Nota
b Según la Septuaginta, Jonás estaba tan profundamente dormido que roncaba. Sin embargo, esto no significa que no le importaba lo que estaba pasando. Recordemos que a veces quienes están muy deprimidos sienten la irresistible necesidad de dormir. Mientras Jesús oraba angustiado en el jardín de Getsemaní, los apóstoles Pedro, Santiago y Juan también cayeron “adormitados de desconsuelo” (Lucas 22:45).