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  • Antes de los mil años hay guerra entre el cielo y la tierra
    El reino de mil años de Dios se ha acercado
    • ellos.” Se hartan hasta reventar en la “gran cena de Dios.”—Revelación 19:17-21.

      16. ¿Qué hay que decir acerca de supervivencia con relación a la guerra en Har-Magedón en cuanto a (a) la Tierra (b) las aves, y (c) excepciones que no estarán entre los adoradores de la bestia salvaje?

      16 Debe notarse que el relato no dice que se quema la Tierra literal sobre la cual los “reyes” han reinado. No; más bien la Tierra permanece a través de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. Además, “todas las aves que vuelan en medio del cielo” sobreviven, para banquetear con las carnes de los cadáveres que estarán esparcidos sobre la Tierra. Pero también hay sobrevivientes humanos en la Tierra después de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” Esto no se muestra aquí directamente en este relato de la batalla. ¡Pero tiene que ser así! ¿Por qué? Porque no todos los que habitan la Tierra al tiempo de la batalla serán extraviados por el “falso profeta.” Habrá excepciones, aunque comparativamente pocas, que no estarán entre “los que recibieron la marca de la bestia salvaje y . . . los que rinden adoración a su imagen.” (Revelación 19:20) ¿Qué hay de la “grande muchedumbre,” a quienes el apóstol Juan vio antes en la visión y a quienes se vio de pie delante del trono de Dios y delante del Cordero Jesucristo? Ellos no están entre los que pelean contra el reino mesiánico de Dios en Har-Magedón.

      17. ¿Qué muestra Revelación, capítulo siete, acerca de la actitud de la “grande muchedumbre” para con Dios y su reino mesiánico?

      17 Juan dice de éstos lo siguiente: “Siguen clamando con voz fuerte, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’” Después de preguntar acerca de éstos, uno de los veinticuatro ancianos celestiales le dice a Juan: “Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” (Revelación 7:9-14) Esta “grande muchedumbre” que viene “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” definitivamente no estaba contra el reino mesiánico de Dios. Rehusó recibir la “marca de la bestia salvaje” y ‘rendir adoración a su imagen.’

      18. ¿Por qué no quedará vacía de vida humana la Tierra cuando comience el reinado de mil años de Cristo?

      18 De modo que la “grande muchedumbre” no caerá muerta con la gente que sea ejecutada en Har-Magedón, sino que ‘saldrá de la grande tribulación,’ cuya magnífica culminación será la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” Al resultar sobreviviente de esa “grande tribulación” y aclamar a los victoriosos Jehová Dios y el Cordero Jesucristo, la “grande muchedumbre,” como con palmas, espera con regocijo los mil años del futuro. De modo que la Tierra no quedará vacía de vida humana al comienzo de los gloriosos mil años del reinado de Cristo.

  • Disfrutando de la visión por anticipado de los mil años
    El reino de mil años de Dios se ha acercado
    • Capítulo 3

      Disfrutando de la visión por anticipado de los mil años

      1, 2. (a) ¿Será quemada nuestra Tierra en la guerra que habrá en Har-Magedón? (b) ¿Cómo se deduce si será así o no por lo que se les hace después a Satanás y sus demonios?

      NUESTRO globo terrestre no será reducido a cenizas y humo por medio de ser quemado en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. Esto se deduce de lo que le sucede a Satanás el Diablo inmediatamente después de esa guerra. ¿Por qué? Porque a él y sus ángeles demoníacos se les encuentra todavía vivos en la Tierra, a la cual fueron arrojados en derrota después de haber estallado una guerra en el cielo después del nacimiento del reino mesiánico de Dios en los cielos. Hacia abajo fueron precipitados Satanás y sus demonios a la vecindad de la Tierra, para ser retenidos allí por un “corto período de tiempo.” (Revelación 12:7-13) Porque se les restringe a la Tierra a través de toda la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso,” es necesario que el ángel de Dios baje a la Tierra para seguir obrando contra ellos. Acerca de esto leemos lo siguiente en el relato que Juan da de su visión:

      2 “Y vi un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años. Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviase más a las naciones hasta que terminasen los mil años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo.”—Revelación 20:1-3.

      3. ¿Es solo a Satanás el Diablo que se encierra en el abismo? ¿A qué guerrear por parte de él pone fin esto?

      3 Cuando Satanás el Diablo fue echado del cielo, sus ángeles demoníacos fueron echados con él y restringidos a la vecindad de la Tierra. Por eso lo que se le hace al gobernante de ellos aplica también a ellos. Se les prende, encadena y encierra en el abismo con Satanás el Diablo por los mil años. Esto no solo hace que ya no sigan extraviando a las naciones mundanas, sino que también pone fin al guerrear de ellos contra los del resto de los herederos cristianos del reino mesiánico de Dios que todavía están en la Tierra. Acerca de esto, Revelación 12:13, 17 nos dice: “Ahora bien, cuando el dragón vio que fue arrojado abajo a la tierra, persiguió a la mujer que dio a luz al hijo varón [símbolo del reino mesiánico de Dios en los cielos]. Y el dragón se airó contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra los que quedan de su descendencia, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús.”

      4, 5. (a) ¿Mata esa guerra a todo el resto del Reino y a la “grande muchedumbre”? ¿Qué testimonio tenemos acerca de esto? (b) ¿De la presencia de quién libra entonces a la Tierra el encerramiento de Satanás en el abismo?

      4 Esta guerra diabólica no logra matar a todo el resto de herederos del reino que observan los mandamientos de Dios y dan testimonio de Su Hijo, Jesucristo. Tampoco logra matar a la “grande muchedumbre” que acepta este testimonio acerca del Mesías Jesús y que sale de todas las naciones de la Tierra y se une al resto del Reino para adorar a Jehová Dios en su templo espiritual. Como testimonio de que sobreviven, Revelación 7:9-15 dice lo siguiente acerca de esta “grande muchedumbre” que viene de todas las razas, naciones y tribus: “Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso es que están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.”

      5 Así, el encerrar a Satanás y sus ángeles demoníacos en el abismo no deja a la Tierra desolada, sin habitantes humanos. Ese encerramiento en el abismo no libra a la Tierra de la presencia del resto de herederos del Reino ni de la “grande muchedumbre,” sino, más bien, de la presencia de Satanás el Diablo y sus ángeles demoníacos. Durante los mil años de aprisionamiento de ellos en el abismo estarán como si ‘no fueran.’—Compare con Revelación 17:8.

      GOBERNANTES DE LA TIERRA POR MIL AÑOS

      6. ¿Qué pregunta hace surgir acerca de la gobernación de la Tierra el encerramiento de Satanás en el abismo?

      6 Ya Satanás el Diablo no será el gobernante del mundo de la humanidad ni el “dios” del sistema de cosas. (Juan 12:31; 14:30; 16:11; 2 Corintios 4:4) Entonces, ¿quién gobernará la tierra habitada durante los mil años en los cuales Satanás el Diablo esté encerrado en el abismo y ‘no sea’?

      7. ¿Qué vio Juan en visión que contesta esta pregunta?

      7 En la visión el apóstol Juan vio por quiénes se administraría la gobernación de la Tierra. Dice: “Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron sobre ellos, y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios, y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre su frente y sobre su mano. Y llegaron a vivir y gobernaron como reyes con el Cristo por mil años. (Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que fueron terminados los mil años.) Esta es la primera resurrección. Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre éstos no tiene autoridad la muerte segunda, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.”—Revelación 20:4-6.

      8, 9. (a) ¿Dónde se vio que estaban ubicados los tronos, y cuántos había realmente? (b) Por eso Juan estuvo viendo el principio de ¿qué “día”? ¿y qué dijo Pablo acerca de él en Atenas?

      8 Los tronos que Juan vio estaban arriba en el cielo,

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