Jóvenes... ¿están participando?
1 Con relación a cualquier cosa buena, ¿qué prefieres, joven? ¿Ser espectador o participante? Tú sabes que es mucho mejor participar en actividades sanas y emocionantes que observarlas sin tomar parte en ellas. ¿Recuerdas lo divertido que era aprender a jugar diferentes juegos, y el buen ejercicio que hacías? A medida que te hacías más diestro y hábil, tu satisfacción y gozo aumentaban. ¿Comprendes que tu participación en diversas actividades de la congregación puede suministrarte aún mayor gozo y beneficio?
2 Jóvenes, ustedes pueden ayudar a la congregación, y ésta los puede ayudar a ustedes, si participan en las actividades de la congregación. Un joven le preguntó a un hermano, que participaba activamente en las actividades de la congregación cuando era adolescente, cómo había llegado a ser superintendente de distrito. Después de hablar de la educación que recibió en su hogar y de su participación en las actividades de la congregación, el hermano dijo: “A la edad de 12 años se me asignó mi primera responsabilidad. Desde entonces ‘siempre he tenido mucho que hacer en la obra de Jehová.’”—1 Cor. 15:58.
POR QUÉ PARTICIPAR
3 Jehová Dios desea que los jóvenes participen activamente en la adoración verdadera. En el propósito de él hay lugar para los jóvenes en Su servicio. (Sal. 110:3; Mat. 19:14; 21:16) Jóvenes, cuando ustedes participan celosamente en las actividades de la congregación, están participando en la santificación del nombre de Jehová, y su ejemplo sincero de fe incita a otros a glorificar a Jehová Dios. Aunque en la vida hay muchas actividades en las que los jóvenes podrían participar, el servir a Jehová, el Soberano Universal, sobrepuja a todas las demás. ‘Por lo tanto quiten de su corazón la vejación, y eviten a su carne la calamidad. Acuérdense de su magnífico Creador en los días de su mocedad.’—Ecl. 11:9-10; 12:1; 1 Tim. 4:8.
4 Recuerden que el novato que acaba de aprender a jugar el juego no puede esperar ser el capitán del equipo; de manera similar, ustedes los jóvenes primero tienen que participar en actividades cristianas básicas antes de que sea propio esperar que se les dé mayor responsabilidad. (Luc. 16:10) Primero, al igual que Jesús cuando era niño, continúen “progresando en sabiduría y en desarrollo físico y en favor con Dios y los hombres.” (Luc. 2:51, 52) Aprendan a leer bien. Aplíquense en sus estudios escolares además de concentrar sus facultades en mantenerse al día con los estudios de la familia y de la congregación. Hagan que su adelantamiento se manifieste en la Escuela Teocrática por medio de hacer esfuerzos diligentes e intensos por mejorar progresivamente en cada una de sus asignaciones. Siempre tomen en serio estas asignaciones y apliquen el consejo personal que les da el superintendente de la Escuela. Del joven cristiano Timoteo se dice que “daban buenos informes acerca de él los hermanos de Listra y de Iconio,” sin duda debido a que se aplicó bien en su vida de familia y participó en las actividades cristianas de la congregación.—Hech. 16:1, 2.
5 Adultos, animen a los jóvenes a participar activamente. Padres, eduquen a sus hijos de manera que cultiven en ellos el deseo de participar en las diferentes actividades de la adoración pura. Lleven la delantera para que por su excelente ejemplo puedan inculcar en sus hijos e hijas el deseo de apoyar las reuniones y actividades cristianas con ustedes.