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Ministerio del Reino 1974
km 7/74 págs. 3-6

¿Cómo está usted usando su vida?

¿NO ES evidente que la mayoría de la humanidad está viviendo su vida para sí misma? Están usando sus vidas para lo que ellos creen conveniente, sin preocuparse por los demás. ¿Pero qué hay de nosotros? El apóstol Pablo escribió a consiervos de Jehová, diciendo: “Ninguno de nosotros, de hecho, vive con respecto de sí mismo únicamente, y ninguno muere con respecto de sí mismo únicamente; pues tanto si vivimos, vivimos para Jehová, como si morimos, morimos para Jehová. Por consiguiente, tanto si vivimos como si morimos, pertenecemos Jehová.”—Rom. 14:7, 8.

Esto es algo en lo cual todos debemos pensar seriamente: Sería enteramente inapropiado para nosotros, que mientras afirmamos ser el pueblo de Jehová, tratáramos de vivir nuestra vida con respecto a nosotros mismos. Como escribió el apóstol Pablo: “Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque fueron comprados por precio. Sin falta, glorifiquen a Dios.”—1 Cor. 6:19, 20.

¿No estamos agradecidos de que Jehová Dios nos comprara y de que ahora le pertenecemos a Él? Él nos ha comprado con la vida de su querido Hijo de manera que la muerte eterna no tiene que ser nuestra suerte, sino que tenemos delante de nosotros la oportunidad de disfrutar de vida eterna. (Juan 3:16, 36) ¿Cómo lo afecta a usted esta provisión amorosa de Dios? ¿No hace que usted desee mostrar a Jehová su profundo aprecio? El apóstol Pedro declaró que si tenemos disposición mental apropiada nos sentiremos impulsados a “vivir el resto de [nuestro] tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.”—1 Ped. 4:2.

¿Es eso lo que usted está haciendo? ¿Está viviendo usted ya, no sencillamente para satisfacer sus ambiciones o deseos personales, sino más bien para hacer la voluntad de Dios? ¿Hay maneras en las que usted pudiera participar más cabalmente en hacer la voluntad de Dios?

La voluntad de Dios para nosotros

Jehová hace claro en su Palabra que su voluntad para nosotros hoy en día incluye el efectuar una gran obra de predicar el Reino antes que venga el fin de este sistema. (Mat. 24:14) Jesucristo hizo una obra semejante. Dijo: “También a las otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.”—Luc. 4:43.

Jesús no se retrajo, más bien trabajó de toda alma en su sacrificio a Dios. Cuando leemos los relatos históricos de su ministerio en los Evangelios, ¡cuán impresionados nos quedamos con la energía y el celo que él desplegó en la predicación del Reino! Jesús sabía que él solo tenía poco tiempo, y no se ahorró ni trabajos ni molestias para cumplir con su asignación. ¿No deberíamos nosotros imitar su ejemplo hoy, especialmente en vista de que tenemos tan poco tiempo para completar la predicación del Reino?

¡Sí, el fin de este sistema está muy cerca! ¿No es esa razón suficiente para aumentar nuestra actividad? Con respecto a esto podemos aprender algo del corredor que desplega un esfuerzo supremo final de velocidad cerca del fin de la carrera. Mire a Jesús, que evidentemente aceleró su actividad durante sus últimos días en la Tierra. De hecho, ¡más de 27 por ciento del material de los Evangelios está dedicado solamente a la última semana del ministerio terrestre de Jesús!—Mat. 21:1–27:50; Mar. 11:1–15:37; Luc. 19:29–23:46; Juan 11:55–19:30.

Por medio de cuidadosamente examinar nuestras propias circunstancias y orar acerca de ello, nosotros también hallaremos que podemos dedicar más tiempo y energía a predicar durante este período final antes de que termine el sistema actual. Muchos de nuestros hermanos y hermanas están haciendo exactamente eso. Esto es evidente por el número de precursores, que sigue aumentando rápidamente.

Sí, desde el verano de 1973 ha habido nuevos máximos de precursores cada mes. Ahora hay 20.394 precursores regulares y especiales en los Estados Unidos, un máximo de todos los tiempos. ¡Eso es 5.190 más de los que había en febrero de 1973! ¡Un aumento de 34 por ciento! ¿No alienta eso nuestro corazón? Hay informes de hermanos que están vendiendo sus hogares y propiedades y están haciendo planes para terminar el resto de sus días en este viejo sistema en el servicio de precursor. Ciertamente esa es una excelente manera de usar el corto tiempo que queda antes del fin de este mundo inicuo.—1 Juan 2:17.

Ciertas circunstancias, como la mala salud o responsabilidades con relación a su familia, quizás limiten lo que usted puede hacer en el ministerio del campo. Y sin embargo, entre los precursores hay muchos que tienen salud limitada, así como algunas personas con familias. Pero estos hermanos y hermanas pueden arreglar sus vidas a fin de poder encargarse de sus responsabilidades y aún así dedicar 1.200 horas al año, un promedio de 100 horas al mes en el ministerio del campo, lo cual es el requisito para los precursores.

Por lo tanto, no descarte rápidamente la posibilidad de que usted también, pueda servir de precursor. Considérelo cuidadosamente y ore acerca de ello. Tal vez un análisis le revelará que su vida está sobrecargada de responsabilidades y pesos innecesarios que pueden ser removidos a fin de que pueda ser precursor. Este particularmente pudiera ser el caso si uno es soltero, o es casado y no tiene hijos.—Heb. 12:1.

De modo que, pregúntese: ¿Cómo estoy usando mi vida? ¿Puedo hacer ajustes que me ayudarán a ser precursor? Si puedo, ¿indicaría el no hacerlo que estoy viviendo para satisfacer deseos personales, en vez de para hacer Su voluntad? Todos nosotros queremos poder decir como dijo el apóstol Pablo: “En verdad, la vida que ahora vivo en carne la vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. No echo a un lado la bondad inmerecida de Dios.”—Gál. 2:20, 21.

Verdaderas bendiciones aguardan a los que puedan ajustar sus asuntos para ser precursores. Primeramente, hay un aumento de gozo al participar de tiempo cabal en la obra de predicar que Dios se propone que todos sus siervos hagan ahora. El servir de precursor ensancha su oportunidad de ‘salvar’ a los miembros en perspectiva aún esparcidos de la “grande muchedumbre.” (1 Tim. 4:16; Rev. 7:9, 14) Además, quizás le haga accesible el privilegio de ser enviado como precursor especial a un territorio que no se trabaje frecuentemente. Y para los que están sirviendo de precursor, hay la posibilidad de recibir la oportunidad de ser entrenados en la Escuela de Galaad y entonces ir a un servicio misional en el extranjero.

De modo que no tarde en dar seria consideración a este asunto de cómo usted está usando su vida. Vea si puede arreglar sus asuntos para ser precursor. ¿Por qué no considera este asunto con las personas que ya están sirviendo de precursores o con los ancianos de su congregación?

Para llenar los requisitos como precursor regular, como ya es probable que usted esté al tanto, debe haber sido bautizado por lo menos por seis meses, y haber participado en el servicio del campo cada mes durante los últimos seis meses. Además, es vital que usted tenga la reputación de excelente conducta cristiana.

Una necesidad en Betel

Hay otra oportunidad de servicio que también quisiéramos que usted considerara seriamente. Y ésa es el servicio de Betel. La mayoría de ustedes saben algo acerca de Betel. Es en Betel donde se produce el Ministerio del Reino, así como la literatura que usted usa en la predicación del Reino. En Betel, tanto en Brooklyn como en la Hacienda Watchtower, podemos producir publicaciones para su uso a un costo muy razonable, lo cual estamos seguros de que usted aprecia mucho.

No obstante, tal vez ustedes tengan poca idea de la cantidad de literatura que ahora se necesita. Por ejemplo, de septiembre a febrero más de 21.500.000 libros encuadernados y Biblias se hicieron aquí en Betel... ¡más de 200.000 en algunos días! ¡Y no obstante durante esos seis meses, se recibieron pedidos para 33 millones de libros más! Así es que ¡ahora mismo hay pedidos de todas partes del mundo por más de 35 millones de libros y Biblias! Los surtidos de casi todas las sucursales están muy escasos. Y todo esto a pesar del hecho de que ya hace varios meses que unos 75 hermanos han estado operando muchas de las máquinas de encuadernación en una tanda de toda la noche.

Pero además de libros, en Brooklyn y en la Hacienda Watchtower también estamos imprimiendo un promedio de más de 21 millones de revistas al mes, unas 900.000 por cada día laborable. Todas éstas tienen que ser empaquetadas y enviadas a la gente en todas partes del mundo. Se requieren aproximadamente 1.000 personas para hacer funcionar estas fábricas. Ellas trabajan corrigiendo pruebas, componiendo tipos, haciendo los clicés, operando las prensas, preparando la tinta y el engrudo, en las máquinas de encuadernación, y así por el estilo. Otros centenares cultivan el alimento, cocinan las comidas, lavan y planchan la ropa, cuidan de los hogares, trabajan en oficinas; otros están construyendo otra fábrica para ensanchar las operaciones de imprenta. En total, incluyendo los 76 estudiantes de las Escuelas de Galaad y el Ministerio del Reino, unas 1.800 personas viven y trabajan en la central mundial de la Sociedad. Más de 400 de estas personas trabajan en las nuevas facilidades llamadas Hacienda Watchtower ubicada al norte de la ciudad de Nueva York.

Como usted puede apreciar, el crecimiento de la obra de predicar requiere muchos trabajadores en Betel. Además, hay una necesidad continua de reemplazar a los que cada año tienen que marcharse. Por lo tanto, durante 1973 se llamó al personal de la central mundial a unos 360 nuevos trabajadores. Actualmente estamos aumentando la tanda de la noche en el departamento de encuadernación, y para eso se llamó a Betel a los muchos trabajadores que se necesitaban más de cien hermanos solteros. De modo que usted puede ver por qué queríamos llamar a su atención la oportunidad de servir en Betel. Esperamos que entre mayo y septiembre otros cien hermanos jóvenes solteros sean llamados al servicio de Betel.

No obstante, no todo el mundo puede trabajar aquí. La mayor parte de la obra que se hace en Betel es físicamente dura... trabajo para hombres jóvenes y saludables. De modo que, al presente, no se están invitando hermanas solteras y matrimonios. Pero si usted es un hermano soltero entre los 18 y 35 años de edad, en buena salud y ha estado bautizado por más de un año, lo animamos a darle consideración al servicio de Betel. Puede obtener una solicitud por medio de escribir a la Oficina del Presidente, 124 Columbia Heights, Brooklyn, New York 11201.

Un servicio que se debe atesorar

Es cierto, actualmente hay una inclinación en el mundo a despreciar y apartarse del trabajo físico. Pero la Biblia no adopta este punto de vista. De hecho, el apóstol Pablo nos amonesta diciendo: “Que haga trabajo duro, haciendo con las manos lo que es buen trabajo, para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad.”—Efe. 4:28; 1 Tes. 4:11.

En Betel probablemente estamos en mejor posición para proveer cosas para distribuir a los que están en necesidad que ninguna otra persona en el mundo. Como dijo un betelita que ha servido aquí por catorce años: “Verdaderamente siento que estoy sirviendo a mis hermanos aquí. Siento que estoy constantemente envuelto en dar, en vez de preocuparme por mis propios problemas.” Ese dar puede traer genuina satisfacción y felicidad, tal como dijo el mismo Jesucristo. (Hech. 20:35) ¿Le gustaría a usted servir a Jehová Dios y a sus hermanos cristianos de todo corazón de esta manera?

Sin embargo, tal vez usted tiene reservas. Algunos que han estado en Betel quizás le hayan dicho que la vida aquí es una rutina y que mucho del trabajo es monótono. Pero, ¿no dicen la misma cosa muchas personas acerca de la vida y el trabajo dondequiera que estén? Así es que un hermano que ha servido por treinta y ocho años en Betel declaró: “La actitud tiene mucho que ver con ello. Hay rutina en todas partes. Yo prefiero tener una rutina en medio de circunstancias agradables que desagradables.” Otro que ha sido betelita por mucho tiempo declaró: “Yo aprecio la rutina y el horario.”

En realidad una buena rutina lo ayuda a hacer mucho. ¿Y no queremos nosotros hacer todo lo que podamos para adelantar la obra de predicar por todo el mundo en el corto tiempo que queda? Un hermano, que junto con su esposa ha estado en Betel por dieciocho años, se expresó así: “Nosotros hemos servido como precursores y en la obra de circuito y distrito, y puedo decir que uno puede hacer el mayor bien con sus horas diurnas aquí en Betel. Uno se consume totalmente. Nos damos cuenta de que esto no es Utopía, pero nuestro mayor motivo es el deseo de tener la mayor participación en lograr que la obra de predicación se efectúe.” ¿Tiene usted, también, el firme deseo de tener la mayor participación en adelantar la predicación del Reino? Si es así, Betel muy bien pudiera ser el lugar para usted.

No obstante, quizás usted todavía se pregunte: ¿No es monótono trabajar largas horas en ciertos trabajos de fábrica? No necesariamente. La monotonía mayormente es un estado mental. Si una persona en Betel mantiene su mente enfocada en el hecho de que lo que está haciendo le agrada a Jehová y sirve para esparcir el mensaje del Reino, entonces su trabajo es verdaderamente satisfactorio. Así es como centenares de hermanos que han servido en Betel por muchos años se sienten acerca del asunto.

Uno pudiera notar ciertas similaridades entre el servicio de Betel y el trabajo que hacían los levitas que antiguamente tenían el privilegio de servir en el templo de Jehová. Mucho de su trabajo era duro y poco fascinador, aun lo que algunos tal vez consideren monótono. Sin embargo era vital para la adoración de Jehová. Tenía que ver con quehaceres de sereno, servir en los comedores, matar reses, preparar alimento, y así por el estilo... tipos de trabajo similares a lo que actualmente hacen muchos aquí en Betel. (1 Cró. 9:26-32) Por ejemplo, hay unos 35 cocineros de tiempo cabal en Betel, y unos 30 camareros en los comedores. ¡Pero qué privilegio el hacer esta clase de trabajo arduo en el centro de la organización terrestre de Jehová!

Cuando consideramos lo que Jehová ha hecho por nosotros por medio de Jesucristo, ¿no deberíamos sentirnos impulsados a hacer cualquier cosa que podamos para cumplir la voluntad de Dios? Como escribió el apóstol Pablo a los corintios: “Porque el amor que el Cristo tiene nos obliga, porque esto es lo que hemos juzgado, que un hombre murió por todos; así pues, todos habían muerto; y murió por todos para que los que viven, no vivan ya para sí mismos, sino para el que murió por ellos y fue levantado.” (2 Cor. 5:14, 15) ¿No vive usted ya para sí mismo, sino para hacer la voluntad de Jehová? Si es así usted estará ansioso de hacer cualquier cosa que en la actualidad parezca ser la voluntad de Dios para usted.

En relación con esto, es importante tener un punto de vista apropiado de la voluntad de Dios para su pueblo. No espere que la voluntad de Dios para sus siervos necesariamente sea algo fácil. Por ejemplo, ¿fue fácil para Noé y su familia el trabajar día tras día, año tras año, en la construcción del arca por el tiempo que en la actualidad se llamaría toda una vida? ¿Fue fácil para Nehemías y sus compañeros el completar la reedificación de las murallas de Jerusalén? ¿Es fácil hoy en día predicar las buenas nuevas en países en los que la obra está proscrita, corriendo el riesgo de ir a la cárcel o ser muerto? Y no obstante esas actividades han sido, en ocasiones diferentes, la voluntad de Dios para su pueblo. En todo tiempo los siervos de Jehová han hallado placer en hacer la voluntad de Dios, y por lo tanto se ofrecen de buena gana para hacer lo que sea necesario hacer.—Sal. 110:3.

Cuando un joven hermano se ofrece como voluntario para el servicio de Betel, se le hacen accesibles excelentes oportunidades y magníficas bendiciones. La satisfacción de ayudar a producir literatura que ayuda a miles de personas cada semana a dedicar sus vidas a Jehová es solo parte de ella. Además, está el privilegio de asociarse con muchos de los de edad avanzada de la clase ungida, escuchando los comentarios de ellos en el desayuno en la consideración del texto diario. También, frecuentemente se escuchan informes de los representantes de la Sociedad cuando regresan de viajar al extranjero. Los estudiantes misioneros relatan acerca de su obra de predicación en sus territorios, y durante sus meses en la escuela los betelitas pueden visitarlos y familiarizarse con ellos.

Además, cada miembro de la familia Betel asiste a las reuniones y trabaja en el ministerio del campo con una congregación local de los testigos de Jehová, de las cuales ahora hay 235 en la ciudad de Nueva York. Este es un gozo verdadero, como declaró un hermano que ha estado en Betel por trece años: “Las congregaciones de Nueva York son un paraíso espiritual con gran interés en el Reino. ¡La gente en esta ciudad ve la urgencia!” Una hermana de Betel dijo: “He ayudado a tantas personas a encontrar la verdad desde que he estado en Betel, de hecho, cinco, como cuando servía de precursora.”

No obstante, tal vez la mayor bendición es vivir y trabajar todo el día solamente con personas que verdaderamente aman a Jehová. Eso es lo que tantos aquí en Betel atesoran especialmente. Como dijo un miembro: “Otros visitan a Betel por un día, y se sienten edificados. Nosotros tenemos esa bendición todos los días.” Si usted llena los requisitos para venir a Betel, nosotros creemos que usted, también, hallará que este es un servicio que se debe atesorar.

Anime a otros a servir de tiempo cabal

No obstante, tal vez, usted no puede participar en el servicio de tiempo cabal como precursor o en Betel, debido a tener que mantener una familia o debido a edad avanzada o salud deficiente. ¿Por qué no, entonces, instar a otros, especialmente a los más jóvenes, a asirse de tales privilegios especiales? Ayude a otros a analizar sus metas en la vida. Pregúnteles lo que van a hacer cuando se gradúen de la escuela. Razone con ellos para que vean que el viejo mundo no tiene nada que ofrecer. Ayúdeles a mostrarle a Jehová que ellos verdaderamente aprecian su bondad inmerecida ofreciéndose de buena gana a servir donde su organización los necesita más, especialmente ‘en los días de su mocedad.’ Ayude a aquellos que ahora llenan los requisitos para servicio de Betel a decir, de hecho: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí,” llenando y enviando su solicitud.—Ecl. 12:1; Isa. 6:8.

Si usted es un anciano en la congregación, no se conforme con solo hablar de estos asuntos desde la plataforma, sino, a medida que se presente la oportunidad, háblele a los hermanos jóvenes personalmente. Padres, ¿por qué no mantener con regularidad ante sus hijos el tesoro de servir como precursor y el servicio de Betel? Muchos que ahora están en Betel se sienten muy felices de que se les haya animado en esta dirección. Un betelita, que ahora ha servido por casi dos décadas en Betel, dijo: “A menudo un grupo de Betel venía a la granja de mi familia y nos reuníamos y contábamos experiencias. Ellos edificaron en mí un aprecio por Betel. Aun antes de venir ya conocía la felicidad de la vida en Betel.”

Verdaderamente, el usar nuestra vida de cualquier manera posible en el servicio de Jehová trae un grado de felicidad. Tenemos tanto por lo cual vivir... una eternidad de bendiciones mientras servimos a Jehová. Ciertamente todos nos sentimos agradecidos de que Él haya hecho esto posible por medio del sacrificio de su amado Hijo. Por lo tanto, que todos mostremos nuestro sincero aprecio por la manera en que usamos nuestras vidas. Probemos que ya no vivimos para nosotros mismos, sino para hacer la voluntad de Jehová.

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