Presentemos las buenas nuevas con un sentido de urgencia
1 Mostramos nuestro profundo agradecimiento por las promesas del Reino de Dios participando de todo corazón en el ministerio cristiano. Debemos hacer esta obra con un sentido de urgencia. ¿Por qué? Porque los obreros son pocos, el fin de este inicuo sistema de cosas se avecina y la vida de las personas de nuestro territorio está en juego. (Eze. 3:19; Mat. 9:37, 38.) Tan pesada responsabilidad exige que nos esforcemos al máximo en el ministerio. ¿Cómo podemos mostrar un sentido de urgencia al efectuar nuestra labor en el servicio del campo? Preparando de antemano buenas presentaciones, buscando con diligencia a las personas dondequiera que se encuentren, manteniendo un registro exacto de las que muestran interés, volviéndolas a visitar sin demora para cultivar ese interés y recordando que, como hay vidas implicadas, debemos tomar en serio nuestro ministerio. Las siguientes sugerencias serán útiles al prepararnos para presentar las buenas nuevas con un sentido de urgencia durante febrero. Ofreceremos el libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
2 Pudiera empezar la conversación mencionando brevemente algunos problemas que afronta la comunidad, y entonces decir:
◼ “Muchas personas creen que existe un Dios, pero se preguntan: ‘¿Qué clase de futuro quiere que tengamos?’. ¿Qué contestaría usted? [Permita que la persona responda.] ¿Sabía usted que la Biblia explica claramente cuál es la voluntad de Dios para la humanidad y los pasos que está dando para que se realice?” Diríjase a la página 301 del libro Apocalipsis: su culminación. Lea Revelación 21:1 del párrafo 1, y la explicación que se da de este texto en la última mitad del párrafo 2. Muestre la lámina de la página 302 para ilustrar lo que esto significará para nosotros en el futuro. Lea Revelación 21:4 del párrafo 6. Si la persona reacciona bien, ofrezca el libro. Asegúrese de explicar que nuestra obra mundial se sufraga mediante donaciones. Haga planes para volver cuando sea conveniente a fin de continuar la conversación.
3 Al visitar a alguien con quien habló sobre Revelación 21:1, 4, puede empezar con esta breve presentación:
◼ “En mi visita anterior hablamos sobre la promesa de Dios de preparar una nueva sociedad terrestre para la humanidad. [Diríjase de nuevo a la lámina de la página 302 del libro Apocalipsis: su culminación.] ¿Le gustaría ver a su familia disfrutar de condiciones como estas? [Permita que la persona responda.] Pero surge la pregunta: ¿Son confiables las promesas de Dios? Observe, por favor, lo que él mismo dice.” Lea Revelación 21:5, 6a del párrafo 8 de la página 303. Haga la pregunta del párrafo 9 de la página 303, y lea la respuesta, incluso la última oración del párrafo. Dígale que ofrecemos estudios bíblicos gratuitos. Haga planes para volver y demostrarle cómo los dirigimos.
4 Ya que muchos se preocupan por los problemas cada vez mayores que afronta la humanidad, puede decir lo siguiente en su visita inicial:
◼ “Casi todas las personas están preocupadas por los problemas que afrontamos en nuestra comunidad. [Mencione algunos.] Durante décadas, los políticos han prometido que traerán soluciones permanentes, y algunos lo han intentado. ¿Por qué cree que las condiciones van de mal en peor? [Permita que la persona conteste.] La Biblia da una explicación que muchas personas nunca han analizado. El libro de Revelación habla de una guerra que ocurrió en el cielo. Fíjese en lo que dice Revelación 12:9 respecto al resultado de esta guerra.” Lea el versículo, luego abra el libro Apocalipsis: su culminación por la página 182. Válgase de la ilustración para explicar la intervención de Satanás en los asuntos terrestres. Si la persona muestra interés sincero, ofrezca el libro y mencione el sistema de donaciones. Haga planes para volver a hablar sobre cómo Dios resolverá los problemas del hombre.
5 Si prometió volver para explicar cómo Dios resolverá los problemas actuales, pudiera decir:
◼ “Hice un esfuerzo especial para volver a fin de continuar nuestra conversación sobre la verdadera solución a los problemas de la humanidad. En mi última visita vimos que la Biblia identifica a Satanás el Diablo como el que está engañando a toda la Tierra habitada. Dado que es un espíritu sobrehumano, ¿cree usted que hay alguna manera de acabar con su influencia? [Permita que la persona responda.] Observe, por favor, lo que dice la Biblia.” Lea y explique Revelación 20:1-3. Utilizando la ilustración de las páginas 4 y 5 del libro Conocimiento, muestre cómo serán las condiciones sin la influencia de Satanás. Ofrezca un estudio bíblico y trate de empezarlo inmediatamente.
6 Puesto que muchos se interesan en el medio ambiente, pudiera empezar una conversación así:
◼ “Hemos encontrado que casi todo el mundo está preocupado por la contaminación del aire, el agua y el alimento. En algunos países, el medio ambiente ya representa un peligro para la vida. Dado que Dios es el Creador de la Tierra, ¿qué cree que hará al respecto? [Permita que la persona responda.] La Biblia dice que Dios va a exigir un ajuste de cuentas por la manera como usamos el planeta. [Lea Revelación 11:18b.] Imagínese la vida en una Tierra libre de toda contaminación.” Señale la promesa divina de un paraíso, mencionada en Revelación 21:3, 4. Muestre la ilustración de la página 302 del libro Apocalipsis: su culminación. Si la persona muestra interés, ofrézcale el libro y haga planes para volver. Déle la oportunidad de hacer una donación.
7 Cuando vuelva a visitar a alguien que mostró interés en la Tierra paradisíaca, puede decir:
◼ “En mi visita anterior concordamos en que Dios tiene que intervenir en los asuntos del hombre para resolver el problema de la contaminación de la Tierra. Pero surge la pregunta: ¿Qué tenemos que hacer para pasar con vida al justo nuevo mundo de Dios?” Lea Juan 17:3. Anime al amo de casa a aprovechar nuestro curso bíblico gratuito para adquirir este conocimiento especial.
8 Es un privilegio ser utilizados como segadores modernos y participar en una obra de predicar que salva vidas. Que todos nos mantengamos ocupados presentado las buenas nuevas con un sentido de urgencia, ‘sabiendo que nuestra labor no es en vano’. (1 Cor. 15:58.)