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  • Precursores del siglo XX
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
w83 15/9 págs. 8-10

Precursores del siglo XX

LA PALABRA “precursor” es conocida por todo el mundo. A menudo se refiere a la primera persona que se establece en una región y prepara el camino para que otras la sigan después. Los esfuerzos que hicieron los precursores del pasado por explorar nuevos territorios ha sido de gran utilidad a generaciones futuras.

¿Hay todavía nuevas fronteras que explorar? Sí. No en el espacio exterior, sino aquí mismo en la Tierra. Necesitamos precursores que abran un camino para salir del atolladero moral, económico y político en que se halla el hombre. Un grupito de individuos dedicados ha estado señalando la salida por más de 100 años. Éstos son los verdaderos precursores del siglo XX.

Los testigos de Jehová usan la Biblia como instrumento para descubrir nuevas rutas (Salmo 119:105). La Palabra escrita de Dios los conduce a su Reino como el único medio de solucionar los difíciles problemas que obstruyen a los gobernantes humanos. No solo se eliminará la angustia del día moderno, sino que las buenas promesas de Jehová van más allá. En el futuro se verá una Tierra paradisíaca (Revelación 21:1-4). Es por medio del gobierno celestial de Dios, con Cristo Jesús como Rey, que se cumplirá esa promesa. Isaías 9:7 dice: “De la abundancia del gobierno principesco y de la paz no habrá fin, sobre el trono de David y sobre su reino a fin de establecerlo firmemente y sustentarlo por medio del derecho y por medio de la justicia, desde ahora en adelante y hasta tiempo indefinido. El mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

Al igual que los primeros precursores, entre quienes hubo hombres, mujeres y jóvenes que participaron en la colonización de nuevas tierras, los testigos de Jehová de diversas edades y de uno u otro sexo participan en esparcir las buenas nuevas de la Biblia. Entre ellos, no obstante, están los que han tomado voluntariamente la delantera, y han dedicado entre 60 y 140 horas cada mes a la obra de evangelizar. Es apropiado que a esos predicadores de tiempo completo se les llame precursoresa.

¿Sería más provechoso que usted participara en ese tipo de servicio de precursor? ¿O preferiría ser otra clase de precursor del siglo XX?

No todo servicio de precursor produce satisfacción

Las personas que han preparado el terreno para algún nuevo método tecnológico o una nueva forma de pensar son también precursores. Sin embargo, el ser precursor en el campo seglar a menudo puede producir frustración y amargura. He aquí algunos de los ejemplos más conocidos.

Por largo tiempo muchas personas han admirado a un precursor de la industria del acero, Andrew Carnegie. Éste fue uno de los hombres más ricos de su época. Como filántropo, regaló millones de dólares. ¿Era feliz? En cierta ocasión en que un periodista le dijo al Sr. Carnegie lo mucho que lo envidiaba, al periodista le sorprendió recibir esta respuesta: “No he de ser envidiado. ¿Cómo puede ayudarme mi riqueza? Tengo sesenta años, y no puedo digerir mi alimento. Daría todos mis millones si pudiera tener juventud y salud”. Entonces, en tono de amargura siguió diciendo: “Gozosamente vendería cualquier cosa para volver a vivir mi vida”.

Otro multimillonario, J. Paul Getty, magnate del petróleo, se hizo eco de ese pensamiento cuando dijo: “El dinero no tiene necesariamente conexión con la felicidad. Quizás con la infelicidad”.

¿Qué hay de una carrera como precursor en el campo de la ciencia? Preste atención a lo que dijo una vez acerca de la ciencia moderna uno de los científicos y precursores más estimados de la física nuclear, Albert Einstein: “En la guerra sirve para que podamos envenenarnos y mutilarnos mutuamente. En la paz ha hecho nuestra vida apresurada e incierta. [...] Ha hecho de los hombres esclavos de maquinaria, quienes en su mayor parte completan su monótono y largo día de trabajo con disgusto”. Además, en una carta que escribió a un amigo, Einstein expresó su amargura al ver que su conocimiento del átomo se usó para fabricar la bomba atómica.

¿Sería más remuneradora una carrera política? Aunque pudiéramos remontarnos a una época en que la sociedad fuera menos compleja, el ser precursor en el campo de la política no nos garantizaría la satisfacción. Por ejemplo, Abraham Lincoln es uno de los políticos más admirados. Sirvió de presidente en la capital de los Estados Unidos. Sin embargo, después de ser asesinado, su propio hijo, Tad, dijo de él: “Nunca se sintió feliz después de venir aquí. Éste no fue un buen lugar para él”.

Ni las riquezas, ni el conocimiento seglar ni la fama aseguran un sentimiento de satisfacción. Muchas personas sueñan con abrir nuevos caminos en el campo comercial, el deportivo, el recreativo, el político o el científico. Van en pos de sus sueños, y, si se realizan y cuando se realizan, terminan diciendo con desilusión: ‘¿Es esto todo cuanto hay?’

El servicio de precursor que sí satisface

Otras personas han escogido emprender una carrera distinta... la obra de predicar de tiempo completo. Es un verdadero estímulo ver lo que han logrado esos precursores, y saber lo que opinan de la labor que llevan a cabo.

En 1923 se invitó a un hombre, su esposa y su hijo a mudarse de su hogar en Trinidad a Sierra Leona. ¿Por qué motivo? Para encabezar la obra de predicar en el África occidental. W. R. Brown y su familia aceptaron la invitación. Poco después de su llegada se alquiló un salón para pronunciar un discurso bíblico. El salón quedó atestado de gente; centenares de personas tuvieron que volverse a sus casas. El siguiente domingo se pronunció otra conferencia: “Al infierno de ida y vuelta... ¿quiénes están allí?” De nuevo el auditorio quedó lleno a capacidad... la gente estaba hambrienta de conocer verdades bíblicas. Y los Brown estaban allí para alimentarla espiritualmente, y abrir el camino como precursores para otros maestros de la Biblia que los seguirían.

Más adelante, en 1930, los Brown partieron hacia Nigeria para organizar la obra de predicar en ese país. Durante los siguientes 17 años, los Brown vieron aumentar la cantidad de congregaciones en Nigeria desde cero hasta 165. También se dedicó tiempo a visitar otros países, como Ghana, Liberia y Gambia, y a pronunciar discursos bíblicos en ellos. A lo largo de todo el África occidental se le llegó a conocer como Brown, el de la Biblia. Hoy en esa parte de África hay más de 131.000 Testigos.

Algo más importante que las cifras, sin embargo, es el efecto que ha tenido en la vida de la gente esa enseñanza bíblica, actividad en la que W. R. Brown y su esposa sirvieron de precursores. El Dr. Azikiwe, gobernador general de Nigeria en 1960, dijo: “He conocido al señor y la señora Brown por unos treinta años, y ellos han contribuido en gran manera a la edificación espiritual de nuestro pueblo en Nigeria [...] Si todas las sectas religiosas fueran como los testigos de Jehová, no tendríamos asesinatos, robos, delincuencias, presos ni bombas atómicas. Las puertas no se cerrarían con llave día tras día”.

¿Cómo se sintió W. R. Brown, “el de la Biblia”, después de servir 53 años como ministro precursor? Dijo: “¡Qué gozo es el ver a hombres y mujeres llegar a ser obedientes a las buenas nuevas del Reino de Dios! [...] Amo el servicio de precursor. Es uno de los privilegios más altos que se le pueden ofrecer a una criatura humana, ¡el ser un embajador de Jehová!”. ¿Ama usted, también, el servicio de precursor?

Kathe B. Palm comenzó su carrera en la obra de predicar de tiempo completo en 1931. Cuarenta y seis de esos años los ha pasado en Chile, América del Sur, testificando de un extremo del país al otro. Al reflexionar en su carrera como precursora, ella dice: “¡No hubiera podido hallar ningún otro trabajo que me hubiera traído tanto contentamiento, ni que hubiera sido tan remunerador en sentido espiritual [...] Me produce un sentimiento de satisfacción y alegría el ver que muchísimas de las personas con quienes he conducido estudios bíblicos están publicando las buenas nuevas y ayudando a otras a venir al agua de vida. Las invité a beber de las aguas de la verdad, y ahora ellas están invitando a otras personas”. Cuando comenzó su servicio en 1936, solo había 50 Testigos activos en todo Chile. Ahora hay más de 18.000 Testigos. ¿Ha gustado usted el contentamiento y la recompensa espiritual del servicio de precursor?

En 1967 Malinda Z. Keefer dijo: “Mi felicidad brota en gran parte del hecho de que por más de cincuenta años me ofrecí como voluntaria anuente en el servicio de tiempo completo”. ¡Hasta el día de hoy tiene un registro de 75 años como precursora! Allá en junio de 1907, insatisfecha con testificar de casa en casa sólo los domingos por la mañana, expresó al hermano Russell, presidente de la Sociedad Watch Tower, su deseo de emprender el servicio de tiempo completo. Ella dudó, sin embargo, de que tuviera suficiente conocimiento. El hermano Russell le dijo: “Si quieres esperar hasta que lo adquieras todo jamás comenzarás, en cambio aprenderás a medida que hagas el trabajo”. Al siguiente mes comenzó su carrera de precursora, que la ha llevado a 15 estados de los Estados Unidos. Aunque ya cumplió 99 años de edad, Malinda todavía se halla activa en el ministerio de precursor.

Un buen trampolín para alcanzar la carrera de precursor es el servicio de precursor auxiliar. El dedicar sólo 60 horas al mes a predicar puede convertirse en una experiencia placentera para usted. Jehová nos invita a ‘gustar y ver’ que el adorarle es bueno (Salmo 34:8). Este tipo de servicio de precursor es una muestra que le ayudará a ‘gustar’ cómo es el predicar y el enseñar de tiempo completo. Si nunca ha gustado así la obra de precursor, aún no ha descubierto el gozo y la satisfacción que se derivan del evangelizar de tiempo completo.

¿Ha considerado usted seriamente la carrera que emprenderá? ¿Puede usted, también, aceptar esa herencia maravillosa de la obra de precursor? ¿Se unirá a las crecientes filas de predicadores de tiempo completo, y llegará a ser un precursor del siglo XX?

[Nota a pie de página]

a Vea el Webster’s Third New International Dictionary, página 1721, bajo “pioneer” (precursor).

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