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La religión en la política... ¿a qué conduce?¡Despertad! 1974 | 8 de marzo
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y a la destrucción repentina por los mismos gobernantes políticos. Y la destrucción predicha vendrá con asombrosa rapidez.
¿Qué pueden hacer los cristianos sinceros para evitar el mismo fin? El Apocalipsis o Revelación no nos deja en duda: “Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.”—Apo. Rev. 18:4, BJ.
Si usted desea sinceramente complacer a Dios en su adoración, entonces ciertamente tendrá que ‘salir’ de la religión que se ha contaminado con la política del mundo. En vez de eso, usted se asociará con “la religión pura e intachable ante Dios Padre,” en la que los cristianos verdaderos ‘se conservan incontaminados del mundo.’ Los testigos de Jehová se complacerán en ayudarlo a hacer esto.—Sant. 1:27, BJ.
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Viti... paleta del Pacífico¡Despertad! 1974 | 8 de marzo
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Viti... paleta del Pacífico
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Viti (Fidji)
AQUÍ en Viti (Fidji) una tela multicolor desfila ante los ojos. Están los musulmanes con sus alegres turbantes, los barbudos sikhs, los industriosos chinos. Se notan unos pocos con sombreros cónicos y los tradicionales pantalones negros de mandarín. A las mujeres de Madrás se les ve en saris de vivos colores rosados y púrpura comprando dulces de un vendedor callejero. Una mujer del tipo malayo en extraño ropaje regatea con un turista acerca del precio de un canasto.
Pero en medio de esta población mixta una nacionalidad de copiosa cabellera sobresale del resto, el nativo vitiano. Con su físico espléndido, y vestido con su original sulu, que un jefe describe como el “tonelete de los montañeses de los mares del sur,” el vitiano retiene una individualidad distinta a la de todos los demás.
“Pero,” quizás pregunte el lector, “¿cómo es que hay tantas nacionalidades en Viti, estas remotas islas del vasto Pacífico?” Para responder a esto tenemos que abrir las páginas de la historia.
Mucho del pasado es fragmentario. En algún ignoto tiempo del pasado, emigrantes marinos en grandes canoas dobles navegaron desde el oeste a través de las aguas desconocidas del Pacífico. No tenían sextante, brújula o mapas. Navegaron mayormente hacia el Sol, en contra de poderosos vientos y corrientes. Su única ayuda para la navegación fueron sus ojos y el conocimiento del mar. Las leyendas, y ahora una teoría aceptada comúnmente, trazan el rastro de estos viajeros hasta Indonesia, considerada como el trampolín al Pacífico. Más tarde, Viti se convirtió en el crisol de la mezcla de las razas melanesias y polinesias.
Estos emigrantes melanesios llegaron a ser los mejores constructores de barcas de Oceanía. Sus bien conocidas canoas dobles se construían de tablones pesados cortados de troncos partidos con herramientas de piedra parecidas a hachas y amarrados con cajeta. Las junturas se diseñaban con tal precisión que raramente necesitaban ser calafateadas. Algunos requirieron siete años para construirse. La más grande canoa vitiana de la que se tiene registro es la Rusa-i-Vanua, con un largo total de 36 metros y una cubierta de 15 metros de largo y 7 de ancho, el mástil de 20 metros de alto y cada una de las dos vergas medían 27 metros. Esas canoas podían transportar cien hombres con provisiones para un viaje largo y alcanzar una velocidad de quince nudos. Pasaron los siglos, y entonces cambió el cuadro en Viti con el advenimiento de los europeos.
Los europeos y la historia moderna
Aunque Viti había sido visitada anteriormente por un holandés, sintió la influencia europea a un grado mayor en el siglo dieciocho cuando los exploradores vinieron en esta dirección. Entre ellos estuvieron los buscadores de la madera del sándalo. La madera del sándalo de aroma dulce contiene un aceite que ha sido apreciado en la Polinesia desde hace mucho. Había un lucrativo mercado para esta madera fragante en China e India, donde era muy valorada para incienso, artículos religiosos, finos trabajos de muebles y esencia. Una carga de doscientas cincuenta toneladas compradas con mercancías de trueque por valor de cien dólares se vendía en la China por cuarenta mil dólares. Esto llevó a hombres aventureros a través de arrecifes traicioneros a las costas de Vanua Levu y los enfrentó con los más temibles caníbales de los mares del sur.
Durante este período Viti llegó a conocerse como las Islas de los Caníbales. Este título atemorizador no era un nombre equivocado, porque fue la pasión que sentían los vitianos por la carne humana lo que hizo escribir al poeta Robert Brooke:
Los miembros que cautivaron tu visión
Son ahora de un salvaje la pasión;
La oreja que tus votos oyó susurrar
Es ahora un deleite al paladar.
Algunos de los jefes aprobaron con gusto el canibalismo. Se dice que el jefe Ra Udreudre comió 900 cuerpos durante su vida. Además está el auténtico relato del desafortunado clérigo wesleyano, Thomas Baker, que fue asesinado y después comido, con botas y todo. Parte de sus botas chamuscadas pueden verse en el Museo Suva junto con los tenedores para comer carne. Prescindiendo de las causas, el canibalismo eclipsó y empañó las excelentes cualidades de los vitianos.
En 1835 llegaron los misioneros wesleyanos Cross y Cargill. Algunos de los nativos aceptaron las enseñanzas de los extranjeros de chaqueta negra, pero por razones incorrectas. La idea de los isleños acerca de un dios era que éste o los bendecía o los castigaba, y los adoraban debido a su poder. Cuando vieron que los europeos podían producir herramientas de metal, prensas de imprimir, armas de fuego y barcos de guerra, razonaron que el nuevo dios tenía que ser más poderoso que sus dioses y que sería mejor adorarlo.
Desde 1840 en adelante, los colonos europeos vinieron en oleadas sucesivas, esperando hallar su “crisol de oro.” Comerciaron, compraron terrenos a diez centavos la hectárea y establecieron plantaciones. Estas requerían grandes fuerzas laborales. Los vitianos no eran apropiados, pues solo trabajaban por impulso y no estaban dispuestos a emprender trabajos serviles. Así es que algunos plantadores compraron esclavos en el mercado abierto. Esta demanda de mano de obra agregó otro grupo étnico a la escena.
Islas con una población variada
Con la guerra de Secesión de los Estados Unidos, el cultivo del algodón se convirtió en una ocupación lucrativa. Más tarde se desarrolló la industria azucarera. Los trabajadores estaban en gran demanda y los plantadores pensaron en la India. Ya se estaban usando trabajadores hindúes con un sistema de contratos en África, y en 1879 Viti siguió el ejemplo. El sistema de contratos continuó aquí hasta 1916. De los 64.000 hindúes en Viti para ese tiempo, 24.000 regresaron a la India, mientras que los otros permanecieron en Viti como colonos.
En la actualidad los hindúes son parte de Viti tanto como los vitianos, pues contribuyen con su propio acento de color al brillante mosaico de la vida. Los conductores
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