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Notas de estudio de Filipenses. Capítulo 1La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo (edición de estudio)
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mis cadenas de prisión. Es posible que Pablo haya estado en prisión más veces que cualquier otro apóstol (comparar con 2Co 11:23). Unos 10 años antes, durante su estadía en Filipos, pasó un corto tiempo en la cárcel (Hch 16:22-24). Ahora, cuando escribe su carta a los filipenses, se encuentra en arresto domiciliario en Roma. Está bajo la vigilancia constante de un soldado, mientras espera presentarse ante César para ser juzgado (Hch 25:11, 12; 28:30, 31). Al ver que Pablo necesitaba ayuda, los filipenses le mandaron apoyo material por medio de Epafrodito. Él se quedó un tiempo con Pablo y lo siguió ayudando, incluso arriesgando su vida por él (Flp 2:25, 30; 4:18).
defendiendo. Aquí se emplea un sustantivo griego (apologuía) que solía utilizarse al hablar de la defensa ante un tribunal (Hch 22:1; 25:16). Jesús ya les había dicho a sus seguidores lo que les iba a pasar: “Los van a entregar a los tribunales locales [...]. Y, por causa de mí, van a ser llevados ante gobernadores y reyes. Eso les servirá de testimonio a ellos y a las naciones” (Mt 10:17, 18). A consecuencia de la oposición de los judíos en Jerusalén, Pablo fue arrestado y llevado ante el gobernador romano en Cesarea (Hch 23:23-35). Allí apeló a César, lo que le permitiría hacer una defensa de su fe ante el más alto tribunal del Imperio romano (Hch 25:11, 12). Las Escrituras no indican si llegó a comparecer ante el césar Nerón o si lo hizo ante uno de sus representantes. Pero, cuando Pablo escribió su carta a los filipenses, estaba esperando el juicio en Roma como resultado de su apelación (Hch 28:17-20).
estableciendo legalmente las buenas noticias. Aquí Pablo usa un término de carácter jurídico. Se refiere a defender activamente las buenas noticias por medios legales. Cuando Pablo visitó Filipos unos 10 años antes, apeló a las leyes romanas para poder predicar las buenas noticias del Reino de Dios (Hch 16:35-40). Siempre luchaba por establecer el derecho a predicar libremente por todo el Imperio romano. Como explica una obra de consulta, “Pablo era un testigo tanto en los calabozos como en los tribunales”.
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