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  • Las “buenas nuevas” llegan a una de las ‘partes más lejanas’ de la Tierra
    La Atalaya 1979 | 15 de marzo
    • y cuando aumenté mi velocidad a 56 kilómetros por hora, hallé que los emúes continuaron dejándome atrás. Fue solo cuando alcancé 64 kilómetros por hora que pude dejarlos atrás, ¡y qué alivio fue aquello!”

      MacLean recuerda su primera visita a la tienda de provisiones y el hotel de Charles Bernhardt, mencionado antes: “Al llegar a William Creek noté que el tren se detuvo por un tiempo considerable, mientras los hombres se apresuraban al café para obtener cerveza fría. Al entrar en el café me sorprendió ver en la pared un letrero que extendía a los hombres esta invitación: ‘Lea La Atalaya anunciando el reino de Jehová, la esperanza del mundo.’ Un segundo letrero instaba: ‘Lea ‘¡Despertad!’ En el mostrador se podían obtener revistas, folletos y volúmenes encuadernados. Cuando finalmente se había servido y satisfecho a todos, Bernhardt pidió la atención de aquellos hombres: ‘Caballeros, ¿pudiera tener su atención, por favor? Los invito a obtener ejemplares de las mejores revistas que hay en la Tierra hoy.’ Entonces cada uno de los hombres aceptó ejemplares de La Atalaya y ¡Despertad!, dio una contribución por ellas, se las metió en el bolsillo, se echó un saco de cerveza sobre el hombro, y regresó al tren. Ninguno de los hombres, mientras bebía en el bar de Bernhardt, usaba lenguaje malo u obsceno, por respeto a la reputación cristiana del administrador. Bernhardt entonces presentaba las ‘buenas nuevas’ a toda la gente del tren, empezando con el maquinista.”

      Hoy, toda Australia oye las “buenas nuevas” con regularidad por los esfuerzos de 525 congregaciones. Superintendentes viajantes visitan todo el país, y hay más de 28.000 testigos de Jehová activos en el país.

      LOS ABORÍGENES OYEN LAS “BUENAS NUEVAS”

      Según un censo hecho en 1971, hay solo aproximadamente 106.000 aborígenes (nativos indígenas) y éstos viven por lo general en las zonas campestres y de llanuras áridas. Se han hecho grandes esfuerzos por llegar a ellos. Ben Brickell, quien estuvo por 44 años en la obra de tiempo completo hasta su muerte hace varios años, cubrió muchos centenares de kilómetros en bicicleta, motocicleta y automóvil, hablando a los aborígenes en estaciones y poblaciones. Para aclarar el mensaje, usaba ilustraciones y cuadros o tablas. En una visita a la zona de Wave Hill, en el Territorio Septentrional, Brickell pasó aproximadamente una hora con 80 aborígenes que se sentaron con las piernas cruzadas en el suelo mientras él les explicaba el propósito de Dios, con la ayuda de pinturas que representaban acontecimientos y promesas que se hallaban en la Biblia. Brickell llegó a ser bien conocido en Australia por su obra entre los aborígenes y en las llanuras áridas. En otra ocasión, a unos kilómetros de Alice Springs, en lo recóndito del país, habló a un grupo de 100 aborígenes. Unos cuantos aborígenes han llegado a ser fieles proclamadores del Reino.

      Australia, con sus enormes distancias, su interior en su mayor parte inhospitalario y su población dispersa, ha presentado un desafío, pero las semillas de la Palabra de Dios regadas entre sus habitantes a través de los años han llevado fruto, a veces de maneras sorprendentes.

      Desde las ciudades densamente pobladas e industrializadas de la costa, hasta el “rojo corazón” del continente, las buenas nuevas del gobierno mundial entrante de Dios se predican. Para 1940 la proporción de testigos de Jehová por población era de 1 para 2.764. Pero ahora 1 de cada 483 personas en Australia es testigo activo de Jehová. De modo que aquí, en una de las partes más lejanas de la Tierra, se está cumpliendo el mandato de Jesús.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1979 | 15 de marzo
    • Preguntas de los lectores

      ● ¿Es incorrecto el que los cristianos usen calmantes, puesto que Jesús cuando fue fijado en el madero rehusó vino mezclado con un calmante?

      No necesariamente; Jesús evidentemente hizo aquello por una razón especial.

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