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“Que el matrimonio sea honorable entre todos”La Atalaya 1951 | 1 de septiembre
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los separados puede casarse de nuevo o tener relaciones sexuales con otro. El hacerlo sería cometer adulterio, y sería una corrupción de la cama matrimonial.
21. ¿Qué, pues, no debe corromper el cristiano, y de qué manera?
21 Todo cristiano de afuera debe respetar el lecho matrimonial del esposo y su mujer y no ceder de manera alguna a tener parte en causar una corrupción de él. Si el cristiano consigue un divorcio cuando su consorte no ha sido inmoral y luego se casa de nuevo eso constituye una violación del lecho conyugal. Bíblicamente es bigamia. Asimismo el cristiano profeso que practica poligamia está deshonrando el matrimonio y está corrompiendo el lecho conyugal. El cristiano honra su propio matrimonio o el de otra persona porque es algo que Dios instituyó. El cristiano no codicia el o la cónyuge de otra persona y no comete adulterio ni fornicación. Estas cosas son pecado y desagradan a Dios. El apóstol Pablo amonesta contra tales pecados, “porque Dios juzgará a los fornicadores y adúlteros.” Este hecho debe servir para impedir que uno deshonre el matrimonio o corrompa el lecho conyugal. Jehová ahora está en su templo, y él amonesta: “Yo me acercaré a vosotros para juicio; y seré veloz testigo contra los hechiceros, y contra los adúlteros, . . . dice Jehová de los Ejércitos.”—Mal. 3:5.
A FAVOR DEL MATRIMONIO IDEAL
22. ¿Por qué debe ser excomulgada la persona inmoral?
22 El Dios Altísimo ahora quiere una organización teocrática visible que sea limpia. Por esto desde su venida al templo él se encarga de ver que ésta se mantenga limpia ahora de la inmoralidad y otras cosas vituperables. La persona que es culpable de inmoralidad quizás pretenda tener el derecho de asociarse con la organización y proteste contra el ser excomulgada. Puede protestar y argüir que mediante el tener libre acceso a la organización él será ayudado para vencer sus relaciones inmorales con alguien del sexo opuesto y que así será salvado de las consecuencias malas de su proceder. Pero la Palabra de Dios ordena la excomunión de tales personas inmorales como una expresión de Su juicio contra ellas. A menos que el individuo culpable se arrepienta y ponga en orden su vida, no puede ser perdonado y aceptado otra vez en la sociedad de la organización teocrática. Pero otra persona inmoral quizás sea obstinada y diga: ‘Excomúlguenme si desean hacerlo. Yo tengo una relación individual con Dios. Por eso poco me importa.’ Pero dicha persona se engaña a sí misma, porque Dios juzga a los adúlteros y a los fornicadores con condenación y no tiene relaciones con ellos. Por esa razón él prohibe que su organización tenga relaciones con ellos.
23. ¿Cómo manifiesta Dios respeto a su organización?
23 La organización de Dios es más importante para él que la salvación de una criatura inmoral o desobediente. La vindicación de la soberanía de Jehová y el mantener a su nombre exento de vituperio es de mayor importancia que la preservación de pecadores voluntariosos. De modo que estas cosas supremas tienen que ocupar el primer puesto. De acuerdo con eso Dios manifiesta el respeto debido a la organización que lleva su nombre. Él ejecuta su juicio contra los corruptores y la mantiene limpia. Él obra de acuerdo con su regla: “Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo, templo que son ustedes.”—1 Cor. 3:17, NM.
24. ¿Cómo debemos manifestar respeto a su organización nosotros, y por qué?
24 Siendo que Dios respeta tanto a su organización, entonces nosotros tenemos que ejercer temor y respetarla también. Es nuestra obligación solemne vigilar nuestra conducta y no corromperla o traer sobre ella vituperio. Por esto, pues, mantengan el matrimonio honorable y la cama matrimonial sin corrupción. No podemos corromper la organización o traer vituperio sobre ella mediante una conducta impura y luego permanecer dentro de la organización, porque esto obraría como levadura y tendería a fermentar toda la organización con impureza, hipocresía y pecado. Haría que la organización fuera odiosa a los ojos de las personas sinceras e impediría que vinieran estas personas ofendidas a la organización y que se salvaran. No podemos de una manera consistente lograr nuestra propia salvación y al mismo tiempo estorbar a otros que también la buscan, estorbándolos mediante nuestra conducta inmoral y vituperiosa que afecta a la organización de Dios. De modo que el juicio que Dios ahora está ejecutando es: “Quiten al hombre inicuo [que es como levadura de pecado] de entre ustedes.” (1 Cor. 5:1-13, NM) Si nosotros repudiamos a Dios por nuestra conducta, él nos repudiará a nosotros excomulgándonos. Hoy su juicio no se está moviendo lentamente, y la destrucción de los sucios no se adormece.
25. ¿Por qué debemos practicar la moralidad estando tan cerca del nuevo mundo?
25 Estamos ahora en el umbral del justo nuevo mundo. Concerniente a los que entran al gobierno divino de ese nuevo mundo está escrito: “Cualquier cosa que no es sagrada y cualquiera que se ocupa en cosa repugnante y en la mentira de ninguna manera entrará en él.” (Apo. 21:27, NM) Jehová Dios ahora está edificando una sociedad del nuevo mundo, y ésta tiene que vivir de acuerdo con las normas limpias y justas que existirán en su nuevo mundo. Únicamente los que se esfuerzan por vivir de acuerdo con ellas serán pasados por él a través de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” que él luchará contra este mundo sucio, y entrarán para vivir en el mundo limpio de después del Armagedón. No se autorizará allí la poligamia para que se lleve a cabo el mandato divino de “llenar la tierra” con una raza justa. No se permitirá inmoralidad de ninguna clase, y no habrá divorcio entre los que participarán en cumplir el mandato divino. Así como el diluvio del día de Noé extirpó las normas y prácticas inmorales del mundo antediluviano, la gran marea del Armagedón se llevará para siempre la corrupción moral de este mundo.
26. Entonces ¿cuál vemos que es nuestra obligación ahora?
26 Que nosotros veamos pues nuestra obligación ahora de “[luchar] vigorosamente por la fe que una vez para todo tiempo fué entregada a los santos” haciendo esto mediante el resistir toda infiltración de inmoralidad, incontinencia y mundanalidad en la organización teocrática por parte de personas que hoy son como Balaam y Jezabel. En el interés de lograr eso, la regla para nosotros es, “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin corrupción.” Los esposos y las esposas vivirán en armonía con esta regla divina. Se esforzarán por honrar su matrimonio, dignificándolo de acuerdo con las normas ideales que la Palabra de Dios ha establecido para él.—Efe. 5:21-33, NM.
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Juan el Bautista, precursor de JesúsLa Atalaya 1951 | 1 de septiembre
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Juan el Bautista, precursor de Jesús
EL Profeta exacto de los acontecimientos, el Dios Todopoderoso, declaró más de 400 años antes del nacimiento de Juan el Bautista: “He aquí que os voy a enviar a Elías profeta, antes que venga el día grande y tremendo de Jehová.” (Mal. 4:5; Luc. 1:17) Y más de 700 años antes del nacimiento de Juan, Jehová anunció que éste parecido a Elías sería como “¡voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino de Jehová, enderezad en el yermo calzada para
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