39 Nunca te llevé ningún animal despedazado por fieras.+ Yo me hacía cargo de la pérdida. Y, si robaban algún animal —fuera de día o de noche—, tú me exigías que te lo compensara.
39 El animal despedazado no te lo llevaba a ti.+ Yo mismo sufría la pérdida de él. Si uno era hurtado de día o si era hurtado de noche, de mi mano lo demandabas.+