Nota
b Como muestran las obras de consulta, la Iglesia Católica Romana con el tiempo reclamó para sí el derecho exclusivo de legislar en cuanto al matrimonio, y produjo sus propias disposiciones reglamentarias y restricciones y sostuvo que las autoridades civiles tenían que sujetarse a éstas. Los reformadores protestantes se inclinaron muchísimo en la otra dirección y pusieron el matrimonio casi enteramente en las manos de las autoridades civiles. En Inglaterra, Escocia e Irlanda, en 1653 se introdujo la ceremonia civil para librar a la Iglesia de los asuntos seglares. Una ley francesa de 1792 hizo obligatoria la ceremonia civil para todos los ciudadanos según el principio de que “el ciudadano pertenece al Estado, prescindiendo de la religión.” (The New Schaff-Herzog Religious Encyclopedia [La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog], tomo VII, págs. 199, 200)