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Salvando al mundo de la humanidad por medio de sangreLa Atalaya 1968 | 1 de junio
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Salvando al mundo de la humanidad por medio de sangre
“‘Sangre del pacto,’ que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados.”—Mat. 26:28.
1. ¿Quién fue el primero que dijo las palabras: “La vida de la carne en la sangre está”?
“LA VIDA de la carne en la sangre está.” ¿Quién fue el primero que dijo esas palabras? No fue Hipócrates, el filósofo y médico griego del siglo quinto antes de nuestra era común, a quien The Encyclopædia Britannica llama “Padre de la Medicina.” Tampoco fue Mahoma, el profeta de Islam, del siglo séptimo de nuestra era común, quien dijo algo acerca de comer.a Tampoco fue Moisés, el profeta hebreo de los siglos dieciséis y quince antes de nuestra era común. No fue otro sino el Dador de vida mismo, el Creador de la sangre de la humanidad y Aquel que puso la vida en esa sangre. El mismo fue Quien lo dijo, más de mil años antes de que naciera Hipócrates en la isla de Cos.
2, 3. ¿Por qué fue apropiado que él dijera esas palabras, y a quién las dictó?
2 ¡Cuán apropiado fue que el Creador de esta corriente roja de vida de la humanidad hiciera una declaración tan científicamente correcta! El profeta Moisés meramente puso por escrito esta declaración según Dios se la dictó a él en el desierto de Sinaí en Arabia en el año 1512 a. de la E.C. En el Tercer Libro de Moisés, o Levítico, como también se le llama, el registro (Versión Moderna) dice:
3 “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla . . . porque la vida de la carne en la sangre está, la cual os he dado para hacer expiación en el altar por vuestras almas; porque la sangre, en virtud de ser la vida, es la que hace expiación.”—Lev. 17:1, 2, 11.
4. Las cualidades dadoras de vida de la sangre fueron reconocidas ¿cuán remotamente en la antigüedad, según lo muestra qué práctica? ¿Consideró Dios esto?
4 ¿Quién disputará la declaración divina de que hay vida en este fluido vital de nuestro cuerpo humano? Nadie puede hacerlo con éxito. Por eso es que, como ha dejado establecido la profesión médica, esta preciosa corriente fluye a través de nuestro cuerpo normalmente una vez cada veintitrés segundos para llevar elementos sostenedores de vida a los diferentes tejidos del cuerpo. Las cualidades dadoras de vida de este fluido en nuestras arterias, venas y capilares fueron reconocidas temprano en la historia, porque se nos informa que “la transfusión de sangre data de tiempo tan remoto como el de los egipcios antiguos.” Si tal práctica se efectuaba allá en Egipto en el tiempo en que el profeta Moisés dirigió a su pueblo fuera de la tierra de Egipto en 1513 a. de la E.C., no escapó a la atención del Dios de Moisés. Sin inconsistencia, Dios consideraría esta práctica egipcia al dar su ley al pueblo de Moisés acerca de la sangre y la manera correcta de disponer de ella.—The Encyclopedia Americana, tomo 4, página 113, edición de 1929.
5, 6. (a) ¿Cómo se muestra la relación entre la sangre y la vida en el relato del asesinato de Abel? (b) ¿Por quién ha sido repetido muchas veces este crimen conectado con religión, y cómo muestra esto el último libro de la Biblia?
5 La propiedad dadora de vida y sostenedora de la vida que desempeña un papel en este asunto fue bien reconocida por los escritores de la Biblia, desde el primero (Moisés) hasta el último (el apóstol Juan). Por eso era que del quitarle la vida a otra persona en desafuero se hablaba como de derramar la sangre de uno, puesto que allí es donde reside la vida. Tome, por ejemplo, el asesinato de Abel, que temía a Dios, por su hermano envidioso Caín. Al identificar a Caín como el asesino, Dios le dijo a Caín, quien estaba tratando de encubrir su crimen: “¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano está clamando a mí desde el suelo.” (Gén. 4:10) Aquel crimen, que se cometió por el asunto de la religión o de la forma correcta de adoración de Dios, ha sido imitado millones de veces más por el imperio de la religión falsa que el apóstol Juan llama Babilonia la Grande. Mostrando la responsabilidad que tiene el imperio mundial de larga duración de la religión falsa por quitar la vida humana mundialmente en el nombre de la religión, el último libro de la Biblia representa a ese imperio religioso como una mujer inmoral y dice:
6 “Sobre su frente estaba escrito un nombre, un misterio: ‘Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra.’ Y vi que la mujer estaba borracha con la sangre de los santos y con la sangre de los testigos de Jesús.” “Sí, en ella se halló la sangre de profetas y de santos y de todos los que han sido muertos atrozmente en la tierra.”—Rev. 17:1-6; 18:24.
7. ¿Por qué se puede decir que Babilonia la Grande es caníbal, y qué pregunta hace surgir el sacrificio de vida humana por ella?
7 Este cuadro profético presenta a esta mujer simbólica, Babilonia la Grande, como caníbal, puesto que se dice que ella está “borracha” con sangre humana. Sin embargo, la religión babilónica del mundo alega tener como su propósito el salvar la vida humana para toda la eternidad. Pero, ¿ha exagerado la Palabra de Dios en el cuadro que da de la caníbal Babilonia la Grande? De ninguna manera, cuando se considera honradamente el sacrificio de vida humana que se ha ejecutado en el nombre de la religión, hasta presuntuosamente conectando el nombre de Dios con tal comportamiento mortífero. Por lo tanto, preguntamos: ¿No le pedirá cuentas Dios jamás a la religión por todo este derramamiento de sangre?
8. (a) Por su asociación con la vida, ¿cómo podría usarse razonablemente la sangre humana para provecho? (b) ¿Cómo da Lucas consejo de cautela en cuanto a la profesión curativa?
8 Tanto adentro en la Biblia como afuera en el mundo, la sangre se asocia con la vida y se usa para representar vida. Por tener esta cualidad y valor, aun a la vista de Dios, la sangre humana se podría usar razonablemente para impartir vida a otros, sí, aun al mundo entero. Pero, ¿cómo se ha de hacer esto? ¿Quién lo hará usando este medio? En la opinión de muchas personas hoy día, los seguidores de Hipócrates, quienes hacen lo que se llama “el Juramento de Hipócrates,”b son quienes hacen esto, usando toda clase de técnica profesional moderna, hasta introduciendo directamente el “líquido de la vida” en el cuerpo de un paciente. Esta confianza en los médicos profesionales con entrenamiento moderno pasa por alto la cautela que aconseja la Biblia. Esta se da en un caso de hace diecinueve siglos al que hace referencia un médico, un escritor bíblico llamado Lucas, a quien el apóstol cristiano Pablo llama “Lucas el médico amado.” (Col. 4:14) Lucas escribe de éste como el caso de una “mujer, que padecía flujo de sangre hacía doce años, y que no había podido conseguir que nadie la curara.”—Luc. 8:43-48.
9. ¿Qué dice Marcos sobre este mismo caso?
9 Una descripción más completa de este mismo caso la da el amigo de Lucas llamado Marcos, quien escribe: “Ahora bien, había una mujer que padecía flujo de sangre hacía doce años, y muchos médicos le habían hecho pasar muchas penas y ella había gastado todos sus recursos y no le había hecho ningún provecho, sino, al contrario, había empeorado.” Pero Marcos y el médico Lucas informan que esta mujer desesperada fue curada milagrosamente con meramente tocar desde atrás la prenda de vestir exterior del gran Sanador, Jesucristo. Dice Marcos: “Al instante se le secó la fuente de sangre, y sintió en su cuerpo que había sido sanada.”—Mar. 5:25-34.
“DOCTORES SALVAVIDAS”
10. ¿Cómo mostró la declaración de 1965 por la Asociación Médica Británica que ésta consideraba mortífera la ley de Dios sobre la sangre?
10 Hoy día, no obstante, la prensa pública da la idea de que la ley de Dios sobre la sangre es mortífera y habla de los médicos profesionales como “doctores salvavidas.” El Daily Herald de Londres (Inglaterra), con fecha de 26 de febrero de 1965, dice acerca de la Asociación Médica Británica: “La sociedad dijo que un doctor tiene el ‘deber supremo’ de salvar la vida del paciente. Cualquier doctor que afronte procedimientos jurídicos por tratar de salvar una vida al operar contra los deseos de unos padres puede contar con el apoyo de la sociedad.”
11. ¿Cómo comparan muchos hombres de la medicina a la ley de Dios que se halla en la Biblia con la ciencia médica moderna, y qué piensan los evolucionistas acerca de la sangre?
11 Aclamados como salvavidas, e impresionados con el papel que profesionalmente han asumido de salvar la vida presente de otros humanos, estos hombres, en su mayoría, piensan que el adelanto de la ciencia médica moderna ha hecho anticuada, anticientífica y de ningún vigor hoy día, por su gran edad, a la ley de Dios que está en la Santa Biblia. “¡Miren!” dicen ellos, “la Biblia se escribió y terminó hace mil novecientos años. Así que, ¿qué sabían aquellos escritores de la Biblia acerca de la ciencia médica, en comparación con nuestro entendimiento de hoy día, al combinar nosotros la tecnología con la medicina para salvar vidas humanas?” Si son evolucionistas, quienes rechazan la enseñanza bíblica de la creación y voluntariosamente se apegan a la teoría de la evolución, no tienen respeto a la ley de Dios sino que establecen su propia ética médica. Según el punto de vista de ellos, la sangre evolucionó; no fue creada por el Creador del hombre.
12. ¿Qué opinión tienen otros acerca de la sangre, y en qué se basa su conclusión?
12 No obstante, las personas libres tienen derecho a tener opiniones y expresarlas. Hay quienes tienen la opinión de que la sangre no es el producto de una evolución impersonal, ciega, sin cerebro y accidental, sino que es la obra incomparable de un Dios Todopoderoso. Su opinión es realmente una excelente conclusión lógica, basada sobre hechos irrefutables. Esto nos hace recordar un artículo, escrito antes de la horrorosa I Guerra Mundial, por Guillermo Hanna Thomson, M.D., quien estuvo sobresalientemente conectado con los hospitales de la ciudad de Nueva York por años. Según se publicó en el Times de Nueva York, el artículo del doctor Thomson dijo:
13, 14. (a) ¿Qué datos sobre la hemoglobina de nuestra sangre muestra si una molécula de ella pudo haber venido a la existencia por casualidad? (b) ¿Cómo queda eclipsada la complejidad de la hemoglobina, y qué ha descubierto la ciencia moderna en cuanto al problema del origen de la vida?
13 Pero para cualquier animal en esta Tierra que tenga sangre roja, para vivir tiene que tener en los glóbulos de su sangre esa sustancia definida llamada hemoglobina. Ahora bien, una molécula de hemoglobina tiene que contener el siguiente número de diferentes átomos en sus debidas proporciones, a saber, de átomos de hidrógeno, 1.130; de átomos de carbono, 712; de nitrógeno, 214; de oxígeno, 245; de azufre, 2, y de hierro, 1, ó 2.304 átomos por todo. Además, si ese un solo átomo de hierro, en su relación peculiar al resto (‘enmascarado’ como dicen algunos fisiólogos) quedara fuera, el animal no podría absorber oxígeno, ni liberar ácido carbónico; en otras palabras, no podría respirar. Una vez le pregunté a un bien conocido químico y fisiólogo, de extracción alemana y educado en Alemania, cómo podrían aquellos átomos de una molécula de hemoglobina reunirse así por casualidad. Su breve respuesta fue: ‘Ninguna casualidad.’
14 “Pero la complejidad de la hemoglobina es eclipsada por las sustancias químicas que la investigación química ha descubierto al investigar el mecanismo de inmunidad contra las enfermedades infecciosas. . . . La ciencia moderna ahora descubre que el problema del origen de la vida se hace cada vez más inescrutable en proporción con el progreso de las investigaciones sobre el tema.”—The Watch Tower, del 1 de julio de 1911, páginas 198, 199.
15. ¿Cómo queda arrolladoramente confutada la teoría de que la sangre sea producto de la evolución?
15 La mismísima naturaleza y composición de la sangre y el hecho maravilloso de que lleva vida confuta la idea de que sea el producto de una evolución sin vida, sin mente, sin propósito. Arrolladoramente estos rasgos de la sangre exigen la actividad creadora de un Dios vivo, inteligente, constructivo y de propósito, el Hacedor del hombre.
16. (a) ¿Qué datos acerca de los glóbulos rojos de la sangre prueban que se necesitó un Creador? (b) ¿Cuán remotamente habló Dios acerca de la sangre, y hasta qué grado?
16 Considere solo la forma y la ejecución funcional de los glóbulos rojos de la sangre. Solo una mente altamente matemática podría diseñarlos y ordenarlos. Así, cada uno de los treinta billones de glóbulos rojos de la sangre en los vasos sanguíneos del hombre promedio es un argumento irrefutable y prueba de que hay un Creador, quien es también el Hacedor del hombre. Él sabe mejor que el más adelantado practicante de la medicina la necesidad vital, las propiedades y el propósito de este fluido rojo de la vida. Pues, más de cinco mil ochocientos años antes de que se usara por primera vez sangre almacenada al hacer transfusiones, por el profesor de medicina de la Universidad de Chicago, en el año 1918, Dios estuvo hablando acerca de la sangre al primer hombre que nació, Caín, después que éste mató atrozmente en secreto a su hermano más joven, Abel. (Gén. 4:10, 11) Desde entonces Dios ha dicho mucho acerca de la sangre. En realidad, en su Palabra escrita de sesenta y seis libros, 1.189 capítulos, la sangre se menciona 447 veces, desde Génesis hasta Revelación.c
17. (a) ¿Quién, según se ilustró por medio de Jesucristo, tiene que ser el Médico más grande de todos? (b) ¿Cómo nos habla él autoritativamente hoy día?
17 Puesto que Dios dio poder a su Hijo, Jesucristo, para que ejecutara milagros de curación, no con drogas, medicina, u operaciones quirúrgicas, sino instantáneamente, para detener flujos crónicos de sangre, dar vista a los ciegos, hacer oír y hablar a los sordomudos, restaurar a lisiados, sanar a los leprosos, aun levantar a los muertos, reparando el cerebro, Dios el Creador es el Médico más grande de todos. Él sabe más acerca del cuerpo humano y su composición y cómo repararlo y restaurarlo y revitalizarlo que el más altamente educado médico de hoy día. Él es la Autoridad infalible, absoluta, sobre el tema. ¡Que Él hable! ¡Que Él sea oído! Todos podemos aprender y obtener provecho cuando Él habla. Él ahora nos habla por medio de su Palabra escrita inspirada y no cambiada. ¿Qué dice ésta?
18. ¿Por qué no se necesitaba una ley divina contra el comer sangre en el Jardín de Edén?
18 La humanidad come para vivir. ¿Por cuánto tiempo, pues, ha autorizado Dios el Creador a la humanidad a comer la carne de animales? No desde la creación del primer hombre, sino por los últimos 4.335 años de la existencia de la humanidad. En el paraíso del Jardín de Edén el hombre y la mujer perfectos fueron autorizados a comer y vivir de frutas, nueces y productos vegetales del suelo. (Gén. 1:29, 30) Por eso no se necesitaba una ley contra vivir de la sangre de animales.
19. (a) Al expulsar a Adán del Jardín, ¿autorizó Dios el comer sangre? (b) ¿Qué muestra si Abel bebió la sangre de víctimas sacrificatorias o no?
19 Aun cuando Dios expulsó al hombre del Jardín de Edén porque éste pecó rebeldemente contra El al comer el fruto prohibido, Dios no dijo que desde entonces en adelante el hombre debería comer carne animal. Dios le dijo al hombre: “Tienes que comer la vegetación del campo. Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él [no de algún animal inferior por medio de un proceso de evolución] fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:18, 19) Años más tarde, cuando el segundo hijo de Adán, Abel, ofreció el sacrificio de ovejas a Jehová Dios, hubo el derramamiento de sangre de tales víctimas sacrificatorias, pero Abel no se bebió la sangre. De modo que Dios aceptó su sacrificio.—Gén. 4:3-11.
LEY DIVINA CONTRA COMERLA
20. Cuando Noé salió del arca, ¿qué hizo inmediatamente?
20 Más de mil quinientos años más tarde, en los días de Noé, quien temía a Dios, y sus tres hijos casados, vino el gran diluvio. Por lo menos por ciento ochenta días la Tierra y sus montañas fueron completamente cubiertas por las aguas del diluvio. (Gén. 7:11 a 8:5) Meses más tarde, cuando los ocho sobrevivientes humanos del diluvio salieron del arca a prueba de inundación, Noé inmediatamente ofreció un sacrificio de entre todos los animales y pájaros limpios a Jehová Dios. Pero Noé y su familia no bebieron de la sangre de las víctimas sacrificatorias; ni siquiera comieron de la carne de ellas.
21. ¿Qué ley estableció Dios entonces y declaró a Noé?
21 Dios estuvo complacido con esto. El los bendijo y les dijo que llenaran la Tierra entera con su prole. Entonces, como había hecho con Adán y Eva en Edén, Dios estableció una ley acerca del alimento de toda la futura familia humana, entre ella nosotros de hoy día. Dijo: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer. Y, además de eso, la sangre de sus almas, la de ustedes, la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré.” (Gén. 8:18 a 9:5) Después de eso apareció el primer arco iris, y Dios hizo un pacto eterno de nunca más traer un diluvio global contra la humanidad.—Gén. 9:8-17.
22. (a) Así, ¿cómo se hace evidente que la ley de Dios contra la sangre no entró en vigor por medio de la Ley de Moisés? (b) ¿Por qué aplica todavía a todos nosotros la ley de Dios contra la sangre, aun desde 33 E.C.?
22 Entonces no había hebreos, ni israelitas, ni judíos, ni circuncisión. Solo había los antepasados de las ramas semítica, jafética y camítica de la familia humana actual. Eso fue en el año 2369 a. de la E.C., O mil ochocientos cincuenta y seis años antes de que Jehová diera la ley al profeta Moisés, los Diez Mandamientos inclusive, para que la entregara a la nación de Israel. Por consiguiente la ley de Dios que prohibía el ingerir sangre animal en nuestro cuerpo humano no vino a la existencia por medio de la ley divina entregada mediante Moisés en 1513 a. de la E.C. Esto hace seguro que la ley de Dios sobre este asunto vital no estaba restringida y no está restringida a los hebreos, israelitas o judíos. Esta ley particular no pasó de la existencia ni quedó sin vigor en el año 33 de nuestra era común, cuando Dios clavó la Ley de Moisés al madero de muerte de Jesucristo y la abolió. (Col. 2:13, 14; Efe. 2:13-15) La ley del día de Noé todavía aplica a toda la humanidad tan seguramente como que la humanidad todavía continúa comiendo la carne de bestias y pájaros y tan seguramente como que la humanidad no ha vuelto al Jardín de Edén y a una dieta exclusivamente vegetariana.—Gén. 1:29, 30; 2:15-17.
23, 24. (a) ¿Qué recomendó el discípulo Santiago que mostraría que los cristianos apostólicos todavía insistían en la ley que Dios le dio a Noé? (b) ¿Cómo mostró la fraseología de aquel decreto la parte que tuvo en él el espíritu santo?
23 Sí, tanto los cristianos como los judíos, los no cristianos como los no judíos, están bajo esa ley acerca de comer según se le dio a nuestro antepasado Noé después del diluvio. Los cristianos apostólicos del primer siglo de nuestra era común reconocieron ese hecho e insistieron en él. Dieciséis años después que la Ley de Moisés fue, hablando figuradamente, clavada al madero de muerte de Cristo como cumplida y abolida, el discípulo cristiano Santiago recomendó al Concilio de Jerusalén de apóstoles y otros hermanos de mayor edad escribir a los cristianos no judíos, a saber, “que se abstengan de las cosas contaminadas por los ídolos y de la fornicación y de lo estrangulado y de la sangre.” La recomendación de abstenerse de “animales estrangulados y de la sangre” (BC) no fue solo la idea del discípulo Santiago, sino que también fue dictada por el espíritu santo de Dios. Este grave hecho recibe énfasis por la manera en que se fraseó el decreto oficial a los cristianos no judíos. Decía como sigue:
24 “Los apóstoles y los hermanos de mayor edad a los hermanos . . . que son de las naciones: ¡Saludos! . . . Porque al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que se abstengan de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!”—Hech. 15:19-29.
25. (a) ¿Por cuánto tiempo muestra la historia que los verdaderos cristianos observaron aquel decreto de Jerusalén? (b) ¿Por qué lo observan hoy día los testigos de Jehová?
25 Años más tarde, después del tercer viaje misional del apóstol Pablo, el discípulo Santiago le habló acerca de aquel mismo decreto del Concilio de Jerusalén indicando que todavía estaba siendo puesto en vigor para con los cristianos no judíos. (Hech. 21:18-26) Según escritores religiosos tempranos de los primeros tres siglos, este decreto inspirado contra el introducir sangre en el cuerpo de una persona fue algo a lo que se apegaron los cristianos por siglos después que fue publicado. Especialmente desde los días del santo católico romano llamado Agustín, la cristiandad ha cesado de observar ese decreto inspirado, y la profesión médica de la cristiandad lo ha pasado por alto como si los cristianos no estuvieran bajo obligación de observarlo.d Pero, ¿quién abolió ese decreto? No fue Dios, porque él mismo lo inspiró y lo publicó por medio de su organización fiel en Jerusalén. Ciertamente no fue abolido con la abolición de la Ley de Moisés. Por esa razón bíblica los testigos cristianos de Jehová de hoy día continúan observando ese decreto absteniéndose no solo de fornicación e idolatría, sino también de sangre.
UN CUADRO TÍPICO DE SALVACIÓN POR MEDIO DE SANGRE
26. (a) ¿Cómo concordaba el decreto de Jerusalén con la ley mosaica en cuanto al asunto de a quién pertenecía la sangre? (b) ¿De qué era culpable un judío cuando derramaba sangre sacrificatoria pero no la presentaba a Jehová?
26 Aquel decreto del Concilio de Jerusalén vino muchos años después que Jesucristo derramó su sangre en el madero de muerte en Calvario. Pero por el decreto Dios manifestó claramente que todavía se estaba apegando a lo que había declarado en su ley dada por medio de Moisés, a saber, que la sangre del hombre y los animales pertenece a Dios el Creador. Esto es correcto, puesto que él es la Fuente de la vida y él ha puesto la vida del hombre y de los animales en la sangre y la ha hecho la principal transportadora de vida. Por eso es que, si un hombre en Israel degollaba un animal para sacrificio y no lo presentaba a Jehová, era como si hubiera cometido asesinato: “Culpa de derramamiento de sangre se le contará a ese hombre. Ha derramado sangre, y ese hombre tiene que ser cortado de entre su pueblo.” Había de ser muerto. (Lev. 17:3, 4) Por eso, también, Jehová ordenó que el sacerdote habría de derramar la sangre de víctimas sacrificatorias al pie del altar de sacrificio. (Lev. 4:7, 18, 25, 34; 8:15; 9:9) La sangre era una cosa sagrada, como la vida, y tenía que tratarse como tal cosa.
27, 28. (a) En la ley de Dios a Israel, ¿qué cualidad se le asignaba a la sangre, y por lo tanto, qué se puede hacer con la sangre de vida? (b) ¿Cómo mostró esto Levítico 17:11-14?
27 En la ley de Dios al antiguo Israel, así como en el caso de su ley al fiel Noé, esta cualidad sagrada de la corriente de la vida se asignaba no solo a animales que eran ofrecidos en sacrificio, sino aun a los animales limpios que los hombres cazaban para alimento. De todos modos, había sangre de vida que es sagrada envuelta en ello, y por lo tanto se podía usar para un propósito sagrado. Puesto que la pena por el pecado es la muerte y puesto que el alma o la vida está en la sangre, ésta se puede usar para cancelar el pecado y quitar la pena del pecado, la muerte. No tenemos que argüir en cuanto a lo que esta ley significa; ella dice claramente:
28 “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación por el alma [o, vida] en ella. Es por eso que he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre y ningún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes debe comer sangre.’ En cuanto a cualquier hombre de los hijos de Israel o algún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes que al cazar prenda una bestia salvaje o ave que pueda comerse, en tal caso tiene que derramar su sangre y cubrirla con polvo. Porque el alma de toda clase de carne es su sangre por el alma en ella. En consecuencia dije yo a los hijos de Israel: ‘No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será cortado.’”—Lev. 17:11-14; compare con Deuteronomio 12:16, 23-27.
29. (a) ¿De qué manera maravillosa puede Dios usar la corriente de vida del cuerpo humano? (b) ¿A qué equivale el usar la sangre de cualquier manera que no sea la manera de Dios, y por qué aplica esto al uso médico de ella?
29 Debido al valor de vida que está contenido en la corriente roja que el corazón bombea a través del cuerpo, Jehová Dios puede usar la sangre de manera maravillosa para salvar al mundo de la humanidad para vida eterna. De modo que éste es un asunto que tiene que ver con la vida eterna de toda la humanidad. Tiene un significado tan serio que en la nación típica de Israel la persona que participara de sangre como alimento había de ser muerta o tenía que cumplir un programa especial de limpieza. (Lev. 17:15, 16; 7:26, 27) El usar esta preciosa corriente de vida de cualquier manera que no sea la manera de Dios es usarla mal, una perversión de su uso. Este principio aplica al uso médico de la sangre desde los días del antiguo Egipto hasta nuestro mismo día. ¿Por qué? Porque los practicantes de la medicina no son los sacerdotes ordenados de Dios que sirvan en su altar santo y le ofrezcan sangre de la humanidad según las direcciones de Dios. Hace mucho tiempo Dios se encargó de salvar al mundo de la humanidad por sangre, y él no necesita el llamado uso científico de la sangre por ellos. El uso de la sangre por ellos en el nombre de la medicina no es la voluntad de Dios.
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A la manera del hombre o a la manera de Dios... ¿Cuál?La Atalaya 1968 | 1 de junio
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A la manera del hombre o a la manera de Dios... ¿Cuál?
1. El quebrantar la ley sagrada de Dios con la alegación de salvar la vida pone a la vida humana en ¿qué nivel?
A NADIE se le puede excusar o justificar por quebrantar la ley sagrada de Dios con la alegación de que está salvando vida humana o prolongándola. Con la excepción de algunos miembros individuales concienzudos las asociaciones médicas tratan la ley de Dios como un mito de la Biblia o como algo que ya no tiene vigor. Ellos ponen la vida de hombres imperfectos, condenados y moribundos por encima de la ley de Dios y la quebrantan afirmando que están tratando de salvar una vida humana, no para la eternidad, sino para el corto e incierto período de tiempo de la vida presente. Esto ha resultado en una epidemia de transfusiones de sangre que ellos afirman que son salvavidas.
2. ¿Cómo han violado algunos médicos recientemente los derechos fundamentales de una criatura humana libre, y cómo tratan de protegerse al hacer esto?
2 Convencidos en su propia mente de su obligación de salvar vidas humanas de esta manera, ellos van aun tan lejos como hasta imponer contra la voluntad transfusiones en cristianos dedicados que por conciencia objetan a quebrantar la ley de Dios para tratar de conservar su vida. Ellos tratan de tener una exhibición de autoridad legal para hacer esto, aunque ello le niega al paciente no solo su derecho dado por Dios sino también sus derechos nacionales constitucionales según una Carta de Derechos establecida en ciertos países. Para protegerse debido a esto los médicos apelan a jueces y cuerpos legislativos del país para que los autoricen a ir por encima de la libertad de religión con su derecho de adorar al Dios vivo y verdadero Jehová según los dictados de la conciencia. En este caso, según esos puntos de vista médicos, la religión es una amenaza a la vida y debe ser echada a un lado para que se efectúe una violación atea de la ley de Dios sobre la santidad de la sangre.
3. (a) Al actuar de esta manera, ¿qué idea tienen los médicos? (b) En consistencia con la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de Norteamérica con respecto a un otorgamiento de vida, ¿qué no tienen derecho a hacer los médicos aun a personas que actúan por conciencia?
3 ¡Salvar la vida de manera contraria a los deseos religiosos del paciente y evitar que escoja morir! es la idea médica. Pero aun el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de Norteamérica ha dado el fallo de que una persona con libre albedrío tiene el derecho de escoger morir más bien que aprovecharse de ciertas provisiones jurídicas que le perdonen o le conserven la vida, ¿sobre qué base? La de si la persona no puede aceptar los términos o condiciones según los cuales su vida le sería perdonada o conservada.a Entonces, si el tribunal superior del país no tiene derecho a imponerle la vida a una persona en términos que ella no pueda aceptar, la profesión médica no tiene derecho, legal o ético, para imponer sus métodos antibíblicos de salvar la vida en un paciente que preferiría morir a violar su conciencia quebrantando la ley santa de Dios.
4. ¿Qué dicen los médicos al alegar que la transfusión no quebranta la ley de Dios contra usar la sangre como alimento, pero qué sucede realmente?
4 No obstante, justificando más su proceder, ¿qué alegan los médicos? Esto, que la transfusión no es alimentar con sangre a un paciente y por lo tanto no es una violación de la ley de Dios. Pero en realidad esto es razonamiento anticientífico. Por la mismísima razón de que la materia transfundida no se toma directamente por la boca para que pase por los procesos normales de digestión del cuerpo, el método de transfusión llega a ser la manera más rápida y directa de alimentar el cuerpo con lo que está prohibido por la ley de Dios declarada a Noé y reafirmada por el Concilio Cristiano de Jerusalén.
5. ¿Qué argumento presentan los médicos en cuanto a que la sangre transfundida no es alimento, sino meramente un vehículo? ¿Resulta eso verdaderamente así?
5 Argumentando más a favor de la transfusión, se alega que lo que se transfunde es meramente un vehículo para transportar alimento directamente al cuerpo humano, y que el cuerpo no se alimenta del vehículo mismo. Por lo tanto hacemos la pregunta: Después que la sangre vehicular transfundida ha liberado su oxígeno y elementos alimenticios a los tejidos del cuerpo del paciente, ¿se saca esta sangre vehicular del cuerpo del paciente y se transfunde de regreso en el cuerpo del donante de la sangre? Esto sería muy embarazoso e imposible, especialmente en los casos en que no se conoce al donante o a los donantes de la sangre o si la sangre ha sido tomada de un cadáver reciente. De modo que la materia vehicular transfundida se deja en el cuerpo del paciente. ¿Entonces qué? Bueno, al transcurrir los años durante los cuales el cuerpo humano se renueva hasta ser un cuerpo nuevo, esta sangre vehicular es usada o consumida por el cuerpo del paciente, lo mismo que en cualquier otro trasplante de un órgano. ¿De qué manera, entonces, difiere este resultado esencialmente de alimentar de la sangre transfundida? Los resultados son los mismos: el cuerpo del paciente sí se sostiene por lo transfundido.
6. Si Lucas estuviera aquí en la Tierra hoy día, ¿qué haría él en cuanto a transfusiones de sangre, y por qué?
6 Si el discípulo cristiano Lucas estuviera de nuevo aquí en la Tierra por una resurrección de los muertos, ¿qué haría? Lucas acompañó a Pablo, quien lo llamó “Lucas el médico amado.” ¿Se uniría él a los médicos de hoy día y daría transfusiones? La respuesta bíblica tiene que ser: ¡No! Este mismo Lucas fue el escritor que nos dio el informe del decreto del Concilio Cristiano de Jerusalén, citando de él tres veces.
7. En el decreto del Concilio de Jerusalén, ¿qué excepciones, si algunas, se hicieron en cuanto a mantenerse libres de sangre?
7 Este decreto, según lo informó Lucas, dijo a los cristianos no judíos ‘que se abstuvieran de sangre.’ Este no hizo excepciones para el médico Lucas o doctores de medicina. No dijo: Absténganse de sangre excepto en el caso de una transfusión administrada por un doctor de medicina competente; o excepto por las órdenes de un cuerpo legislativo o de un juez legal que eche a un lado el requerido “debido proceso de ley” y se haga una ley él mismo y arbitrariamente declare un estado de emergencia y ordene al doctor que apela el dar una transfusión por encima de las objeciones religiosas del paciente. ¡El Concilio Apostólico Cristiano prohibió “sangre,” sin diferenciar sangre humana de sangre animal, sin distinción!
8, 9. (a) Como sin duda observó Lucas, ¿por qué bebían sangre los griegos antiguos, y con qué efecto? (b) Allá en 1909, ¿qué dijo The Watch Tower acerca de las razones que tenía Dios para prohibirles a los judíos comer sangre?
8 El doctor Lucas, quien viajó con el apóstol Pablo por la antigua Grecia, sin duda sabía que los griegos bebían sangre para tener relación de sangre con los demonios para aprender lo que el futuro tenía para ellos. El doctor Lucas tiene que haber observado que el beber sangre animal servía para dar al bebedor cualidades bestiales como las de los donantes animales. Pero mejor que el doctor Lucas, Jehová Dios sabía los efectos de tomar la sangre de otra criatura en el cuerpo de uno, fuera comiéndola o bebiéndola o transfundiéndola. El sin duda la prohibió por más razones que las de que la vida está en la sangre y de que el quitar sangre significa quitar vida hasta por lo menos algún grado. Esto lo sugirió la revista Watch Tower hace mucho tiempo. Su artículo “Resolviendo diferencias doctrinales,” bajo fecha del 15 de abril de 1909, en la página 117, dijo acerca del decreto del Concilio de Jerusalén acerca de la sangre:
9 “A los judíos se les prohibió, y bajo Su pacto fue hecha un símbolo de vida... participar de ella envolvería responsabilidad por la vida quitada. Además, en las ceremonias típicas de la Ley la sangre prohibida se usaba como símbolo que representaba la ofrenda por el pecado; porque por la sangre se efectuaba expiación por los pecados. Para dar énfasis a estas lecciones bíblicas, a los judíos se les había prohibido usar sangre. Y quizás haya otras razones, sanitarias, conectadas con el asunto, que todavía son desconocidas para nosotros.”b
10. Entre tales razones que ahora se están llegando a conocer, ¿qué resultados dañinos hay, en un solo país, por las transfusiones de sangre, y sin embargo qué se proponen hacer los hombres en cuanto a ello?
10 Hoy, cincuenta y nueve años desde entonces, esas razones están haciéndose cada vez más conocidas debido a las experiencias médicas con el uso extenso de las transfusiones. Ahora, ¿qué pensaría usted de una práctica moderna de la medicina que, en un solo año, mata directamente a 16.000 personas en un país, y deja a otros miles de personas infectados con enfermedades mortíferas, mientras que al mismo tiempo otros miles sobreviven el proceso? Eso es lo que sucede con la práctica de la transfusión de sangre.c Pero, ¿la pronuncia el gobierno nacional algo venenoso, peligroso, y la prohíbe? ¿La trata el gobierno como trata con una droga o píldora o medicina que resulta en un gran número de muertes y la quita del mercado como demasiado arriesgada? No, sino que, al contrario, los hombres sugieren e intentan dar pasos para hacer obligatorio por ley que una persona, por imposición contraria a su voluntad, se someta a la transfusión a pesar de su objeción cristiana por conciencia a ella. ¿Por qué ocurre esta inconsistencia de parte del gobierno?
11. ¿Qué contraste hay en el asunto de la conciencia según se presentó contra los criminales de guerra nazis que estaban siendo enjuiciados y el que los cristianos objeten a las transfusiones?
11 ¿Por qué es que, cuando criminales de guerra nazis alegaron que no eran responsables por la matanza en masa que ejecutaron, porque meramente estaban obedeciendo las órdenes de superiores, el tribunal del proceso les recordó que ellos deberían haber obedecido los dictados de la conciencia contra el matar a personas inocentes?d Y sin embargo hoy, cuando cristianos inteligentes, dedicados y bautizados ejercen su conciencia en armonía con la Biblia, legisladores, jueces y hombres de la medicina atropellan su conciencia y les obligan a la fuerza a tomar transfusiones de la sangre que representa la vida de una o más personas.
RÍOS DE SANGRE MALGASTADOS
12. En vista de que la sangre es preciosa a Dios, ¿debería malgastarse? Sin embargo, ¿qué uso de ella en los Estados Unidos de Norteamérica permite gran malgasto?
12 La sangre debe tratarse como sagrada, porque representa la vida. Es preciosa a Dios, más la de una criatura humana que la de un animal. Por la “epidemia de transfusiones” durante la II Guerra Mundial y desde entonces, ¡qué malgasto ha habido de esta preciosa corriente de vida humana! El Times Magazine de Nueva York del 29 de marzo de 1964, en la página 38, bajo el título “3.000.000 de litros de sangre no bastan” dijo lo siguiente: “Cada año un pequeño río de sangre —de dos y medio o tres millones de litros— se hace correr a las venas de los enfermos en los Estados Unidos; en solamente la ciudad de Nueva York se consumen 500 litros al día. Por las transfusiones de sangre decenas de millares de vidas se salvan.” Pero el artículo no menciona cuántos millares de vidas humanas se matan. ¿Por qué tal silencio, tal informe parcial?
13. En cuanto a valor en vida, ¿qué representa un “pequeño río” de 3.000.000 de litros? ¿“Salvan” las transfusiones ese mismo número de vidas?
13 Medido en valor de vida, ¿qué representa un “pequeño río” de tres millones de litros? Bueno, calcúlelo sobre la base de que el adulto promedio tiene de seis a seis y medio litros de sangre cruzando por unos 96.560 kilómetros de arterias, venas y capilares para rendir servicio a los tejidos de su cuerpo. Asignando seis y medio litros a un cuerpo, este “pequeño río” de tres millones de litros representaría 461.538 vidas humanas adultas. Pero no se “salva” ese número de vidas o, dicho más correctamente, no sobrevive la transfusión de sangre con cuerpos regularmente normales ese número de vidas.
14. ¿Qué malgasto de líquido precioso hay cuando el que recibe la transfusión muere a pesar de ella?
14 Piense en el malgasto de la preciosa corriente de vida que acompaña al uso de esos millones de litros de ella, tan solo en los Estados Unidos. Meramente medio litro de ella le es innecesario a una persona. Tiene que ser por lo menos uno y medio o dos litros de ella, y en algunos casos hasta de diez a quince litros, o hasta veinte litros de ella. Sin embargo, después de recibir tantos litros de ella el paciente puede morir, como en el caso del soldado estadounidense herido que estuvo en un hospital portátil en el Vietnam del Sur, cuya vida los doctores se esforzaron por “salvar.” El Times de Nueva York del 25 de febrero de 1967 informa: “El montón de sacos de sangre vacíos siguió creciendo. Para cuando la operación terminó, el soldado había recibido catorce litros.” ¡Y sin embargo murió! ¡Qué malgasto de precioso líquido! Es cierto que se trató de una transfusión con buenas intenciones, pero malgastando el equivalente de más de dos vidas humanas adultas. ¡No dio resultados!
15. ¿Qué otro malgasto de sangre resulta por efectos adversos de las transfusiones?
15 Piense, también, en el malgasto de centenares de miles de litros de la vital corriente de vida en los casos en que las transfusiones de sangre matan directamente. ¡Un horrible malgasto, puesto que se produjo exactamente lo opuesto de lo que se intentaba con las transfusiones! ¡Piense en el malgasto de otros centenares de miles de litros en los casos en que las transfusiones han producido efectos posteriores fatales que tarde o temprano han producido la muerte! Y si la transfusión deja a la persona con una enfermedad que le tulle o inhabilita el cuerpo, ¿se ha malgastado o no la cantidad de líquido que se transfundió?
16. ¿Qué otro malgasto hay en conexión con los bancos de sangre?
16 Finalmente, piense en el malgasto que ocurre en los bancos que tratan en sangre, comprándola barata o recibiéndola gratis y entonces vendiéndola a una proporción de diez a sesenta dólares por unidad. En estos bancos la sangre no se conserva indefinidamente. Tiende a dañarse. Se hace anticuada. En algunos bancos el daño por anticuarse ha alcanzado hasta el 10 por ciento de toda la cantidad que hay en el banco. ¡Todo esto no se usó para el propósito que se intentaba! ¡Qué malgasto de precioso fluido de vida significa esto!e
17. ¿Le agrada a Dios este malgasto, o pedirá él cuentas a los hombres, y por qué?
17 ¿Es este terrible malgasto de precioso fluido humano agradable al Gran Creador, quien lo puso en el cuerpo humano para sustentar la vida? ¿Justifica el motivo médico para transfundirla tan gran malgasto delante de Dios? Positivamente no, según su Palabra, la Biblia. ¿Considerará Dios responsables a los hombres de derramar sangre de este modo en tiempo de paz o en tiempo de guerra, al derramarla, no al pie del altar de Dios como la sangre de víctimas sacrificatorias, sino en un experimento médico contrario a la ley suprema de Dios? Evidentemente sí, especialmente si tomamos como patrón o modelo el hecho de que en el antiguo Israel la persona que violara voluntariosamente la prohibición divina sobre la sangre había de ser cortada de entre el pueblo de Dios con muerte. Realmente no hay excusa válida para esas crasas violaciones modernas en vista del hecho de que hay varios sustitutos eficaces para la sangre hoy día. Hasta operaciones delicadas, tales como cirugía de corazón abierto, se pueden ejecutar con buen éxito si los doctores solo quieren hacer el esfuerzo y tomarse el tiempo y usar su habilidad, sin transfusión de sangre.
18. Puesto que la ley de Dios contra el asesinato todavía está en vigor, eso quiere decir que ¿qué otra ley dada a Noé está en vigor, y a quiénes tenían que enseñar esa ley los de la familia de Noé?
18 La ley de Dios a Noé después del diluvio, prohibiendo usar la sangre como alimento, fue acompañada por la ley de Dios contra el asesinar: “Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.” (Gén. 9:4-6) Tan ciertamente como que la ley de Dios contra el asesinato está todavía en vigor hoy día, así también su prohibición contra el ingerir en el cuerpo de uno la sangre de otras criaturas todavía está en vigor en este siglo veinte y debe ser respetada para el propio bien de uno. La familia de Noé estuvo obligada a enseñar esa ley de prohibición a sus descendientes.
19. ¿Qué obligación le debían a la siguiente generación con respecto a la ley de Dios contra la sangre los israelitas que estaban bajo la ley mosaica?
19 En la ley de Dios a la nación de Israel por medio de Moisés, Dios dio instrucciones acerca de los sacrificios de animales y dijo: “Toda la grasa le pertenece a Jehová. Es un estatuto hasta tiempo indefinido para las generaciones de ustedes, en todos los lugares donde moren: No deben comer grasa alguna ni sangre alguna.” (Lev. 3:16, 17) Esto obligaba a una generación de israelitas a enseñar a la siguiente generación que no comiera sangre. El padre estaba obligado a enseñar a sus hijos que era contra la ley de Dios el comer sangre, y, en consistencia con esto, él se encargaría de que sus hijos menores no la comieran y que no se comiera de ella dentro de su hogar, del cual él era el amo, superintendente y guardián.—Deu. 6:6, 7; Sal. 78:5, 6.
20. ¿Qué obligación similar descansa sobre el Israel cristiano, y qué hacen acerca de ello los testigos de Jehová de hoy día?
20 Hoy día Jehová Dios tiene un Israel espiritual, un Israel cristiano. (Gál. 6:16) Tal como los israelitas naturales, carnales, eran testigos de Jehová, así estos israelitas espirituales cristianos son Sus testigos. Mientras que la ley mosaica con sus estipulaciones acerca de la grasa fue abolida cuando Cristo murió como sacrificio, el Concilio Apostólico Cristiano de Jerusalén reafirmó la ley de Dios a Noé y la aplicó a la verdadera congregación cristiana. Los padres cristianos están obligados a enseñar esta ley y ponerla en vigor en lo que concierne a sus hijos menores, porque por la ley de Dios los padres son los guardianes espirituales y religiosos además de cuidadores paternales domésticos de sus hijos menores de edad. Los testigos cristianos de Jehová hoy día reconocen ese hecho y siguen la regla divina de conducta. Se esfuerzan por evitar que sus hijos violen la ley de Dios a Noé y también el decreto del Concilio de Jerusalén. (Efe. 6:4) Correctamente tratan de proteger a sus hijos de ingerir sangre extraña.
21. ¿Quiénes hoy día niegan que los padres tengan ese derecho, y qué argumentos presentan para apoderarse de los niños afectados?
21 ¿Tienen realmente el derecho de hacer esto los padres que son testigos de Jehová? Ciertos doctores, jueces y legisladores se ciegan a la ley de Dios y a la libertad religiosa y a la conciencia cristiana y dicen: ¡No! Estos transgresores de la ley de Dios que aplica a los cristianos afirman que, cuando los testigos de Jehová rehúsan dejar que sus hijos tengan una transfusión de sangre al ordenarlo un mero doctor humano, los testigos de Jehová son padres peligrosos para estar sobre hijos y que pierden su derecho de ser guardianes de sus propios hijos de carne y sangre. Tales hijos por lo tanto tienen que llegar a estar bajo la custodia del Estado político, aun en Estados donde hay una separación de Iglesia y Estado.
22. Por consiguiente, ¿qué vergonzoso procedimiento ha resultado, con aprobación judicial?
22 Así ha sucedido que ciertos jueces han hecho que los hijos hayan sido quitados a sus propios padres cristianos y hayan sido colocados en las manos de guardianes nombrados que creen en las transfusiones. Estos han hecho que los cuerpos de estos niños de que se han apoderado sean asaltados con una transfusión en vergonzosa falta de respeto a la ley de Dios y a las objeciones de conciencia de los padres cristianos. Si un niño sobrevive tal transfusión forzada, tales violadores se alivian la conciencia por haber “salvado una vida.”
¿TIENE USTED DERECHO A SU PROPIO CUERPO?
23. Con relación a esto, ¿qué pregunta hizo un escritor de columnas periodísticas, y con qué comentario de conclusión?
23 En conexión con esto mismo una seria pregunta ha surgido: “¿A quién pertenece el cuerpo?” Esa pregunta encabezó un artículo por un escritor de columnas periodísticas a quien irritó el que se obligara a una señora encinta, una testigo de Jehová, a recibir una transfusión, por orden del Tribunal. El artículo concluye diciendo: “Algún día . . . quizás . . . concluiremos, como el Beadle de Dickens, que muy frecuentemente la ley es ‘un idiota, un asno,’... y haremos algo en cuanto a ello.”f
24. ¿Qué hizo recientemente que se levantara la misma pregunta en Israel, y qué súplica hicieron los judíos estadounidenses?
24 ¿A quién pertenece el cuerpo? Esa misma pregunta fue planteada en un caso algo relacionado por israelitas circuncisos naturales debido al gran aumento en el número de autopsias de cadáveres de judíos en Israel, a pesar de repetidas protestas. En el país de Israel “los doctores han estado interpretando la ley de una manera que no se proponían los legisladores” de Israel.g Finalmente, el 7 de abril de 1967, el Comité Estadounidense para Salvaguardar la Dignidad Humana en Israel publicó “Una súplica al gobierno de Israel: ¡No se profane a los muertos!” Al considerar “La dignidad humana y la tradición judía” la súplica decía (en parte): “Con respeto a estas actitudes reverenciadas y universalmente aceptadas y con consideración a los derechos sagrados del hombre para determinar el destino de su propio cuerpo, los gobiernos por todo el mundo (los Estados Unidos inclusive) legalmente exigen el consentimiento escrito del difunto y/o del pariente próximo antes de que se ejecute una autopsia. En Israel, desafortunadamente, la situación es drásticamente diferente.”
25. ¿Por qué razón de conciencia han rehusado entrar en hospitales para tratamiento los judíos de Israel, y qué dijo la Súplica acerca de disponer del cuerpo?
25 Comentando sobre la trágica situación, la súplica seguía diciendo: “De consiguiente, muchos judíos de la Tierra Santa, tendrían que rehusar entrar a hospitales para tratamiento necesario por temor de que al hacerlo sus cuerpos serían mutilados. . . . Estos son asuntos de fuerte convicción religiosa para los judíos... y ellos están acostumbrados a dar su vida por su fe. Pero, ¿tiene que ser esto así? ¿Ha de rehusarse tratamiento de hospital a un hombre porque se le pide que pague un precio más grande que el que le puede permitir su conciencia? La ley de autopsia existente en Israel es una amenaza no solo a los muertos sino también a los vivos. . . . Parece que ciertos elementos de Israel están tan obsesionados con su antipatía a todo lo que sepa a religión, que no vacilan en ir hasta el extremo de pisotear los derechos de los muertos. . . . En juego no está solo un asunto religioso, sino lo que todos los países civilizados reconocen como un derecho humano fundamental: el que los deseos del difunto y/o de su pariente próximo —y no del Estado— determine cómo se dispondrá de su cuerpo.”h
26. ¿Qué justificación para la Súplica de los judíos hay en la ley de Dios, y qué pregunta deben hacer los cristianos con respecto a sus cuerpos?
26 En esta protesta contra prácticas arrogantes por miembros de la profesión médica se expresa el temor de que, no solo cuerpos muertos, sino también cuerpos humanos vivos sean mutilados presuntuosamente a favor del progreso de la ciencia médica. La ley de Dios está contra la mutilación innecesaria del cuerpo humano dado por Dios. (Lev. 19:28; 21:5; Deu. 14:1; 1 Sam. 31:4) Puesto que nuestros cuerpos son dados por Dios, ese principio debe respetarse, y mucho más si hemos dedicado nuestra vida a Dios por medio de Jesucristo y hemos simbolizado esta dedicación por medio de bautismo en agua. Entonces, ¿pertenecen nuestros cuerpos a nosotros, o a Dios, o a la ciencia moderna?—Rom. 12:1.
27. En el caso de transfusiones de sangre impuestas a niños, ¿qué clase de cuerpos están envueltos, y a quiénes asigna la Palabra de Dios el cuidado de los niños menores de edad?
27 Judíos ultrajados están haciendo petición a favor, especialmente, de cuerpos muertos, pero, en el caso de las transfusiones de sangre, lo que está envuelto es el cuerpo vivo. Y cuando el cuerpo de un niño menor de edad es violado por una transfusión obligada con la ayuda de un guardián señalado por el Tribunal contra las protestas religiosas y constitucionales de los padres naturales, el asunto se hace gravemente serio: ¿A quién pertenece el cuerpo del niño... al Estado político o a los padres de sangre y carne? La ley de Dios coloca la responsabilidad por el cuidado de los niños menores de edad y su crianza religiosa sobre los padres cristianos. A éstos se les ha encargado la crianza de sus hijos en la misma fe y prácticas religiosas que los padres siguen, obedecer a Dios como gobernante más bien que al hombre o al Estado en este respecto.—Efe. 6:4; Tito 1:5, 6; contraste con Mateo 2:13-21.
LA MANERA EN QUE DIOS USA LA SANGRE PARA VIDA SIN FIN
28. (a) ¿De qué manera sostienen los testigos de Jehová la salvación del mundo por medio de sangre? (b) Al beber de la copa en la Cena del Señor, ¿qué estaban haciendo e indicando los apóstoles?
28 Nosotros, como testigos de Jehová, estamos a favor de la salvación del mundo de la humanidad por sangre, no por medio de transfusiones de sangre médicas, sino por la manera en que Dios la usa para dar vida sin fin. Cuando su Hijo, Jesucristo, estableció la Cena del Señor, poco antes de derramar su sangre en el madero de muerte hace diecinueve siglos, él bendijo una copa de vino y la entregó a sus apóstoles fieles, y dijo: “Beban de ella, todos ustedes; porque esto es mi ‘sangre del pacto,’ que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados.” (Mat. 26:27, 28, margen [edición en inglés de 1950]) Jesús no cambió allí el vino en sangre; y al beber de aquella copa los apóstoles no bebieron sangre humana, al estilo de caníbales. Las palabras de Jesús significaron meramente que el vino representaba su sangre. Al beber el vino que tenía aquel significado simbólico los apóstoles representaron que por fe en Cristo ellos absorberían, se apropiarían, asimilarían los beneficios de su sangre derramada. El derramamiento de la sangre de Jesús significó derramar su sangre humana a favor del mundo de la humanidad.
29, 30. (a) ¿Cómo y por qué hizo Dios que su Hijo participara de sangre y carne? (b) ¿Cómo retuvo Jesús todavía el valor de su vida humana en su resurrección?
29 Puesto que la vida está en la sangre, la sangre de Jesús tenía un valor. Era sangre perfecta, sin enfermedades, porque Jesús había nacido como humano perfecto, por medio de una madre virgen. El que él derramara su sangre fue en realidad el que diera su vida humana perfecta como sacrificio a Dios a favor de toda la humanidad pecaminosa. (1 Juan 2:1, 2) Jehová Dios primero transfirió la vida perfecta de su Hijo celestial desde el cielo a la Tierra para que él participara de sangre y carne y pudiera proveer un sacrificio humano perfecto. (Gál. 4:4; Heb. 2:14, 15) Porque Jesús murió como un hombre inocente fiel a Dios, Jehová Dios lo levantó de entre los muertos al tercer día. Por ser levantado como Hijo espiritual de Dios, Jesús todavía retuvo el valor de su vida humana sacrificada. Por lo tanto, en Hebreos 13:20, leemos:
30 “El Dios de paz . . . hizo subir de entre los muertos al gran pastor de las ovejas con la sangre de un pacto eterno, a nuestro Señor Jesús.”
31, 32. (a) Por lo tanto, ¿con qué apareció Jesucristo en la presencia celestial de Dios? (b) ¿Por qué fue más efectivo el que Jesús actuara como Sumo Sacerdote de Dios que el que lo hiciera el sumo sacerdote de Israel?
31 Con el equivalente de su sangre humana perfecta, es decir, con el valor de su vida humana, Jesucristo ascendió al cielo y compareció en la presencia de Jehová Dios.—Heb. 9:24.
32 Arriba en el cielo Jesús le presentó a Dios el valor de su vida humana sacrificada. El actuó así como el Sumo Sacerdote de Dios, tal como está escrito: “Él entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros . . . santifica al grado de limpieza de la carne, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo?”—Heb. 9:11-14.
33. (a) ¿Cómo dio Dios una santidad especial a la sangre de animales en Israel? (b) ¿Cómo ha dado Dios una santidad especial a la sangre humana, y qué significa el uso médico de ésta?
33 Dios especialmente santificó la sangre de criaturas animales haciendo que la sangre de ellas se aplicara a su altar en una expiación por los pecados del antiguo Israel. Igualmente, el que Dios acepte la sangre que derramó en sacrificio su Hijo como hombre perfecto da una santidad especial a la sangre humana, además del hecho de que la vida de la humanidad está en su sangre. (Lev. 17:11, 12, 14) Por esa razón el usar este fluido de la vida en transfusiones de sangre médicas bajo el pretexto de salvar vidas es profanar la sangre. Aparta la atención del hombre del hecho, sí, le quita importancia al hecho, de que Dios el Creador salvará al mundo de la humanidad por medio de la sangre sacrificatoria de su perfecto y fiel Sumo Sacerdote, Jesucristo.
34. El que sepamos estas verdades nos pone bajo ¿qué obligación? ¿Y en qué cifrarán esperanza los cristianos que tienen la expectativa de perfección humana en un paraíso terrenal?
34 Conociendo estas vitales verdades bíblicas, estamos bajo obligación de tratar la sangre de humanos, así como la de animales, como algo sagrado. La sangre humana transfundida nunca nos puede dar vida eterna perfecta en una Tierra paradisíaca. Hasta registros médicos prueban que tales transfusiones pueden matarnos y matar a nuestros hijos menores de edad. Para salvación eterna a perfección humana, los cristianos obedientes, que esperan un paraíso terrenal bajo el reino de Dios, cifrarán esperanza en la sangre derramada de Jesucristo, administrada de la manera sagrada de Dios.
[Notas]
a Vea el caso de Los Estados Unidos contra Jorge Wilson, que surgió debido a que este hombre rehusó aceptar el perdón presidencial que otorgó el presidente Andrés Jackson el 14 de junio de 1830. El fallo del Tribunal Supremo insistió “En que el tribunal no puede dar al prisionero el beneficio del perdón, a menos que él reclame ese beneficio, y se apoye en él por solicitud o moción. La forma en que él lo pida no es importante para esta pesquisa; pero tiene que haber el reclamo de alguna forma por parte de él. Es un otorgamiento a él; es su propiedad; y él puede aceptarlo o no, según desee. . . . Se puede otorgar un perdón con una condición precedente o subsecuente, y el individuo permanece expuesto al castigo si la condición no se ejecuta. . . . ¿Suponiendo que un perdón se otorgue bajo condiciones, que el prisionero no quiera aceptar? ¿Suponiendo que la condición sea destierro, y él piense que la sentencia es un castigo más liviano? ¿Suponiendo que él piense que es su interés recibir el castigo, para hacer la paz con el público por una ofensa cometida en tentación súbita? . . . ”
b El Sr. Marshall, presidente de sala, expresó la opinión del Tribunal Supremo, recordando al gobierno de los Estados Unidos que “Un perdón puede ser condicional; y la condición quizás sea más objetable que el castigo infligido por el [continúa en la columna derecha]
c [continuación de la columna izquierda] juicio. . . . Este tribunal opina que el perdón en los procesos mencionados, no habiendo sido traído judicialmente ante el tribunal por súplica, moción o de otro modo, no puede ser notado por los jueces. . . . ”
d Por lo tanto no se permitió que el perdón que le hubiera permitido seguir viviendo a Jorge Wilson afectara el juicio de la ley contra él.—Vea 32 U.S. (7 Peters), página 150 y siguientes.
e Compare esto con el artículo “The Apostolic Council,” (El Concilio Apostólico) en el número del 15 de noviembre de 1892 de The Watch Tower, página 350.
f El que las transfusiones de sangre son peligrosas y pueden matar lo señala un artículo publicado en el Times de Nueva York con fecha del 11 de septiembre de 1962, por Haraldo M. Schmeck, h., bajo el encabezamiento “Se dice que las transfusiones causan más muertes que la apendicitis.”
g En cuanto al proceso de Nuremberg (Alemania) contra criminales de guerra nazis después de la II Guerra Mundial, la Ley de Nuremberg que se siguió fue ésta: “La obediencia patriótica en el crimen no establece la inocencia.”
h En cuanto a lo que se necesita para compensar por la sangre que se pierde, cada minuto mueren unos 180 millones de glóbulos rojos. Los huesos del cuerpo tienen que reemplazar éstos con células nuevas y saludables, o la persona afrontará muerte por anemia. Se necesitan de seis a ocho semanas para que el tuétano de los huesos restaure los glóbulos rojos después que se ha sacado medio litro de sangre, como en el caso de un donante de sangre.—Vea ¡Despertad! del 8 de junio de 1963, página 16, bajo el título “La maravillosa construcción que es usted.”
Vea el Journal-American de Nueva York del 20 de junio de 1964, página 19. El “Beadle” era un personaje de una novela por Carlos Dickens de Inglaterra.
Vea el Times de Nueva York del 23 de septiembre de 1966, bajo el encabezamiento “Groups in Israel Fight Autopsies” (Grupos de Israel combaten las autopsias).
La Súplica añade: “Exigimos que a cualquiera, sea por convicción religiosa o sentimientos humanitarios, se le permita legalmente insistir en que no se ejecute ninguna autopsia o disección en su cuerpo —o el de su pariente— después de la muerte (con las excepciones que se practican en los Estados Unidos, tales como en casos de muerte sospechosa o epidemias peligrosas.)”
El 4 de mayo de 1967 el Times de Nueva York publicó, en la página 6, un artículo intitulado “Rabinos estadounidenses en Israel piden protección de los EE. UU. sobre autopsias,” teniendo el artículo la fecha “TEL AVIV, Israel, 3 de mayo.”
Vea también el libro del Dr. (Rabino) Emmanuel Jocobovits intitulado “Jewish Medical Ethics,” edición de 1967, páginas 97, 98, sobre el tema de “mutilación,” que menciona también el rito de la circuncisión y de perforar la oreja de un esclavo fiel.
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La juventud no es obstáculoLa Atalaya 1968 | 1 de junio
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La juventud no es obstáculo
● Aunque se reconoce que la Biblia es el más grande almacén de sabiduría y la personificación de la doctrina religiosa correcta, no necesariamente se requieren la vejez y la mucha experiencia para entender algunas de sus verdades fundamentales. Como dijo en una ocasión el joven Eliú: “No son aquellos que solo abundan en días quienes resultan sabios, ni los meramente ancianos quienes entienden el juicio.” (Job 32:9) Esto se ejemplificó por la experiencia que se contó en una reciente asamblea de circuito de los testigos de Jehová. Dijo una niña de once años:
“Siempre había deseado participar aunque fuera poco en hacer discípulos de gente de todas las naciones. Pero desde que me bauticé deseaba más que eso... deseaba conducir un estudio bíblico con alguien. Se me presentó la oportunidad el verano pasado. Había colocado una Biblia y el folleto ‘Estas buenas nuevas del reino’ con una señora a solo tres cuadras de casa. De modo que Kathy, mi hermana menor, y yo pudimos ir solas a hacer la revisita.
“Nos preparamos bien antes de salir a hacer la visita. La señora convino en dejarnos estudiar con ella. Debido a su trabajo a veces nuestros estudios se terminaban antes de la hora. Pero durante todo el verano dejábamos de jugar, nos aseábamos e íbamos a conducir este estudio con regularidad. Después de terminar varios folletos comenzamos el libro ‘Imposible que mienta.’ Para este tiempo su interés había aumentado tanto que las preguntas que hacía eran muy difíciles para que yo las contestara, de modo que mi madre nos acompañó para ayudarnos. ¿El resultado? La señora viene ahora al Salón del Reino con regularidad y da testimonio a sus parientes.
“La parte que me gusta más es que ella estaba perpleja en cuanto a por qué insistía en que ella estudiara sus lecciones con anticipación. Ahora comprende que esto es lo que ella había estado buscando toda su vida, y yo participé en ayudarla.”
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