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Millones que ahora viven nunca nacerán¡Despertad! 1973 | 8 de julio
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Dinamarca y la Gran Bretaña se inyectan jabones (utus paste) medicinales. En otros países se usa una inyección parecida de una solución salina al 20 por ciento hasta la decimosexta/decimoséptima semana del embarazo.
Después de esta etapa del embarazo por lo general se emplea otro método de inyección. El cirujano introduce una larga aguja hueca a través del abdomen por debajo del ombligo o a través de la vagina y la cerviz dentro de la cavidad uterina y extrae algo del líquido amniótico que rodea el feto. A continuación inyecta lentamente una cantidad correspondiente de solución salina. En vez de sal algunos médicos usan glucosa o formalina. La solución mata al feto y ocasiona las contracciones del parto, por lo general dentro de las doce a cuarenta y ocho horas después de la inyección. El feto es expedido de la misma manera que en un nacimiento normal.
La posibilidad de complicaciones en esta forma de aborto es mayor que en los que se realizan en las etapas anteriores del embarazo. Puede quedar tejido de la placenta. Hay posibilidades de infección. Con frecuencia estas complicaciones van acompañadas de fiebre y hemorragia. En algunos casos, parte de la solución salina pasa a la corriente sanguínea de la mujer. Esto puede producir convulsiones y problemas con coágulos de sangre.
El efectuar un aborto por medio de una operación cesárea, histerotomía, es similar a la operación que se efectúa cuando una mujer no puede dar a luz a un niño plenamente desarrollado de la manera normal. La paciente es anestesiada, y después el cirujano hace una incisión a través del vientre inferior hasta el útero. Después se extrae el feto y la placenta del útero.
Este medio de llevar a cabo un aborto tiene mayores riesgos que la inyección de la solución salina. Además, la cicatriz en el útero quizás se abra en un parto normal posterior. Es por eso que muchos médicos piensan que los partos futuros deberían efectuarse por medio de una operación cesárea.
Otros riesgos y efectos perjudiciales
Prescindiendo de la etapa del embarazo, en cada operación de aborto existe la posibilidad de una pérdida fatal de sangre. Por esta razón aun los abortos “legales” muy tempranos se llevan a cabo en hospitales bien equipados. Allí siempre se determina por adelantado el grupo sanguíneo de la mujer, y se mantienen botellas de sangre listas para usarse en transfusiones de emergencia.
Después de un aborto una mujer puede quedar estéril. Una de las muchas causas posibles de esto es la inflamación postoperativa de la trompa de Falopio.
Un aborto también acarrea cierto grado de sufrimiento mental, el cual es un efecto muy grave. Una mujer embarazada sabe que ella es responsable por la continuidad de la vida de otra criatura humana. Es solo natural el que ella piense acerca del hijo que se está desarrollando. Por lo tanto, si se ve obligada a recurrir a alguien para matar al feto, esto coloca una pesada carga mental sobre ella, puesto que eso es contrario al amor maternal. Quizás trate de persuadirse a sí misma de que un feto de seis, doce o dieciséis semanas todavía no es un verdadero niño y que ella siempre puede tener otro bebé. Sin embargo ella sabe que existe la posibilidad de que nunca pueda volver a tener un hijo, y sabe definitivamente que será imposible tener al mismo hijo otra vez.
En relación con el aborto muchas mujeres experimentan ansiedad mental. La espera entre la inyección de sal y el consiguiente malparto es muy penosa para muchas mujeres. La mujer primero debe experimentar la muerte del feto y entonces tiene que tomar parte activa en el estrenuo proceso de dar a luz.
En un hospital de Suecia se estudiaron las reacciones de las mujeres que se sometieron al aborto mediante la solución salina. Algunas se expresaron de la siguiente manera: “Cuando inyectaron la solución salina, supe que no había modo de volverse atrás.” “Fui al lavatorio y llegó el malparto. Yo misma tuve que encargarme del feto.” “Sentí que algo salió de mí y cuando me quité la manta pude ver el feto.” “Fue terrible.” “Es mucho más doloroso que dar a luz un niño.”
Aun años después de haber tenido un aborto, la mujer todavía siente el impacto emocional. Escribe la instructora clínica Naomi Leiter: “En realidad ella nunca olvida el embarazo, el pánico, y el aborto. A menudo, se siente deprimida, a veces culpable.” Naomi Leiter también declara: “He visto a varias mujeres que quince años después de su aborto tenían sentimientos de pesar y remordimientos, porque ahora estaban en la menopausia y no tenían hijos.”—New York State Journal of Medicine, 1 de diciembre de 1972.
Si para muchas mujeres es penoso, un aborto también es penoso para muchos cirujanos, enfermeras y otros miembros del personal médico. Algunos abortos ocurren en etapas muy avanzadas y los fetos están sanos y fuertes cuando salen. Ha habido casos de bebés abortados que han revivido por sí solos en las bolsas de desperdicios al lado de los incineradores de hospital. Especialmente el deshacerse de los fetos vivos produce conflictos de conciencia. Algunas enfermeras han renunciado para no sufrir un colapso total. En algunos casos se han sentido tentadas a dar a fetos grandes, vivos, una oportunidad de sobrevivir cuidándolos en privado.
El punto de vista bíblico
A pesar de todos los riesgos y aspectos desagradables del aborto, hay personas que justifican la práctica. Pero pudiéramos preguntar: Si es malo matar a bebés recién nacidos, ¿no es igualmente malo matar a un bebé que está desarrollándose en el seno materno? Si es correcto tratar de preservar la vida de bebés prematuros en incubadoras, ¿no es correcto preservar la vida del feto en el seno materno?
El Creador de la vida, Jehová Dios, considera sagrada la vida. Inducir deliberadamente un aborto es un acto criminal a la vista de Dios. Su ley a Israel, por ejemplo, protegía la vida de un bebé no nacido. Si una mujer embarazada, en una pelea entre hombres, sufría un accidente que resultaba fatal para el feto, era necesario pagar vida por vida.—Éxo. 21:22-25.
La frecuencia de los abortos en la actualidad también está relacionada con el hecho de que el hombre pasa por alto otras leyes de Dios. La gente ha deseado la llamada moralidad libre, y ha recibido resultados indeseados... cónyuges indeseados, enfermedades indeseadas y embarazos indeseados. En su esfuerzo por escapar de las consecuencias de la manera fácil, desea divorcios fáciles, tratamientos médicos más fáciles y una legislación menos rigurosa. Pero esto no le ha evitado a la gente consecuencias trágicas adicionales. La única solución a la actual trágica situación moral es que el hombre y la mujer se amen dentro del arreglo matrimonial, que juntos hagan planes razonables para sus vidas y obedezcan lealmente a su Dios y Creador.
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El espectáculo perpetuo de la Tierra¡Despertad! 1973 | 8 de julio
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El espectáculo perpetuo de la Tierra
● Durante cada hora el Sol está ocasionando una exhibición espectacular en alguna parte de la Tierra. A medida que la Tierra gira, la mitad de ella se baña en la brillante luz del Sol mientras que la otra mitad está envuelta en tinieblas nocturnas. Y en este proceso la luz siempre está empujando a las tinieblas y éstas siempre están regresando lentamente por detrás.
El libro The Wilderness World of John Muir describe este continuo fenómeno de la Tierra de la siguiente manera: “Este magnífico espectáculo es eterno. Siempre amanece en alguna parte; el rocío nunca se seca del todo inmediatamente; un aguacero está cayendo eternamente; el vapor siempre está elevándose. Amanecer eterno, puesta de Sol eterna, crepúsculo matutino y vespertino eternos, en el mar y en los continentes y en las islas, cada uno a su vez, a medida que la redonda Tierra da vueltas.”
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