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  • El empleo y su conciencia
    La Atalaya 1965 | 15 de mayo
    • tales productos. Un cristiano no debe criticar a otro cristiano por la decisión que haga, así como un israelita no podía criticar razonablemente a otro israelita por vender a un extranjero un animal que muriera por sí mismo y que por consiguiente no hubiera sido desangrado apropiadamente.

      El uso de la sangre en las sustancias adhesivas para fabricar madera terciada y otros materiales que se usan comúnmente ha llegado ahora a la atención de los cristianos, y usamos a la madera terciada como ejemplo. Mucha de esta madera se hace usando goma de sangre, pero alguna de esta madera está libre de sangre. El comprador o contratista cristiano puede tratar de obtener madera terciada que esté libre de sangre si puede hacerlo; sin embargo, si decide usar todo tipo de madera terciada, esto debe dejarse a su conciencia. No siempre es posible determinar exactamente cómo se ha hecho esa madera. El hecho de que quizás se use sangre en alguna de la madera terciada no significa que un cristiano no podría comprar, vender o alquilar una casa o comprar un remolque en el que se halle madera terciada. El grado al cual verificaría tales asuntos queda a decisión de él.

      También, si un cristiano está trabajando para una compañía que usa goma de sangre en alguna de su madera terciada u otros productos, no necesariamente tendría que dejar ese trabajo. Puede trabajar en los bosques, derribando los árboles. Parte de la madera se usa de una manera y parte de otra. El empleado no es responsable de lo que le suceda a la madera después de haber hecho su trabajo. Por supuesto, si el cristiano trabajara en una planta de madera terciada y se requiriera que él preparara la goma de sangre o la aplicara a la madera terciada, pudiera creer que no podría hacerlo con la conciencia limpia. Pudiera solicitar que su patrón le diera alguna otra clase de trabajo en el que no se maneje sangre. Pero aun esto es un asunto personal. Al hacer otro trabajo para la misma compañía, como el trabajar de chofer de camión, vendedor, etc., quizás el individuo crea que está libre de la responsabilidad de cualquier uso incorrecto de la sangre. Puesto que la sangre se usa en la fabricación de tantos productos comunes, casi llega a ser imposible que el cristiano evite todo contacto con ellos—artículos de piel, muebles, “corcholatas,” tela de algodón, etc. Por eso, lo que el cristiano haya de hacer es asunto de conciencia, y otros no deberían criticarlo. Ciertamente no sería adecuado desbaratar la unidad de una congregación cristiana en determinada localidad por medio de envolverse en discusiones y altercaciones detalladas a causa de la decisión personal en este respecto de parte de algún cristiano asociado con esa congregación.—Sal. 133:1; Pro. 26:21; Sant. 3:16-18.

      La Sociedad no aprueba ninguno de los usos médicos modernos de la sangre, como los usos de la sangre en conexión con inoculaciones. Sin embargo, la inoculación casi es una circunstancia inevitable en algunas secciones de la sociedad, y por eso dejamos a la conciencia del individuo determinar si se someterá o no a la inoculación con un suero que contenga fragmentos de sangre con el propósito de edificar anticuerpos para combatir la enfermedad. Si una persona hiciera esto, puede sacar consuelo, bajo las circunstancias, del hecho de que no está comiendo directamente sangre, lo cual se prohíbe explícitamente en la Palabra de Dios. No se usa para alimento ni para reemplazar sangre perdida. En esto el cristiano tiene que hacer su propia decisión basándose en su conciencia. Por lo tanto, el que un cristiano se someta o no a la inoculación con un suero, o el que los doctores o enfermeras que sean cristianos la administren, es decisión personal.a Los cristianos que se hallan en la profesión médica son responsables individualmente por las decisiones de empleo. Tienen que aceptar las consecuencias de las decisiones que se hacen, en armonía con el principio de Gálatas 6:5. Algunos médicos que son testigos de Jehová han administrado transfusiones de sangre a personas del mundo a petición de ellas. Sin embargo, no lo hacen en el caso de un testigo dedicado de Jehová. En armonía con Deuteronomio 14:21, el administrar sangre a petición de personas mundanas queda de la propia conciencia del doctor cristiano. Esto es semejante a la situación a que se enfrenta un carnicero o un abarrotero cristiano que tiene que decidir si puede vender con la conciencia limpia morcilla a una persona mundana.b

      HACIENDO SU DECISIÓN

      Estos cuantos ejemplos de cómo los cristianos pueden decidir sobre su empleo pueden ser útiles cuando se trata de considerar tipos de empleo mencionados aquí. El cristiano siempre debe considerar las leyes de Dios en todo lo que hace; y cualquier cosa que hace, la hace para Jehová. (1 Cor. 10:31) Si lo que hace no es en violación de la ley de Dios ni las leyes justas de “César,” se halla dentro de sus derechos al hacerlo, y nadie debe criticarlo. Cuando un cristiano se halla en duda acerca de lo que debe hacer, debe orar a Jehová Dios. (1 Ped. 5:6, 7) Debe leer la Biblia y considerar las publicaciones cristianas que tratan de su problema (El Watch Tower Publications Index contiene muchas referencias bajo “Employment.”) Puede hablar al superintendente de la congregación. Sin embargo, después de hacer estas cosas es el individuo quien, conociendo todas las circunstancias y las consecuencias, tiene que analizar los asuntos y luego decidir. Otros no pueden hacer su decisión, si es asunto de conciencia.

      Cuando se enfrente a una decisión, quizás sienta anticipadamente que su conciencia le molestaría si usted decidiera de cierta manera. Lo que se ha de hacer, entonces, es evitar lo que hace que usted tenga una conciencia inquieta. Los cristianos desean agradar a Jehová y por eso, sea cual sea su empleo, debe ser de la clase de trabajo que puedan hacer con una conciencia limpia delante de Jehová. “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres.”—Col. 3:23; 1 Tim. 1:18, 19; 1 Ped. 3:16.

  • Manteniéndose en comunicación con las personas que se mudan
    La Atalaya 1965 | 15 de mayo
    • Manteniéndose en comunicación con las personas que se mudan

      ● Cuando las personas se mudan de lugar en lugar puede ser difícil para los testigos de Jehová el mantenerse en comunicación con ellas, pero vale la pena el esfuerzo, opina una Testigo que vive en Manitoba, Canadá. Ella escribe:

      “En la primavera pasada un matrimonio de jóvenes fue visitado por una Testigo en Winnipeg. Mostraron interés y hubo varias conversaciones sobre temas bíblicos, pero luego se mudaron. La publicadora no los olvidó, sin embargo, y envió la información a la congregación donde se habían mudado. El siervo de congregación los visitó, y luego, como yo celebraba un estudio cerca de allí, se hicieron arreglos para que yo los visitara. Después de solo unas cuantas visitas hicimos un arreglo para un estudio con el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado. Se ha celebrado este estudio regularmente. Cada semana estas personas han presentado muchas preguntas. Han mostrado un deseo vehemente de hacer lo que le agrada a Jehová. Asisten a muchos de los estudios de congregación y tienen un estudio con sus seis hijos. En menos de un año los dos han comenzado a compartir las buenas nuevas del Reino con otros. Ciertamente podemos discernir los beneficios de esforzarse por mantenerse en comunicación con los que muestran interés en la Palabra de Dios.”

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