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  • Magníficas perspectivas para el hombre en un paraíso agradable

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  • Magníficas perspectivas para el hombre en un paraíso agradable
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
w89 1/8 págs. 15-21

Magníficas perspectivas para el hombre en un paraíso agradable

“Los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’.” (GÉNESIS 1:28.)

1, 2. ¿Qué fin tienen las obras amorosas de Jehová con relación a los humanos, y qué asignaciones de trabajo dio Jehová a Adán?

“DIOS es amor”, nos dice la Santa Biblia. Él está interesado amorosa y altruistamente en la humanidad y trabaja continuamente para que los humanos disfruten para siempre de una vida con salud y paz en un agradable paraíso terrestre. (1 Juan 4:16; compárese con Salmo 16:11.) El primer hombre, el perfecto Adán, tenía una vida tranquila y trabajo interesante y agradable. El Creador del hombre le dio la asignación de cultivar el deleitable jardín de Edén. El Creador del hombre ahora le dio otra tarea, una tarea especial, una asignación estimulante, como lo revela el relato de lo que sucedió:

2 “Ahora bien, Jehová Dios estaba formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos, y empezó a traerlas al hombre para ver lo que llamaría a cada una; y lo que el hombre la llamaba, a cada alma viviente, ese era su nombre. De modo que el hombre iba dando nombres a todos los animales domésticos y a las criaturas voladoras de los cielos y a toda bestia salvaje del campo”. (Génesis 2:19, 20.)

3. ¿Por qué no manifestaban temor ni Adán ni la creación animal?

3 El hombre llamó al caballo sus, al toro schohr, a la oveja seh, a la cabra ʽez, a un pájaro ʽohf, a la paloma yoh·náh, al pavo real tuk·kí, al león ʼar·yéh o ʼarí, al oso dov, al simio qohf, al perro ké·lev, a la serpiente na·jásch, y así por el estiloa. Cuando fue al río que fluía del jardín de Edén, vio peces. A los peces dio el nombre de da·gáh. El hombre, que no tenía armas, no temía a estos animales, ni a los domésticos ni a los salvajes, tampoco a las aves, y estos no temían al hombre, a quien instintivamente reconocían como superior, un género de vida superior. Eran criaturas hechas por Dios, dotadas de vida por Él, y el hombre no quería causarles daño ni quitarles la vida; no se inclinaba a ello.

4. ¿Qué pudiéramos suponer que envolvería el que Adán diera nombres a todos los animales y aves, y qué clase de experiencia tiene que haber sido esa?

4 El relato no nos dice precisamente por cuánto tiempo se le mostraron al hombre los animales domésticos y los salvajes y las criaturas voladoras de los cielos. Todo fue por guía y arreglo de Dios. Puede que Adán haya estudiado con detenimiento cada animal diferente y observado sus hábitos distintivos y su estructura; entonces seleccionaría un nombre especialmente apropiado para ese animal. Esto pudiera significar que dedicó una cantidad considerable de tiempo a esto. Fue una experiencia muy interesante para Adán familiarizarse así con las diferentes criaturas de esta Tierra en sus diversos géneros, y exigió gran aptitud mental y poder de expresión hablada el que él pudiera distinguir con un nombre apropiado a cada uno de estos géneros de criaturas vivientes.

5-7. a) ¿Qué preguntas quizás surgirían? b) ¿Qué clase de respuestas se dieron en el relato de la creación en Génesis 1:1-25?

5 Pero ¿en qué orden habían sido creadas todas estas criaturas vivientes? ¿Fueron creados antes de las aves los animales que andaban por tierra? Y con relación a todas las criaturas vivientes inferiores, ¿en qué tiempo y orden había llegado a existir el hombre? ¿Cómo preparó Dios la superficie terrestre para tan amplia variedad de criaturas vivientes, proveyó el aire en el cual volaran las aves a tales alturas, suplió el agua que se había de beber y la vida vegetal que serviría de alimento, hizo una gran lumbrera que diera luz al día para que el hombre pudiera ver, e hizo la lumbrera menor para hermosear la noche? ¿Por qué era el clima tan agradable y cálido que el hombre podía moverse y trabajar y dormir sin cubrirse, desnudo?

6 No se dejó al hombre el adivinar la respuesta a estas preguntas. Su mente inquisitiva merecía respuestas inteligentes de una fuente con autoridad que tuviera información exacta. Como hijo de Dios, no fue abandonado a la ignorancia; probablemente su elevado grado de inteligencia fue dignificado con la historia maravillosa de la creación como se da en Génesis 1:1-25.

7 Adán estaría muy agradecido por aquel emocionante relato de la creación. Explicaba muchas cosas. Por la fraseología del relato, Adán entendió que habían transcurrido tres largos espacios de tiempo —que Dios había llamado días según Su manera de medir el tiempo— antes del cuarto período de creación en el cual Dios había hecho que en la expansión de los cielos aparecieran las dos grandes lumbreras que señalarían o marcarían el día de 24 horas del hombre, un período mucho más corto. Este día humano más corto en la Tierra era el tiempo desde la caída de la gran lumbrera hasta su siguiente descenso. Adán también se dio cuenta de que para él habría años de tiempo, y es probable que inmediatamente empezara a contar los años de su vida. La lumbrera mayor en la expansión de los cielos le permitiría hacer eso. Pero en cuanto a los días de creación de Dios, aquellos períodos más largos, el primer hombre comprendió que vivía entonces en el sexto día de la obra de creación terrestre de Dios. Todavía no se le había mencionado que había llegado el fin de aquel sexto día en que se había creado a todos aquellos animales terrestres y entonces al hombre por separado. Ahora Adán entendería el orden en que fueron creados la vida vegetal, la vida marina, la vida alada y los animales terrestres. Pero por sí solo en el jardín de Edén, Adán no era la expresión plena, completa, del propósito amoroso de Dios para el hombre en su Paraíso terrestre.

Creación de la primera mujer

8, 9. a) ¿Qué observó el hombre perfecto en cuanto a la creación animal, pero a qué conclusión llegó en cuanto a sí mismo? b) ¿Por qué fue apropiado que el hombre perfecto no le pidiera compañera a Dios? c) ¿Cómo describe el relato bíblico la creación de la primera esposa humana?

8 El primer hombre, con su mente y sus facultades de observación perfectas, vio que en el reino de las aves y el reino animal había macho y hembra, y que estos se unían para reproducir su género. Pero en cuanto al hombre, esto no era todavía así. Si el observar esto lo llevó a pensar en tener también una compañera, no halló nada apropiado como tal en el reino animal, ni siquiera entre los simios. Adán llegaría a la conclusión de que no había consorte para él, porque si la hubiera habido, ¿no se la habría traído Dios? Al hombre se le había creado por separado de todos aquellos géneros animales, ¡y la intención era que fuera diferente! Él no tendió a decidir los asuntos por sí mismo ni a hacerse insolente y pedir a Dios su Creador una compañera. Fue apropiado que el primer hombre dejara todo aquel asunto en manos de Dios, porque poco después descubrió que Dios había llegado a Sus propias conclusiones respecto a aquella situación. Sobre esto y lo que entonces sucedió, el relato nos dice:

9 “Pero para el hombre no se halló ayudante como complemento de él. Por lo tanto Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la carne sobre su lugar. Y Jehová Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al hombre. Entonces dijo el hombre: ‘Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada esta’. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne. Y ambos continuaban desnudos, el hombre y su esposa, y sin embargo no se avergonzaban”. (Génesis 2:20-25.)

10. ¿Cómo respondió el hombre perfecto cuando Dios le presentó la mujer perfecta, y qué pueden haber indicado sus palabras?

10 Adán expresó satisfacción completa en sus palabras cuando Dios le presentó la mujer perfecta como ayudante y complemento: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Esas palabras que dijo cuando finalmente vio a su esposa recién creada pudieran indicar que Adán había esperado ya por algún tiempo antes de recibir a su deleitable compañera humana. Al describir a su complemento, Adán llamó a su esposa “Mujer” (ʼisch·scháh o, literalmente: “varona”), “porque del hombre fue tomada esta”. (Génesis 2:23, Biblia con Referencias [Traducción del Nuevo Mundo] nota al pie de la página.) Adán no se consideraba en parentesco carnal con las criaturas voladoras ni los animales terrestres que Dios le había hecho notar antes para que les diera nombre. Su carne difería de la de ellos. Pero esta mujer sí era de su género carnal. El hueso de costilla tomado del costado de Adán producía la misma clase de sangre que circulaba en el cuerpo de aquel primer hombre. (Véase Mateo 19:4-6.) Ahora él tenía a una persona para la cual podría ser profeta de Dios, y con quien podría compartir el maravilloso relato de la creación.

11-13. a) ¿Qué preguntas pudieran surgir debido a que Adán recibió una esposa? b) ¿Qué propósito tenía Dios para la primera pareja humana? c) ¿Qué serviría de alimento para la familia humana perfecta?

11 Pero ¿qué fin tenía el Creador al darle al hombre una esposa? ¿Era simplemente suministrarle una ayudante y complemento, una compañera de su propio género para que él no se sintiera solo? El relato explica el propósito de Dios cuando nos cuenta de la bendición divina sobre aquel matrimonio:

12 “Y Dios pasó a decir: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra’. Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’.

13 ”Y Dios pasó a decir: ‘Miren que les he dado toda vegetación que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de árbol que da semilla. Que les sirva de alimento. Y a toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura voladora de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma he dado toda la vegetación verde para alimento’. Y llegó a ser así”. (Génesis 1:26-30.)

Lo que esperaba a la primera pareja humana

14. Con la bendición de Dios, ¿qué futuro se puso ante el hombre y la mujer perfectos, y qué podían esperar, apropiadamente?

14 ¡Qué maravilloso fue que aquel hombre perfecto y su esposa perfecta oyeran la voz de Dios hablándoles, diciéndoles qué hacer, y bendiciéndolos! Con la bendición de Dios, la vida no sería en vano, sino que ellos podrían hacer lo que se les dijera que hicieran. ¡Qué futuro podrían tener! Mientras aquella feliz pareja casada estaba allí en su hogar, el jardín de Edén, quizás meditó sobre lo que sucedería a medida que ellos cumplieran la voluntad de Dios para ellos. Podían visualizar el futuro distante y ver, no solo el “jardín de Edén, hacia el este”, sino toda la Tierra llena de hombres y mujeres de rostros radiantes. (Génesis 2:8.) ¡Cómo se emocionaría el corazón del hombre y el de la mujer al pensar ellos en que todas estas personas serían sus hijos, sus descendientes! Y todos serían perfectos, sin defecto en la forma y estructura corporal, con juventud perpetua que abundara en excelente salud y el gozo de vivir, y todos expresarían amor perfecto unos a otros, y adorarían en unión a su gran Creador, su Padre celestial, junto con los primeros padres humanos. ¡Cuánto debe haber conmovido al primer hombre y la primera mujer la idea de tener tal familia!

15, 16. a) ¿Por qué habría abundancia de alimento para la familia humana? b) A medida que la feliz familia humana creciera, ¿qué trabajo tendría fuera del jardín de Edén?

15 Habría abundancia de alimento para todo miembro de esta familia humana que llenaría toda la Tierra. Hubo abundancia de alimento para empezar, allá en el jardín de Edén. Dios había provisto para ellos y les había dado toda la vegetación que llevaba semilla para que les sirviera de alimento sano y sostenedor de la vida, junto con los árboles que daban fruto. (Compárese con Salmo 104:24.)

16 A medida que su feliz familia creciera, extenderían el jardín hasta tierras más allá de los límites de Edén, porque las palabras de Dios indican que fuera del jardín de Edén la Tierra no estaba en condición preparada. Por lo menos no estaba atendida y no había sido llevada al mismo alto nivel de cultivo que se veía en el jardín de Edén. Por eso su Creador les dijo que ‘sojuzgaran’ la Tierra mientras la llenaban. (Génesis 1:28.)

17. ¿Por qué habría abundancia de alimento para la población creciente, y, con el tiempo, qué se vería como resultado de extenderse el jardín?

17 A medida que personas perfectas cultivaran y cuidaran y extendieran el jardín, la tierra sojuzgada rendiría abundante producto para la población en crecimiento. El jardín iría extendiéndose constantemente hasta al fin cubrir toda la Tierra, y por todo el planeta florecería un paraíso como hogar eterno de la humanidad. Visto desde el cielo, aquel sería un lugar hermoso, y el Creador celestial podría pronunciarlo muy bueno. (Compárese con Job 38:7.)

18. ¿Por qué estaría libre de disturbio el jardín de Edén extendido por toda la Tierra, y qué condición de paz habría?

18 Todo sería tan apacible y estaría tan libre de perturbaciones como aquel jardín de Edén en el que se hallaban el hombre y la mujer recién casados. No habría que temer que viniera peligro ni daño de ninguno de aquellos animales y criaturas voladoras que inspeccionó el primer hombre, Adán, cuando les dio nombre. Como sus primeros padres humanos, los habitantes perfectos del Paraíso extendido por toda la Tierra tendrían en sujeción los peces del mar, las criaturas voladoras de los cielos y toda cosa viviente que se moviera en la Tierra, hasta las bestias salvajes del campo abierto. Puesto que en estas criaturas inferiores funcionaría el sentido instintivo de sujeción al hombre, quien fue creado “a la imagen de Dios”, estarían en paz con él. Al tener en sujeción a estas criaturas vivientes inferiores, sus tiernos amos humanos perfectos promoverían un ambiente de paz entre la creación animal. La influencia pacificante de estos amos humanos a la imagen de Dios se extendería como protección sobre las criaturas vivientes inferiores, y ellas manifestarían contentamiento. Sobre todo, la humanidad perfecta estaría en paz con Dios, y la bendición divina nunca les sería quitada. (Compárese con Isaías 11:9.)

Dios descansa de sus obras de creación

19. a) Con relación al propósito de Dios, ¿de qué tenían que haberse dado cuenta el primer hombre y la primera mujer? b) ¿Qué indicó Dios en cuanto a tiempo?

19 Cuando la pareja humana perfecta visualizara la escena del propósito divino ya completado en la Tierra, se daría cuenta de algo. Requeriría tiempo el realizar esta maravillosa comisión divina. ¿Cuánto tiempo? Su Creador y Padre celestial sabía. Él les indicó que la gran serie de días de creación había llegado ahora a otro momento de cierre, y que ellos estaban en la “tarde”, el principio de un nuevo día según Dios mismo contaba los días de creación. Sería un día bendito y santificado para el propio propósito puro y justo de Dios. El hombre perfecto, el profeta de Dios, notó esto. El relato inspirado nos dice:

20. ¿Qué dice el relato bíblico sobre “el día séptimo”?

20 “Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto. Así quedaron terminados los cielos y la tierra y todo su ejército. Y para el día séptimo Dios vio terminada su obra que había hecho, y procedió a descansar en el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y Dios procedió a bendecir el día séptimo y a hacerlo sagrado, porque en él ha estado descansando de toda su obra que Dios ha creado con el propósito de hacer. Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo”. (Génesis 1:31–2:4.)

21. a) ¿Dice la Biblia que Dios haya terminado su día de descanso y que ese día haya sido muy bueno? Explique. b) ¿Qué preguntas surgen?

21 El relato no dice que Dios terminó su día de descanso y vio que era muy bueno y que llegó a haber tarde y mañana, un día séptimo. Para corresponder con los seis días de creación anteriores, el séptimo día todavía tiene que ser pronunciado muy bueno, porque no ha terminado aún. ¿Puede Jehová Dios pronunciar muy bueno hasta ahora ese día? ¿Ha sido un día de reposo apacible para él hasta ahora? ¿Qué hay de la emocionante perspectiva que habían visto para sí el primer hombre y la primera mujer cuando Dios los unió en matrimonio en el Paraíso? Veamos cómo se desenvuelve la escena en el artículo siguiente.

[Nota a pie de página]

a Estos nombres se hallan en el texto hebreo de Génesis y en otros libros inspirados de las Escrituras Hebreas.

¿Qué respondería usted?

◻ ¿Qué trabajo asignó Dios a Adán además de atender el jardín, y qué envolvía este?

◻ ¿Qué revela el relato de la creación en Génesis 1:1-25?

◻ ¿Cómo fue creada la primera esposa humana, y cuál fue la reacción de Adán cuando Dios unió como matrimonio a aquella pareja?

◻ ¿Qué perspectivas tenía la primera pareja humana?

◻ ¿Cómo indicó Dios que se había llegado a otro momento de cierre en la gran serie de días de creación?

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