-
Tema a Jehová el superiorLa Atalaya 1952 | 1 de noviembre
-
-
su ley livianamente, porque son infinitos sus poderes para aplicar las sanciones de castigo y conducen a la extinción completa en la muerte. “La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra, y pocos hombres son dejados en ella.” (Isa. 24:5, 6) A todo tiempo debe haber ese miedo de desagradar su majestad soberana. Bien ha expresado Isaías este asunto. “Santificad a Jehová de los Ejércitos; y sea él vuestro temor, y sea él vuestro pavor.”—Isa. 8:13.
18. ¿Cómo ensalza David la grandeza de Jehová el Superior?
18 El inferior sabio a todo tiempo recuerda su posición en relación a su gran Superior, Jehová Dios. Siempre trata de determinar la voluntad de Dios y luego diligentemente se pone a obrar de acuerdo con este curso sabio. Tal siervo fiel de Dios se une al rey David en la exclamación que hizo respecto a la grandeza de Jehová Dios y a cuán deseable es rendirle temor por medio de obedecer su ley. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento manifiesta la obra de sus manos. Un día a otro día transmite copiosamente el dicho, y una noche a otra noche divulga el conocimiento. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al simple; los preceptos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento de Jehová es claro, que alumbra los ojos; el temor de Jehová es limpio, que dura para siempre; los juicios de Jehová son verdad, y a una justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro fino; dulces también, más que la miel y que las gotas que destilan los panales. También tu siervo es amonestado con ellos, y en guardarlos hay grande galardón.” “¡Tema a Jehová toda la tierra!”—Sal. 19:1, 2, 7-11; 33:8.
-
-
Sujeción a autoridades superioresLa Atalaya 1952 | 1 de noviembre
-
-
Sujeción a autoridades superiores
“Que toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores.”—Rom. 13:1, NW.
1. ¿A qué dos superiores se enfrentan los cristianos hoy? ¿Es esto algo nuevo?
HOY los cristianos se hallan frente a dos superiores. Esta situación no es nueva.a Los cristianos durante el primer siglo d. de J.C. se hallaron en la misma situación; y también los israelitas después de 607 a. de J.C., cuando habían perdido su soberanía nacional a las naciones no judías. En estos tres casos uno de los superiores constituye una superioridad asumida, temporaria, tolerada; es la superioridad limitada de los gobiernos de César hechos por el hombre de este viejo mundo. El otro superior constituye la superioridad genuina, absoluta, eterna; es la superioridad ilimitada de Jehová Dios. En este período de transición antes del Armagedón, los testigos de Jehová claramente pueden determinar sus relaciones y deberes legales a las dos clases de superiores gobernantes, las cuales ambas traen obligaciones sobre los inferiores cristianos. Su posición legal es invencible. Esto se debe al hecho de que son herederos de las muchas sanas doctrinas y justos principios legales registrados en las Escrituras y de los muchos precedentes legales de casos mencionados en la Biblia que tienen aplicación en la actualidad.—Tito 3:1, NW.
2. ¿Cuál fué la situación en cuanto a superiores durante el ministerio de Jesús, y qué testificó él en cuanto a la superioridad de César?
2 Jesucristo, el Mayor que Moisés, sin duda fué el mayor juez y abogado que jamás haya caminado sobre esta tierra. Por esta razón sus declaraciones legales no sólo son de valor persuasivo sino de fuerza obligatoria sobre los cristianos. Jesús condujo su gran ministerio en un tiempo cuando los Césares romanos literalmente tenían dominio de la Tierra Prometida de Palestina y en un tiempo cuando el pacto de la ley de Jehová Dios todavía era obligatorio sobre los judíos. Por consiguiente existían dos superiores, los cuales trajeron obligaciones sobre Jesús y todos los judíos. Al cierre de su ministerio cuando Jesús condujo su propia defensa ante el gobernador romano, Pilato, para hacerle frente a la acusación falsa de sedición, Pilato trató de recordarle a Jesús la superioridad de Roma cuando dijo, “‘¿No sabe usted que tengo autoridad para ponerlo en libertad y tengo autoridad para empalarlo?’ Jesús le contestó: ‘Usted no tendría autoridad alguna en contra de mí a menos que se le hubiera concedido desde arriba.’” (Juan 19:10, 11, NW) Así vemos la evidencia clara de que la superioridad de César sobre los siervos de Dios sólo era una superioridad tolerada por parte del verdadero Soberano Superior, Jehová Dios.
3. ¿Cómo trataron de entramparlo los enemigos de Jesús?
3 Los enemigos religiosos de Jesús trataron de entramparlo en el asunto de si era correcto o no el que judíos en relación de pacto con Dios pagaran tributo a César. Pensaron que de este modo lo harían declararse a favor de ofensas premeditadas contra la autoridad romana; así harían que se acarreara el cargo de sedición. “Entonces los fariseos se marcharon y consultaron juntos para poder entramparlo en sus palabras. De modo que le enviaron discípulos de ellos junto con unos partidarios de Herodes, diciendo: ‘Maestro, sabemos que usted es veraz y que enseña el camino de Dios en verdad, y que a usted no le importa nadie, porque no mira a la apariencia exterior de los hombres. Díganos, por lo tanto, ¿Qué cree usted? ¿Es lícito pagar tributo a César o no?’ Pero Jesús, conociendo su iniquidad, dijo: ‘¿Por qué me ponen a prueba, hipócritas? Muéstrenme la moneda de tributo.’ Le trajeron un denario. Y él les dijo: ‘¿De quién es esta imagen e inscripción?’ Ellos dijeron: ‘De César.’ Entonces él les dijo: ‘Devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.’”—Mat. 22:15-21, NW.
4. ¿Qué significa para los cristianos hoy la sana doctrina legal que Jesús pronunció?
4 En la ocasión anterior Jesús pronunció una sana doctrina legal. La doctrina sencillamente se declara así: ‘Devuelvan las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.’ Así Jesús concede que los gobiernos de “César” pueden colocar sobre sus inferiores o súbditos cristianos ciertos deberes de pagar tributo que es correcto que se les pague en devolución por servicios prestados. Pero, note usted, en los sistemas de cosas temporarios en los que “César” opera, “César” sólo puede exigir pago por aquellos servicios limitados por los cuales los cristianos dependen del estado. Jesús dió énfasis a esto cuando hizo su referencia a la moneda de César, que fué llamada la “moneda de tributo”. Por tanto en esta doctrina legal que impone obligación Jesús trazó una línea que claramente manifiesta dónde terminan los deberes de uno hacia el estado. Más allá de esa línea comienzan los deberes del cristiano hacia su Dios. Note que Jesús no hizo omisión de estos deberes mayores que los testigos de Jehová deben pagar a su soberano Dios, porque él completó la declaración legal diciendo, “Devuelvan, . . . las cosas de Dios a Dios.”
5. ¿Qué curso adoptan los cristianos cuando hay un conflicto entre los requisitos de César y los de Dios? ¿Qué precedente siguen?
5 Los hombres y mujeres cristianos dedicados a Jehová dependen absolutamente de Dios en cuanto a vida y las principales necesidades de ella. En consecuencia es correcto y necesario que paguen sus deberes mayores a Dios en todos los puntos de dependencia. Donde las obligaciones legales de César y las de Dios parecen estar en pugna, entonces los cristianos siguen el precedente legal establecido por Pedro y los apóstoles en su defensa ante el tribunal del Sanedrín en Jerusalén. El juez del Sanedrín dijo, “‘Les ordenamos positivamente que no siguieran enseñando con este nombre de base, y sin embargo, ¡miren! ustedes han llenado a Jerusalén con su enseñanza, y están determinados a traer la sangre de este hombre sobre nosotros.’ En respuesta Pedro y los otros apóstoles dijeron: ‘Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.’” (Hech. 5:27-29, NW) Por consiguiente, si César aplica sanciones de castigo contra los cristianos por seguir este precedente correcto al rehusar acceder a los requisitos antagónicos de César, ellos entonces sufren las consecuencias a manos de César. Ellos prefieren esto a ser hallados quebrantando la ley de Dios o a ser hallados negligentes en devolver las cosas de Dios a Dios. Si la ley de César manda al cristiano que haga algo que la ley de Dios claramente prohibe, los siervos de Dios no vacilan entre las dos opiniones sino que estrictamente se adhieren al precedente, “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”
“SUJECIÓN A LAS AUTORIDADES SUPERIORES”
6, 7. ¿Quiénes son las “autoridades superiores” a que se refiere Pablo en Romanos 13:1, y por qué?
6 El apóstol Pablo, cuya profesión era la de abogacía antes de llegar a ser celoso ministro cristiano, con gran vigor señala la posición preeminente de las verdaderas autoridades superiores en el gobierno de Dios sobre sus siervos. Pablo escribe, “Que toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios.” (Rom. 13:1, NW) Estas últimas palabras, “porque no hay autoridad a no ser por Dios,” son prueba conclusiva de que las “autoridades superiores” de las que Pablo habla no podrían ser los poderes políticos de los gobiernos de César. En el texto del Apocalipsis 13:2, NW, la Biblia específicamente declara que Satanás es el que ha facultado y autorizado a los césares del viejo mundo. Por consiguiente las “autoridades superiores” del capítulo 13 de Romanos a quienes Dios comisiona, sólo incluyen a las autoridades gobernantes teocráticas y excluyen las autoridades de César.
7 La Biblia claramente identifica a estas autoridades verdaderamente superiores. Ante todo, es Jehová Dios mismo, quien reasume su dominio soberano en cuanto a los asuntos de la tierra, la principal autoridad teocrática. De su dignidad real administrativa está escrito, “Alaben a Jah, porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey.” (Apo. 19:6, NW; Dan. 7:13) Tenemos, además, las Escrituras que dicen: “¿No nos hemos de someter más al Padre de nuestra vida espiritual y vivir?” (Heb. 12:9, NW) El segundo en mando y la “autoridad superior” restante es el Rey consorte Cristo Jesús, de quien Pedro escribe, “Tengan honra para el rey.” Pablo confirma esto al hablar del gran nombre u oficio elevado que Dios le dió a Jesús cuando lo levantó a la posición superior como autoridad consorte. “Retengan en sí mismos esta actitud mental que también estaba en Cristo Jesús. Por esta misma razón Dios también le exaltó a un puesto superior y bondadosamente le dió el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están en la tierra y de los que están debajo del suelo, y confiese toda lengua abiertamente que Jesucristo es Señor para gloria de Dios el Padre.”—1 Ped. 2:17; Fili. 2:5, 9-11 y Apo. 11:15, NW.
8, 9. (a) ¿Quién coloca en su sitio a las “autoridades existentes”, y cuál es la relación del cristiano hacia ellas? (b) ¿Por qué es un asunto serio ser inferior bajo la organización teocrática de Dios? y ¿qué advertencia dió Pablo en cuanto a esto?
8 Los cristianos de este siglo veinte, como inferiores gustosamente doblan la rodilla en reconocimiento de que Jehová y Cristo Jesús son aquéllos a quienes ellos rinden sujeción principal, autoridades divinas que tienen el derecho de imponer deberes y obligaciones sobre ellos. Pablo continúa diciendo, “Las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones respectivas por Dios.” (Rom. 13:1, NW) Aquí de nuevo hay prueba de que éstas son las “autoridades superiores teocráticas”, porque está escrito que “Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, cada uno de ellos, así como él quiso”. Por lo tanto el cristiano dedicado se deleita en ser obediente en todo respecto con leal sujeción amorosa, y esto es algo que concierne a todo siervo de Dios.—1 Cor. 12:18, NW.
9 A estas autoridades superiores teocráticas se les confían grandes poderes de castigar por sanción. Tienen poder de ejecutar juicio sobre todos los opositores. Amonestando de este hecho, Pablo luego escribe, “Por tanto el que se alinea contra la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en su contra acarrearan juicio para sí mismos. Porque los que gobiernan son objetos de temor, no a la obra buena, sino a la mala. ¿Quieren ustedes, pues, no tener temor de la autoridad? Sigan haciendo lo que es bueno, y tendrán alabanza de ella; porque [la autoridad] es el ministro de Dios para ustedes para su bien. Pero si hacen lo que es malo, estén en temor: porque no lleva la espada sin propósito; porque [la autoridad] es el ministro de Dios, un vengador para expresar ira [sanciones de castigo] sobre el que practica lo malo.” (Rom. 13:2-4, NW) Verdaderamente es entrar a una relación sumamente seria el ser introducido como inferior bajo la organización teocrática de Dios. Nunca debe olvidarse que los malos actos, la infidelidad vergonzosa y la oposición a las autoridades gubernamentales teocráticas de Dios acarrean horrendas consecuencias.
10 ¿Qué hechos adicionales demuestran que las “autoridades superiores” mencionadas en Romanos 13:1 no podrían ser los gobiernos de César como pretende el clero?
10 Las citas anteriores de la carta de Pablo a los romanos nunca podrían haber aplicado a las autoridades políticas del mundo de César, como erróneamente
-