Ofrezcamos el libro Felicidad familiar a personas de todas las edades
1 Un niño de 11 años, de California (E.U.A.), expresó así su agradecimiento por el libro El secreto de la felicidad familiar: “Les doy las gracias por él, y animo a las familias a leerlo pues es estupendo. En mi familia [...] nos ayuda a vivir en paz y felices”. La experiencia de este jovencito debe impulsarnos a ofrecer dicho libro a personas de todas las edades. He aquí algunas sugerencias que tal vez quiera poner en práctica en el ministerio durante febrero.
2 Al encontrarse con un joven, pudiera decir:
◼ “Muchos jóvenes de tu edad están pensando en casarse. Pero ¿dónde puede hallarse información fidedigna sobre el tema? [Deje que responda.] Con frecuencia, los jóvenes dicen que no saben si están preparados para el matrimonio. Permíteme mostrarte lo que dice este manual al respecto.” Vaya a la página 14 y lea el párrafo 3. Luego, señale cada uno de los subtítulos del capítulo. Ofrezca el libro y haga planes para volver.
3 Al hablar con un padre, pudiera decir:
◼ “Estamos conversando con los padres sobre algunas pautas que han resultado muy prácticas para la crianza de los hijos, y que se hallan compiladas en este manual titulado El secreto de la felicidad familiar.” Lea el párrafo 10 de la página 55, seguido de Deuteronomio 6:6, 7, en el párrafo 11. Destaque a continuación las oraciones en letra cursiva de los párrafos 12 al 16. Siga diciendo: “Este libro ha contribuido al éxito de muchos padres. Si desea leerlo, estaré encantado de dejarle este ejemplar”.
4 Al hablar con una persona mayor, pudiera decir:
◼ “Agradecería saber su opinión sobre este comentario breve que voy a leerle.” Lea las primeras dos oraciones del párrafo 17 en la página 169, y deje que la persona responda. Dependiendo de la contestación, puede leer otros fragmentos del libro antes de ofrecerlo.
5 Al volver a visitar a las personas que aceptaron el libro Felicidad familiar, propóngase comenzar un estudio bíblico. La lección 8 del folleto Exige o el capítulo 15 del libro Conocimiento pudieran ser un buen comienzo. Entretanto, esforcémonos por ayudar a personas de todas las edades a tener una vida de familia cristiana y feliz.