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  • Siga buscando como a tesoros escondidos
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
w89 15/3 págs. 4-6

Siga buscando como a tesoros escondidos

¡CUÁN inapreciables son las joyas de sabiduría que se hallan en la Palabra de Dios, la Biblia! Estas joyas revelan el propósito divino y ponen ante nosotros emocionantes perspectivas. Suministran consuelo y nos muestran cómo agradar a Dios. (Romanos 15:4.) Estas alhajas también nos ayudan a manifestar sabiduría en nuestros tratos con otros. Sí, la sabiduría procedente de Dios nos ayuda a caminar en “la senda de la vida” con satisfacción y felicidad. (Salmo 16:11; 119:105.)

Puesto que los beneficios de la sabiduría son muchos, deberíamos estimarla profundamente. “Todos los dichos de mi boca son en justicia —dice la sabiduría personificada—. Entre ellos no hay nada avieso ni torcido. Todos ellos son derechos al que discierne, y rectos a los que hallan conocimiento. Acepten mi disciplina y no plata, y conocimiento más bien que oro escogido. Porque la sabiduría es mejor que los corales, y todos los otros deleites mismos no pueden ser igualados a ella.” (Proverbios 8:8-11.)

¿Por qué seguir buscando?

Por lo general resulta improductivo buscar joyas, oro o plata enterrados. Pero no tiene que ser así cuando buscamos la sabiduría piadosa. Pero ¿cómo podemos tener éxito en esta búsqueda? Pues bien, el éxito depende de cuánto deseemos ese tesoro y con cuánto ahínco nos esforcemos por hallarlo. Si reconocemos su verdadero valor, lo pondremos sobre toda cosa preciosa que tengamos. Después de todo, “el conseguir sabiduría es ¡oh, cuánto mejor que el oro! Y el conseguir entendimiento ha de escogerse más que la plata”. (Proverbios 16:16.)

Proverbios 2:1-6 nos exhorta así: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento; si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo, si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios. Porque Jehová mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento”.

Puesto que los tesoros enterrados están ocultos, es necesario buscarlos. Mientras los buscan, algunos sacrifican tiempo de recreación, el alimento y hasta el sueño. Pero vale la pena todo el esfuerzo cuando se halla el tesoro. Tenemos que hacer sacrificios similares para buscar la sabiduría de Dios. Tal como el buscar tesoros enterrados exige cavar con empeño, así el buscar sabiduría requiere perseverancia. No basta con examinar superficialmente la Biblia y las publicaciones cristianas. Para hallar las alhajas espirituales se necesita tiempo, investigación y meditación. ¡Pero qué deleite cuando adquirimos perspicacia respecto a las Escrituras! (Nehemías 8:13.)

Éxito en buscar tesoros

Sí, la felicidad es el resultado de investigar la Palabra de Dios y hallar joyas de sabiduría. (Proverbios 3:13-18.) Con ese fin, debemos formar una buena biblioteca personal o de familia. Pero ¿qué debería contener? Además de un buen diccionario, para los testigos de Jehová es también útil tener varias traducciones de las Escrituras, junto con publicaciones bíblicas cristianas, entre ellas los ejemplares de cada año de La Atalaya y su publicación hermana, ¡Despertad! Por supuesto, tenemos que dar buen uso a la biblioteca para beneficiarnos como buscadores de tesoros.

En nuestra búsqueda de sabiduría, debemos consultar las secciones de temas y de textos bíblicos de los Índices de las publicaciones Watch Tower, o los índices al fin de los libros y de los volúmenes encuadernados de las revistas de la Sociedad Watch Tower. Estos son instrumentos básicos para buscar la sabiduría piadosa. En realidad son como un mapa que puede llevarnos a “tesoros escondidos” de la sabiduría piadosa. (Proverbios 2:4.) Si no tenemos ciertas publicaciones necesarias para la investigación, pudiéramos consultar las que están en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová de la localidad.

Ilustremos ahora lo que es una búsqueda eficaz de un tesoro. En nuestra lectura de la Biblia, quizás nos preguntemos cómo murió Judas Iscariote después de traicionar a Jesucristo. Mateo 27:5 declara que Judas “se fue y se ahorcó”. Pero Hechos 1:18 dice: “Cayendo de cabeza, reventó ruidosamente por en medio, y todos sus intestinos quedaron derramados”. Entonces, ¿cómo murió Judas? Se puede hallar una respuesta investigando estos textos entre los que se alistan en el Índice de 1976 a 1980, o bajo el encabezamiento “Judas Iscariote” y el encabezamiento secundario “muerte”. También se puede buscar en el libro Ayuda para entender la Biblia, bajo “Judas” y el encabezamiento secundario “su muerte”, en la página 957, que nos dice: “Mateo describe [...] la manera en que intentó suicidarse, mientras que en Hechos se registra el resultado. Combinando ambos relatos, parece que Judas intentó ahorcarse sobre algún peñasco, pero la cuerda o la rama se rompió, de modo que cayó y se reventó en las rocas que había abajo. La topografía de los alrededores de Jerusalén permite esta explicación”.

El uso de una concordancia nos permite buscar textos bíblicos sobre un asunto que nos interesa. Por supuesto, al considerar un texto debemos tomar en cuenta el contexto. Para ilustrar esto, consideremos Salmo 144:12-14. Según estos versículos, ciertas personas dicen: ‘Nuestros hijos son como plantas, nuestras hijas como esquinas entalladas al estilo de palacio, nuestros graneros están llenos, nuestros rebaños se multiplican por millares, nuestro ganado está cargado sin aborto’. Pudiéramos pensar que estas palabras aplican al pueblo de Dios, pero el contexto muestra que no es así. En el Sl 144 versículo 11, el salmista David suplica que se le libre de los que hablan lo que no es cierto. Ellos se jactaban de sus hijos, hijas, rebaños y ganado. Según el Sl 144 versículo 15, esos malhechores dicen: “¡Feliz es el pueblo para quien es justamente así!”. Al contrario, sin embargo, David exclamó: “¡Feliz es el pueblo cuyo Dios es Jehová!”.

¡Abundan las alhajas espirituales!

Ciertamente nos ocasiona felicidad el hallar la sabiduría que buscamos. Entre las joyas espirituales que podemos hallar mediante la investigación están respuestas satisfactorias a preguntas bíblicas. Son muchas las respuestas que podemos hallar si seguimos buscando. Por ejemplo, ¿de dónde vino la esposa de Caín? La Atalaya del 1 de abril de 1982, página 4, dijo: “La Biblia nos dice que Adán y Eva tuvieron muchos hijos, no solo dos [Caín y Abel]. ‘Los días de Adán después de engendrar a Set [otro hijo] llegaron a ser ochocientos años. Entretanto llegó a ser padre de hijos e hijas.’ (Génesis 5:4.) Dada esta información, ¿de dónde diría usted que Caín obtuvo su esposa? Sí, ha debido casarse con una de sus propias hermanas. Hoy, esto tal vez sería peligroso para cualesquier hijos que nacieran de padres tan estrechamente relacionados. Pero a principios de la historia humana, cuando la humanidad estaba mucho más cerca de la perfección, esto no presentaba ningún problema”.

Pero suponga que leemos el libro de Proverbios. Al notar lo que dice en Proverbios 1:7, pudiéramos preguntarnos: ‘¿Qué es “el temor de Jehová”?’. La investigación pudiera llevarnos a La Atalaya del 15 de mayo de 1987, que dijo: “Es reverencia profunda y sano temor de desagradarle porque apreciamos su bondad amorosa y benignidad. Tener ‘el temor de Jehová’ significa reconocer que él es el Juez Supremo y el Todopoderoso, que tiene derecho y poder para imponer castigo o dar muerte a los que le desobedecen. También significa servir fielmente a Dios, confiando de lleno en él, y odiando lo que a su vista es malo”.

¡Siga buscando!

La Atalaya se publica para ayudar a los sinceros buscadores de la sabiduría a hallar alhajas espirituales inapreciables. Todos necesitamos sabiduría y entendimiento de la Palabra de Dios. Dice Proverbios 4:7, 8: “La sabiduría es la cosa principal. Adquiere sabiduría; y con todo lo que adquieres, adquiere entendimiento. Estímala altamente, y ella te ensalzará. Te glorificará porque la abrazas”.

Solo mediante adquirir perspicacia respecto a las Escrituras y usar bien la sabiduría podemos hallar verdadera felicidad. Sí, y solo mediante ejercer la sabiduría piadosa podemos agradar a Jehová Dios. Por eso, que nadie le impida buscar la sabiduría como a tesoros escondidos.

[Ilustración en las páginas 4, 5]

El buscar tesoros escondidos exige gran esfuerzo. ¿No deberíamos perseverar en nuestra búsqueda de la sabiduría piadosa?

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