Enseñemos con sencillez
1. Diga cuál es un ingrediente esencial de la enseñanza clara y eficaz.
1 La sencillez es un ingrediente esencial de la enseñanza eficaz. Jesús, el Gran Maestro, enseñaba de manera sencilla. De modo que, si queremos mejorar nuestro “arte de enseñar”, tenemos que fijarnos en su ejemplo (2 Tim. 4:2; Juan 13:13).
2. ¿Qué se necesita para enseñar con sencillez y qué se logra al hacerlo?
2 Habla sencilla. Algunas de las verdades más profundas de la vida se encuentran en el Sermón del Monte, y todas ellas se expresaron con sencillez (Mat., caps. 5-7). Las multitudes que escucharon a Jesús “quedaron atónitas por su modo de enseñar”, y los oficiales que supuestamente iban a arrestarlo simplemente tuvieron que reconocer: “Jamás ha hablado otro hombre así” (Mat. 7:28, 29; Juan 7:46). De ahí aprendemos que no es necesario usar palabras o frases rebuscadas ni ilustraciones complicadas para que la verdad suene convincente; la verdad se puede explicar con claridad utilizando palabras comunes.
3. ¿Por qué a veces tienden algunos a abrumar a quienes los escuchan? ¿Cómo se puede evitar?
3 Cuánto enseñar. Para saber cuánta información transmitir, Jesús pensó en quienes lo estaban escuchando (Juan 16:12). Esto nos enseña que debemos ser observadores y flexibles, especialmente cuando les predicamos a parientes, personas interesadas o niños. Hay que tener cuidado de no sobrecargarlos con información, aun cuando parezca que están escuchando con interés. Finalmente, si una persona es sincera, seguirá adquiriendo conocimiento del Dios verdadero, Jehová (Juan 17:3; 1 Cor. 3:6).
4. ¿Por qué es bueno concentrarse en los puntos principales y no en los detalles?
4 Los puntos principales. Jesús no oscurecía las verdades que enseñaba incluyendo demasiados datos. Por ejemplo, cuando dijo: “Todos los que están en las tumbas conmemorativas [...] saldrán”, consideró que no era el momento de incluir detalles sobre los diferentes destinos que habría para los resucitados (Juan 5:28, 29). Igualmente, al dirigir estudios bíblicos, debemos concentrarnos en los puntos principales y evitar la tendencia a incluir información innecesaria que no aparezca en la publicación de estudio.
5. ¿Qué pasará si enseñamos con sencillez?
5 ¡Qué agradecidos estamos por la sencillez con la que Jehová nos ha enseñado todo lo que necesitamos saber! (Mat. 11:25.) Ahora nos toca a nosotros hacer lo mismo, y eso de seguro nos dará la alegría de tener un ministerio productivo.