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Cautelosos como serpientes entre lobosLa Atalaya 1956 | 1 de julio
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trabajando en armonía con él. Seremos fieles a su Palabra, publicándola en su pureza y no predicando falsedad alguna en su nombre. Seremos fieles a su espíritu, nunca poniéndolo a prueba con comportamiento falso e hipócrita dentro de su organización, sino dejando que su espíritu nos mueva a un comportamiento de verdad y honradez ante todas las ovejas de él. Hablaremos la verdad a ellas para su edificación y protección, nunca traicionándolas a los colmillos de los lobos. Como ovejas entre lobos seguiremos predicando bajo el cuidado de nuestro Pastor hasta que sean destruídos todos los lobos y todas sus ovejas estén seguras en los pastos verdes y al lado de las aguas tranquilas del nuevo mundo de él.
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Por qué un agnósticoLa Atalaya 1956 | 1 de julio
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Por qué un agnóstico
● Al dar su Credo de un agnóstico en la revista Look, el 3 de noviembre de 1953, Bertrand Russell incluyó en su lista de razones por las cuales él es agnóstico las contradicciones de la Biblia, diciendo que en un lugar la Biblia prohibe el que una viuda sin hijos se case con el hermano de su esposo y en otro lugar manda que lo haga. Él no dió en este artículo ninguna cita bíblica. Sin embargo, en su libro Human Society in Ethics and Politics sí cita los dos textos, a saber, Levítico 20:21 y Deuteronomio 25:5. ¿Y qué dicen éstos? “Si alguno tomare la mujer de su hermano, es inmundicia: ha descubierto la desnudez de su hermano; sin hijos quedarán.” “Si dos hermanos habitaren juntos, y muriere uno de ellos sin tener hijo, no se casará la mujer del difunto fuera de la familia, con un hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por mujer suya cumpliendo con ella el deber de levirato [la parte de cuñado (margen)].” No tiene uno que ser persona de gran erudición para entender que estos dos textos se refieren a situaciones completamente diferentes: el uno al adulterio y el otro a la ley del casamiento de levirato, que aplicaba sólo en el caso de que un hombre casado muriera antes de tener hijos. Todo esto es muy sencillo, pero aparentemente no lo es para un erudito profesor de universidad, científico y filósofo de más de ochenta años de edad, ¡especialmente cuando sucede que dicha persona también es un agnóstico!
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Nada se prueba con ridiculizarLa Atalaya 1956 | 1 de julio
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Nada se prueba con ridiculizar
Recientemente un lector de Our Sunday Visitor, “El semanario católico de más extensa circulación del mundo,” escribió a éste respecto a una observación que el periódico había impreso en desdoro de los testigos de Jehová. En respuesta el director asociado del periódico, el “Rdo.” R. Ginder, dijo: “Pero si usted ha tenido mucho que ver con los Testigos para este tiempo usted debe haberse dado cuenta de que no es una religión—es una enfermedad de la mente. Lo digo en seriedad. Es un frenesí que aparentemente consume ciertas secciones de su inteligencia. Los hace testarudos, impenetrables a los argumentos, y absolutamente incapaces de manejar la verdad.” Las circunstancias fueron las mismas cuando Jesús estuvo en la tierra. Sus contrarios, al no poder refutar su argumento, decían: “¡Demonio tiene, y está loco!” Y Pablo tuvo la misma experiencia, tal como Jesús dijo con anticipación a sus seguidores que les pasaría. Cuando Pablo presentaba su defensa ante el gobernador Festo, en la presencia del rey Agripa, Festo lo interrumpió exclamando: “¡Loco estás Pablo! ¡tu mucho saber te ha vuelto loco!” Por eso no es extraño el que los testigos cristianos de Jehová sean menospreciados de manera semejante hoy día.—Juan 10:20; Hech. 26:24.
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