Nota
a Sobre este asunto, la Cyclopædia de M’Clintock y Strong, tomo IV, página 641, columna 2, bajo “Irlanda,” dice: “Después de estas invasiones [de los antiguos escandinavos] hubo un período de anarquía, durante el cual la condición moral del clero irlandés degeneró muchísimo. Las quejas de Roma en este tiempo principalmente tenían que ver con las prácticas eclesiásticas peculiares de los irlandeses... que el clero se casaba, que se administraba el bautismo sin crisma, y que usaban su propia liturgia. Los legados de los papas finalmente lograron poner a la Iglesia Irlandesa en entera sumisión a la Iglesia de Roma para mediados del siglo doce, y se cree que hasta entonces no tenía confesión auricular, sacrificio de la misa ni indulgencias, y que celebraba la Cena del Señor en ambas especies. En 1155 una bula del papa Adriano IV le permitió al rey Enrique II de Inglaterra someter a Irlanda, y el rey, a cambio, le prometió al papa proteger los privilegios papales.”