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Vida en el mundo tridimensional del océano¡Despertad! 1976 | 8 de abril
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recogen diminutas almejas, gusanos y crustáceos.
Algunos de los peces y otros animales en la oscuridad abismal son ciegos. Hay criaturas que caminan de un modo majestuoso con patas largas y delgadas como tallos y pies vellosos para sostenerlos por encima del barro. Los “ofiuroideos,” parientes de las estrellas de mar, a veces cubren el piso oceánico. Hasta en las profundidades de más de mil metros, pasa nadando de vez en cuando un pez raya, buscando alimentos en el fondo. El fondo del mar está cubierto de huellas y senderos. Las fotografías tomadas a una profundidad de 10.912 metros en el Challenger Deep al sudoeste de Guam muestran unos cuantos animales extraños de entre dos y medio y cinco centímetros de largo. Algunos tienen la apariencia de camarones pequeños. En las presiones tremendas a esas profundidades el hombre todavía no puede contestar afirmativamente la pregunta que Dios le hizo a Job: “¿En exploración de la profundidad acuosa has andado de una parte a otra?”—Job 38:16.
El futuro para la vida oceánica
Ahora, los oceanógrafos están muy preocupados por el peligro que presenta para la vida marina la codicia de las flotas comerciales que poseen instrumentos científicos modernos para cazar, apresar y matar en escala tremenda. Pero hay otro mal que temen aun más: la contaminación. Esta también se debe principalmente a la codicia e indiferencia, y se ha extendido a un grado increíble, convirtiendo aguas pesqueras anteriormente prolíficas en aguas casi despobladas de peces.
Condiciones como éstas causan tristeza. Pero la persona que cree en la Biblia tiene plena confianza en que Dios tiene la capacidad para repoblar los mares con enjambres de vida tal como era su propósito originalmente cuando mandó a los habitantes de los mares: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen las aguas en las cuencas de los mares.” (Gén. 1:22) Puesto que hay tal interdependencia entre la vida en el mar (tanto la vida vegetal como la animal) y la que hay sobre la tierra, podemos estar seguros de que Dios hará que tanto el mar como la tierra estén poblados con criaturas que son esenciales para el bienestar y felicidad eternos del hombre. Esto lo realizará él durante el reinado de mil años de su Hijo, cuando el hombre estará en paz con la vida animal, tanto sobre la tierra como en el mar, y ejercerá sobre ellos el debido dominio armonioso.—Gén. 1:27, 28; Sal. 8:4-8.
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Respirando miles de millones de átomos¡Despertad! 1976 | 8 de abril
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Respirando miles de millones de átomos
● Los átomos están en todas partes. Toda cosa material a nuestro alrededor —todo lo que podemos ver, palpar, tocar, oler o gustar— está compuesto de pequeñitos átomos invisibles. Esto significa que el aire mismo que respiramos está compuesto de estas diminutas partículas de materia. “Considere cuántos átomos hay en una respiración,” escribió Heinz Haber en The Walt Disney Story of Our Friend the Atom. “Bajo condiciones normales,” continuó Haber, “un ser humano inhala y exhala alrededor de medio litro de aire con cada respiración. ¡Esto significa que unas 16 veces por minuto uno inhala y exhala no menos de 25.000.000.000.000.000.000.000 de átomos!” De modo que, uno inhala, como promedio, no menos de cuatrocientos mil trillones de átomos cada minuto de su vida. ¡Esta es una cifra tan grande que hay que agregar veintiún ceros después de los cuatrocientos... 400.000.000.000.000.000.000.000! ¿Y cuántos átomos respirará uno en el curso de su vida? No se preocupe en tratar de calcularlo. Forzosamente tiene que ser una cifra astronómica tan grande que se sale fuera del ábaco. ¡Qué bueno es, entonces, que estos átomos sean tan pequeñitos!
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