-
Sea presto para oir, lento en cuanto a hablarLa Atalaya 1960 | 1 de agosto
-
-
en acción cuando estemos presentes.” “Pero aunque sea inexperto en el habla, ciertamente no lo soy en conocimiento, pero esto se lo manifestamos a ustedes de toda manera y en toda cosa.” “Porque temo que de algún modo, cuando yo llegue, los halle no como pudiera desear y yo resulte ser para ustedes no como ustedes pudieran desear, sino, en cambio, de algún modo haya contienda, celos, casos de ira, disputas, detracciones, murmuraciones, casos de estar hinchados, desórdenes.” “He dicho previamente y . . . digo con anticipación a los que han pecado antes y a todos los demás, que si en cualquier tiempo vengo otra vez no perdonaré, puesto que ustedes están buscando una prueba de que Cristo habla en mí.”—Pro. 25:23; 2 Cor. 10:7-11; 11:6; 12:20; 13:2, 3.
18 A causa de ser prestos en cuanto a hablar lo que no debieran de hablar, miembros de esa congregación corintia necesitaban ser reprendidos. Pablo tuvo suficiente valor para darles esa reprensión justa. Aunque eso les ofendiera o les hiriera su amor propio por un tiempo, les haría bien, y con el tiempo ellos apreciarían esa reprensión. “El que está reprendiendo a un hombre hallará más favor después que el que está lisonjeando con la lengua.”—Pro. 28:23.
19. Si uno quiere hablar mucho, ¿qué debe considerar?
19 Los que quieren usar su lengua en el mucho hablar deben recordar que tienen que comer el fruto de su lengua: “Del fruto de la boca del hombre obtendrá su vientre su hartura; él obtendrá su hartura aun del producto de sus labios. La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y el que la está amando comerá su fruto.” Si el fruto es fruto del Reino, la predicación de las buenas nuevas, éste lleva a la vida eterna en el nuevo mundo de Dios. Pero si uno es presto para hablar lo que no sirve, lo que es perjudicial e insensato, entonces será como Jesús advirtió a los fariseos: “Les digo que, de todo dicho inútil que digan los hombres, rendirán cuenta en el Día de Juicio; porque por tus palabras serás vindicado, y por tus palabras serás condenado.” ¡Cuán cierto es: “El que quiera amar la vida y ver buenos días, que reprima su lengua de lo que es perjudicial y sus labios de hablar engañosamente”!—Pro. 18:20, 21; Mat. 12:36, 37; 1 Ped. 3:10.
“TOLERÁNDOSE . . . MUTUAMENTE”
20. ¿Cuál es la tendencia en el mundo hoy día, y por qué no pueden ser así los cristianos?
20 Sea en la congregación o en el círculo de la familia, hay muchas cosas pequeñas de las cuales el que se hagan de un modo o de otro verdaderamente no importa. El ser presto para criticar estos asuntos que no tienen importancia demuestra falta de equilibrio. Muestra una falta de amor porque el amor “no busca sus propios intereses.” La tendencia en el mundo hoy día es el ser prestos en cuanto a insistir en salirse con la suya por medio de ser prestos para hablar palabras de crítica, de sermoneo, de cavilosidad. Hay tiranos verbales en cosas pequeñas. Sigan la voluntad de Dios como se expresa en Filipenses 2:14: “Sigan haciendo todas las cosas libres de murmuraciones y argumentos.” Realmente hagan como amonestó el apóstol: “Continúen tolerándose y perdonándose mutuamente sin reserva si alguno tiene causa de queja contra otro.” El seguir tal consejo contribuirá a la amenidad y unidad tanto en el círculo de la familia como en la congregación. “¡Mira! ¡cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad!”—1 Cor. 13:5; Col. 3:13; Sal. 133:1.
EVITAR PALABRAS IMPRUDENTES AL AIRARSE
21. ¿Por qué ser “lento en cuanto a hablar,” especialmente cuando lo han hecho encolerizarse, y qué ejemplo muestra la insensatez de hablar prestamente con ira?
21 Especialmente cuando le causen enojo el cristiano debe ser “lento en cuanto a hablar.” De otro modo puede resultar habla insensata, lamentable, imprudente; porque especialmente cuando se encoleriza uno es cierto: “En la abundancia de palabras no falta la transgresión, pero el que está refrenando sus labios está obrando discretamente.” Para mostrar cuán fácil es pecar con la lengua cuando uno está airado se cita el ejemplo de Moisés. Los israelitas murmurantes “causaron provocación en las aguas de Meriba, de modo que le fue mal a Moisés por causa de ellos. Pues amargaron su espíritu y él empezó a hablar imprudentemente con los labios.” Cuando los israelitas necesitaron agua, Jehová mandó a Moisés que tomara su vara e hiciera salir agua de un risco. Moisés lo hizo, pero debido a su ira ocasionada por los israelitas quejosos fue presto para hablar: “¡Oigan, ahora, rebeldes! ¿Es de este risco que les sacaremos agua a ustedes?” Más tarde Jehová le dijo a Moisés: “Porque no mostraron fe en mí para santificarme delante de los ojos de los hijos de Israel, por lo tanto ustedes no introducirán a esta congregación en la tierra que yo ciertamente les daré a ellos.” Fue un precio grande que pagar por el habla imprudente.—Pro. 10:19; Sal. 106:32, 33; Núm. 20:10, 12.
22. ¿Por qué no fueron causadas por un corazón rebelde u orgulloso las palabras imprudentes de Moisés, y por eso qué lección aprendemos nosotros?
22 Esto no quiere decir que Moisés era rebelde en su corazón. Más bien, en un momento de ira, fue presto en cuanto a hablar. Lo que salió no fue para gloria de Dios. Las palabras de Moisés dejaron la impresión de que él y Aarón eran los proveedores del pueblo, mientras que era Jehová quien había provisto para ellos durante todos esos años en el desierto. Tampoco se trató de que Moisés fuera orgulloso ni arrogante. “El hombre Moisés era por mucho el más manso de todos los hombres que estaban sobre la superficie del suelo.” Sin embargo pecó con la lengua. Aun para el más humilde siervo de Dios existe la necesidad de guardar su boca: “El que guarda su boca está guardando su alma. El que abre de par en par los labios—él tendrá ruina.”—Núm. 12:3; Pro. 13:3.
23. ¿Cómo nos ayudará el consejo de Santiago?
23 Por eso tome a pecho el consejo de Santiago: ‘Sea presto en cuanto a oir, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira.’ Le ayudará a usted a producir fruto aceptable a Dios. Le ayudará a usted a usar su lengua para gloria del Creador. Le ayudará a hacer la voluntad divina según se expresa en Romanos 14:19: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificarnos unos a otros.”
-
-
Siendo lentos en cuanto a iraLa Atalaya 1960 | 1 de agosto
-
-
Siendo lentos en cuanto a ira
“La ira del hombre no produce la justicia de Dios.”—Sant. 1:20.
1. ¿Por qué no se produce injusticia por la ira de Dios, y cómo pone el ejemplo Jehová?
LA IRA en sí misma no es maldad. La ira de Jehová es la reacción justificable del Dios enteramente justo contra el pecado, la iniquidad y toda forma de injusticia. “Debido a las cosas susodichas la ira de Dios viene sobre los hijos de la desobediencia.” La ira de Dios está completamente bajo el gobierno de sus atributos de justicia, sabiduría, amor y poder. “Jehová es lento en iras”—esto lo afirman los profetas Nahúm, Joel y Jonás. El salmista dice: “Jehová es benigno y misericordioso, lento para airarse.” Y Jehová mismo da esta descripción en Éxodo 34:6: “Jehová fue pasando delante de su rostro
-