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  • ¿Es la Biblia simplemente un producto de sabiduría humana?
    La Atalaya 1975 | 1 de agosto
    • ¿Es la Biblia simplemente un producto de sabiduría humana?

      PARA muchas personas, la Biblia solo es un libro escrito por sabios de la antigüedad. Sin embargo eso no es lo que la Biblia misma dice. Alega ser un libro inspirado por Dios. (2 Sam. 23:2; 2 Tim. 3:16; 2 Ped. 1:20, 21) Si esa alegación es cierta, deberíamos poder hallar evidencia convincente dentro de sus páginas que muestra que no pudo haber sido simplemente producto de sabios de aquel tiempo.

      ¿Hallamos esa evidencia? ¿Es superior el fondo de conocimiento que se abarca en la Biblia en comparación con el que se halla sobre los mismos temas en otras fuentes antiguas? ¿Está libre de puntos de vista equivocados que prevalecían al tiempo en que fueron escritas sus diversas partes? ¿En qué posición se halla la Biblia cuando se examina a la luz del conocimiento presente?

      CONOCIMIENTO ACERCA DE LA TIERRA

      Hoy sabemos de hecho que la Tierra no descansa sobre ningún apoyo físico. Pero esto no es lo que la gente generalmente creía durante el tiempo en que las partes más antiguas de la Biblia se estaban escribiendo. Un punto de vista común que se sustentaba entonces era que cuatro elefantes de pie sobre una tortuga grande sostenían la Tierra, la cual se describía como un plato circular.

      ¿Influyeron en la Biblia tales ideas? No. En Job 26:7 leemos: “[Dios] está extendiendo el norte sobre el lugar vacío, colgando la tierra sobre nada.” Esta declaración exacta ha impresionado por largo tiempo a los doctos bíblicos. Uno de ellos, F. C. Cook, escribió en el siglo diecinueve: “Presenta una protesta singularmente fuerte contra las supersticiones que prevalecían entre todos los paganos . . . Job no sabe nada de los sólidos cimientos sobre los cuales está sostenido el extenso espacio de la Tierra. Cómo supo Job la verdad, demostrada por la astronomía, de que la Tierra pende autosuspendida en el espacio vacío, es una pregunta que no resuelven fácilmente los que niegan la inspiración de la Santa Escritura.”

      Esta información en la Biblia acerca de la Tierra solo es incidental al mensaje general. El principal objetivo de la Biblia es suministrar guía sólida para vivir en armonía con la voluntad de Dios. Lógicamente, por lo tanto, lo que dice debe ser muy superior a lo que los hombres imperfectos que no la siguen han recomendado y continúan recomendado como guía.

      MÉDICAMENTE SÓLIDA

      Considere como ejemplo la Ley dada por medio de Moisés la nación de Israel hace unos tres milenios y medio. Uno de sus objetivos era salvaguardar la salud y bienestar de la gente. La obediencia a ella llevaba consigo la promesa de que a los israelitas les iría bien desde un punto de vista de la salud. (Compare con Éxodo 15:26; Levítico 26:14-16.) ¿Fue ésa una promesa sin base? O, ¿definitivamente contribuyeron a esto las estipulaciones de la ley mosaica?

      Aun después que la Ley fue dada a los israelitas, las grandes civilizaciones no estaban muy avanzadas en cuanto a conceptos médicos. El médico y docto francés Georges Roux escribe: “La diagnosis y la prognosis de los médicos de Mesopotamia eran una mezcla de superstición y observación exacta.” Tocante a los médicos de Egipto y sus remedios, leemos: “De los antiguos papiros médicos que han sido preservados, el más grande de los cuales es el Papiro Ebers, sabemos que el conocimiento médico de estos doctores era simplemente empírico, en gran parte mágico y totalmente no científico. A pesar de sus amplias oportunidades casi no sabían nada de anatomía humana.”—The International Standard Bible Encyclopaedia, tomo IV, pág. 2393.

      La mayoría de las recetas contenidas en el Papiro Ebers no solo carecían de valor, sino que muchas eran bastante peligrosas. Esto era especialmente cierto de los remedios que envolvían el uso de excremento humano o de animales. Para tratar las lesiones que quedaban después de haber caído las costras, habría de aplicarse como cataplasma excremento de un hombre, un escriba, mezclado cabalmente con leche fresca. Un remedio para sacar astillas dice: “Sangre de gusanos, cueza y triture en Aceite; Topo, mate, cueza y escurra en Aceite; Estiércol de asno, mezcle con Leche Fresca. Aplique a la abertura.” El uso de estiércol de esta manera, en vez de producir alivio, podría resultar en una variedad de infecciones serias, incluso tétano o trismo.

      Los conceptos incorrectos que se hallan en el Papiro Ebers no ejercieron influencia en las disposiciones reglamentarias de la ley mosaica. Por ejemplo, según esa Ley, el excremento humano era designado como algo inmundo, que había de ser enterrado para que no se viera. La disposición reglamentaria que gobernaba a un campamento militar declaraba específicamente: “Tendrás un letrero fuera del campamento que muestre adónde puedes retirarte. Con tu equipo tendrás una paleta, y cuando te agaches fuera, rascarás un hoyo con ella y luego te volverás y cubrirás tu excremento.” (Deu. 23:12, 13, New English Bible) El contraste entre la ley mosaica y la práctica egipcia realmente es asombroso cuando consideramos que Moisés, aquel por medio de quien Dios dio esa ley a los israelitas, fue “instruido en toda la sabiduría de los egipcios.”—Hech. 7:22.

      Si la sabiduría superior detrás de ciertas estipulaciones de la ley mosaica se hubiese reconocido en siglos más recientes, hubiera sido posible evitar muchas muertes. Hace solo un siglo, debido a que la profesión médica de Europa no tenía ninguna norma sanitaria sana, la mortalidad era aterradora. En muchas salas de maternidad aproximadamente una de cada cuatro mujeres moría de fiebre puerperal. ¿Por qué? Estudiantes de medicina, después de manipular a los muertos en la sala de disección, entraban directamente en la sala de maternidad y conducían exámenes sin siquiera lavarse las manos. La infección se transmitía de los muertos a los vivos. Uno que notó esto, el doctor Semmelweis, en la clínica de obstetricia en Viena, Austria, mandó que los estudiantes que ejecutaban exámenes se lavaran las manos en una solución de cloruro de cal. El número de muertes en la sala de maternidad bajó rápidamente. En vez de morir aproximadamente una de cada cuatro, la proporción llegó a ser de aproximadamente una muerte por cada ochenta mujeres.

      Más tarde, Semmelweis laboró en su país natal, Hungría, y sus métodos obtuvieron aceptación gubernamental. Sin embargo, en conjunto la profesión médica de Europa se opuso al lavado de manos. El editor de la publicación médica de Viena hasta declaró que había llegado el tiempo de ‘detener esta tontería en cuanto al lavado de las manos con cloro.’ En 1861 Semmelweis publicó un registro de sus hallazgos y métodos, enviando éste tiempo después a prominentes tocólogos y sociedades médicas. El mundo de la medicina respondió desfavorablemente. En una conferencia de médicos y científicos naturales alemanes, la mayoría de los oradores rechazó la sana opinión médica de Semmelweis.

      Los médicos y científicos de la Europa del siglo diecinueve se consideraban a sí mismos doctos. Pero ellos, sin duda sin saberlo, estaban rechazando la sabiduría superior revelada miles de años antes en las disposiciones sanitarias de la ley mosaica. Esa Ley decretaba que cualquiera que tocaba a un muerto se hacía inmundo y tenía que someterse a un procedimiento de limpieza que incluía el bañarse y lavar sus prendas de vestir. El período de inmundicia se fijaba en siete días, tiempo durante el cual la persona inmunda habría de evitar contacto físico con otros. Cualquier individuo que esa persona tocara por casualidad sería hecho inmundo hasta la tarde de ese día en particular. Estas medidas servían de salvaguarda contra el llevar infección mortífera de los muertos a los vivos y de una persona a otra.—Núm. 19:11-22.

      ¡Piense en las muchas vidas que pudieran haberse salvado si la profesión médica del siglo pasado hubiese considerado que la ley mosaica había procedido de Dios! Esto ciertamente habría resultado en que ejercieran mucho más cuidado cuando manipulaban a los vivos y a los muertos.

      En ciertas zonas solo ha sido recientemente que se ha reconocido la sabiduría que está detrás de lo que la Biblia dice. Un caso a propósito es el mandamiento en cuanto a la circuncisión que se dio a Abrahán y, más tarde, se volvió a declarar en la ley mosaica. Mandaba que la circuncisión no se efectuara sino hasta el octavo día después del nacimiento de un muchacho. (Gén. 17:12; Lev. 12:2, 3) Pero ¿por qué el octavo día?

      Ahora se sabe que hay razones físicas sólidas que hacen ideal el octavo día. No es sino hasta del quinto al séptimo día después de nacer que hay una cantidad normal del elemento coagulante de la sangre conocido como “vitamina K” en el sistema del bebé. Otro esencial elemento coagulante, la protrombina, parece ser superior en el octavo día que en cualquier otro tiempo durante la vida de un niño. Basado en esta evidencia, el médico universitario S. I. McMillen concluye: “El día perfecto para ejecutar una circuncisión es el octavo día.”—None of These Diseases, págs. 22, 23.

      ¿Fue solo por casualidad que se escogió el día perfecto? Es digno de notarse que, aunque otros pueblos han practicado la circuncisión por largo tiempo, se sabe definitivamente que solo aquellos en quienes la Biblia ha ejercido influencia circuncidan a sus bebitos al octavo día. Por eso, pues, ¿no es razonable aceptar la explicación de la Biblia de que el Creador del hombre prescribiera que éste fuese el día? ¿No es esto lo que deberíamos esperar de Aquel que indicó que la obediencia a su ley contribuiría hacia el preservar la salud de la gente?

      No se puede negar el hecho de que la Biblia contiene declaraciones de sabiduría sobresaliente. Definitivamente hay indicaciones claras de que la Biblia no podría haber sido simplemente producto de sabiduría humana. Contiene declaraciones que revelan sabiduría que no alcanzaron los sabios del mundo que vivían al tiempo en que fue registrada. Sin embargo hay un factor aun más fuerte que identifica a la Biblia como un libro de Dios. ¿Cuál es este factor?

  • Conocimiento que no puede provenir de hombres
    La Atalaya 1975 | 1 de agosto
    • Conocimiento que no puede provenir de hombres

      “NO SABEN lo que será su vida mañana. Porque son una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece.” Estas palabras, citadas de la Biblia, expresan una verdad innegable... nosotros las criaturas humanas no podemos decir positivamente lo que traerá el mañana.—Sant. 4:14.

      En vista de esto, ¿no sería mucho más difícil, sí, imposible el que los hombres predijeran acontecimientos futuros importantes con exactitud infalible y en términos claros con siglos de anticipación? ¿No sería la presencia de tales pronósticos o profecías en la Biblia una fuerte verificación de su alegación de ser inspirada de Dios? Pero ¿hay tales profecías en la Biblia? Considere:

      EL DESTINO DE BABILONIA Y NÍNIVE

      Babilonia, edificada en ambos lados del río Éufrates, en un tiempo fue la capital impresionante del gran Imperio Babilónico. Rodeada de palmeras, equipada con un abastecimiento permanente de agua y situada en la ruta comercial desde el golfo Pérsico hasta el mar Mediterráneo, la ciudad ciertamente tenía una excelente ubicación. Sin embargo, aun antes de que cambiara el estado de Babilonia de un simple satélite del Imperio Asirio a capital del Imperio Babilónico conquistador del mundo, el profeta hebreo Isaías declaró en el octavo siglo a. de la E.C.: “Babilonia, la decoración de reinos, la hermosura del orgullo de los caldeos, tiene que llegar a ser como cuando Dios derribó a Sodoma y Gomorra. Nunca será habitada, ni residirá ella por generación tras generación. Y allí el árabe no asentará su tienda, y no habrá pastores que dejen que se echen allí sus rebaños.”—Isa. 13:19, 20.

      Nadie puede negar hoy día el cumplimiento de estas palabras. Por muchos siglos ya Babilonia ha yacido en ruinas. Aun en la primavera no hay nada de lo cual ovejas y cabras se pudieran ver alimentándose. Babilonia de veras ha llegado a un fin ignominioso. El conservador principal de los Museos Nacionales Franceses, André Parrot, dijo:

      “La impresión que siempre me causó fue de completa desolación. . . . [Los turistas] por lo general quedan profundamente desilusionados y casi al unísono exclaman que no hay nada que ver. Esperan hallar palacios, templos, y la ‘Torre de Babel’; se les muestra solo masas de ruinas, la mayoría de ellas constando de ladrillo cocido... es decir, bloques de barro secos al sol, de color gris y desmoronándose, y de ninguna manera impresionantes. La destrucción que el hombre trajo ha sido completada por los estragos de la naturaleza que todavía cobra su porción de todo lo que la excavación ha sacado a luz. Corroído o socavado por la lluvia, viento y escarcha, el más magnífico monumento, si no se mantiene en reparación, regresa al polvo del cual fue reclamado. . . . Ningún poder humano puede detener esta expoliación incesante. Ya no es posible reconstruir a Babilonia; su destino se ha cumplido. . . . Babilonia . . . ha desaparecido por completo.”—Babylon and the Old Testament, págs. 13, 14.

      Así mismo Nínive, la capital del Imperio Asirio, llegó a ser una ruina desolada. Esto, también, testifica en cuanto al cumplimiento exacto de la profecía bíblica. Respecto a lo que le sobrevendría a Nínive, el profeta Sofonías, en el siglo siete a. de la E.C., declaró: “[Dios] convertirá a Nínive en una desolación, un lugar árido cual el desierto. Y se echarán en medio de ella los hatos.”—Sof. 2:13, 14, Bover-Cantera.

      Todavía existe evidencia de que se ha llevado a cabo la voluntad de Dios como se expresó en esta profecía. Dos grandes montículos señalan el sitio de lo que en un tiempo fue la orgullosa capital asiria. Encima de uno de estos montículos yace una aldea, con un cementerio y una mezquita. Pero en el otro, con excepción de algo de pasto y fajas de tierra cultivada, no hay nada. En la primavera se pueden ver ovejas y cabras pastando allí.

      ¿Pudo algún hombre haber previsto que tanto la poderosa Babilonia como la poderosa Nínive tendrían tales fines? ¿Pudo algún hombre haber previsto que ovejas y cabras pastarían en el sitio de la antigua Nínive pero que no se les vería en el sitio de la Babilonia desolada? Ni Isaías ni Sofonías alegaron ser los originadores de sus mensajes proféticos. Se refirieron a lo que hablaron como la “palabra” o mensaje del Dios verdadero cuyo nombre es Jehová. (Isa. 1:1, 2; Sof. 1:1) Encarados con el cumplimiento exacto de sus profecías, ¿no tenemos buena razón para aceptar lo que dijeron?

      Ningún argumento en cuanto al tiempo de la escritura o cosa semejante puede debilitar la fuerza de estas profecías cumplidas. Tan tarde como el primer siglo a. de la E.C., Babilonia, aunque ya no disfrutaba de su gloria anterior, todavía existía. Sin embargo, el Rollo de Isaías del Mar Muerto (que según los doctos data de a fines del segundo siglo o la primera parte del primer siglo a. de la E.C.) contiene la misma profecía acerca de Babilonia que contienen manuscritos posteriores. De modo que nadie tiene base alguna para alegar que estas cosas fueron registradas después que sucedieron y que se les hizo parecer como profecías. Tampoco puede alguien anular por medio de explicaciones el significado de las ruinas a las cuales fueron reducidas Babilonia y Nínive.

      LAS PROFECÍAS BÍBLICAS SON SINGULARES Y TIENEN PROPÓSITO DETERMINADO

      Por supuesto, quizás algunas personas traten de devaluar el testimonio de la profecía bíblica, señalando el hecho de que en tiempos antiguos hubo otros profetas que no alegaban ser inspirados por el Dios de la Biblia, Jehová. Pero ¿qué predijeron esos otros profetas? ¿De qué valor verdadero fueron sus profecías? Note los comentarios de The Encyclopedia Americana (edición de 1956, tomo 22, pág. 664): “No se ha preservado ningún registro escrito importante de las declaraciones de algunos de estos profetas fuera del pueblo hebreo. . . . La profecía entre otras naciones aparte de los hebreos era por lo común de la clase clarividente, siendo dada en respuesta a preguntas específicas de individuos, y por consiguiente de ningún valor general o permanente.” De modo que la existencia de otros profetas de ninguna manera desacredita el hecho de que los profetas hebreos fueron inspirados de Dios. Al contrario, el gran contraste en las declaraciones proféticas sirve para fortalecer la alegación de la Biblia de que es el mensaje de Dios.

      Además, las profecías registradas en la Biblia tuvieron un propósito definitivo. Aunque señalaban a una destrucción venidera como castigo por violar justas norma morales, las profecías inspiradas de Dios daban a individuos y naciones la oportunidad de echar un vistazo serio a sus caminos y tratos, de efectuar cambios y evitar calamidad. Esto fue cierto en conexión con todos los anuncios públicos hechos con anticipación de juicio divino, como es patente del mensaje de Dios por medio de su profeta Jeremías: “En cualquier momento que yo hable contra una nación y contra un reino para desarraigarla y para derruirla y para destruirla, y esa nación realmente se vuelva de su maldad contra la cual hablé, yo también ciertamente sentiré pesar por la calamidad que había pensado ejecutar en ella.”—Jer. 18:7, 8.

      Un caso a propósito es la profecía de Jonás dirigida contra Nínive en el siglo nueve a. de la E.C. Pasó por la ciudad, diciendo: “Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada.” (Jon. 3:4) Este mensaje efectuó tal impresión en los ninivitas que se arrepintieron de sus males. El rey se puso saco y decretó que todos los habitantes y animales domésticos ayunaran e igualmente se cubrieran de saco. Debido a su arrepentimiento, los ninivitas evitaron la calamidad que de otra manera habría venido sobre ellos al fin del período específico de cuarenta días.—Jon. 3:5-10.

      Otro ejemplo en este sentido tiene que ver con la profecía de Jesucristo que predijo que Jerusalén y su templo serían destruidos dentro de la vida de la generación que oyó sus palabras. Esa profecía específicamente señaló la vía de escape por medio de acción positiva. Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella.”—Luc. 21:20, 21.

      ¿Cómo pudieron los discípulos de Jesús prestar atención a esas palabras proféticas? El razonamiento humano habría sugerido que una vez que las fuerzas enemigas rodearan a Jerusalén sería demasiado peligroso huir. Pero, como se indica en los escritos del historiador judío Josefo del primer siglo, desenvolvimientos completamente inesperados abrieron la vía de escape.

      Fue en el año 66 E.C. que los ejércitos romanos, bajo el mando de Cestio Galo, vinieron contra Jerusalén. La captura de la ciudad parecía segura. Sin embargo, extraño como parezca, Cestio no apremió el sitio hasta su consumación. Josefo informa que “hizo retraer su gente, y sin alguna esperanza, muy desacordada e injustamente, sin algún consejo partió.” Este insólito giro de acontecimientos dio a los que creían en la profecía de Jesús la oportunidad que se necesitaba para abandonar a Jerusalén y Judea y hallar seguridad en la región montañosa al este del río Jordán.

      Pero ¿qué hay de los que no prestaron atención a la profecía de Jesús? Pasaron por un tiempo de gran sufrimiento. Alrededor del tiempo de la Pascua de 70 E.C. los ejércitos romanos, ahora bajo el mando de Tito, volvieron y nuevamente sitiaron a Jerusalén. Aunque el sitio duró menos de cinco meses, los resultados fueron aterradores. La ciudad estaba atestada con celebrantes de la Pascua y, como no había manera de introducir alimento en la ciudad, se desarrollaron terribles condiciones de hambre. De los aproximadamente 1.100.000 que se informa perecieron durante el sitio, la mayoría fueron víctimas de la peste y la inanición. Los 97.000 que fueron tomados cautivos (desde el principio hasta el fin de la guerra) solo se enfrentaron a degradación. Muchos fueron sometidos a trabajo forzado en Egipto y Roma. Otros fueron entregados para perecer en las arenas de las provincias romanas. Los menores de diecisiete años fueron vendidos. Los jóvenes más altos y más bien parecidos fueron conservados para la procesión triunfal de los romanos.

      Jerusalén y su glorioso templo fueron arrasados. Todo lo que quedó de pie fue una sección del muro occidental y tres torres. “Derribaron todo el otro cerco de la ciudad,” escribe Josefo, “y de tal manera la allanaron toda, que cuantos a ella se llegasen apenas creerían haber sido habitada en algún tiempo.”

      Es notable que la devastación fue tan completa. ¿Por qué? Porque ésta no había sido la intención del general Tito. Tito dijo a los judíos, según lo cita el historiador Josefo: “Traje forzado y contra mi voluntad las máquinas y tiros míos a vuestros muros; refrené siempre a mis soldados que deseaban todos daros la muerte. Cuantas veces yo vencí, tantas trabajé por moveros y atraeros a pedirme paz, no con menor ánimo que si yo fuera el vencido. Habiéndome llegado después cerca del templo, olvidándome adrede de lo que la ley de guerra manda, yo os suplicaba que quisieseis excusar tal destrucción, y guardar y conservar vuestro templo y vuestras cosas sagradas; dábaos facultad y licencia para salir libremente y para pelear en otro tiempo y en otro lugar si pelear queríais.” Sin embargo, a pesar de lo que haya sido la intención original de Tito, se cumplió la profecía de Jesús acerca de Jerusalén y su templo: “No dejarán en ti piedra sobre piedra.”—Luc. 19:44; 21:6.

      Hasta este día, en la ciudad de Roma, se puede ver el Arco de Tito, que conmemora su captura de Jerusalén en 70 E.C. Ese arco subsiste como recordatorio silencioso de que el no prestar atención a la advertencia de la profecía verdadera, como se preserva en la Biblia, resulta en desastre.

      Nótese también que Jesucristo no alegó ser el originador de lo que predijo. Él, como los profetas hebreos antes de él, reconoció que la fuente verdadera de inspiración es Dios. En una ocasión dijo a ciertos judíos: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me envió. Si alguien desea hacer la voluntad de Él, conocerá respecto a la enseñanza si es de Dios o si hablo de parte de mí mismo.” (Juan 7:16, 17) Por lo tanto el cumplimiento de las declaraciones proféticas de Jesús confirmaría que son la “palabra” de Dios.

      BENEFICIÁNDOSE DE LA PROFECÍA BÍBLICA HOY DÍA

      El hecho de que el obrar en armonía con la palabra profética en el pasado a menudo resultó en la conservación de la vida ciertamente enfatiza la importancia de considerar la profecía bíblica hoy día. Aunque se registraron hace muchos siglos, hay muchas que todavía habrán de cumplirse y requieren acción positiva. Estas incluyen profecías acerca del fin cercano de toda corrupción, injusticia y opresión.

      El mismísimo que predijo la destrucción de Jerusalén y su glorioso templo, Jesucristo, también profetizó en cuanto a una grandiosa liberación del presente sistema de cosas inicuo, que habrán de experimentar sus discípulos en nuestro día. En cuanto a los desenvolvimientos que señalarían la proximidad de esa liberación, Jesús indicó que habría un período muy aciago, siniestro. Sería como si el Sol, la Luna y las estrellas no estuvieran sirviendo ya de lumbreras, dejando a los hombres que anden a tientas en la oscuridad. (Mat. 24:29) “En la tierra,” dijo Jesús, “las naciones estarán impotentes, no sabiendo en qué dirección ir a causa del bramido y oleaje del mar; los hombres desmayarán con terror al pensar en todo lo que sobreviene al mundo.”—Luc. 21:25, 26, New English Bible.

      Mientras estaría sucediendo todo esto, sus seguidores no necesitarían colgar la cabeza en desesperanza y desesperación. Jesús continuó: “Cuando todo esto comience a suceder, pónganse derechos y mantengan en alto su cabeza, porque su liberación se acerca.” Luego ilustró el punto, diciendo: “Miren a la higuera, o cualquier otro árbol. Tan pronto como echa botones, ustedes pueden ver por sí mismos que el verano se acerca. De la misma manera, cuando ustedes vean que todo esto está sucediendo, sabrán que el reino de Dios se acerca.”—Luc. 21:28-31, NE.

      ¿No es cierto que hoy día los hombres que están enterados de las tendencias mundiales temen mucho lo que yace adelante? ¿No es cierto que el exceso de población, las escaseces de alimento, el crimen y la violencia, la contaminación de la tierra, el aire y el mar, y la inseguridad económica son problemas que se hacen cada vez más serios y a los cuales los hombres y las naciones no pueden hacerles frente con buen éxito? ¿Hubo un tiempo antes del estallido de la I Guerra Mundial en que la humanidad se enfrentó a semejante cantidad de problemas? Por lo tanto, ¿no hay indicaciones evidentes de que definitivamente hemos de estar viviendo en el período de temor y dificultad sin precedente que predijo Jesucristo? ¡Ciertamente!

      Esto significa que una magnífica liberación por medio del reino de Dios ha de estar muy cerca. Ese reino, según la profecía bíblica, es un gobierno justo que librará a esta Tierra de toda influencia corruptiva e introducirá una era de paz y seguridad verdaderas.—Dan. 2:44; 2 Ped. 3:13.

      La Biblia hará posible que usted aprenda más acerca de este reino y cómo usted puede hallarse entre los que participarán de la magnífica liberación que traerá. Como se hace patente del cumplimiento exacto de sus profecías, se puede confiar en la Biblia como el mensaje de Dios para toda la humanidad. Ciertamente usted no quiere ser como los conciudadanos incrédulos de Jesús que pudieron haber evitado calamidad en el primer siglo E.C. si solo hubiesen obrado en armonía con la palabra profética. En realidad, ¿en qué podría usted emplear mejor algo de su tiempo que en tomar acción positiva para informarse de los asuntos que pueden llevarlo a un futuro seguro y feliz para usted mismo y sus amados?

      [Ilustración de la página 458]

      ¿Pudo algún hombre haber previsto que la poderosa Babilonia llegaría a ser una ruina donde ni siquiera los rebaños pastarían . . .?

      [Ilustración de la página 459]

      . . . ¿pero que Nínive, cuando también estuviese en ruinas, llegaría a ser un lugar donde pastarían los rebaños?

      [Ilustración de la página 460]

      El Arco de Tito, en Roma, confirma la veracidad de la Palabra profética de Dios

  • La Biblia... escrita por hombres pero todavía el mensaje de Dios
    La Atalaya 1975 | 1 de agosto
    • La Biblia... escrita por hombres pero todavía el mensaje de Dios

      1. Desde un punto de vista humano, ¿qué clase de hombres fueron los escritores de la Biblia?

      LA Biblia fue escrita por unos cuarenta hombres durante un período que abarcó unos dieciséis siglos. Estos hombres fueron imperfectos, sujetos a debilidades y error. Como criaturas humanas, no diferían de otras personas. Uno de ellos, Pablo, dijo a hombres que equivocadamente lo estaban considerando a él y a su compañero misionero Bernabé como dioses: “Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes.” (Hech. 14:15) Desde un punto de vista humano, muchos de los escritores de la Biblia no fueron hombres de erudición y habilidades excepcionales. Entre ellos hubo hombres muy comunes, hombres cuyas ocupaciones eran las de pastores y pescadores.

      2. ¿Cómo fue posible que hombres imperfectos produjeran un registro que en realidad es la “palabra” de Dios?

      2 Entonces, ¿cómo fue posible que estos hombres imperfectos produjeran un registro que realmente es el mensaje de Dios? No escribieron de su propio impulso, sino que fueron inspirados por Dios. “Toda Escritura es inspirada de Dios,” dijo el apóstol Pablo tocante a la porción de las Escrituras Sagradas disponible en su tiempo.—2 Tim. 3:16.

      3, 4. ¿Por qué son potencialmente peligrosas las dudas en cuanto a la inspiración de la Biblia?

      3 Puede que usted acepte que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Pero ¿cuán fuerte es su aceptación? ¿Aguantaría bajo prueba? El profeta Jeremías dijo: “La palabra de Jehová vino a ser para mí causa de oprobio y de mofa todo el día.” (Jer. 20:8) ¿Estaría usted anuente a sufrir ultraje verbal, maltrato físico y aun la muerte por ella? Bajo la presión de sufrimiento y oposición, aun leves dudas en cuanto a la inspiración de la Palabra de Dios pueden hacer surgir dudas mayores, socavando la fe y debilitando la resistencia de una persona a la tentación. (Sant. 1:6) Sin embargo, si usted está verdaderamente convencido de que la Biblia es la Palabra de Dios y que el vivir en armonía con ella es la única cosa correcta que hacer, usted estará en una posición mucho mejor para resistir la presión y rechazar el seguir un derrotero de conveniencia.

      4 La persona que razona que la Biblia puede —en parte por lo menos— ser simplemente producto del pensamiento humano posiblemente trate de justificarse al desatender lo que dice en un esfuerzo por evitar dificultad. Sin embargo al proceder así, puede que realmente esté sacrificando la expectativa de vida eterna. Dijo Jesucristo: “Cualquiera que procure guardar segura su alma para sí mismo la perderá, pero cualquiera que la pierda la conservará viva.” (Luc. 17:33) Por lo tanto, es de mucho más que interés pasajero el considerar cómo la Biblia, un libro escrito por hombres, verdaderamente es la Palabra de Dios. Nuestra mismísima vida está envuelta.

      CÓMO RECIBIERON SU INFORMACIÓN LOS ESCRITORES DE LA BIBLIA

      5. ¿Qué papel desempeñó el dictado directo en producir el registro bíblico?

      5 Entre las “muchas maneras” que se usaron para transmitir el mensaje de Dios a los hombres en la Tierra estuvo el dictado directo. (Heb. 1:1, 2) Las partes dictadas de la Biblia incluyen a los Diez Mandamientos (también suministrados en forma escrita en dos tablas de piedra) y todas las otras leyes y disposiciones reglamentarias en el pacto de Dios con los israelitas. Jehová Dios transmitió este pacto de la Ley por medio de ángeles. (Hech. 7:53) Después de eso a Moisés se le mandó: “Escríbete estas palabras.” (Éxo. 34:27) Profetas además de Moisés también recibieron mensajes específicos y éstos más tarde fueron puestos por escrito. (Para ejemplos, vea 2 Samuel 7:5-16; Isaías 7:3-9 y Jeremías 7:1-34.) Por lo general, el ángel representativo de Dios habló estos mensajes específicos.—Gén. 31:11-13.

      6. Describa la naturaleza de los sueños, visiones y arrobamientos, y el papel que desempeñaron en transmitir el mensaje de Dios a los hombres.

      6 A veces Jehová Dios usó sueños, visiones y arrobamientos para comunicar su mensaje a los hombres. (Núm. 12:6; 1 Sam. 3:4-14; 2 Sam. 7:17; Dan. 9:20-27) En el caso de sueños, o “visiones de la noche,” a la persona que dormía se le sobreponía en la mente un cuadro en movimiento que transmitía el mensaje o propósito de Dios. Otros que vieron visiones estaban plenamente despiertos y se les grababa pictóricamente información en la mente consciente. (Mat. 17:2-9; Luc. 9:32) Algunas visiones se recibían después que le había sobrevenido un arrobamiento a la persona. Aunque consciente, estaba tan absorta por la visión que permanecía ajena a todo lo demás a su alrededor. (Hech. 10:10-16; 11:5-10) Después de eso, los escritores de la Biblia que recibían información por tales medios como sueños, visiones o arrobamientos tenían que seleccionar palabras y expresiones para describir en términos significativos lo que habían visto.—Hab. 2:2; Rev. 1:1, 11.

      7. ¿Cómo obtuvieron los escritores de la Biblia la información para las secciones históricas?

      7 Una porción considerable de la Biblia narra historia... las experiencias de individuos, familias, tribus y naciones. ¿Cómo obtuvieron esta información los escritores de la Biblia? A veces fueron testigos de los mismísimos sucesos que registraron. Pero con frecuencia tuvieron que sacar información de otras fuentes, consultando relatos históricos que ya existían, genealogías o hasta personas que podían suministrar información confiable, directamente o de otra manera. Esto requirió investigación extensa y cuidadosa de parte del escritor. Esdras, sacerdote y copista hábil, usó unas veinte fuentes documentales para compilar los dos libros de Crónicas. El médico Lucas, escribiendo acerca de su Evangelio, comentó: “He investigado todas las cosas desde el comienzo con exactitud, [para] escribírtelas en orden lógico.” (Luc. 1:3) Material histórico (como se abarca en Génesis y el libro de Job) acerca del principio del hombre y los acontecimientos más primitivos, conversaciones en los cielos invisibles y cosas semejantes, fueron revelados por Dios ya sea a los escritores o, inicialmente, a otros. Si dicha información se dio a saber a personas que no fueron los escritores, debe haberse transmitido verbalmente o en forma escrita hasta el tiempo en que llegó a formar parte del registro bíblico.

      8. ¿Cuál fue la fuente de muchos de los dichos sabios y gran parte del consejo que se encuentra en la Biblia?

      8 Además de historia, la Biblia contiene una abundancia de dichos sabios y consejo. Los escritores obtuvieron información de su propia experiencia y la de otros, y al hacerlo les sirvió de base el estudio y aplicación de las Escrituras que tenían disponibles. Vez tras vez leemos en la Biblia declaraciones que ilustran esto. Tocante a lo que había visto en cuanto a cómo Dios cuida a sus siervos, el salmista David declaró: “He sido joven, y ya soy viejo; mas no he visto al justo desamparado, ni á su linaje mendigando el pan.” (Sal. 37:25, Versión Moderna) El sabio escritor de Eclesiastés, el hijo de David, Salomón, llegó a la siguiente conclusión por lo que observó: “En cuanto al hombre no hay nada mejor que el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo. Esto también lo he visto, yo mismo, que esto proviene de la mano del Dios verdadero.” (Ecl. 2:24) El arreglo de material que se basa en la experiencia humana requirió que el escritor hiciera esfuerzo diligente. Esto es patente de Eclesiastés 12:9, 10, donde leemos: “Además de haberse hecho sabio el congregador, también le enseñó a la gente conocimiento de continuo, y meditó e hizo un escudriñamiento cabal, a fin de arreglar muchos proverbios ordenadamente. El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad.”

      EL PAPEL DEL ESPÍRITU DE DIOS

      9. ¿Significa el hecho de que mucho esfuerzo humano estuvo envuelto en la escritura de la Biblia que las Sagradas Escrituras son mensaje de Dios solo de manera limitada?

      9 Puesto que tanto esfuerzo humano estuvo envuelto en escribir la Biblia, ¿significa esto que la Biblia es la Palabra de Dios solo de manera limitada? ¿Solo son las secciones dictadas divinamente el mensaje de Dios? No, porque todas, no simplemente algunas partes de la Biblia, son inspiradas por Dios. Esto es así porque Jehová Dios, por medio de su fuerza activa o espíritu, guió a los escritores de la Biblia. Reconociendo esto, el salmista David declaró: “El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua.”—2 Sam. 23:2.

      10. Ilustre exactamente qué se da a entender por la expresión ‘palabra de Dios’ en lo que se relaciona con el material bíblico.

      10 La “palabra” de Dios sobre la lengua de David no fue una sola “palabra,” sino un mensaje compuesto. Esto es evidente de la manera en que la Biblia usa el término “palabra.” Por ejemplo, uno de los servidores del profeta Eliseo dijo al jefe del ejército israelita Jehú: “Hay una palabra que tengo para ti, oh jefe.” (2 Rey. 9:5) Esa “palabra” resultó ser el mensaje de Dios. Designó a Jehú como la selección de Dios para la gobernación real sobre el reino de Israel de diez tribus y lo comisionó para ejecutar juicio contra la casa real de Acab. (2 Rey. 9:6-10) De modo similar, con obvia referencia a un mensaje y no a una sola “palabra,” leemos en Jeremías 23:29: “‘¿No es mi palabra correspondientemente como un fuego,’ es la expresión de Jehová, ‘y como un martillo de fragua que desmenuza el peñasco?’” Ninguna “palabra” sola puede tener un efecto tan devastador, pero un mensaje potente cuando se hace cumplir puede tenerlo. ¿Cómo usó Dios su espíritu para poner mensajes tan poderosos en la mente de los escritores de la Biblia y asegurar que continuaran siendo Su “palabra”?

      11. ¿Cómo es que la profecía bíblica no “proviene de interpretación privada alguna”?

      11 Tocante al papel que el espíritu de Dios desempeñó en conexión con la profecía, la Biblia nos dice: “Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Ped. 1:20, 21) Esto significa que la profecía bíblica no fue el resultado del propio análisis e interpretación del escritor de los acontecimientos y tendencias humanos corrientes y lo que él pensó en que resultarían éstos. Más bien, el escritor tuvo su mente estimulada por el espíritu de Dios y fue impelido a expresar el mensaje inspirado, por lo general en sus propias palabras. De modo que las palabras eran las del escritor, pero el mensaje era el de Jehová Dios.

      12. ¿Qué papel desempeñó el espíritu de Dios al guiar el registro de acontecimientos pasados?

      12 Pero ¿no es cierto que a menudo el material que llegó a formar parte de la Biblia se escribió años después que habían acontecido los sucesos descritos? Sí, y esto, por ejemplo, es cierto de los relatos en cuanto al ministerio terrestre de Jesús. Sin embargo, el espíritu de Dios fue responsable de producir un registro exacto. Esto es patente de las palabras de Jesús a sus discípulos: “El ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les dije.” (Juan 14:26) De modo que el espíritu de Dios fue responsable de que se recordara con exactitud la información que se incluyó en el registro bíblico.

      13. ¿Qué evidencia hay de que el espíritu de Dios guió la selección del material que se incluyó en la Biblia?

      13 Por medio de su espíritu, Jehová Dios también se encargó de que lo que se registrara cuadrara con su propósito, suministrando instrucción esencial para los que desearan ser y permanecer siervos aprobados suyos. Guió la selección del material que habría de incluirse. Por eso el apóstol Pablo pudo decir: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4) Y con referencia específica a las experiencias de los israelitas en el tiempo de Moisés, declaró: “Estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos [“tipos,” Authorized Version, margen], y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas [judíos] han llegado.”—1 Cor. 10:11.

      14. ¿“Representó” Jehová Dios acontecimientos que envolvieron la maldad de los israelitas a fin de que estas cosas se pudieran registrar para una advertencia a los cristianos? Explique.

      14 No hemos de concluir de esto que Dios estuvo en cada caso obrando como un gran “Dramaturgo,” deliberadamente representando acontecimientos que suministrarían ejemplos de los cuales sus siervos en tiempos posteriores podrían sacar lecciones de advertencia y estímulo. No, sino que, como sucedió en los acontecimientos a los que se refirió el apóstol, los israelitas reaccionaron a las circunstancias de acuerdo con su propio albedrío y deseos cuando cayeron víctimas del murmurar, idolatría y fornicación. Dios no los impelió a que procedieran así. (1 Cor. 10:1-10) Puesto que los israelitas eran el pueblo pactado de Dios, el hecho de que cedieron a la tentación añade fuerza a la advertencia que da después de eso el apóstol: “El que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.”—1 Cor. 10:12.

      15. ¿Cómo muestra la carta de Judas que el espíritu de Dios guió la selección del material?

      15 Por eso, en vez de hacer que muchos de estos acontecimientos sucedieran, Jehová Dios simplemente dejó que muchas situaciones se desarrollaran según su propio curso natural y entonces hizo que los escritores registraran lo que Dios sabía que sería de valor en el futuro. El hecho de que la selección de material para el registro bíblico realmente fue guiada por el espíritu de Dios se ilustra bien en el caso de la carta del discípulo Judas. Judas originalmente tenía la intención de escribir acerca de la salvación que tenían en común los cristianos ungidos por espíritu. Sin embargo, bajo la influencia del espíritu de Dios, discernió que sus compañeros creyentes necesitaban algo más a fin de enfrentarse a la situación que encaraban entonces. Explicando la razón por apartarse de su intención original, escribió: “Amados, aunque estaba haciendo todo esfuerzo por escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, se me hizo necesario escribirles para exhortarles a que luchen tenazmente por la fe que una vez para siempre fue entregada a los santos. Mi razón es que ciertos hombres se han metido disimuladamente que desde hace mucho han estado señalados por las Escrituras a este juicio, hombres impíos, que tornan la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada y que demuestran ser falsos a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo.” (Jud. 3, 4) Lo que Judas manifestó después de eso bajo la dirección del espíritu de Dios fue exactamente lo que necesitaban sus compañeros creyentes a fin de rechazar las influencias corruptivas.

      16. ¿Tomaron la iniciativa a veces los escritores de la Biblia para exponer material? Explique.

      16 Puesto que el espíritu de Dios guió la selección del material para el relato bíblico, ¿significa esto que los hombres que participaron en escribir no usaron de ninguna iniciativa personal en cuanto a la materia de que trataban sus escritos? No, a menudo tenían presentes ciertas metas y escribieron en armonía con ellas. Contestaron ciertas preguntas o trataron de aclarar puntos que habían hecho surgir conceptos falsos. Un ejemplo de esto es la segunda carta del apóstol Pablo a la congregación de Tesalónica. Algunos de aquella congregación habían concluido incorrectamente que la presencia de Jesucristo en poder real se había acercado. Por otra parte, también, había algunos que no habían tomado a pechos el consejo anterior que Pablo había dado en cuanto a ‘trabajar duro y andar decentemente en lo que tiene que ver con personas fuera de la congregación.’ La segunda carta que les escribió afrontó esto y reveló el modo cristiano apropiado de ver estos puntos. (1 Tes. 4:10-12; 2 Tes. 2:1-3; 3:10-15) Puesto que escritores bíblicos como Pablo obedecían la dirección del espíritu de Dios, lo que escribieron estuvo en plena armonía con el propósito de Dios y por lo tanto fue confiable.

      OPINIONES HUMANAS... ¿CON O SIN APOYO DIVINO?

      17, 18. ¿Cómo debemos entender las declaraciones del apóstol Pablo en cuanto a ‘dar su propia opinión’?

      17 Pero ¿qué hay de aquellas ocasiones en que escritores bíblicos evidentemente expresaron su propia opinión? Considere, por ejemplo, las siguientes declaraciones del apóstol Pablo: “A los demás digo, sí, yo, no el Señor . . .” “Ahora bien, respecto a vírgenes no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión.” “Es más feliz [una viuda] si permanece como está [es decir, soltera], según mi opinión. Ciertamente pienso que yo también tengo el espíritu de Dios.” (1 Cor. 7:12, 25, 40) ¿Qué quiso decir Pablo por estas declaraciones?

      18 El apóstol no podía citar una enseñanza directa del Señor Jesucristo sobre los puntos bajo consideración y por lo tanto expresó su “opinión.” Sin embargo, escribió bajo la dirección del espíritu de Dios y por eso su opinión tuvo guía divina y expresó el propio punto de vista de Dios. Esto se confirma por el hecho de que el apóstol Pedro agrupó las cartas de Pablo junto con el resto de las Escrituras al decir: “Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación, así como también nuestro amado hermano Pablo según la sabiduría que le fue dada les escribió, hablando de estas cosas como también lo hace en todas sus cartas. En ellas, sin embargo, hay algunas cosas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también hacen con las demás Escrituras, para su propia destrucción.”—2 Ped. 3:15, 16.

      19. ¿En qué respectos es la Biblia el mensaje de Dios?

      19 De modo que se puede ver que la Biblia en conjunto es la “palabra” o el mensaje de Dios en que todo fue registrado bajo la dirección de su espíritu, para servir su propósito y presentar los asuntos de modo factual. Siempre que la Biblia cita las declaraciones de hombres o relata lo que hicieron bajo ciertas circunstancias, el contexto bíblico aclara si su derrotero debe imitarse o evitarse, si su razonamiento debe aceptarse o rechazarse.

      20. Explique cómo una persona puede usar la Biblia de tal manera que atribuya los puntos de vista de hombres imperfectos a Dios.

      20 Considere el libro de Job como ejemplo. Secciones extensas de ese libro tratan de puntos de vista incorrectos que expresaron los tres compañeros de Job y a veces que hasta Job mismo expresó. Tales conclusiones incorrectas y malas aplicaciones de los hechos claramente no fueron inspiradas por Dios. A modo de ilustración, el compañero de Job Elifaz incorrectamente le imputó a Dios: “En sus santos él no tiene fe, y los cielos mismos realmente no son limpios a sus ojos.” (Job 15:15) Más tarde Jehová Dios censuró a Elifaz y sus compañeros por sus representaciones en falsos colores. A Elifaz se le dijo: “Mi cólera se ha puesto ardiente contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado concerniente a mí lo que es verídico como mi siervo Job.” (Job 42:7) Mientras que Elifaz y sus compañeros obviamente no fueron inspirados por Dios, el escritor del libro de Job fue guiado por el espíritu de Dios al hacer un registro exacto de las declaraciones que ellos habían hecho. Este registro sirve para identificar y desenmascarar el razonamiento incorrecto acerca del permiso de Dios de la iniquidad. Por lo tanto, en conjunto es la palabra o mensaje inspirado de Dios. Sin embargo, esto muestra que tenemos que ejercer cuidado cuando citamos ciertas porciones de la Biblia. Si se sacan de su marco apropiado, fuera del contexto, algo que en realidad es el punto de vista de hombres imperfectos se puede atribuir incorrectamente a Dios.

      EL USAR A HOMBRES PARA REGISTRAR SU PALABRA REVELA LA SABIDURÍA DE DIOS

      21. Si Jehová Dios hubiese usado a ángeles para escribir toda la Biblia, ¿hubiera sido en realidad más valiosa para nosotros como seres humanos imperfectos?

      21 El hecho de que Dios usó a hombres para registrar su “palabra” es una evidencia de su gran sabiduría al suministrar exactamente lo que necesitamos nosotros, seres humanos imperfectos. Pudo haber usado a ángeles. Pero ¿hubiera tenido su “palabra” el mismo llamamiento? Cierto, ángeles pudieran haber descrito en forma escrita las maravillosas cualidades de Dios y sus tratos magníficos. Pudieran haber transmitido la profundidad de su propia devoción a él y su aprecio por sus dones ilimitados. Pero ¿no se nos hubiera hecho difícil a nosotros como seres humanos imperfectos asociarnos con un registro que manifestara las expresiones de perfectas criaturas espíritus cuya experiencia y conocimiento son muy superiores a los nuestros? La vida en su región no se pudiera haber pintado como nosotros conocemos la vida... sus gozos junto con sus temores, desilusiones y pena. De consiguiente, al usar a hombres, Jehová Dios se aseguró de que su “palabra” tuviera el calor de amistad, variedad y atracción que solo el toque humano podría darle.

      22. Si faltara completamente el elemento humano de la Biblia, ¿qué problemas pudiéramos tener al tratar de entenderla?

      22 Si la Biblia careciera por completo del elemento humano, es posible que también tuviéramos gran dificultad en entender su mensaje. Puede que se nos hiciera difícil ver cómo sería posible que nosotros, criaturas humanas imperfectas, pudiéramos conseguir una posición aprobada con el Creador. Por ejemplo, si el registro simplemente nos dijera que ‘Dios es misericordioso,’ esto no bastaría para que entendiéramos exactamente lo que esto significa. Nosotros, criaturas humanas, necesitamos que tales asuntos se nos expresen de maneras que podamos entender. Siendo escrita por hombres, la Biblia suministra ilustraciones concretas de la vida real, presentándolas desde la perspectiva humana. Nos habla de criaturas humanas que, aunque conocían la ley de Dios, sucumbieron a debilidades y se hicieron culpables de transgresiones serias, y a veces los relatos nos dan las propias palabras de las personas en cuanto a lo que sintieron y cuál fue su reacción. Al mismo tiempo aprendemos a qué grado se les mostró misericordia.

      23, 24. Relate lo que le sucedió a David en conexión con Bat-seba, y muestre lo que aprendemos de esto acerca de Jehová Dios.

      23 Considere el caso del rey David. Había demostrado ser hombre de fe sobresaliente. Pero, entonces, las circunstancias resultaron en que llegara a ser víctima del deseo incorrecto. David llegó a sentir una atracción por la esposa de Urías el hitita, un hombre que lealmente apoyaba la gobernación real de David. Permitió que su deseo creciera y realmente introdujo a la esposa de Urías, Bat-seba, en su palacio. Aunque quizás no haya pensado en realmente tener relaciones sexuales, sus pasiones fueron excitadas a tal grado que cometió adulterio. Enterándose de que Bat-seba había llegado a estar encinta como resultado, apresuradamente trató de ocultar el asunto tratando de hacer que Urías fuera a su casa y tuviera relaciones con su esposa. Fracasando en esto, David se desesperó. Solo un camino parecía abierto para impedir que Bat-seba fuera desenmascarada como adúltera con él, y ése fue hacer que su esposo fuera eliminado y luego tomarla como su propia esposa. De modo que David hizo arreglos para que Urías fuera puesto en tal posición que casi sería seguro que muriera en la batalla. Urías fue muerto, y entonces David tomó a la viuda Bat-seba como su esposa.—2 Sam. 11:2-27.

      24 Cuando el profeta Natán le expuso su grave error, David se sintió herido en el corazón y expresó la más profunda pena por su pecado. Exclamó: “He pecado contra Jehová.” (2 Sam. 12:13) Viendo el arrepentimiento sincero de David, Jehová lo aceptó y, aunque lo castigó, no lo desechó como siervo suyo. Por lo tanto, no fue exageración cuando David declaró en uno de sus salmos: “Tú, oh Jehová, eres Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y apego a la verdad.”—Sal. 86:15.

      25. ¿Qué aprendemos acerca de la misericordia de Jehová de sus tratos con los israelitas en el tiempo de Jeremías?

      25 Por otra parte, la Biblia nos habla de los habitantes infieles de Jerusalén en los días de Jeremías. La gente en conjunto se hizo la sorda a los repetidos apremios para arrepentirse. Desafiadoramente persistieron en una práctica de desafuero. De modo que Jehová Dios suspendió su misericordia, pues retiró de ellos su protección y permitió que sufrieran una calamidad terrible a manos de los babilonios. Rehusó escuchar aunque desesperadamente clamaron por ayuda. ¿Por qué? Porque permanecieron sin arrepentirse. Tocante a esto, el profeta Jeremías escribió: “Has obstruido el acceso con cólera, y continúas siguiendo tras nosotros. Has matado; no has mostrado compasión. Has obstruido el acceso a ti mismo con una masa de nubes, para que no pase la oración.”—Lam. 3:43, 44.

      26. ¿Cómo nos ayudan los ejemplos de la vida real a conocer a Jehová?

      26 Teniendo como base ilustraciones de la vida real como éstas, no podemos menos que obtener un cuadro equilibrado de la clase de Dios que Jehová es y cómo nos tratará. Prescindiendo de lo serio que sea la transgresión que cometan las criaturas humanas imperfectas, pueden obtener el perdón de Dios si verdaderamente se arrepienten. Pero si continúan violando sus mandamientos justos sin arrepentirse, no evitarán su juicio adverso. Puesto que la Biblia revela el alcance extenso de la personalidad de Dios en términos con los cuales se nos puede hacer llamamiento a nosotros, criaturas humanas imperfectas, realmente podemos llegar a conocerlo como persona.

      27. ¿Cómo puede servir para probar corazones la manera en que está escrita la Biblia?

      27 La manera en que está escrita la Biblia ha servido para revelar lo que está en el corazón de la gente. (Heb. 4:12) Los que quieren hallar lo que parecen ser faltas y contradicciones en la Biblia pueden hallarlas. Una razón de esto es que la Biblia no presenta todos los detalles. A menudo relata los razonamientos, palabras y acciones de la gente sin expresar aprobación o desaprobación directa. Por eso algunas personas, al leer cierto relato, ponen en tela de juicio si Dios realmente fue justo e imparcial en lo que hizo. Luego usan esto como excusa para no efectuar los cambios en su modo de vivir que la Biblia recomienda. Esto obra en armonía con el propósito de Dios de tener como siervos aprobados suyos solo a los que en realidad lo aman y lo aprecian por lo que es.—Deu. 30:11-20; 1 Juan 4:8-10; 5:2, 3.

      28. ¿Qué punto de vista tendrán de las contradicciones aparentes las personas que aprecian el valor de la Biblia? Ilustre.

      28 Sin embargo, la persona que ha considerado seriamente la Biblia y realmente ha experimentado la maravillosa guía que es para el vivir, no se aprovecha de lo que parecen ser contradicciones en un esfuerzo por desacreditarla como mensaje de Dios al hombre. No se ciega a problemas aparentes. De ninguna manera. Se da cuenta de que la Biblia es un armonioso todo, y por eso ejerce cuidado para no pasar por alto el contexto en el cual la Biblia en conjunto presenta un acontecimiento o situación en particular. A modo de ilustración, digamos que usted tiene un amigo muy bueno que usted sabe que es un buen padre, un hombre que en realidad se interesa en el bienestar de sus hijos. Si usted se enterara de que castigó severamente a su hijo, ¿llegaría a una inmediata conclusión de que estuvo totalmente injustificado y fue totalmente irrazonable en esto? Por supuesto que no; porque usted lo conoce, usted razonaría que debe haber tenido base válida para manejar la situación como lo hizo. De modo similar, la Biblia suministra suficiente información en cuanto a la personalidad, modos de ser y tratos de Jehová para hacer posible que conozcamos la clase de Dios que es. Por lo tanto, aunque los detalles no se presenten en alguna situación especificada, ¿por qué debería alguno perturbarse y pensar que Dios es desamoroso, inclemente o injusto? El proceder así sería negar la abundante evidencia que contiene la Biblia en conjunto de que él es un Dios amoroso, clemente y justo.—Éxo. 34:6, 7; Isa. 63:7-9.

      29. ¿Por qué no debemos sorprendernos de hallar algunas contradicciones aparentes en la Biblia?

      29 Sin embargo, hay otra razón por la que debemos esperar que la Biblia contenga diferencias leves, contradicciones aparentes, cuando se considera material similar. Considere los relatos acerca del ministerio terrestre de Jesús. Fueron escritos por cuatro hombres. De los tres cuyos antecedentes relativos a su ocupación conocemos, uno fue un médico educado, otro recaudador de impuestos y el tercero pescador. Puesto que Jehová Dios no dictó exactamente lo que estos hombres debían escribir sino simplemente los guió por medio de su espíritu para asegurar la exactitud de lo que registraran, naturalmente habría variaciones. Cada escritor pudo haber incluido mucha más información de la que incluyó. Uno de ellos, el apóstol Juan, hasta dijo: “Por supuesto, Jesús ejecutó muchas otras señales también delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo.” (Juan 20:30) De modo que los relatos del Evangelio son muy condensados, y se hallan ciertos detalles en un relato que no se incluyeron en otro. En vez de contradecirse los unos a los otros, los relatos se complementan los unos a los otros, ayudándonos a obtener un cuadro más completo. Al mismo tiempo las variaciones suministran una prueba adicional de que la Biblia es confiable. ¿Cómo así? En que demuestran que no hubo confabulación entre los escritores, no hubo conspiración conjunta para producir una historia falsa.

      30. En conexión con la Biblia, ¿por qué no hay razón para hacer uso de argucias a causa de diferencias leves?

      30 De modo que en realidad no hay razón para que la gente se enrede en hacer uso de argucias a causa de asuntos leves. Sin importar cuán eruditas y bien educadas sean, realmente no están en posición de dictaminar sobre asuntos de los cuales no fueron testigos personales. Y aunque hubieran estado en la misma escena, ellas, también, enfatizarían aspectos algo diferentes al presentar relatos de lo que vieron y oyeron. En realidad, un justiprecio honrado de los relatos del Evangelio aclara que éstos son cuatro testimonios separados que son armoniosos al establecer la única verdad vital: Jesucristo es el Hijo de Dios.—Juan 20:31.

      ¿SE HA TRANSMITIDO CONFIABLEMENTE EL MENSAJE DE DIOS?

      31. ¿Qué pregunta se presenta debido a que no existen manuscritos originales de la Biblia?

      31 El mensaje de Dios abarcado en los cuatro Evangelios y en el resto de la Biblia no se ha preservado en forma manuscrita original. Los manuscritos originales perecieron hace mucho tiempo, ya sea por el uso o los efectos del clima que causa deterioro. ¿Cómo, pues, podemos estar seguros de que el mensaje de Dios no ha sido deformado después de muchos siglos de copiar y volver a copiar?

      32. ¿Qué dice la Biblia misma en cuanto a la cualidad duradera del mensaje de Dios, y qué requirió esto en cuanto a su preservación?

      32 La Biblia misma llama la atención a la cualidad duradera de la “palabra” de Dios. En Isaías 40:8 leemos: “La hierba verde se ha secado, la flor se ha marchitado; pero en cuanto a la palabra de nuestro Dios, durará hasta tiempo indefinido.” Para que estas palabras fuesen ciertas en generaciones futuras, sería necesario que la “palabra” de Dios permaneciera libre de deformación. Si llegaba a ser indigna de confianza debido a una abundancia de errores humanos al copiar, cesaría de ser el mensaje de Dios. Pero ¿hay alguna evidencia de que la “palabra” de Dios ha durado en forma confiable? ¡Ciertamente!

      33. ¿Cómo efectuaban su trabajo por lo general los copistas de la Biblia?

      33 Los que copiaban las Sagradas Escrituras ejercían gran cuidado. En su trabajo, muchos escribas o escribientes de las Escrituras Hebreas no solo contaban las palabras sino también las letras que copiaban. Siempre que se hallaba el error más leve —el escribir mal una sola letra— podía cortarse la sección entera y reemplazarse por una sección nueva, sin tacha. Llegó a ser práctica de los escribas el leer cada palabra en voz alta antes de escribirla. Muchos consideraban que era un pecado craso el escribir siquiera una sola palabra de memoria. Los copistas de la Escritura Cristiana, aunque a menudo no fueron profesionales, igualmente efectuaron trabajo cuidadoso. Como resultado se cometieron asombrosamente pocos errores, y aun los que se cometieron no afectan materialmente el mensaje.

      34. ¿Qué indican los estudios comparativos de manuscritos antiguos acerca de la confiabilidad del texto bíblico como lo tenemos hoy día?

      34 Estudios comparativos de miles de manuscritos bíblicos antiguos, incluso algunos que tienen unos 2.000 años, revelan que el texto debe haber sido transmitido con exactitud. Del texto de las Escrituras Hebreas, el docto W. H. Green notó: “Se puede decir con seguridad que ninguna otra obra de la antigüedad se ha transmitido con tanta exactitud.” El bien conocido docto sir Frederic Kenyon, en la introducción a sus siete tomos sobre los “Papiros bíblicos Chester Beatty,” declaró:

      “La primera y más importante conclusión que se obtiene de examinarlos [los Papiros] es la conclusión satisfactoria de que confirman la solidez esencial de los textos existentes. No se muestra ninguna variación sorprendente o fundamental ya sea en el Antiguo o el Nuevo Testamento. No hay omisiones o adiciones importantes de pasajes, y ninguna variación que afecte hechos o doctrinas vitales. Las variaciones del texto afectan asuntos leves, como el orden de las palabras o las palabras exactas que se usan . . . Pero su importancia esencial es su confirmación, por evidencia de una fecha más temprana que la que estuvo disponible hasta ahora, de la integridad de nuestros textos existentes.”

      De modo similar, en su libro The Bible and Archaeology, comentó:

      “El intervalo, pues, entre las fechas de su composición original y la más temprana evidencia existente llega a ser tan pequeño que de hecho es insignificante, y el último fundamento para dudar que las Escrituras hayan llegado a nosotros sustancialmente como fueron escritas ahora se ha quitado. Tanto la autenticidad como la integridad general de los libros del Nuevo Testamento se pueden considerar como finalmente establecidas.”

      35. ¿Qué efecto puede tener la Biblia sobre nosotros hoy día?

      35 Verdaderamente, el mensaje de Dios, escrito por hombres bajo la guía de su espíritu, ha durado en forma confiable hasta el día presente. La preservación confiable no ha sido sin propósito. El mensaje mismo puede tener un efecto profundo para lo bueno en los que lo aceptan como procedente de Dios. Aun hoy las palabras dirigidas a los cristianos de Tesalónica pueden aplicarse a centenares de miles de personas en toda parte de la Tierra: “Cuando ustedes recibieron la palabra [o el mensaje] de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios, la cual también está obrando en ustedes los creyentes.” (1 Tes. 2:13) Como los tesalonicenses, hoy muchos han estado anuentes a sufrir por su adherencia fiel a las Sagradas Escrituras, convencidos de que éstas de veras son la “palabra” inspirada de Dios. (1 Tes. 2:14-16) ¿Está usted igualmente convencido? ¿Está obrando en usted esa “palabra” o mensaje? ¿Se está usted beneficiando de ella en su vida cotidiana?

      [Ilustración de las páginas 462 y 463]

      Dios dio los Diez Mandamientos en forma escrita

      Ángeles hablaron la palabra de Dios a hombres

      El espíritu de Dios guió la selección de hechos de registros previos

      Se dieron mensajes divinos por medio de sueños

      Mientras estaban muy despiertos, profetas recibieron visiones de parte de Dios

  • Ganancia duradera de vivir en armonía con la Biblia como familia
    La Atalaya 1975 | 1 de agosto
    • Ganancia duradera de vivir en armonía con la Biblia como familia

      1. ¿Qué evidencia hay de que millones de familias tienen problemas serios?

      HOY podemos ver evidencia en torno de nosotros de que millones de hombres, mujeres y niños tienen problemas serios al vivir juntos como grupos de familia. En muchos países, las separaciones, los divorcios y los hogares desbaratados están aumentando a una proporción alarmante. Aunque todavía viven en la misma casa o apartamiento, hay muchos casados que apenas se toleran el uno al otro. Esposos, esposas e hijos a menudo tienen muy poco en común, pues cada miembro de la familia va por su propio camino separado. Por lo tanto, ¿no es obvio que la gente en todas partes tiene gran necesidad de una guía confiable?

      2. ¿Cuál es uno de los objetivos principales de la Biblia?

      2 Un objetivo principal de la Biblia es el suministrar pautas para la vida que beneficien duraderamente a todos los que las siguen. No hay aspecto del vivir en el cual el consejo de la Biblia no se pueda aplicar con provecho verdadero. “Toda Escritura es . . . provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:16, 17.

      3. ¿Por qué podemos decir que lo que la Biblia manifiesta para nuestra guía es apegado a la realidad?

      3 Lo que la Biblia manifiesta para nuestra guía es muy apegado a la realidad. No nos deja con el pensamiento de que los que tratan de seguir su admonición no tendrán problemas. No, la Biblia francamente reconoce que habrá problemas. Pero no deja los asuntos allí, simplemente recomendando que aceptemos las cosas como son y no nos preocupemos en cuanto a ellas. La Biblia muestra lo que podemos hacer de manera positiva para enfrentarnos a los problemas y disfrutar de buenas relaciones con nuestros congéneres, incluso nuestras propias familias.

      LA NORMA DE LA BIBLIA PARA EL MATRIMONIO

      4. ¿Quién es el originador del matrimonio, y cuál fue su propósito tocante a ese arreglo?

      4 Del primer libro de la Biblia aprendemos que Jehová Dios es el Originador del matrimonio. (Gén. 2:22-24) Siendo un Dios de amor, se propuso que el matrimonio contribuyera a la felicidad tanto del esposo como de la esposa así como que proveyera un arreglo estable para criar a los hijos. El matrimonio habría de ser una unión permanente, como es patente de lo

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