alguien que se fume tres cajetillas al día: un fumador empedernido.
El ambiente también tiene relación con el problema. Por ejemplo, una esposa tal vez quiera dejar de fumar, pero puede que su esposo y sus hijos adolescentes fumen. A ella se le haría mucho más difícil dejar dicho vicio que a una mujer cuya familia no fume. De igual manera, si antes de adquirir conocimiento bíblico alguien tenía la costumbre de espaciarse en pensamientos inmundos, se le haría más difícil obedecer el mandato de Filipenses 4:8 referente a considerar pensamientos sanos, especialmente si en su trabajo seglar hubiera tenido que estar entre personas cuya conversación fuera lasciva.
Venciendo el abuso de las bebidas alcohólicas
¿De qué otra manera pudiera atacar el problema alguien cuya debilidad pareciera ser poco menos que insuperable? Está lo que se conoce como el enfoque somático. Pudiera llamársele el principio psicosomático a la inversa. El principio psicosomático establece que el cuerpo y la mente son uno, y, por lo tanto, la mente y las emociones (el psyche) afectan al cuerpo (el soma). Pero lo contrario también es cierto; la condición del cuerpo afecta la mente. De aquí que a menudo los pacientes que padecen de cáncer sean víctimas de depresión mental. Por consiguiente, ciertos especialistas en nutrición sostienen que una persona estaría mejor equipada para sobreponerse a las ansias de beber si fortaleciera la salud física mediante desarrollar buenos hábitos de comer.
En cierto experimento, a unas ratas se les dio agua pura y agua mezclada con licor. Algunas ratas bebieron mucho del agua que contenía licor; otras solo bebieron muy poco; y una nunca bebió de ella. Cuando a las ratas se les alimentó con una dieta muy rica en vitaminas y minerales, su consumo de agua mezclada con licor disminuyó mucho por regla general. Pero cuando se les dio una dieta que carecía de muchos de los nutrientes esenciales, todas las ratas comenzaron a beber grandes cantidades del agua mezclada con licor. Las personas a cargo del experimento, entre quienes había varios de los principales investigadores médicos, llegaron a la conclusión de que hay una relación clara entre la posibilidad de convertirse en alcohólico y la mala nutrición; también, que se puede atribuir a las diferencias genéticas el que cada una de las ratas bebiera una cantidad diferente del agua que contenía licor.
Al tratar con personas alcohólicas, algunos miembros de la profesión médica han usado estos hallazgos con buenos resultados. No obstante, los médicos dan énfasis al hecho de que para que el enfoque basado en la nutrición sea eficaz, la persona debe tener un deseo sincero de vencer el hábito de beber, pues sería un error pasar por alto el aspecto moral del alcoholismo. Ellos no están de acuerdo con aquellas personas que quisieran hacernos creer que el alcoholismo es simplemente un problema médico. Tampoco pasan por alto el hecho de que es muy probable que haya habido o culpabilidad o negligencia de parte de las personas que se hicieron alcohólicas, aun cuando el factor genético y la mala nutrición pudieran haber desempeñado un papel decisivo.
Las personas que desean vivir vidas piadosas se interesan especialmente en el punto de vista de Dios sobre el abuso de las bebidas alcohólicas. Su sagrada Palabra indica claramente que las personas que desean el favor divino tienen que evitar a toda costa el darse a la bebida con falta de moderación (Proverbios 23:29-35; 1 Corintios 6:9, 10). Esto da excelente motivación para vencer una debilidad de esta clase.
Cómo dejar de fumar
Cierto médico estaba adicto al tabaco y había tratado repetidas veces de dejar este hábito. Pero no tuvo éxito sino hasta que decidió hacerse cristiano. No fue fácil dejar de fumar, pero tampoco demasiado difícil (2 Corintios 7:1). Sin embargo, otro médico, hermano carnal del primero, se enfrentaba al mismo problema. En su caso, el dejar el hábito le costó un esfuerzo supremo, pues era un fumador empedernido. Aunque con el tiempo tuvo éxito, dijo que el dejar el hábito casi lo llevó a suicidarse.
Algunos especialistas en nutrición sostienen que la buena alimentación puede contribuir a que la persona deje de fumar. Creen que a menudo las personas que están adictas al tabaco padecen de los nervios, tienen mala circulación o pesan demasiado, y que hay mayor probabilidad de que puedan vencer el hábito de fumar si corrigen esos problemas.
Otro enfoque somático (conocido como “Un paso a la vez”) consiste en fumar cigarrillos con cierta clase de filtro. En primer lugar, el fumador usa un filtro que elimina el 25 por 100 de la nicotina. Luego, durante dos semanas, usa uno que quite el 50 por 100; después, uno que elimine el 75 por 100; y, finalmente, uno que elimine el 90 por 100 de la nicotina. Se afirma que después de esto la persona no debería tener la menor dificultad en dejar de fumar completamente.
La lucha contra la masturbación
Otro problema que inquieta a muchas personas, especialmente a los jóvenes, es la masturbación, o el autoerotismo. Es cierto que en la Biblia no se menciona la masturbación. No obstante, puesto que usualmente se relaciona con fantasías sexuales, todos los textos que hablan contra tal forma de pensar y actuar ciertamente condenan esta práctica. Por ejemplo, considere lo que dice Romanos 13:14; Gálatas 5:19, 24; Efesios 5:3-5; 1 Tesalonicenses 4:3-5; 1 Pedro 2:11.
No es nuestro propósito aquí considerar el tema controversialísimo de lo dañina que puede resultar al cuerpo la masturbación. No obstante, es sumamente interesante lo que el finado Alexis Carrel, célebre biólogo y ganador de un premio Nobel, declaró en su libro Man, the Unknown: “Es muy conocido que los excesos sexuales obstaculizan la actividad intelectual”, y que el dominio de sí mismo es esencial para el pleno uso de las facultades mentales de uno. Como ayuda ¿qué enfoque somático pudiera tratarse?
A menudo las personas que se masturban son de disposición sumamente nerviosa y padecen de insomnio. En la medida que puedan mejorar su salud física, fortalecer los nervios y dormir más, también se les hará más fácil ejercer dominio de sí mismas en este asunto.
El abstenerse a la mesa es otra gran ayuda. La Encyclopaedia Britannica (edición de 1959), bajo “Anafrodisiacos”, dice: “Es importante evitar una dieta rica en carnes y especias, y particularmente las bebidas embriagantes”. Muy bien pudiera ser que algunas personas no estén de acuerdo con esta declaración. Sin embargo, prescindiendo de los argumentos que se presenten, puede que sea de ayuda tratar este enfoque somático.
Adhiéranse a las normas bíblicas
Hoy, más que nunca antes, a los miembros de la raza humana se les hace difícil tratar de vivir en armonía con las normas justas que se hallan en la Biblia. Sin duda, entre los factores que contribuyen a ello están la herencia, la crianza de la persona y el ambiente. Y no debe pasarse por alto el hecho de que Satanás el Diablo y sus demonios están resueltos a pervertir a la raza humana (Revelación 12:12). Pero, con la ayuda de Dios y al adherirse a las normas bíblicas, la persona puede resistir con éxito al Adversario. (Santiago 4:7.)
A veces el enfoque somático ha sido útil para tratar los problemas del alcoholismo, el vicio de fumar y la masturbación. Sin embargo, el remedio principal son las ayudas espirituales, que incluyen estudiar la Palabra de Dios y las publicaciones cristianas, perseverar en la oración, ceder a la influencia del espíritu santo de Jehová y recibir la ayuda de cristianos maduros. Con estas ayudas definitivamente se pueden vencer las debilidades angustiosas.
[Recuadro en la página 11]
¿Está usted luchando?
¿Qué debe hacer si se da cuenta de que necesita vencer el abuso de las bebidas alcohólicas, el hábito de fumar o la masturbación? Vea si puede recurrir más a menudo a una o dos de estas ayudas que Dios ha provisto:
1. Lea la Palabra de Dios con regularidad y saque fuerzas de ésta.
2. Ore diariamente a Dios y busque Su consuelo y ayuda.
3. Pida a Dios que le dé Su espíritu santo, o fuerza activa.
4. Recurra a la ayuda que pueden brindarle cristianos maduros.