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Viendo con aprecio¡Despertad! 1971 | 8 de febrero
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aspecto limitado de la eficacia técnica. De hecho, se reconoce a un diseñador hábil por la manera en que equilibra bien los requisitos técnicos y estéticos y luego extrae concienzudamente el máximo de cada aspecto.
Teniendo presente esto, considere otro aspecto del vuelo. ¿Ha notado usted que las criaturas voladoras no perturban los sentidos? Los sonidos que hacen, por ejemplo, son sonidos generalmente bien acogidos. ¡Pero qué diferentes son los sonidos destroza-nervios que provienen de un avión de ala fija o de un helicóptero! Además, los aparatos voladores de hechura humana contaminan el aire que inhalamos, causando enfermedades y muerte. ¡Qué contraste hay!
Eficacia aerodinámica
Pero, ¿cómo le va a un pájaro en comparación con un avión en eficacia aerodinámica? Consideremos el ala. ¿Cuál es su eficacia?
Eso depende mucho de su forma. Después de mucho esfuerzo con matemática superior y experimentos en túneles de viento el hombre ha podido diseñar un ala que suministra eficacia de vuelo aceptable. Pero, como pudiéramos haber esperado, el ala del pájaro también tiene la forma ideal para la clase de vida que lleva el pájaro en particular. Por ejemplo, el albatros y el halcón llevan vidas muy diferentes, y sus alas están diseñadas de modo que satisfagan perfectamente sus requisitos diferentes. Realmente, ¿quién ha visto un avión que pueda hacer lo que un pájaro puede efectuar con sus alas?
Propulsión
Bueno, entonces, ¿qué hay del método de propulsión? Para simplicidad consideraremos la hélice. ¿Cómo funciona este método de propulsión?
Se abre paso en el aire girando como atornillándose, dando así el halón requerido a la nave aérea a la cual está anexa. Sin embargo, difiere de un tornillo metálico que se esté enroscando en una tuerca sólida porque el aire se desliza, por decirlo así, constituyéndose una pérdida continua que la tuerca sólida no tendría.
Para visualizar esta clase de pérdida pudiéramos pensar en un pescador con caña que está enrollando el sedal para sacar un pez grande. Si su lancha estuviera anclada rígidamente en el lecho del río o en el fondo del mar, el único trabajo que tendría que hacer sería enrollar el sedal con los brazos. Sin embargo, si la lancha no estuviera anclada, y deseara retener su posición exacta, tendría que echar a andar el motor de su lancha solo lo suficientemente aprisa como para impedir verse halado hacia el pez. Por lo tanto, toda la fuerza que usara el motor sería pura pérdida debido a la fluidez del ambiente.
Pero, ¿qué hay del ala del pájaro? Pues, casi evita todas las pérdidas de deslizamiento de una hélice debido a sus maravillosamente coordinados movimientos de aleteo y la técnica de planeo. Tampoco es el método de retropropulsión empleado por los aviones modernos tan eficaz como la propulsión que logran las alas de los pájaros.
Los medios de propulsión por aleteo y planeo que utiliza el pájaro se pueden comparar, en cierto sentido, con los movimientos del patinador. Trate de imaginarse al patinador deslizándose cuesta abajo en una leve pendiente y luego, precisamente antes de llegar al fin de la pendiente, subirse a la cima de otra pendiente paralela. En el patinaje normal se utiliza este principio, salvo que las piernas se impelen oblicuamente para dar propulsión al cuerpo. En el caso de un pájaro, el movimiento de las alas hacia abajo impulsa a la criatura.
Maniobrabilidad
¡Qué aparato volador verdaderamente maravilloso y eficaz es el pájaro! ¡Pues, parece manar evidencia de ingeniosidad! Y, en particular, ¡qué maravilloso instrumento es esa ala!
¿Ha visto usted a dos gaviotas lanzarse en picada para apoderarse del mismo bocadillo y casi chocar? Pero note, solo casi, porque parecen fluir una alrededor de la otra en una ráfaga de aleteos cuando la perdedora emprende acción evasiva.
¿O ha observado usted a un cuervo aterrizar en una cerca de alambre? El entrar en pérdida de sustentación no le atemoriza. Cuando se dispone a aterrizar parece que va a pasar de su meta, pero entonces entra en acción la punta de aquella poderosa ala, que recientemente había suministrado tan eficaz servicio como hélice, y el cuervo entra en pérdida. ¡Y qué entrada en pérdida hermosamente controlada, al deslizarse suavemente hacia el alambre! Pero lo más probable, en vista de que es un tipo tan sospechoso, es que ni siquiera aterrice, sino que arranque desde la mismísima caída y se aleje aleteando impasiblemente, graznando al hacerlo, en total desconocimiento de la notable hazaña que acaba de ejecutar.
Los diseñadores de naves aéreas generalmente reconocen los muchos beneficios de las alas movibles y las alas de forma que pueda variar, ya sea para conseguir más versatilidad o para lograr los movimientos difíciles que se necesitan para ejecutar maniobras de aterrizaje como las de un pájaro. Pero los resultados lastimosos que han alcanzado los ingenieros humanos con alas batientes y alas de forma variable dan una idea de lo lejos que está todavía el hombre de poder siquiera acercarse a las acrobacias aéreas que se ven en la creación.
En consecuencia, mientras más observamos las criaturas voladoras y meditamos en ellas, ya sea desde el aspecto de la versatilidad, eficacia aerodinámica o maniobrabilidad, más podemos apreciar lo grande que es el Creador de ellas como amo de su arte. Viendo lo hermosas que son a la vista las criaturas voladoras, así como lo tranquilas y airosas que son al volar, nos sentimos atraídos con aprecio a su Magnífico Diseñador.
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Por qué brilla la Luna¡Despertad! 1971 | 8 de febrero
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Por qué brilla la Luna
● Sin duda por la noche usted ha visto letreros que reflejan la luz. Esto es posible porque las letras de estos letreros están revestidas de una capa de diminutas cuentas de vidrio de una fracción de milímetro de diámetro. Entonces están cubiertas de plástico. Cuando la luz de los faros de un auto da sobre ellas, éstas reflejan la luz.
Investigación científica reciente ha revelado que el hombre no fue el primero que usó esta clase de reflector de luz. Evidencia de la superficie de la Luna muestra que el que primero utilizó este principio reflector fue el Creador del universo.
Los científicos, al examinar el material de la Luna que trajeron a la Tierra los astronautas, han descubierto que hasta el 50 por ciento de la “tierra” de la Luna se compone de vidrio. Este vidrio tiene diferentes formas. Parte de éste es perfectamente redondo, elíptico, en forma de lágrima o en forma de haltera, También el vidrio varía en tamaño desde motitas menudas hasta cuentas de un milímetro.
La superficie de estas cuentas de vidrio es muy suave. Cuando la luz da en ellas son sumamente luminosas. El Dr. Wernher von Braun, prominente en los programas de vuelos espaciales estadounidenses, escribió de ellas que “resplandecen bajo la luz del Sol como las cuentas de vidrio que reflejan la luz en un letrero de carretera.” Aunque la mayor parte de este vidrio es incoloro, parte de él es café, amarillo, rojo o verde.
Hasta las rocas de la Luna muestran que fueron hechas para reflejar luz, pues están picadas con hoyitos forrados de vidrio. Algunas de ellas están cubiertas de gotas de vidrio esparcidas y parecen estar satinadas.
Además, en su caminata en la Luna, en el fondo de cráteres pequeños los astronautas encontraron lentejuelas relucientes en la forma de porciones satinadas que se asemejaban a salpicaduras de soldadura derretida. Se encontraban sobre las rocas y sobre el suelo.
¡Qué maravillosamente exacta es la expresión de Génesis 1:16 en la Santa Biblia, donde se describe a la Luna llamándola una “lumbrera . . . para dominar la noche”!
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