“Obremos lo que es bueno para con todos”
1 Nos regocija ver a tantos nuevos afluir a la congregación. (Isa. 60:8.) Algo que los atrae a la verdad es el amor, evidente entre el pueblo de Jehová. (Juan 13:34, 35.) ¿No es cierto que a muchos de nosotros nos impresionó profundamente la acogida calurosa y la amigabilidad que experimentamos la primera vez que entramos en el Salón del Reino? Por haber experimentado personalmente el amor de Dios que fluye mediante Jesucristo y la congregación cristiana, nos sentimos impulsados a ‘obrar lo que es bueno para con todos’ mediante el ayudar y animar a otros. (Gál. 6:10.)
AYUDEMOS A OTROS A PROGRESAR
2 Cuando vemos que alguien asiste a la reunión por primera vez, ¿procuramos conocer a la persona? No debemos pensar que solo los ancianos y los siervos ministeriales tienen esta responsabilidad. Es nuestra obligación personal también. (Rom. 15:7; compárese con Gálatas 5:14 y Santiago 2:8.) Cuando muchos de la congregación dan la bienvenida a los nuevos, estos quedan impresionados con el verdadero amor cristiano que se manifiesta. La Palabra de Dios habla muy favorablemente en cuanto a mostrar amor a los extraños. (Véase Mateo 25:35b y 1 Timoteo 5:10.) Tal cordialidad y amigabilidad estimulan a una afluencia continua de personas mansas como ovejas a entrar en la congregación. (Véase Isaías 60:5, 11.)
3 Muchos nuevos asistieron a la Conmemoración el mes pasado, y estos necesitan ayuda para progresar en sentido espiritual. Si usted conoce a alguien que asistió a la Conmemoración pero que no está estudiando actualmente, ¿por qué no procura comenzar un estudio con esa persona? Anímela a que asista a las reuniones y ofrézcase a llevarla al Salón del Reino. Anímela a que tenga un estudio personal, y a medida que aumenta en conocimiento y aprecio, ayúdela a prepararse para comentar en las reuniones. Su interés amoroso y paciente pudiera conducir a que esta persona obtenga la bendición de Jehová y la vida eterna. (Rom. 15:1, 2.)
4 Los jóvenes que se asocian con la congregación también “están relacionados con nosotros en la fe” y necesitan nuestra ayuda y estímulo. (Gál. 6:10.) Aun los niñitos se deleitan en la atención que reciben de los adultos. Debemos animar especialmente a los jóvenes cuyos padres no están en la verdad. Los jóvenes que son huérfanos en sentido espiritual merecen nuestra atención y consideración amorosa. (Sant. 1:27.)
ESTIMULEMOS AL SERVICIO DE PRECURSOR
5 Todos apreciamos el interés personal que otros nos muestran. Los que trabajan duro en el ministerio, incluso los precursores regulares y auxiliares, se benefician en gran manera cuando les expresamos nuestro aprecio por su excelente ejemplo y sus sacrificios personales.
6 Cuando los ancianos y los siervos ministeriales pueden arreglar sus asuntos para servir de precursores auxiliares de vez en cuando, o hasta emprender la obra de precursor regular, los beneficios se extienden a la entera congregación. (2 Cor. 9:2.) Si usted es anciano o siervo ministerial, ¿podría hacer ajustes razonables en su modo de vivir para servir de precursor auxiliar de vez en cuando o tal vez emprender la obra de precursor regular? Si puede hacerlo, experimentará muchas bendiciones y estará en mejor posición para ‘obrar lo que es bueno para con todos’. A medida que personalmente buscamos maneras de ayudar y estimular a otros, Jehová añadirá su bendición.