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Lo que se puede hacer¡Despertad! 1978 | 22 de septiembre
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de las autoridades argentinas que se alistan abajo:
Direcciones de funcionarios:
Jorge Rafael Videla,
Presidente de la Nación
Casa de Gobierno
Balcarce 50
1064 Buenos Aires, Argentina
Almirante Emilio Eduardo Massera
Casa de Gobierno
Balcarce 50
1064 Buenos Aires, Argentina
Teniente General Roberto Eduardo Viola
Casa de Gobierno
Balcarce 50
1064 Buenos Aires, Argentina
General de Brigada Orlando Ramón Agosti
Casa de Gobierno
Balcarce 50
1064 Buenos Aires, Argentina
Ministro de Relaciones Exteriores y Culto,
Vicealmirante Oscar Antonio Montes
Arenales 761
1061 Buenos Aires, Argentina
Ministro del Interior,
General Eduardo Álbano Harguindeguy
Casa de Gobierno
Balcarce 50
1064 Buenos Aires, Argentina
Ministro de Defensa Nacional,
Comandante de Brigada José María Klix
Paseo Colón 255
1063 Buenos Aires, Argentina
Ministro de Cultura y Educación,
Doctor Juan José Catalán
Avda. Eduardo Madero 236
1106 Buenos Aires, Argentina
Ministro de Justicia,
Comandante de Brigada A. Gómez
Av. Gelly y Obes 2289
1425 Buenos Aires, Argentina
Corte Suprema de Justicia,
Doctor Horacio H. Heredia
Talcahuano 550
1013 Buenos Aires, Argentina
Corte Suprema de Justicia,
Doctor Adolfo R. Gabrielli
Talcahuano 550
1013 Buenos Aires, Argentina
Corte Suprema de Justicia,
Doctor Abelardo F. Rossi
Talcahuano 550
1013 Buenos Aires, Argentina
Corte Suprema de Justicia,
Doctor Pedro J. Frías
Talcahuano 550
1013 Buenos Aires, Argentina
Corte Suprema de Justicia,
Doctor Emilio M. Daireaux
Talcahuano 550
1013 Buenos Aires, Argentina
Además, en armonía con 1 Timoteo 2:1, 2, usted puede pedirle a Dios en oración que los que están “en alto puesto” en la Argentina adopten un punto de vista tolerante respecto a los testigos de Jehová en ese país, a fin de que éstos puedan volver a llevar una vida tranquila y quieta, sin la opresión onerosa de esta injusta proscripción.
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Cuando no se atienen a la Biblia¡Despertad! 1978 | 22 de septiembre
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Cuando no se atienen a la Biblia
Los supuestos cristianos le acarrean mucho oprobio al nombre de Dios cuando no se atienen a la Biblia, la Palabra de Dios. A un jefe supremo de un país del África occidental se le oyó decir: “Ustedes los cristianos [de la cristiandad] hacen más daño que mi pueblo pagano. La Biblia es buena. Ustedes la leen y saben que su Dios desaprueba la matanza. Pero ¿qué vemos? Ustedes los cristianos son los que más participan en las guerras. He visto a los cristianos entrometerse en la política. No obstante, el Jesús a quien ustedes siguen evitó la política. Si ustedes son cristianos pero demuestran ser desleales a los mandamientos de su líder, ¿no están engañándose a sí mismos? Regresen a los de su propio pueblo y corríjanlos. No creo que haya un cristiano que sea fiel a Jesús . . . con una solo excepción... aquellos niños que fueron despedidos de la escuela por no saludar la bandera nacional. Esos son verdaderos discípulos de Jesús, de eso estoy convencido.”
¿Quiénes eran estos niños cristianos que concienzudamente rehusaron idolatrar al Estado como la fuente de toda cosa buena? Eran testigos de Jehová.
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