Preguntas de los lectores
◼ En Génesis 19:24 dice que ‘el Señor’ hizo llover sobre Sodoma azufre y fuego ‘de parte del Señor.’ ¿Indica esto que Dios sea una trinidad?
Los que creen en la Trinidad han tratado de hallar apoyo para su doctrina en el relato acerca de Abrahán y Lot. Pero un examen cuidadoso y franco muestra que este relato no enseña la Trinidad, como tampoco la enseña ninguna otra parte de la Biblia.
Abrahán recibió la visita de “tres hombres” que claramente venían de parte de Dios. Al saludarlos, Abrahán dijo: “Jehová, si, pues, he hallado favor a tus ojos, sírvete no pasar de largo a tu siervo.” (Génesis 18:1-3) Por supuesto, Jehová Dios mismo no se había aparecido en persona y en cuerpo carnal a Abrahán, pues ‘ningún hombre puede verlo y sin embargo vivir.’ (Exodo 33:20; Juan 1:18) Por lo tanto, Abrahán tiene que haberse expresado así porque reconoció que aquellos “hombres,” y quizás uno de ellos en particular, representaban a Jehová. Esto concuerda con otras ocasiones en que ángeles de Dios se aparecieron a humanos y fueron llamados “Jehová” porque eran representantes celestiales del Altísimo.—Compare con Génesis 16:7-13; Jueces 6:12-16.
Después que los “tres hombres” comunicaron aquel importante mensaje acerca de la “descendencia” predicha, se dio atención a lo que tenía que ver con Sodoma y Gomorra. Una comparación entre Génesis 18:22 y Gé 19:1 prueba que los “hombres” que habían visitado a Abrahán eran ángeles. Mientras uno de estos representantes de Jehová permaneció con Abrahán, los otros dos mensajeros celestiales fueron a Sodoma. Allí, por boca de dos testigos, aseguraron a Lot y su familia que las ciudades serían destruidas y que era necesario que ellos huyeran. Una vez que Lot y sus dos hijas estuvieron a salvo, las dos ciudades inicuas fueron destruidas. Leemos: “Entonces Jehová hizo llover azufre y fuego procedente de Jehová, desde los cielos, sobre Sodoma y sobre Gomorra.”—Génesis 19:24.
En ciertas traducciones antiguas de la Biblia este versículo dice que “el Señor” hizo llover fuego de parte “del Señor.” Algunos comentaristas que creían en la Trinidad afirmaron que esto significaba que el Señor Jesús, el Hijo de Dios, trajo destrucción de parte del Señor Dios, el Padre. Pero el texto hebreo muestra que en ambos casos se hace referencia a “Jehová,” quien era el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, y quien era distinto de Jesús.—Exodo 6:2, 3; Hechos 3:13.
Es consecuente con la índole de la lengua hebrea el decir que alguien hace algo respecto a sí mismo. Leemos: “Salomón procedió a congregar a los ancianos ... ante el rey Salomón.” “A Moisés [Jehová] le dijo: ‘Sube a Jehová ...’” “[Jehová] pasó a decirle a él: ... los salvaré por Jehová.’” (1 Reyes 8:1; Exodo 24:1; Oseas 1:6, 7; Zacarías 10:12) De igual modo, Génesis 19:24 nos dice que Jehová causó la lluvia sin precedente de azufre y fuego desde sí mismo, “procedente de Jehová, desde los cielos.” De modo que este versículo, en vez de apoyar a la fuerza la doctrina antibíblica de la Trinidad, subraya el punto que se establece en Salmo 83:18: “Para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.”
Pudiera mencionarse de paso que hay otro aspecto de este relato que los que creen fervorosamente en la Trinidad han tratado de usar para apoyar su doctrina. Han hecho hincapié en que fueron tres ángeles los que se aparecieron a Abrahán en representación de Dios, de modo que sugieren que esto señala a una trinidad.
Sin embargo, el que haya habido tres ángeles difícilmente es una indicación válida de que haya una deidad trina y una, pues nada en el relato habla de una divinidad plural. El erudito alemán Franz Delitzsch dijo que “la idea de que los tres hombres representen a la Trinidad es insostenible desde todo punto de vista.”
Entonces, ¿por qué envió Dios a tres criaturas celestia les como representantes de El? Los ángeles vinieron a decirle a Abrahán que él y Sara tendrían un hijo. (Génesis 18:10) Evidentemente Dios consideró apropiado que tres testigos presentaran este mensaje profético, tal como después se dijo en la Ley que “por boca de dos testigos o por boca de tres testigos debe quedar establecido [un] asunto.” (Deuteronomio 19:15; 1 Timoteo 5:19) Abrahán hubiera tenido razón para dudar que él y Sara hubieran de tener un hijo, en vista de la edad y condición física de ellos. (Hebreos 11:11, 12) Pero el testimonio de tres ángeles ciertamente sería convincente.