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¡No nos rendimos!La Atalaya 1980 | 15 de abril
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volar con explosivos el campamento. Pero los rusos avanzaron con tanta rapidez que los nazis no pudieron llevar a cabo sus diabólicos planes. El 28 de abril Ravensbrück cayó en manos de los rusos sin que hubiera una pelea. Así se nos sacó de aquel ‘horno ardiente’ después de unos seis largos años. Esto fue además de aproximadamente dos años de prisión antes de llegar a Ravensbrück.
MANTENIENDO NUESTRA FIRME DECISIÓN
Ambas habíamos prometido a Jehová que, si alguna vez nos veíamos libres, dedicaríamos todo nuestro tiempo y fuerzas a Su servicio. En nuestro difícil viaje a nuestro hogar visitamos al hermano Frost, quien mostraba la misma actitud. Él nos invitó a ir, tan pronto como nos fuera posible, a Magdeburgo, desde donde se habría de reorganizar la obra de predicar en Alemania.
Sin embargo, poco después que llegué a mi hogar en Olbernhau el gobierno local me ofreció el trabajo de dirigir el departamento de investigación criminal. No di consideración a esta oferta de trabajo ni siquiera por un momento; había tomado mi decisión de entrar en el servicio de tiempo completo desde hacía mucho tiempo. Solo tres semanas después Elfriede y yo estuvimos entre los primeros cinco trabajadores de Betel que habían regresado a Magdeburgo.
En 1947 el hermano N. H. Knorr, entonces el presidente de la Sociedad, visitó a Alemania Occidental. Él animó a ciertos hermanos y hermanas a asistir a la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Por eso, Elfriede y yo solicitamos recibir aquel entrenamiento misional. Con el tiempo recibimos nuestras invitaciones, y en 1949 partimos hacia los Estados Unidos para asistir a la escuela.
Después de haber estado aisladas por muchos años y no haber podido asistir con regularidad a las reuniones y actividades de servicio de la organización de Jehová, ¡qué bendición fue para nosotras beber bendiciones espirituales en Galaad! Consideramos esto como una gran recompensa y una maravillosa compensación por las muchas dificultades que habíamos experimentado. Entonces, como punto culminante, en el verano de 1950 asistimos a la Asamblea “Aumento de la Teocracia” de los Testigos de Jehová, celebrada en el Estadio Yanqui de la ciudad de Nueva York. Los ejercicios de graduación de nuestra decimoquinta clase de Galaad tuvieron lugar el primer día de la asamblea.
SERVICIO MISIONAL
Nuestra primera asignación misional fue Colonia, Alemania, a orillas del río Rin. Comenzamos a trabajar con la congregación local de 35 publicadores y pronto estuvimos conduciendo muchos estudios bíblicos productivos y ayudando a otras personas a participar en el servicio del Reino. Después de tres años y medio de estar allí, recibimos una nueva asignación: ir a Austria. Mientras tanto, la congregación de Colonia había aumentado a 214 publicadores, y vimos la dedicación de un nuevo Salón del Reino.
En nuestros últimos 24 años de servicio en Austria hemos recibido asignaciones a muchos lugares, entre ellos el valle de Gastein, en Gmunden, donde está el hermoso lago Traunsee, y Hohenems, en Vorarlberg, y Telfs, que queda en la región del Tirol. Actualmente estamos trabajando de nuevo en Vorarlberg, en el bosque de Bregenz. En nuestras diversas asignaciones hemos ayudado a obtener siete Salones del Reino. Además, en el caso de tres de nuestras asignaciones, cuando comenzamos o no había publicadores del Reino o solo había uno o dos de ellos. Pero con el tiempo vimos que se establecieron nuevas congregaciones en estos lugares. Aunque no tenemos hijos propios, tenemos muchos hijos y nietos espirituales a quienes estamos unidas por un incomparable lazo de afectuoso amor.
LO QUE NOS HA AYUDADO A NO RENDIRNOS
Hasta después de sobrevivir las grandes pruebas a las cuales fue sometida nuestra fe en los campos de concentración, hemos experimentado tentaciones de dejar nuestro servicio de tiempo completo a Jehová. Ha habido problemas de salud debido a la edad avanzada y a los efectos posteriores de los años que pasamos en los campos de concentración. Y, en los últimos años, frecuentemente ha sido desalentadora la indiferencia de la gente en los territorios donde el materialismo tiene un fuerte agarro. Por eso, a veces ha surgido el deseo de vivir una vida con más tranquilidad, más comodidad y más conveniencias que aquellas de las cuales disfruta un proclamador del Reino que trabaja de tiempo completo. ¿Qué nos ha ayudado a aguantar?
Primero, hemos mantenido la vista puesta en los ejemplos de los fieles siervos de Jehová que dejaron todo atrás para servirle... personas como Abrahán, Sara, Moisés, el apóstol Pablo y nuestro mayor ejemplo, Jesucristo. Esto nos ha ayudado a mantener la actitud correcta y a sostener los verdaderos valores. Hemos tenido presente el consejo de Jesús: “Sigan, pues, buscado primero el reino y Su justicia.” También, hemos recordado lo que Jesús dijo anteriormente en su Sermón del Monte: “Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón.”—Mat. 6:33, 21.
Eso es lo que siempre hemos tratado de hacer, mantener el corazón concentrado en el reino de Dios y en servir a Dios con todo lo que tenemos. El mantener esto como un precioso tesoro fue lo que nos ayudó a aguantar la cruel tiranía del nazismo. El apegarnos firmemente a esta misma esperanza del Reino nos ha ayudado en los años desde entonces a continuar prestando servicio de tiempo completo a Dios sin rendirnos.
¡Ciertamente nuestra vida ha sido una de abundantes satisfacciones! Vez tras vez hemos experimentado la veracidad de las palabras de Malaquías 3:10: “‘Pruébenme, por favor, en cuanto a esto,’ ha dicho Jehová de los ejércitos, ‘a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vierto sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia.’” Nuestro deseo y oración son que podamos, con la ayuda de Jehová, continuar en el servicio de tiempo completo hasta la eternidad en asociación con Jesucristo y en la presencia de Jehová Dios.
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Un gran cambioLa Atalaya 1980 | 15 de abril
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Un gran cambio
¿Puede un solo ejemplar de una publicación cristiana realmente afectar el curso o derrotero de vida de un hombre? La siguiente experiencia procedente de España indica que sí puede.
Roberto, de semblante serio, solía sentarse solo cuando viajaba en tren, pero en cierta ocasión se sentó al lado de un hombre de edad avanzada, que le preguntó: “¿Te gusta leer?” La respuesta fue afirmativa, y por eso Roberto recibió un ejemplar de La Atalaya. Aunque el caballero de pelo canoso salió del tren, Roberto siguió leyendo hasta que hubo terminado la revista entera. Al llegar al fin de la línea del ferrocarril, se detuvo en la plataforma mientras se preguntaba: “¿A dónde vas? ¿No puedes ver que ahora no puedes hacer lo que ibas a hacer?”
Angustiado por el desempleo, tremendas deudas y la desilusión, aquella mañana el desesperado Roberto había subido al tren hacia la capital de la provincia con el propósito de matar a un socio suyo que, con engaños, lo había privado de los ahorros de toda su vida. Entonces Roberto planeaba volver a casa y matar a su esposa e hijos y finalmente cometer suicidio. Pero ahora tomó el siguiente tren hacia su casa, se comunicó con un vecino que era Testigo y pidió un estudio bíblico.
Después de una búsqueda de muchos meses, un nuevo Roberto halló al testigo de Jehová que le había dado aquella revista en el tren, al verlo finalmente entre la muchedumbre de una asamblea cristiana. ¡Imagínese el gozo de aquel hombre de edad avanzada cuando se enteró de que Roberto y toda su familia estaban estudiando la Biblia, asistiendo a las reuniones del pueblo de Dios y pronto se bautizarían! Sí, una sola revista había resultado en un gran cambio.
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