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El alcoholismo... los hechos, los mitos¡Despertad! 1982 | 22 de noviembre
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cuándo quiere beber y la cantidad de alcohol que quiere consumir. El alcohólico no puede hacer esto. Constantemente bebe más de lo que pensaba beber.
¿Se están poniendo cada vez más preocupadas otras personas debido a que usted bebe? Sea honrado consigo mismo. ‘Yo puedo dejar de beber en cualquier momento que quiera,’ tal vez diga usted. Y probablemente tenga razón. Pero el tomar la decisión de no beber no prueba nada, porque aun los alcohólicos que están en la etapa más avanzada pueden a veces tomar dicha decisión y atenerse a ella por algún tiempo. Además, ¿cómo se siente usted mientras se abstiene del alcohol?... ¿tranquilo y desahogado, o nervioso y tenso? Recuerde que la clave es el control. Por eso el libro Alcoholics Anonymous declara: “Si al beber usted apenas puede controlar la cantidad que consume, usted probablemente es alcohólico.”
● ¿Por qué no se da cuenta el alcohólico de lo que le está sucediendo?
A medida que va empeorando la condición del alcohólico, la estimación que éste tiene de sí mismo va deteriorando y en cambio va aumentando la preocupación, el sentido de culpabilidad, la vergüenza y el remordimiento. Para poder vivir consigo mismo, él inconscientemente usa varias formas de defensa.
La racionalización: Se inventa excusas para explicar por qué bebe y por qué sufre ciertos efectos: “Estoy nervioso,” “Estoy deprimido,” “Bebí sin haber comido nada.”
La proyección: Atribuye a otros los sentimientos dolorosos que él mismo experimenta. Llega a ver a otros como “odiosos,” “vengativos,” “malos,” y se dice a sí mismo: “están en contra de mí.”
La represión: No se permite recordar incidentes dolorosos relacionados con la bebida, y de hecho se convence a sí mismo de que nunca ocurrieron. Así, en el caso de un esposo cuya esposa esté preocupada por la situación de la noche anterior cuando él bebió en exceso, tal vez él se acerque a ella y le pregunte: ‘¿Hay algo que te tiene preocupada esta mañana?’ ¡Y ella no puede creer lo que oyen sus oídos!
Recuerdos eufóricos: A veces son eufóricos o felices sus recuerdos de lo que experimentó al beber. Por eso tal vez diga: ‘Sí, me di unos cuantos tragos anoche, pero no me pasó nada’... cuando en realidad sí le pasó algo. El alcohol ha deformado su percepción.
Estas defensas sirven para edificar una pared negativa que impide que el alcohólico vea lo que le está sucediendo. Necesita ayuda.c
● ¿Qué clase de ayuda se necesita?
‘Todo lo que necesita es que se le ayude a dejar de beber,’ tal vez piense usted. Pero necesita más que eso.
Físicamente: Se tiene que usar un método libre de peligro para deshabituar a dicha persona del alcohol (”desintoxicarla”). Esto tal vez requiera que la persona sea hospitalizada a fin de que se puedan tratar también los problemas de salud relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas. Pero no basta con que la persona se restablezca físicamente. Pues, una vez que esté sintiéndose mejor, tal vez piense: ‘Ahora puedo ejercer control.’
Mentalmente: El alcohólico debería aprender los hechos en cuanto al alcoholismo, llegar a estar consciente de las razones lógicas que exigen que se abstenga del alcohol, y aceptarlas. Dicho conocimiento le será útil en su lucha de toda la vida por mantenerse sobrio.
Socialmente: Tiene que aprender a vivir cómodamente consigo mismo y con otros.
Emocionalmente: Tiene que aprender a enfrentarse a la ansiedad y a otros sentimientos negativos que tiene dentro de sí. Tiene que aprender a estar contento sin el alcohol.
Espiritualmente: Puesto que es propenso a sentirse desesperanzado y temeroso, necesita ayuda que le inspire esperanza, confianza y seguridad.
● ¿Dónde puede hallarse dicha ayuda?
Aunque varias formas de tratamiento están disponibles, resalta una cosa que es absolutamente necesaria... el conocer a alguien bien informado y comprensivo con quien pueda hablar, tal vez alguien que haya sido alcohólico y se haya restablecido. Esto puede inspirar esperanza, pues muestra al alcohólico que él también puede restablecerse.
Muchos alcohólicos se han beneficiado de la ayuda que proporcionan los centros de rehabilitación de alcohólicos. Dichos centros tal vez tengan un personal compuesto de personas de diferentes campos de actividad: médicos, siquiatras, sicólogos y asistentes sociales con preparación especializada. En dichos centros, el paciente por lo general cursa un programa educacional en el que aprende acerca del alcoholismo de una manera que le es aceptable.
Además, sesiones de terapia en grupo dirigidas por consejeros que han recibido preparación especial pueden ofrecer al paciente apoyo práctico para que se enfrente a sus problemas y pueden ayudarle a hablar francamente y a llegar a estar consciente de las defensas que él inconscientemente ha estado usando. Dado que él no puede cambiar nada sin antes darse cuenta de ello, el adquirir dicha percepción le ayudará a restablecerse. Pero, sea cual sea la forma de terapia que se utilice, se tiene como meta fundamental ayudar al paciente a que aprenda a enfrentarse a los problemas que le afectan emocionalmente sin recurrir al alcohol.
No obstante, una vez que el alcohólico en vías de restablecerse deja de recibir dicho tratamiento, él o ella quizás se encuentre cara a cara con las realidades que solían impulsarlo a beber. Tal vez todavía tenga sentimientos negativos acerca de sí mismo, problemas de familia, o un trabajo inseguro. Evidentemente le hace falta recibir ayuda continua para poder enfrentarse a tales problemas. Para recibir dicha ayuda, algunas personas acuden a grupos de voluntarios de la localidad compuestos de alcohólicos que se están restableciendo y que dedican su tiempo a ayudarse los unos a los otros.d
No obstante, hay otra fuente de ayuda, una que puede dar al alcohólico en vías de restablecerse poder “más allá de lo normal” en su lucha diaria por enfrentarse a la vida y mantenerse sobrio. ¿De qué se trata?—2 Corintios 4:7, 8.
“Mi éxito,” declara un alcohólico en vías de restablecerse, “se debe a mi fe en Jehová, al poder de la oración y a la ayuda que me han dado mis hermanos cristianos. Sin eso, yo ahora estaría en el arroyo, o muerto, debido al alcohol.” Sí, por medio de estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y asistir a las reuniones cristianas este hombre adquirió fe verdadera en Dios y amorosos compañeros cristianos. Pero, ¿cómo pueden estas cosas ayudar?
Bueno, el estudio de la Palabra de Dios puede ayudar al alcohólico que está restableciéndose a cambiar su manera de pensar. (Romanos 12:1, 2) Los sentimientos de culpabilidad y remordimiento van disminuyendo a medida que él llega a conocer a Jehová como Dios de misericordia y perdón. (Exodo 34:6, 7) Además, los principios bíblicos le muestran cómo mejorar su vida de familia, cómo ser la clase de empleado en quien se complacería cualquier patrón, y cómo evitar pensamientos y acciones que contribuyan indebidamente a la ansiedad y la preocupación.—Efesios 5:22-33; Proverbios 10:4; 13:4; Mateo 6:25-34.
A medida que desarrolla una relación de confianza con Jehová Dios, aprende a encomendar confiadamente sus preocupaciones y cargas a Jehová en oración. Con la ayuda de amistades cristianas amorosas, aprende a comunicar claramente sus sentimientos y necesidades y llega a darse cuenta de que puede acercarse a otros sin temor. Dichas relaciones inspiran el sentimiento de seguridad y la estima de sí mismo que tanto necesita el alcohólico que está restableciéndose.—Salmo 55:22; 65:2; Proverbios 17:17; 18:24.
Así que, ¿está usted preocupado debido a su beber o están otros preocupados al respecto? ¿Le ha causado a usted problemas en uno o más aspectos de su vida el beber? ¡Entonces haga algo para remediarlo! ¿Por qué atenerse a algo que puede causarle tanto dolor y problemas? Por medio de aprender los hechos (no los mitos) y obrar en armonía con ellos, es posible restablecerse del alcoholismo y llevar una vida feliz y productiva.
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Mi recobro del alcoholismo¡Despertad! 1982 | 22 de noviembre
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Mi recobro del alcoholismo
La historia de él
LOS números del teléfono parecían mezclarse unos con otros mientras trataba de marcar el número telefónico de mi casa. El efecto de las cinco píldoras que me había tomado antes ya estaba alcanzando su punto máximo. Mientras me agarraba del teléfono público para no caerme, oí la voz de mamá: “¡Diga! ¿Quién habla?”
“Soy yo,” mascullé, a la vez que me concentraba lo más que podía. “No regresaré a casa esta noche; me quedaré en casa de un amigo.” Articular cada palabra fue una lucha. Sentía como si la lengua me pesara veinte kilos.
“¡Oh, no!” dijo mamá con voz entrecortada. “¡Has vuelto a tomar esas píldoras! ¡Estás drogado!”
Colgué el teléfono y, haciendo eses, caminé hasta mi automóvil. No iba a pasar la noche en casa de un amigo. En vez de eso, iba a ir hasta la playa. Mientras conducía me di cuenta de que iba por el lado prohibido de la carretera... en una autopista principal. Estuve a punto de chocar con el tráfico que se aproximaba cuando crucé la línea divisoria y entré en el camino que llevaba a la playa. Estacioné el automóvil y me quedé dormido hasta el día siguiente.
Ese es solo un incidente que muestra cómo el alcoholismo casi me costó la vida. ‘Pero, ¿qué tiene que ver el tomar píldoras con el ser alcohólico?,’ puede que pregunte usted. Bueno, en aquel momento yo tampoco entendía qué relación había entre el uno y el otro. Pero iba a enterarme de ello... del modo difícil.
Primero, permítame hablarle un poco de mis antecedentes: Había empezado a tomar píldoras cuando era adolescente. Comencé tomando tranquilizantes a escondidas... mamá siempre tenía una buena cantidad de éstos por la casa. Unos cuantos años después, un amigo en el trabajo me inició en el uso de la droga secobarbital, un sedante muy fuerte. Ahora podía tomar menos píldoras para sentir el mismo efecto. Es verdad que mamá
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