-
Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1980 | 15 de mayo
-
-
en las asambleas. El bautismo mismo pudiera efectuarse en una piscina o un lago o río cercano donde hubiera suficiente agua para una inmersión completa. (Compare con Hechos 8:38.) Pero algunas personas, aunque han deseado bautizarse así, no han podido estar físicamente presentes en una asamblea. Por eso, hasta se han efectuado bautismos completamente válidos en la localidad de esas personas en alguna bañera grande de un hogar. Esto ha sido útil en el caso de personas con padecimientos del corazón, personas de edad avanzada o cuya salud es especialmente delicada. El agua de la bañera pudiera calentarse para que no impusiera ningún esfuerzo a la persona. Y la persona que fuera a ser bautizada sería colocada en el agua con gran calma y gradualmente. Una vez que se acostumbrara al agua, podría efectuarse el bautismo mismo.
Pero ¿qué hay acerca de casos extraordinarios? Hasta en muchos de éstos ha sido posible la inmersión. Se ha bautizado a personas que han tenido heridas abiertas o perforaciones permanentes en la garganta. La herida fue cubierta con un trozo de material plástico y sellada brevemente en las orillas con cinta adherente. Además, se ha bautizado a personas que tienen que usar una máquina para respirar. Se han hecho arreglos para tener la ayuda de un médico o una enfermera entrenada. Se ha sumido a la persona paralizada en el agua mientras la persona respiraba por un tubo con boquilla. Entonces, para el momento del bautismo, se ha removido la boquilla, el resto del cuerpo ha sido sumergido y, tan pronto como la persona ha sido alzada a la superficie, se le ha colocado de nuevo la boquilla en la boca. Esos casos ilustran que, aunque quizás haya necesidad de ejercer cuidado especial o tomar precauciones especiales, en casi todo caso se puede efectuar el bautismo.
Por supuesto, pudiera ser que en algún caso extremo el bautismo pareciera absolutamente imposible por el momento. Entonces confiamos en que nuestro misericordioso Padre celestial comprenderá y aprobará a esa persona de ánimo dispuesto que se ha dedicado a él en su corazón. (Sal. 103:13, 14; Lam. 3:22) “Jehová mismo examina al justo. . . . Los rectos son los que contemplarán su rostro.” (Sal. 11:5, 7) De modo que podemos confiar en que, en los casos en que es físicamente imposible bautizar a una persona que recientemente se ha dedicado, Jehová considerará con misericordia la situación.
-
-
Las Asambleas de Distrito “Amor Divino” de 1980La Atalaya 1980 | 15 de mayo
-
-
Las Asambleas de Distrito “Amor Divino” de 1980
¡QUÉ poco amor hay en el mundo hoy! Abunda el egoísmo, precisamente lo opuesto del amor. No es de extrañar que por todas partes haya confusión, infelicidad, desavenencia y contienda. Es como si, por generaciones, los hombres hubieran estado sembrando el viento por medio de toda forma de interés egoísta y ahora estuvieran segando un torbellino de inmoralidad, sufrimiento, delito, guerras y muerte.
En el mundo, pero sin ser parte de él, están los verdaderos seguidores de Jesucristo, los testigos cristianos de Jehová. Ellos tienen la marca que Jesús dijo que identificaría a sus seguidores verdaderos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.”—Juan 13:34, 35.
Una de las mejores maneras en que podemos manifestar este amor es por medio de congregarnos con regularidad en nuestras reuniones de congregación. De seguro las personas entre las cuales hay amor mutuo desean estar juntas. Ese congregarse no solo puede ser algo de lo cual se disfrute, sino también provechoso. Como dijo el apóstol Pablo: “Anhelo verlos . . . a fin de que sean hechos firmes; o, más bien, para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.”—Rom. 1:11, 12.
No hay duda de que las Asambleas de Distrito “Amor Divino” que empiezan este verano suministrarán a cada cristiano muchas excelentes oportunidades de asociarse con sus compañeros de creencia, de modo que haya un intercambio de estímulo entre unos y otros. El programa que se presentará desde la plataforma —los discursos, los dramas, las demostraciones y las experiencias— servirá especialmente para edificar a todos los presentes. Tampoco debemos pasar por alto el estímulo espiritual que recibimos de las excelentes oraciones y de entonar juntos cánticos del Reino. Por supuesto, el grado de edificación que cada uno reciba dependerá en gran medida de su aprecio y espiritualidad.
-