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Un paseo en el tren “bala” del Japón¡Despertad! 1978 | 8 de diciembre
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tan recta como fue posible en las zonas de alta velocidad. La curva más cerrada es más de seis veces tan amplia como las de los ferrocarriles corrientes. A la velocidad de 210 kilómetros por hora el “bala” puede pasar cualquier punto sin sacudidas. Algo que también contribuye a estabilizar el tren es la amplia distancia entre los rieles... casi un metro y medio. Esto sobrepasa en un tercio la distancia regular de poco más de un metro.
¿Nota los granjeros trabajando en sus campos de arroz? Oh, ¿no pudo verlos? Sí, hay muchos túneles en la línea Shinkansen, y a menudo bloquean nuestra vista temporeramente. Actualmente un túnel submarino conecta el tren con Kiusiu, la isla meridional del Japón, y hay planes para conectar en el futuro las cuatro islas principales por medio de túneles para trenes “bala.” ¡Si el plan de incluir a todas las islas del Japón tiene buen éxito, el viaje de Tokio a Sapporo, Hokkaido, que ahora demora unas 17 horas, será reducido a aproximadamente un tercio de ese tiempo!
En solo dos horas ya estamos llegando a la estación Nagoya. No bajaremos aquí, aunque hay una espera de dos minutos. ¿Ve usted a esas personas saltando del tren? Van de carrera a una de las pequeñas tiendas de fideos que se encuentran en la plataforma, engullen una sopa caliente de fideos, y corren de vuelta a su asiento a medida que una fuerte campanada da la señal de partida.
Por qué se hizo necesario
Muchas personas, entre éstas las que viven cerca de la vía férrea, preguntan por qué se necesita un tren de tan alta velocidad en un país compuesto solo por islas. Los apoyadores del “bala” responden que la zona de tierra del Japón se extiende de norte a sur, y que las principales ciudades industriales se encuentran a lo largo de la costa del Pacífico. En el pasado, el mejorar las carreteras a lo largo de la costa fue suficiente. Pero éstas pronto alcanzaron su límite, y ya no queda espacio para nuevas carreteras amplias y/o más automóviles.
Se hizo necesario un medio diferente de viajar entre Tokio y Osaka, que ocupa el segundo lugar en tamaño entre las ciudades del Japón. Así, nació el tren “bala.” A menudo se ha dicho que el Japón no hubiera podido tener un crecimiento económico tan rápido sin el Shinkansen. ¡Desde que comenzó a funcionar en 1964 ha transportado a más de mil millones de pasajeros!
Un viaje seguro
Aquí vienen más jovencitas, y esta vez venden helados. Más tarde comeremos algo, y, en vez, iremos al coche restaurante en el cual podremos ver el velocímetro que se ha colocado para los pasajeros. Este indica que de veras viajamos a 210 kilómetros por hora. Difícil de creer, ¿verdad? El viajar a velocidades tan altas hace casi imposible que el maquinista pueda detener el tren a tiempo si ve alguna dificultad por delante. ¡Aun si pusiera los frenos inmediatamente, el tren seguiría avanzando otros 2.000 metros antes de detenerse!
Puesto que no se puede confiar en los ojos del maquinista, no hay señales a lo largo del trayecto. Más bien todo se controla por medio de un sistema de Control o Mando Automático de Trenes (ATC). La entera línea está dividida en bloques de 3.000 metros y el controlador en la estación de control puede seguir cada tren en un tablero o cuadro. El sistema de computadoras ATC envía una orden a cada tramo, y así controla la velocidad en ese tramo en particular. Del centro de mando proceden órdenes para cinco velocidades diferentes: 210, 160, 70 y 30 kilómetros por hora, así como la orden de parada.
Cuando nuestro tramo recibe una orden de 210 kilómetros por hora del sistema ATC, el tramo detrás de nosotros envía una orden de 30 kilómetros por hora, el tramo detrás de ése una orden de 70 kilómetros por hora, y así por el estilo, a fin de evitar choques traseros. Y esto también significa que cuando viajamos a 210 kilómetros por hora no hay ningún tren delante de nosotros en una distancia de por lo menos nueve kilómetros.
¿Y si el sistema ATC funciona mal? Esto prácticamente no sucede, aunque una vez el sistema tuvo una falla y registró que un tren inmóvil iba a plena velocidad. Todos los sistemas ATC tienen su sistema sustitutivo y todas las máquinas eléctricas tienen dos máquinas sustitutivas, a fin de que si una se rompe, la otra se encargue del trabajo. Hasta los terremotos se toman en cuenta. Los trenes se detienen automáticamente cuando un terremoto registra cierto nivel en la escala sismográfica.
A fin de enfrentarse a la lluvia, el viento, la nieve y así por el estilo, es preciso mantenerse en contacto constante con los maquinistas y el personal de cada estación. Un Centro de Control del Tráfico, o sistema CTC, en la oficina principal de control situada en Tokio se encarga de este aspecto de la seguridad. Allí uno puede ver un tablero de mando que muestra todo el tráfico en la entera línea de Tokio a Kiusiu. En la sala de control los operadores vigilan el tablero y dirigen la información necesaria a los trenes individuales.
Recientemente, debido al aumento de trenes y del tráfico, los Ferrocarriles Nacionales han empleado un sistema de computadoras adicional llamado “Comtrac” para complementar a estos controladores. El sistema Comtrac tiene en su “memoria” información acerca del número de la vía férrea, la guía de salidas y llegadas de trenes y las condiciones en cada estación.
Si por cualquier razón algún tren no cumple con el horario, el sistema Comtrac notifica a los operadores en la sala de control y automáticamente hace un nuevo programa de trenes, incluso una nueva hora de salida y, si es necesario, cancela trenes. Puede gobernar todos los lugares necesarios en el entero sistema ATC, incluso los anuncios en ciertas estaciones... ¡una máquina verdaderamente asombrosa!
Todas estas precauciones le han suministrado al rapidísimo “bala” un excelente registro de seguridad. ¡Desde el 1 de octubre de 1964 el tren “bala” no ha tenido un accidente que resultara en pérdida de vida! La seguridad siempre se pone en primer lugar.
Bueno, ya estamos en la estación de Kyoto. ¡Solo dos horas y 50 minutos! Ya puede decir que ha “paseado” en el famoso tren “bala” del Japón.
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El enigma de las rocas... pinturas de los bosquimanos¡Despertad! 1978 | 8 de diciembre
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El enigma de las rocas... pinturas de los bosquimanos
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en la República Sudafricana
PARA un aficionado al arte, el ir a visitar una galería de arte es casi siempre una ocasión de interés y deleite. Pero aun en las ciudades grandes halla bastante limitado el número de galerías de arte. Sin embargo, la República Sudafricana puede jactarse de tener literalmente centenares de galerías de arte antiguo. Éstas han captado el interés y deleitado a un sinnúmero de artistas, arqueólogos y turistas.
Nos referimos a las pinturas rupestres de los bosquimanos. Cuando los visitantes
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