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  • Ayudando a los que tienen necesidades especiales

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  • Ayudando a los que tienen necesidades especiales
  • Nuestro Servicio del Reino 1979
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Nuestro Servicio del Reino 1979
km 10/79 págs. 1-3

Ayudando a los que tienen necesidades especiales

1 ¿Buscamos maneras de trabajar juntos con aquellos que tienen muy pocas oportunidades de hablar acerca de Jehová y su bondad debido a algún impedimento o incapacidad física? Casi no hay congregación que no tenga una o más personas que estén limitadas en cuanto a lo que pueden hacer debido a alguna incapacidad física. Muchos están incapacitados físicamente debido a que son inválidos, ciegos, sordos o de edad avanzada. Aunque Jehová ciertamente se agrada con el servicio limitado de ellos, ¿deberíamos concluir que el deseo que ellos tienen de participar plenamente en el servicio es menor que el nuestro?

2 Es cierto que algunos están más conscientes del amor y la bondad de Jehová debido a las enfermedades físicas que tienen, y esto los mueve a querer hacer más. Puede que esa persona busque oportunidades adicionales para servir a Jehová, y con un poco de ayuda de otros, esto puede ser posible, redundando en mayor gozo para todos. ¿No sería una excelente expresión de interés amoroso incluir a estas personas en nuestros planes para el servicio y estar alerta a las oportunidades de llevarlas con nosotros o ayudarlas a participar? ¡Esto está de acuerdo con la meta que nos hemos establecido de AYUDARNOS UNOS A OTROS!

LO QUE PODEMOS HACER

3 El mostrar esta atención ciertamente armoniza con la operación del espíritu de Jehová que impregna a la congregación cristiana. Pablo explicó que hay “muchos miembros, pero un solo cuerpo” y observó que hay “miembros del cuerpo que parecen ser más débiles” debido a limitaciones que pudieran ser de índole física. ¿El resultado? “Si un miembro sufre, todos los otros miembros sufren con él.” El esfuerzo de auxiliar a esas personas con “servicios de ayudar” unifica a la congregación en amor y amplifica la proclamación del mensaje del Reino.—1 Cor. 12:19-31.

4 ¿Puede pensar en algunas maneras de hacer eso? En una congregación había un hermano ciego que no estaba plenamente satisfecho con lo que estaba haciendo en el servicio de Jehová. Quería hacer más. Percibiendo la necesidad, otro hermano le preguntó que si podía ayudarlo de algún modo. A medida que las cosas se fueron desarrollando, pronto el hermano ciego estaba conduciendo con regularidad su propio estudio bíblico. ¿Cómo lo logró? El hermano que lo ayudaba sacó tiempo cada semana para leerle en voz alta toda la lección. Acompañaba al hermano ciego al estudio bíblico y leía las preguntas. Puesto que estaba familiarizado con todo el material, el hermano ciego pudo conducir un estudio excelente, para gran gozo de él.

5 En otra congregación se asociaron varias personas sordas. No había nadie que les sirviera de intérprete, de modo que varios hermanos y hermanas jóvenes se dieron cuenta de esta necesidad y aprendieron el lenguaje de señas. Hicieron una excelente expresión de su amor fraternal por medio de ayudar a comunicarles los beneficios de las reuniones a éstos. También hicieron arreglos para llevarlos consigo al servicio, y crearon oportunidades en varias revisitas donde estos hermanos sordos podían expresar su esperanza a otros. Está demás decir que hubo un intercambio de estímulo entre todos los que estaban envueltos en el asunto.

6 A una hermana severamente lisiada le era casi imposible asistir a las reuniones o participar en los arreglos de grupo para el servicio. Varios hermanos y hermanas que mostraron consideración hicieron arreglos para grabar las reuniones de congregación por turno, de modo que ella pudiera obtener los beneficios de éstas a pesar de que no podía salir de la casa. Aparte de las visitas regulares para estimularla, también la ayudaron a arreglar los asuntos para que pudiera participar en el servicio. Le proveyeron los nombres y las direcciones de las personas que mostraron interés a las cuales ella podía escribir, y hasta pudo establecer estudios bíblicos con algunos de ellos. En casos similares se ha traído a la persona que muestra interés al lecho del enfermo y allí se ha conducido un estudio con regularidad. Otras experiencias relatan acerca de publicadores que bondadosamente llevan a los enfermos en una silla de ruedas cuando testifican en la calle o cuando trabajan en los edificios de apartamentos donde a éstos les es más fácil ir de una puerta a la otra. Toma un poco más de tiempo y esfuerzo, pero piense en los beneficios de largo alcance que produce el trabajar juntos de este modo.

7 Probablemente descubra que existe una amplia variedad de necesidades similares en su propia congregación. ¿Hay un publicador de habla extranjera al que el lenguaje le sirva de barrera? ¿Hay algún hermano o hermana de edad avanzada que necesite que se le dé una mano? ¿Qué hay de los que quizás tengan una dolencia crónica que les permita participar en el servicio solo en condiciones especializadas? Si reflexiona sobre este asunto, es posible que pueda contribuir para ayudar a su hermano de manera que le traiga mucho gozo a él al igual que a usted mismo.

8 El planear nuestra actividad con la mira de trabajar juntos infunde en los incapacitados la confianza de que “si cayese uno de ellos, el otro puede levantar a su socio.” También le da verdadero significado al proverbio: “Los amigos siempre muestran su amor. ¿Para qué son los hermanos sino para compartir penoso afán?”—Ecl. 4:10; Pro. 17:17, Today’s English Version.

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