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  • Huida al verdadero refugio del reino
    La Atalaya 1976 | 15 de marzo
    • de lluvia, como corrientes de agua en país árido, como la sombra de un peñasco pesado en una tierra agotada. Y la obra de la justicia verdadera tiene que llegar a ser paz; y el servicio de la justicia verdadera, tranquilidad y seguridad hasta tiempo indefinido. Y mi pueblo tiene que morar en un lugar de habitación pacífico y en residencias de plena confianza y en lugares de descanso sosegados.”

      5 Los que están en la Tierra que corresponden con los “príncipes” aquí descritos no son ningunos “príncipes de la Iglesia” de la cristiandad. Son los “ancianos,” los “superintendentes” nombrados de las más de treinta y ocho mil congregaciones del pueblo librado y restaurado de Jehová. Ya que son directamente responsables al Rey celestial, Jesús el Mesías, sabiamente atienden al rebaño a la manera de un pastor “para derecho mismo.” Así contribuyen a la paz, tranquilidad, confiabilidad y seguridad del paraíso espiritual en el cual Jehová ha introducido a sus adoradores restaurados desde el año 1919 E.C.

      BAJO EL VENIDERO REINADO MILENARIO DEL MESÍAS

      6. ¿Por qué comenzará con un paraíso espiritual el nuevo orden de Dios en la Tierra, pero qué trabajo terrestre estará ante los que estén en ese paraíso?

      6 Tal como el arca impermeable llevó a Noé y su familia y parejas de todos los animales y aves a través del diluvio global de 2370-2369 a. de la E.C., así el paraíso espiritual bajo la protección de Jehová pasará ileso a través del diluvio venidero de la “grande tribulación.” Los adoradores fieles de Jehová que moran dentro de este paraíso espiritual sobrevivirán con éste a través de esa “tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21, 22; Rev. 7:9-14) Por esta razón el justo nuevo orden de cosas de Dios que habrá en la Tierra después de la tribulación comenzará con un paraíso espiritual ‘lleno del conocimiento de Jehová’ y ocupado por sus adoradores fieles. (Isa. 11:9) Ante la “grande muchedumbre” de sobrevivientes que corresponden con los tres hijos y tres nueras de Noé, estará la obra de hermosear toda la Tierra literal dándole la apariencia de un paraíso, un Jardín de Edén en escala global. Por eso la tierra habitada del futuro, bajo el reinado de mil años de Jesucristo y sus 144.000 reyes asociados, será un paraíso en sentido literal. Jesucristo mismo lo prometió por nombre.—Luc. 23:43.

      7, 8. (a) ¿Qué formas de vida sobrevivieron con Noé y su familia en el arca? (b) ¿Por qué no salió del arca con temor a las criaturas terrestres inferiores la familia de Noé?

      7 Allá en 2369 a. de la E.C., después que el arca de Noé se posó en tierra en una montaña de Ararat y a Noé se le permitió que abriera la puerta que Jehová Dios había cerrado, Noé y su familia salieron al descubierto. Pero no solo ellos, pues, como nos dice Génesis 8:19, “toda criatura viviente, todo animal moviente y toda criatura volátil, todo lo que se mueve sobre la tierra, según sus familias salieron del arca.” Estos habrían de multiplicarse en la Tierra tal como las criaturas humanas que habían pasado vivas a través del diluvio.—Gén. 1:20-25.

      8 ¿En qué relación estarían estas criaturas terrestres inferiores con el hombre? Dios indicó esta relación cuando, al bendecir a Noé y su familia, Dios dijo: “Y un temor a ustedes y un terror a ustedes continuarán sobre toda criatura viviente de la tierra y sobre toda criatura volátil de los cielos, sobre todo lo que va moviéndose sobre el suelo, y sobre todos los peces del mar. En mano de ustedes ahora se han dado.” (Gén. 9:1, 2) De modo que la humanidad no salió del arca de preservación con perspectivas aterradoras ante sí, ni siquiera procedentes de los animales. La humanidad no había tenido ningún temor de los animales que habían estado dentro del arca, donde hasta el león comía vegetación, tal como el toro.

      9. ¿Qué indica eso que hará Dios después de la “grande tribulación” para que se cumpla lo que Él les mandó a Adán y Eva respecto a las criaturas terrestres inferiores?

      9 Aquello sin duda fue una indicación para nuestro propio futuro sobre la tierra habitada. Junto con los adoradores humanos de Jehová en su paraíso espiritual, criaturas terrestres de clase inferior serán preservadas para que la humanidad las utilice y disfrute de ellas. Indudablemente, después de haber terminado la “grande tribulación” Dios dará tranquilizadora seguridad a sus adoradores sobrevivientes sobre la Tierra respecto a los peces, las criaturas volátiles y los animales terrestres. El Creador Todopoderoso pondrá el temor del hombre en todas estas criaturas terrestres inferiores, para que no molesten al hombre. De acuerdo con lo que Dios les mandó al primer hombre y a la primera mujer, Adán y Eva, la humanidad tendrá en sujeción todas estas criaturas inferiores. Ellas serán súbditos obedientes, inofensivos, de la humanidad.—Gén. 1:27, 28.

      10. ¿Están todas las criaturas terrestres inferiores en sujeción al hombre ahora? ¿Cómo señaló David al futuro proféticamente al hombre a quien estarían sujetas?

      10 Más de mil trescientos años después del Diluvio, cuando el rey David de Jerusalén escribió el salmo octavo Sal. 8, no todas las criaturas terrestres inferiores estaban en sujeción al hombre en el sentido de estar domesticadas y ser inofensivas para con el hombre. Pero en este salmo David proféticamente señaló al futuro a un hombre que las tendría a todas en sujeción. En ese salmo David dijo: “Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado, ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre que cuides de él? También procediste a hacerlo un poco menor que los que tienen parecido a Dios, y con gloria y esplendor entonces lo coronaste. Lo haces dominar sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto debajo de sus pies: ganado menor y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo abierto, los pájaros del cielo y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas de los mares.”—Sal. 8:3-8.

      11. ¿Dónde y cómo se da el nombre del hombre a quien Dios ha designado para que todas las cosas terrestres estén sujetas a él?

      11 ¿A quién, pues, ha designado Jehová Dios como ese “hombre” a quien todas las cosas terrestres deben ser sujetas? El libro inspirado de Hebreos, capítulo dos, versículos cinco al nueve, nos lo dice: “No es a ángeles que él ha sujetado la tierra habitada por venir, acerca de la cual estamos hablando. Pero cierto testigo ha dado prueba en algún lugar, diciendo: ‘¿Qué es el hombre que lo tienes presente, o el hijo del hombre que cuidas de él? Lo hiciste un poco inferior a los ángeles; con gloria y honra lo coronaste, y lo nombraste sobre las obras de tus manos. Todas las cosas las sujetaste debajo de sus pies.’ Porque al sujetar todas las cosas a él, no dejó Dios nada que no esté sujeto a él. Ahora, sin embargo, todavía no vemos todas las cosas sujetas a él; pero contemplamos a Jesús, que había sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo hombre.”

      12. En la “tierra habitada por venir,” ¿qué criaturas vivientes terrestres estarán también sujetas bajo los pies de Jesús?

      12 Esto significa que, después de la “grande tribulación” y el encadenamiento de Satanás el Diablo y sus demonios y el aprisionamiento de ellos en el abismo, la “tierra habitada por venir” estará en sujeción bajo los pies de Jesús el Mesías. También, todas las cosas de la tierra habitada, incluso “ganado menor y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo abierto, los pájaros del cielo y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas de los mares.” (Sal. 8:7, 8) Entre las “bestias del campo abierto” están todos los animales silvestres que en la actualidad son salvajes y peligrosos al hombre, como el león, el oso, el leopardo, la cobra y toda otra culebra venenosa. Entre “todo cuanto pasa por las sendas de los mares” estarán las pirañas o caribes, los tiburones y las orcas.

      13. ¿Cómo mostrará Jesucristo, ahora glorificado en el cielo, que todas estas criaturas terrestres inferiores están sujetas a él en la “tierra habitada por venir”?

      13 Jesús el Mesías, ahora coronado de gloria y honra en el cielo, no ha perdido el poder que tiene sobre las bestias salvajes e indómitas. (Mar. 1:13; 11:2-7) Él mostrará que estas criaturas que en la actualidad son peligrosas le están sujetas a él. ¿Cómo? Sujetándoselas a la “grande muchedumbre” de herederos del paraíso terrestre futuro que pasarán con vida a través de la “grande tribulación” y entrarán en el nuevo orden de Dios para nuestra Tierra. Así, a los animales salvajes, feroces y peligrosos de hoy día se les hará inofensivos para los adoradores terrestres de Jehová Dios. La relación de no causarse daño que reinará entonces entre las bestias y el hombre corresponderá con la descripción de Isaías 11:6-9, que ya se ha cumplido en el paraíso espiritual del que disfrutan ahora los testigos cristianos de Jehová.

      14. ¿Por qué los muertos humanos rescatados no tendrán nada que temer al salir a la “tierra habitada por venir”?

      14 Así tomará forma el propósito original de Dios el Creador de que toda la creación animal de la Tierra estuviera sujeta al hombre y la mujer perfectos en un Jardín de Edén global. El paraíso extendido por toda la Tierra será un lugar de paz y seguridad. Todos los muertos humanos rescatados que serán sacados de sus tumbas a esta “tierra habitada por venir” no tendrán de qué temer. (Hech. 24:15; Juan 5:28, 29; Rev. 20:11-14) El “león rugiente,” Satanás el Diablo, y sus demonios no estarán en la vecindad. El glorificado “Hijo del hombre” en los cielos pondrá en vigor la paz por toda la Tierra entre hombre y hombre y entre hombre y bestia y entre bestia y bestia. “Justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán,” y el servicio y efecto de tal justicia a través de la Tierra será paz, tranquilidad, razón para confianza verdadera, y seguridad. (Isa. 26:9; 32:17, 18) ¡Ah, qué magnífico lugar será la Tierra para que el hombre lo ocupe eternamente como su hogar paradisíaco! Todo esto será porque la “tierra habitada por venir” estará bajo el verdadero “reino de los cielos.”—Mat. 4:17; 5:3, 10.

      15. ¿El hacer qué es ahora nuestro privilegio y oportunidad respecto a la gente que está en peligro debido a la “grande tribulación” en el futuro cercano?

      15 Este es el “reino de los cielos” que ahora proclamamos como nuestro privilegio y oportunidad por todo el mundo. A los que ya nos hemos refugiado bajo él nos preocupa la seguridad de otras personas en este tiempo de angustia mundial sin precedente. La tribulación de todas las tribulaciones está en el futuro cercano. En vista de ese hecho, continuemos dirigiendo a todas las personas enseñables al verdadero “reino de los cielos” mesiánico y ayudémoslas a obtener refugio seguro bajo él. ¡El que sean salvas de la mayor angustia del mundo depende de esto!

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1976 | 15 de marzo
    • Preguntas de los lectores

      ● ¿Cómo se puede armonizar Hechos 7:16, que atribuye a Abrahán la compra de un lugar de entierro en Siquem, con Génesis 23:15-19?

      Pudiera parecer que hay un conflicto, pues Hechos 7:16 dice que Abrahán compró un lugar de entierro en Siquem, pero Génesis 23:15-19 informa que él compró una porción de terreno como ésa en Macpela cerca de Hebrón. Hay varias explicaciones posibles. Notemos algunos de los detalles.

      Poco después de haber entrado Abrahán en la Tierra Prometida (1943 a. de la E.C.) residió por un tiempo en Siquem, que estaba en la zona septentrional donde más tarde fue edificada Samaria. (Gén. 12:6-8) Más tarde, cuando Sara la esposa de Abrahán murió (1881 a. de la E.C.), Abrahán compró como lugar de entierro el campo y la cueva de Macpela, que estaba cerca de Hebrón al sur de Jerusalén. “Abrahán enterró a Sara su esposa en la cueva del campo de Macpela enfrente de Mamré, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán.” (Gén. 23:15-19) Con el tiempo Abrahán, Isaac, Rebeca y Lea fueron también enterrados allí.—Gén. 25:9; 49:29-32.

      Jacob el nieto de Abrahán también moró por un tiempo cerca de Siquem, y allí compró una porción de terreno y edificó un altar. (Gén. 33:18-20) Ya por morir en Egipto, Jacob mandó a sus hijos que lo enterraran, no en Siquem, sino con sus padres en la porción de terreno que Abrahán había comprado cerca de Hebrón. (Gén. 49:29-32; 50:12, 13) En cuanto a un entierro en Siquem, Josué 24:32 dice que después que los israelitas entraron en la Tierra Prometida enterraron los huesos de José “en Siquem en la porción del campo que Jacob había adquirido,” la cual llegó a estar en el territorio de Manasés el hijo de José.

      Teniendo presente esta historia, podemos notar Hechos 7:15, 16. En su sobresaliente defensa el discípulo cristiano Esteban dijo: “Jacob bajó a Egipto. Y falleció; e igualmente nuestros antepasados, y [los “antepasados”] fueron transferidos a Siquem y fueron puestos en la tumba que Abrahán con dinero de plata había comprado a precio de los hijos de Hamor en Siquem.” De modo que parecería que Esteban dijo que Abrahán, más bien que Jacob, compró terreno en Siquem. Sin embargo Génesis 23:17, 18 nos dice que Abrahán compró un lugar de entierro en Macpela cerca de Hebrón.

      Ciertos doctos creen que, además de comprar la porción de terreno en Hebrón, Abrahán pudo haber obtenido también el terreno de Siquem donde Jehová se le apareció y donde luego edificó un altar (Gén. 12:7) Si así fue, entonces este terreno puede haber sido el mismo que Génesis 33:18, 19 menciona que Jacob

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