patrón que se remonta hasta miles de años en el pasado, a los tiempos de los antiguos imperios de Asiria y Babilonia. Seguramente tal proceder lleva a uno hacia atrás, no hacia adelante al verdadero progreso y a la diseminación del conocimiento. La verdad es tan fuerte que no necesita recurrir a tácticas como esas.

¿Cree usted que el Estado político debería tener el derecho de controlar a grado total el pensar de sus súbditos? ¿O cree usted que la gente debería tener el derecho de adorar según los dictados de su conciencia?

Si usted sinceramente se opone a los esfuerzos totalitarios para obligar a la gente a amoldarse a cierta ideología política, y si usted se compadece de los que sufren por adherirse a sus creencias concienzudas, sin duda deseará enviar un telegrama o carta en apelación a uno o más de los funcionarios del gobierno Frelimo en la República del Pueblo de Mozambique cuyos nombres se alistan con este artículo.

Una bendición inesperada por tener gobierno de uno mismo

EL GOBIERNO de uno mismo es un fruto del espíritu de Dios. (Gál. 5:22, 23) El demostrarlo en circunstancias muy desagradables puede impresionar de modo favorable a los observadores y hasta moverlos a llegar a conocer la Fuente de esta encomiable cualidad. Esta fue la experiencia de un testigo cristiano de Jehová en California. Él relata:

“Esa mañana me desperté temprano. Puesto que era un día feriado y no tenía que trabajar, decidí dar una caminata alrededor de la manzana. Al doblar la esquina cerca de la casa de mi vecino nuevo, lo vi parado en el patio. Habiéndolo tratado previamente, levanté el brazo y dije, ‘Buenos días, Don, ¿cómo se siente?’

“Antes que pudiera contestar, una larga sombra oscura vino al ataque... cruzó el patio, saltó la cerca y comenzó a morderme ferozmente en las piernas. El instinto me hizo levantar los brazos para protegerme la cara. Inmediatamente Don estuvo a mi lado. La larga sombra oscura resultó ser su perra Doberman. Ella equivocadamente tomó mi gesto de saludo por indicación de un ataque a Don. Antes que él pudiera calmarla y quitarla de encima, me había dado unos cuantos mordiscos y en el proceso había desgarrado mis pantalones.

“Por supuesto la experiencia me sacudió a mí y también a Don. Pero aquí es donde la cualidad de gobierno de uno mismo entró en la escena. En vez de ponerme furioso por lo que pasó, me puse a consolar a Don y explicarle que la perra solo había actuado para proteger a su amo de un aparente daño. Después de asegurarme que la perra estaba completamente inoculada contra la rabia, dolorosamente me dirigí a casa donde inmediatamente llamé a un médico que vendó mis heridas y me dio una inyección contra el tétano.

“Poco tiempo después oí un toque en la puerta. Al contestar, encontré a Don parado allí. Lo invité a pasar, y me preguntó cómo me sentía después de la visita del doctor. Después de una conversación casual, él dijo: ‘Me supongo que querrá que mi perra sea eliminada o quizás usted mismo tome su revólver y la mate.’ De nuevo lo convencí de que no le tenía mala intención ni a él ni a su perra. Quedó muy asombrado. No podía creer que yo tuviera tanto gobierno de mí mismo y que no devolvería daño por daño. Calmadamente le expliqué que como testigo de Jehová cultivaba las cualidades del espíritu de Dios y de que solo por medio de estudiar y poner en práctica lo que aprendía pude desplegar gobierno de mí mismo en este incidente.

“Unos pocos días más tarde mi esposa visitó a estos vecinos y dejó las revistas La Atalaya y ¡Despertad! con la esposa de Don, Mary. Poco después se comenzó un estudio de la Biblia con la familia. Don recalcó vez tras vez que cualquier hombre que se podía dominar en semejantes circunstancias adversas tenía que tener algo en pro de él.”

¿Qué fue el resultado de todo esto? Ahora, como testigos de Jehová bautizados, Don y Mary también reconocen con aprecio que el desplegar la cualidad de gobierno de uno mismo les es vital a los cristianos.