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Devolviendo a Dios las cosas de DiosLa Atalaya 1951 | 15 de marzo
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Devolviendo a Dios las cosas de Dios
“Entonces él les dijo: ‘Devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.”’—Mat. 22:21, NM.
JEHOVÁ Dios en el futuro cercano traerá a un fin decisivo su controversia con César acerca de quién habrá de dominar la tierra. Cuando la cuestión suprema de la soberanía universal se decida, todos los que se permitan vivir en la tierra devolverán todas las cosas a Jehová Dios, porque César ya no existirá. Las obligaciones ya no se dividirán entre Dios y las potestades políticas de este viejo mundo. Este viejo mundo con sus Césares se habrá destruído. El justo nuevo mundo estará aquí con Jehová como su Dios viviente y verdadero y con el Gobernador perfecto que Él establece en autoridad sobre toda la tierra.
2 Pero hasta que la guerra universal del Armagedón remueva a “César” y a todos sus paniaguados y aliados comerciales y religiosos, “César” tiene que tomarse en cuenta hasta por las personas que no forman parte de este mundo pero que a pesar de eso viven en él. Cuando estuvo sobre la tierra como un hombre entre el dominio de César, el Hijo de Dios dijo: “Yo soy de las regiones arriba. . . . No soy de este mundo.” “Yo no soy parte del mundo.” Pero al mismo tiempo él dijo: “Devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.” (Juan 8:23; 17:14, 16 y Mat. 22:21, NM) Mientras dure este mundo, estas palabras de Jesús aplican. La pregunta tiene que decidirse, por lo tanto, acerca de qué se tiene que devolver a César y qué se tiene que devolver a Dios. La pregunta tiene que determinarse, no de acuerdo con las demandas arbitrarias de César, sino de acuerdo con el Libro propio de Dios, la Biblia, porque Jehová Dios es la Autoridad Suprema.
3 Las circunstancias bajo las cuales Jesús hizo su declaración que tan frecuentemente se cita ponen de manifiesto una de las cosas que tenemos que pagarle a “César”. Ellos no estaban discutiendo el asunto de la adoración y devoción ni el de saludar los estandartes militares, sino el asunto de pagar las contribuciones públicas para los propósitos administrativos del gobierno. Este hecho se esclarece por el informe que la Biblia da acerca de este incidente que aconteció durante un tiempo cuando Herodes Antipas era el administrador nombrado por César para la provincia de Galilea y cuando Poncio Pilato era el administrador nombrado por César para la provincia de Judea. El lugar es Jerusalén en Judea. El tiempo es solamente dos días antes de ser empalado Jesús en la estaca de tormento en Calvario. El informe lee:
4 “Entonces los fariseos se marcharon y consultaron juntos para poder entramparlo en sus palabras. De modo que le enviaron discípulos de ellos junto con un grupo de los seguidores de Herodes, diciendo: ‘Maestro, sabemos que usted es veraz y que enseña el camino de Dios en verdad, y que a usted no le importa nadie, porque no mira la apariencia exterior de los hombres. Díganos, por lo tanto, ¿Qué cree usted? ¿Es lícito pagar tributo a César o no?’ Pero Jesús, conociendo su iniquidad, dijo: ‘¿Por qué me ponen a prueba, hipócritas? Muéstrenme la moneda de tributo.’ Le trajeron un denario [equivale a 17 centavos de dólar, el sueldo de un día para los trabajadores de ese entonces]. Y él les dijo: ‘¿De quién es esta imagen e inscripción?’ Ellos dijeron: ‘De César.’ Entonces él les dijo: ‘Devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.’ Pues, cuando oyeron eso, se maravillaron, y dejándolo se marcharon.”—Mat. 22:15-22, NM; Mar. 12:13-17; Luc. 20:19-26.
5 La idea que tenían los fariseos, escribas y sumos sacerdotes era hacer que Jesús tuviera dificultades con el gobierno de César sobre Palestina para que así se le pudiera acusar de sedición. Por esa razón enviaron también unos judíos que eran seguidores del partido de Herodes o que políticamente lo favorecían como su gobernante local. Lucas indica esto, diciendo: “Y, después de observarlo atentamente, ellos [los escribas y sumos sacerdotes] enviaron a hombres a quienes habían pagado secretamente para que pretendieran ser justos, con el fin de cogerlo en sus palabras, para así entregarlo al gobierno y a la autoridad del gobernador [Poncio Pilato].” Les fué imposible coger a Jesús en alguna palabra subversiva o sediciosa. No obstante dos días más tarde ellos procedieron deliberadamente a acusarlo delante de Poncio Pilato de esas mismas cosas, diciendo: “A este hombre le hallamos subvirtiendo nuestra nación y prohibiendo el pago de contribuciones a César y diciendo que él mismo es Cristo un rey.” (Luc. 20:20; 23:2, NM) ¡No debe de causar sorpresa entonces que los enemigos religiosos de los testigos de Jehová hoy les acusen delante de las autoridades políticas de espionaje, subversión y sedición! Pues, Jesús, que es el testigo principal de Jehová, declaró que si sus enemigos le acusaron a él, el Señor, de tales cosas ¡cuánto más acusarían falsamente a sus seguidores de las mismas cosas para meterlos en dificultades con los poderes políticos!
6 Cuando analizamos la declaración de Jesús vemos que él no era subversivo y sedicioso sino que fué justo y honrado para con César. No importa que les gustara o no a los fariseos, escribas y sumos sacerdotes, Jesús concedió que el pago de contribuciones a César era un derecho que se le debía. Es verdad que César era el conquistador militar de Palestina y que mantenía a los judíos en sujeción, pero, no obstante, los servidores de César estaban desempeñando deberes gubernamentales. Mediante su administración ellos suministraban muchas utilidades y preservaban la paz y el orden público. De modo que hasta los judíos oprimidos que eran amantes de la libertad y que buscaban la independencia estaban obligados a devolverle a César lo que le pertenecía en cambio por estas utilidades y servicios sociales, económicos y administrativos. Parte del dinero que pagaban como contribuciones César quizás usaría en sus campañas militares; pero aunque los judíos no tenían simpatía alguna en tales agresiones militares y no ingresaban en sus ejércitos, ellos sin embargo tenían que pagar las contribuciones, porque la responsabilidad era de César y no de ellos tocante a lo que él hacía con su propio dinero. La moneda denario era hechura de él, y no del gobierno teocrático de Jehová. La imagen e inscripción en la moneda servían para identificar el poder político y el recaudador de las contribuciones, y la contribución había de pagarse con esa moneda. De manera que en cambio por los servicios de utilidad que César les dispensaba a ellos, los pueblos súbditos tenían que devolverle a él la moneda que él demandaba, aunque les cobrara opresivamente y con exceso.
7 Jesús mismo pagó la contribución. Y manifestó que no se oponía a la recaudación ni al pago de contribuciones por sus compañeros judíos a una potestad imperial extranjera porque él mismo se asociaba con los recaudadores de contribuciones y buscaba la salvación de ellos. Por esto sus opositores religiosos dijeron: “¡Miren! un comelón y bebedor de vino, un amigo de los recaudadores de contribuciones y de los pecadores.” (Mat. 11:19, NM) Jesús vino como el embajador de Dios a la tierra, pero en un país extranjero que está bajo la administración de una potestad gobernante extranjera hasta un embajador tiene que pagar contribuciones o impuestos por los bienes raíces que él ocupa en ese país extranjero o por las cosas que él compra o por los servicios que él alquila. De manera que Jesús era razonable y justo en cuanto a lo que se le debía a César.—2 Cor. 5:20, NM.
LOS QUE ESTÁN BAJO ESTAS INSTRUCCIONES
8 César posiblemente no estaba de acuerdo con lo que Jesús allí dijo, porque ponía límite a lo de César. Hoy día los Césares modernos y los que son patriotas extremadamente nacionalistas demandan pagos principalmente para César, pero no les gusta citar ni ser confrontados con la otra parte de la declaración de Jesús acerca de devolver las cosas de Dios a Dios. Ahora todos deben notar que Jesús dijo estas palabras, no a gentiles tales como romanos y griegos paganos, sino a judíos religiosos. Estos eran miembros de una nación consagrada a Jehová Dios y que él había escogido y admitido en un pacto con él. Ellos estaban primeramente bajo la ley teocrática que Dios les había dado por Moisés, la cual gobernaba su conducta personal y su adoración. De modo que por esta ley teocrática ellos debían las primeras cosas a Jehová Dios, y no a una criatura humana tal como César. Más tarde, ese mismo día, Jesús dijo esto a los judíos, cuando uno de los fariseos, versado en la ley teocrática lo probó diciendo: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?” Jesús entonces citó de la Ley en Deuteronomio 6:5 y en Levítico 19:18 y contestó: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas.”—Mat. 22:34-40, NM.
9 No era con respecto a la ley de César que se hizo la pregunta concerniente a la legalidad de pagar contribuciones a él. La propia ley de César requería la contribución, pero la legalidad de esto se disputaba por los judíos por causa de la ley de Jehová, la ley teocrática. Los romanos paganos le daban adoración a César de acuerdo con su ley y también adoraban o daban honores religiosos a sus estandartes e insignias militares. El primero y el décimo de los Diez Mandamientos prohibían que los judíos consagrados tales como Jesús hicieran esto. (Éxo. 20:2-6) Los Césares, para ostentar tolerancia, permitían que los pueblos conquistados adoraran a sus propios dioses locales o nacionales, pero demandaban que también adoraran al deificado César o emperador como dios para así unir al imperio mediante una adoración unida. Pero Jesús y sus fieles seguidores jamás podían dividir su adoración. Él aclaró esto en el monte de la tentación. Concerniente a esto leemos: “De modo que lo subió y le enseñó todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; y el Diablo le dijo: ‘Yo le daré a usted toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque ha sido entregada a mí y a quien yo quiera se la doy. Usted, pues, si hace un acto de adoración ante mí, todo será suyo.’ En contestación Jesús le dijo: ‘Está escrito, “Es Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es a él solamente que tienes que rendir servicio sagrado.”’” (Luc. 4:5-8, NM) Por eso cuando Jesús dijo a los que estaban bajo la ley teocrática que debían devolver las cosas de Dios a Dios, él no se refería al César deificado. Se refería a Jehová Dios, que dió la Ley Mosaica a su pueblo escogido. Acerca de estas cosas que le debemos a Dios jamás podemos hacer un compromiso con “César” y sus paniaguados políticos.
10 En 1914 los “tiempos señalados de las naciones”, que principiaron en 607 a. de J.C. con la destrucción de Jerusalén por el rey Nabucodonosor terminaron. Desde entonces las naciones han estado en el “tiempo del fin” de este mundo. Debido a los aprietos internacionales de este tiempo tan crítico, y particularmente ahora que la guerra fría entre los bloques orientales y occidentales de naciones está en peligro de hacerse caliente en una guerra mundial tercera, el estado político simbolizado por César se siente forzado a demandar que sus ciudadanos le devuelvan todo a César, atribuyéndole al estado el bienestar y la salvación continuos de sus ciudadanos. Más y más tiende a usurpar aquellas cosas que Dios ha dado y que los cristianos genuinos tienen que devolver al Dios viviente y verdadero, y hace demandas que están en conflicto con la regla establecida por Jesucristo. Las naciones orgullosas, ambiciosas e interesadas en sí mismas nunca consideran que como naciones ellas le deben alguna cosa a Jehová Dios. Sin embargo, le deben a Dios devolverle las cosas que le pertenecen, especialmente desde 1914. Desde ese entonces la cuestión de la soberanía universal se les ha presentado por los testigos de Jehová Dios. Esta cuestión incluye la pregunta, ¿Quién dominará a la tierra y gobernará a sus pueblos por derecho? Quién debe hacerlo por derecho es claro conforme a la profecía escrita para nuestro tiempo en el Salmo 24:1, 2, 7-10: “De Jehová es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan. Porque sobre los mares él la fundó, y sobre los ríos la afirmó. ¡Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotros, portales eternos; y entrará el Rey de gloria! ¿Quién es este Rey de gloria? ¡Jehová, el fuerte, el valiente! ¡Jehová, el valiente en batallas! . . . ¡Él es el Rey de gloria!”
11 Ninguna nación es dueña por derecho absoluto del territorio que domina. La tierra pertenece a Jehová el Creador, y es sólo debido a su tolerancia que las naciones están ocupando Su territorio, su posesión. Son responsables a él por la manera en que manejan la tierra. Los gobiernos que están sobre las diferentes partes de la tierra y sus pueblos tienen una responsabilidad comunal con el Creador, especialmente aquellos gobiernos que pretenden ser cristianos o que han renunciado el cristianismo. Él los tiene por responsables, así como hizo con Sodoma y Gomorra en la antigüedad sobre quienes llovió fuego y azufre. Los tiempos señalados de las naciones para la dominación del mundo expiraron en 1914. Él les ha dado noticia de esto por medio de sus testigos que proclaman el establecimiento de su reino por Cristo. De manera que la cosa correcta para las naciones, especialmente las que componen la cristiandad, sería devolverle a Dios las cosas de él y entregar su territorio y soberanía a él y a su Cristo. Pero “César” rehusa ceder a este curso justo. Todas las naciones han escogido egoístamente perpetuar a “César” y seguir explotando la propiedad de Jehová, el globo terrestre, y arruinarlo junto con sus habitantes. Así como se representa por los “diez reyes”, ellos prefieren cumplir el Apocalipsis 17:12-14 (NM): “Estos tienen un solo propósito, y por eso dan su poder y autoridad a la bestia salvaje. Estos guerrearán contra el Cordero, pero, porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes, el Cordero los vencerá. También lo harán aquellos llamados y escogidos y fieles que con él están.”
12 Los nacionalistas extremados, exasperados por causa de la fidelidad de los testigos de Jehová para con él, quieren arrojarlos fuera de la propiedad y territorio de Jehová mismo. Hablan como totalitarios impíos y demandan que los testigos de Jehová sean desterrados, como si estos testigos estuviesen viviendo en terreno donde no pertenecen. De hecho les gustaría desterrarlos de la superficie de la tierra. Poco aprecian ellos que los fieles siervos de Jehová son los únicos que ahora tienen el derecho de ocupar la tierra. Dios demostrará ese derecho en la batalla entre el Cordero y las naciones mundanas. Allí Jehová limpiará a la tierra de estos superpatriotas fanáticos de este mundo y permitirá que solamente sus fieles testigos sobrevivan en la tierra para entrar al nuevo mundo donde todas las criaturas le devolverán a Dios las cosas que pertenecen a Dios.
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Sujeción a las potestades superioresLa Atalaya 1951 | 15 de marzo
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Sujeción a las potestades superiores
1. ¿Cómo se hace parte de este mundo el clero, y cómo se justifica por hacerlo?
EL CLERO de la cristiandad se ha hecho parte de este mundo. Se entremete libremente en la política de este mundo e introduce la política en sus lugares religiosos de asamblea. En 1929, por medio de un concordato celebrado con el ya difunto dictador fascista Mussolini, el religioso principal se restauró a sí mismo como el gobernante político de un estado político y ahora recibe en su corte a los embajadores políticos, a los ministros y a los encargados de negocios de las diferentes naciones. El clero no sólo hace oraciones por los personajes políticos del estado y por su política, sino que en tiempos de combate mortal entre las naciones ellos permiten que su unidad religiosa sea dividida y hacen oraciones por los lados combatientes, cada lado orando al mismo Dios y en nombre del mismo Cristo para que bendiga su lado en contra del otro lado, mientras que el metodista se dedica a destruir al metodista, el bautista al bautista, el católico al católico, el presbiteriano al presbiteriano, etc. El clero y sus rebaños religiosos se justifican a sí mismos en cuanto a estas acciones afirmando que tienen que pagarle a César lo que pertenece a César.
2. ¿Cómo explican Romanos 13:1? ¿Con qué resultado para los cristianos?
2 El clero también cita lo que el apóstol Pablo escribió en Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las potestades superiores; porque no hay potestad que no sea de Dios, y las que hay, ordenadas son por Dios.” Este texto, explican ellos, declara que César y las demás autoridades políticas parecidas son las “potestades superiores” ordenadas por Dios, y que las almas cristianas tienen que someterse a ellas, rindiéndoles su completa obediencia. Basándose en tal interpretación eclesiástica del texto, ha sido fácil para los llamados cristianos ser tomados dentro de movimientos políticos y ser persuadidos a alinearse con nazistas, fascistas, comunistas y otros dictadores que establecen un estado totalitario, persiguen brutalmente a los verdaderos adoradores de Jehová y a los fieles imitadores de su Cristo y que se embarcan en un curso de agresión militar para dominar al mundo y subyugar a todos los pueblos a sus ideologías sociales y políticas.
3, 4. ¿Qué manifiestan dos informes noticieros ser el resultado de esta interpretación clerical de las Escrituras?
3 En lo que ha resultado esta interpretación clerical de las Escrituras puede observarse por unos cuantos informes noticieros. Un despacho especial al Times de Nueva York fechado “Moscú, 24 de abril” declaró: “La celebración imponente de la Pascua Ortodoxa rusa principió anoche con los servicios tradicionales de medianoche conducidos por el patriarca Alejo en la catedral Yelokhovsky de Moscú. La catedral estaba apiñada de gente. Precisamente antes de la medianoche, Alejo pronunció oraciones por el pueblo soviético y por la preservación de la paz y una BENDICIÓN POR EL GUÍA DEL ESTADO SOVIÉTICO, JOSÉ STALIN.”—Times de Nueva York, 25 de abril de 1949.
4 El otro despacho se publicó por la Gaceta Sudalemana (Sueddeutsche Zeitung) el 7 de diciembre de 1945, y dice de la confesión del bien conocido pastor Niemoeller poco después del fin de la Guerra Mundial II. Fechado “Francfort-del-Meno, 6 de diciembre (DANA)”, este artículo con el encabezamiento “Crítica de la Iglesia Evangélica” dijo: “El pastor Niemoeller predicó aquí el primer domingo de Advenimiento a un auditorio de mil hombres y mujeres de todas profesiones y edades. Expresó el deseo por la paz y amonestó contra aquellos que dicen que la paz es inalcanzable e imposible. Con palabras agudas el pastor Niemoeller criticó severamente a la Iglesia Evangélica, que en años pasados y por centenares de años a menudo ha SANCIONADO GUERRAS Y BENDECIDO ARMAS. Presentó como un contraste, a los luchadores valerosos que resueltamente sostuvieron sus ideas, haciendo mención especial de los Bibelforscher [Estudiantes de la Biblia, o testigos de Jehová] de los cuales miles habían sufrido la muerte en los campos de concentración por causa de su fe. La paz que nosotros buscamos, dijo Niernoeller, y el trabajo que nos espera, no se hará posible por una iglesia influyente, sino únicamente por nuestro regreso a la modestia y al amor al prójimo, el fundamento del cristianismo.”
NECESIDAD DE REEXAMINAR LAS ESCRITURAS
5. ¿Cómo han afectado estas cosas a muchas personas de corazón honrado?
5 No solamente en Alemania sino en todos los países beligerantes el clero de todas las denominaciones pidió bendiciones divinas para las armas carnales de los destructores de vidas humanas y de propiedad valiosa. Sus rebaños religiosos aprobaron, aplaudieron y apoyaron cada avance que se hacía contra el enemigo. Pero muchas personas de corazón honrado vieron los excesos hacia donde las interpretaciones que el clero daba a textos vitales estaban guiando a los seguidores profesos de Cristo Jesús, convirtiéndolos fácilmente en peones de los dictadores totalitarios que demandaban para “César” la sumisión abyecta de la gente al estado político. Por esto les entró duda. Se dieron cuenta de que había necesidad de reexaminar las Santas Escrituras, porque seguramente la Palabra sagrada de Dios no había de interpretarse de tal manera que condujera a obras que en nada se parecían a las de Cristo. En prueba de que tales dudas existían en los corazones honrados, tenemos las noticias que se recibieron al mismo tiempo que el despacho citado más arriba de la zona americana de la Alemania entonces ocupada.
6. En prueba de esto ¿cuáles fueron las noticias de Francfort-del-Meno?
6 Las noticias eran como sigue: Que “en Francfort un movimiento fuerte está en progreso dentro de la Iglesia Evangélica el cual tiene como su mira una reforma de la iglesia en sentido teológico también. Nada ha sido tan perjudicial a la Iglesia Evangélica durante los últimos 12 años como los principios teológicos expresados en las palabras ‘Sométanse a las potestades superiores, que tienen autoridad sobre ustedes’—por esto también al dictado de Hítler—y ‘Paguen a César las cosas que son de César’—y, de acuerdo con esto, también ‘al Führer las cosas que son del Führer’. Estas enseñanzas habían hecho que fuera demasiado fácil cambiarse al campo del Socialismo Nacional y también facilitaron el siguiente paso de bendecir los cañones para la guerra. Enseñanzas de esta clase que bien podían entenderse desde el punto de vista de Lutero ahora se han hecho anticuadas. Aquí hay que hacer una reforma”.
7. ¿Cuándo reexaminamos a Romanos 13:1-7 y publicamos las conclusiones? ¿En qué ha resultado el sostener estas conclusiones?
7 Cuánto ha hecho la Iglesia Evangélica de Alemania para alterar su entendimiento de los textos bíblicos mencionados más arriba no estamos en posición para decir aquí. Pero en la confesión del pastor Niemoeller que se indicó arriba él mencionó a los Bibelforscher o testigos de Jehová en Alemania y el proceder cristiano que ellos prosiguieron aun bajo el aprieto de la dictadura y de la Guerra Mundial II. Hasta 1928 ellos, también, habían apoyado la interpretación eclesiástica de Romanos 13:1-7 concerniente a las “potestades superiores”. Pero ese año se reexaminó este texto, especialmente en vista del hecho de que los “tiempos de los gentiles” habían terminado en 1914 d. de J.C. y que entonces se había establecido el reino de Dios por Cristo en los cielos para introducir un nuevo mundo con bendiciones eternas para los hombres obedientes de buena voluntad. Las conclusiones a que llegaron fueron publicadas en The Wátchtower (La Atalaya en inglés) en los números del 1 y 15 de junio (y en español en octubre y noviembre) de 1929, en dos partes, intituladas “Las Potestades Superiores”. Sosteniendo estas conclusiones desde ese entonces les ha costado a muchos de los testigos de Jehová su libertad personal y hasta la vida. Pero la persecución, el encarcelamiento, el destierro y la muerte violenta fué el precio que pagaron los fieles apóstoles de Jesús por devolverle a Dios las cosas de Dios y a César únicamente las cosas de César y por someterse apropiadamente a las verdaderas “potestades superiores”. Pero esos sufrimientos no pueden compararse con el galardón eterno que ellos han recibido. Por esto, debido a la pertinencia del tema, ahora que las ideas y prácticas totalitarias y la idolatría del estado político y de sus emblemas están extendiéndose, emprendemos aquí una discusión del texto crítico, Romanos 13:1-7.
8, 9. ¿Cómo ha aplicado el clero Romanos 13:1, y cómo se manifiesta esto en la dedicación de la Versión Rey Jaime de la Biblia?
8 La Versión del Rey Jaime o sea la Versión Autorizada de la Biblia (en inglés) dice, en Romanos 13:1: “Que toda alma se sujete a las potestades superiores. Porque no hay poder sino el de Dios: los poderes que hay son ordenados de Dios.” El apóstol Pablo escribió esas palabras a la congregación cristiana de Roma cuando los Césares estaban gobernando el Imperio romano. El clero de la cristiandad ha interpretado que Pablo aquí se refería a las potestades políticas de este mundo como las “potestades superiores”. Por eso han usado estas palabras de él como instrucciones inspiradas acerca de rendir a César las cosas que pertenecen a César. Entendiendo que las potestades políticas actuales fueron ordenadas por Dios, los traductores de la Versión Autorizada en inglés fueron inducidos a decir lo siguiente en su dedicación que se encuentra al frente de cada copia de esa versión:
9 “Al Altísimo y Poderoso Príncipe, Jaime, por la Gracia de Dios, Rey de la Gran Bretaña, Francia e Irlanda, Defendedor de la Fe, etc. Los Traductores de la Biblia desean Gracia, Misericordia y Paz por medio de JESUCRISTO nuestro Señor. Grandes y numerosas fueron las bendiciones, muy temible Soberano, que el Todopoderoso Dios, el Padre de todas las misericordias, nos concedió a nosotros la gente de Inglaterra, cuando él primeramente envió a la Persona Real de Vuestra Majestad para gobernar y reinar sobre nosotros. . . . Que el Señor del cielo y de la tierra bendiga a Vuestra Majestad con muchos y felices días, para que, así como su mano celestial ha enriquecido a Vuestra Alteza con muchas gracias singulares y extraordinarias, Usted también pueda ser la maravilla del mundo en esta postrera edad para el verdadero gozo y felicidad, para la honra del gran DIOS, y para el bien de su Iglesia, por medio de Jesucristo nuestro Señor y único Salvador.”
10. Romanos 13:1-7 son instrucciones acerca de pagar cosas ¿a quién? ¿Por qué?
10 Pero en vez de ser instrucciones del apóstol para que pagaran a César lo que pertenece a César, desde 1929 los testigos de Jehová han sostenido que Romanos 13:1-7 son instrucciones acerca de pagar a Dios lo que pertenece a Dios. ¿Por qué? Porque la expresión “las potestades superiores” ahora se entiende referirse primeramente al Dios Altísimo y a su Hijo reinante Jesucristo. Seguramente que no hay poderes o autoridades que sean superiores a éstos. Según se traduce por la recientemente circulada Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras cristianas griegas, Romanos 13:1 dice: “Que cada alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; y las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones respectivas por Dios.” Jehová Dios es la Autoridad Suprema y Original. Siendo que él es el Creador de todas las cosas, sigue que él es la fuente de toda la autoridad en cuanto al hacer el bien. Debido a que él es supremo y que toda la creación depende de él, nadie tiene derecho de censurar al Dios Altísimo por la manera en que usa su autoridad, aunque por algún tiempo quizás no la comprendamos. Él hace lo que le place, pero lo que él hace siempre es para bien, siendo que nunca puede haber injusticia o falsedad en él. “Al Todopoderoso no alcanza nuestra mente. Supremo en poder y rico en justicia, él no viola lo recto.” “Hay una cosa que Dios ha dicho; sí, dos veces le he oído decirlo: que el poder pertenece a Dios.” (Job 37:23 y Sal. 62:11, Mo) El hecho permanece inexpugnable de que Jehová Dios es el Principal de las Autoridades Superiores. Toda alma debe estar sujeta a él.
11. ¿Por qué se refiere también a la autoridad de Jesús en ese texto?
11 Al decir “no hay autoridad a no ser por Dios”, el apóstol Pablo también se refería a la autoridad poseída por Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios. Jesús reconoció que su autoridad provenía de Jehová Dios cuando dijo: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te pueda glorificar a ti, así como le has dado autoridad sobre toda carne, para que, con respecto a todo el número que le has dado, él les pueda dar vida eterna.” “Porque así como el Padre tiene en sí mismo el don de la vida, así ha concedido que el Hijo tenga en sí mismo el don de la vida. Y le ha dado autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del hombre. No puedo hacer ni una sola cosa de mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo, y el juicio que yo dicto es justo, porque yo busco no mi propia voluntad sino la voluntad de aquel que me envió.” (Juan 17:1, 2 y 5:26, 27, 30, NM) Después que Jesús hubo probado su completa sujeción a su Padre celestial como la Autoridad Suprema del universo aun hasta el grado de morir en la estaca de tormento, Dios lo levantó de entre los muertos a la vida inmortal en los cielos. Entonces el resucitado Jesús dijo a sus discípulos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra.” (Mat. 28:18, NM) Esta autoridad cabal fué la dádiva que Dios le dió por su fidelidad perfecta.
12. ¿De qué gobierno han brotado los gobiernos hechos por el hombre hasta la fecha? ¿Cómo se manifiesta si esto ha sido con autoridad divina?
12 Sobre la interpretación clerical de Romanos 13:1 se ha basado la doctrina católica romana del “derecho divino de los reyes”. Los gobiernos hechos por el hombre desde el diluvio del día de Noé han brotado del gobierno de Nimrod en Babel o Babilonia. “Cus [el nieto de Noé] fué el padre de Nimrod, que fué la primera persona en la tierra que era un déspota. . . . El núcleo de su reino fué Babilonia.” (Gén. 10:8-10, UTA, Mo) Recientemente se lanzó una acusación en Quebec contra los testigos de Jehová en estas palabras: “Finalmente, los testigos son anarquistas, por cuanto consideran que todos los gobiernos del mundo, desde Nimrod hasta nuestros días, han estado bajo la inspiración de Satanás.”a Pero ¿puede alguien decir que Nimrod tuvo el “derecho divino de los reyes” y que su reino despótico en Babilonia fué establecido bajo la inspiración y autoridad de Jehová Dios? Su misma Palabra, en el Génesis 10:8-10, describe a Nimrod como habiéndose establecido en oposición a Jehová, como si fuera más poderoso que Jehová. Ninguno de los gobiernos políticos hechos por los hombres desde el día de Nimrod puede probar con la Palabra de Dios que ha recibido autoridad de Dios para su existencia.
13, 14. ¿Cómo manifiesta el Apocalipsis 13:1-12 la fuente de su autoridad?
13 La Biblia describe a los gobiernos políticos bajo el símbolo de bestias salvajes. (Dan. 7:1-24) El Apocalipsis simboliza al sistema político mundano que ha dominado a la tierra desde el día de Nimrod hasta el siglo veinte como una bestia salida del mar. Simboliza al imperio que ha dominado al mundo desde el siglo diecisiete como una bestia salida de la tierra. Simboliza a Satanás el Diablo como el dragón. Manifestando simbólicamente cuál es la fuente de la autoridad política del mundo dice:
14 “Y el dragón [no Dios] le dió a la bestia su poder y su trono y grande autoridad. Y adoraron al dragón porque le dió autoridad a la bestia salvaje, y adoraron a la bestia salvaje . . . Y vi otra bestia salvaje ascender de la tierra, y tenía dos cuernos como cordero, pero empezó a hablar como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia.”—Apo. 13:2, 4, 11, 12, NM.
15. ¿Por qué, pues, no se puede acusar correctamente a los testigos de Jehová ni a Jesús mismo de ser anarquistas?
15 La Biblia no es anarquista porque revela ese hecho; ni tampoco lo son los testigos de Jehová porque enseñan la Biblia. Ellos son más respetuosos de la ley y del orden que cualesquier otras personas sobre la tierra. Jesús no era anarquista porque rehusó desviarse de la ley de Dios para agradar a hombres y diablos. Debido a que él reconoció que los gobiernos hechos por los hombres no recibían su autoridad de Dios sino que estaban bajo la inspiración de Satanás, él rehusó entremeterse con ellos o tomar la jefatura sobre ellos. Fué Satanás el Diablo, y no Dios, que le ofreció toda la autoridad y la gloria de los reinos de este mundo si Jesús le hiciera a Satanás un acto de adoración. Pero Jesús estaba ungido con el espíritu de Dios para el reino de los cielos, y él rehusó tratar de formar un gobierno de fusión con Satanás para lograr la autoridad sobre los reinos de este mundo. Jesús hasta rehusó ser elegido como rey por el voto popular del pueblo judío, porque él reconocía que su nombramiento y su autoridad como rey venían de Dios. Él no derivó su poder para gobernar del consentimiento de los gobernados, es decir, del pueblo. (Luc. 4:5-8; Juan 6:14, 15) De modo que él permaneció sujeto a la Autoridad Suprema, Dios.
ENFRENTÁNDOSE A LOS ARGUMENTOS
16. ¿Cómo se refiere el clero a Nabucodonosor y a Ciro pura respaldar su argumento?
16 Los clérigos que insisten en que las potestades políticas de este mundo son las autoridades superiores a quienes tenemos que estar sujetos presentan ciertos textos para respaldar su argumento. Ellos citan las palabras de Daniel cuando interpretó el sueño de Nabucodonosor, el rey de Babilonia: “Tú, oh rey, eres rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino, el poder, la fortaleza y la gloria; de modo que dondequiera que habitan los hijos de los hombres, las bestias del campo y las aves del cielo, él lo ha dado todo en tu mano, y a ti te ha hecho señorear a todos ellos.” Y la noche que cayó Babilonia al conquistador persa Ciro, Daniel le dijo al rey Belsasar: “¡Oye tú, oh rey! El Altísimo Dios dió a Nabucodonosor, tu padre, el reino, y la grandeza, y la gloria, y la majestad; y a causa de la grandeza que le dió, todos los pueblos y naciones y lenguas temblaron y se estremecieron delante de él.” (Dan. 2:37, 38; 5:18, 19) En armonía con esto Jehová Dios le dijo a los israelitas por el profeta Jeremías: “Y ahora yo he dado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia”; y le dijo a los israelitas que salieran y que se rindieran en sujeción al rey de Babilonia. (Jer. 27:5-13, 17) Tenemos, también, las palabras de Ciro, el conquistador de Babilonia: “Así dice Ciro rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová, el Dios del cielo; y me ha encargado que le edifique Casa en Jerusalem, que está en Judá.” (2 Cró. 36:22, 23; Esd. 1:1, 2) ¿No prueban estos textos que las potestades políticas de este mundo de hoy reciben su autoridad de Jehová Dios y que fueron ordenadas por él?
17. ¿Cómo contestamos su argumento en armonía con el Apocalipsis 13:1-12?
17 Los textos anteriores tienen que armonizar con el Apocalipsis, capítulo 13, y con otros textos que manifiestan que las potestades políticas de este mundo son por medio de y están bajo el “gobernante de este mundo”, “el dios de este sistema de cosas.” “El mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (Juan 12:31 y 2 Cor. 4:4 y 1 Juan 5:19, NM) Por esto hay que tener presente que tanto Nabucodonosor como Ciro fueron usados como tipos. Al destruir a Jerusalén en 607 a. de J.C. y al llevarse a los judíos cautivos a Babilonia, Nabucodonosor fué usado como el ejecutor de Jehová en contra de la nación judía infiel. Por esta razón Jehová habló de él como “siervo mío” y le dió el dominio sobre otras naciones de este mundo. En esta capacidad Nabucodonosor fué usado como un tipo de Jesucristo. Dios usa a Cristo como su ejecutor de la venganza en contra de la contraparte moderna de Jerusalén, la cristiandad, y Dios también le da el dominio sobre todas las naciones de este mundo antes de destruirlas en la batalla del Armagedón. Al conquistar a Babilonia y al restaurar a los judíos desterrados a Palestina para reedificar el templo en Jerusalén, Ciro el rey de Persia también fué usado como un tipo. Por esta razón Jehová Dios entregó los reinos de este mundo en manos de Ciro. Esto prefiguró que Dios usaría a Jesucristo para destruir a la organización del Diablo, a la mística Babilonia, y que lo usaría para restaurar a los testigos de Jehová a su pura y libre adoración de Dios en este “tiempo del fin” del mundo y que lo haría el gobernante sobre toda la tierra.
18, 19. ¿Cómo, pues, prueba esto que los gobiernos políticos no son las “autoridades superiores”, y hasta dónde los obedecemos?
18 No puede decirse que las otras potestades y autoridades políticas de este mundo fueron tipos de Cristo como el Siervo Principal de Dios y que por esto Dios ha dado a tales potestades políticas su autoridad. Seguramente el gobierno de César al matar al Hijo de Dios y después de eso al perseguir a sus fieles seguidores no fué un tipo del gobierno de Cristo autorizado por Dios. Jesús le dijo al gobierno romano: “Usted no tendría autoridad alguna en contra de mí a menos que se le hubiera concedido desde arriba. Por eso es que el hombre que me ha entregado a usted tiene mayor pecado.” (Juan 19:11, NM) Pero Dios no aprobó al gobierno romano por haber ejecutado a Jesús en el Calvario. Tampoco lo consideró sin culpa por haberlo hecho. De igual manera él no autoriza ni da su aprobación a los gobiernos políticos de hoy en su persecución de los testigos cristianos de Jehová.
19 Las potestades políticas de este mundo, por lo tanto, no son las “autoridades superiores” a quienes tienen que someterse las almas cristianas en toda demanda que se les haga. Los verdaderos cristianos obedecerán de una manera ejemplar toda ley y estatuto que esté en armonía con la justicia. Pero no obedecerán ninguna ley y demanda que se les haga que esté en conflicto con las leyes y mandamientos superiores de Dios, porque esto significaría pagar a “César” lo que pertenece a Dios.
20. ¿Cómo tomaron esta misma posición los apóstoles de Jesús, y por qué?
20 Los apóstoles de Jesús tomaron esta posición. En su día se le dió al Sanedrín judío en Jerusalén ciertos deberes judiciales y legales por el gobierno de César. Pero no por esta razón fué parte de las “autoridades superiores” entre los seguidores de Jesús. Jesús había separado a sus discípulos de los israelitas naturales y los había formado en un Israel espiritual, “el Israel de Dios.” (Gál. 6:16) De modo que el Sanedrín judío ya no era un cuerpo gobernante entre el verdadero pueblo de Dios, sino que ahora era un cuerpo gobernante extranjero. El hecho de que era un cuerpo religioso de sacerdotes y clérigos no añadió cosa alguna a su poder sobre los cristianos judíos. Por eso, cuando éste demandó de los apóstoles que cesaran de predicar a Jesucristo a la gente en Jerusalén, Pedro y Juan contestaron al Sanedrín: “Si es justo a la vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, hagan ustedes su decisión. Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar acerca de las cosas que hemos visto y oído.” Estando delante del Sanedrín la segunda vez porque rehusaron obedecer la orden del tribunal, Pedro y los otros apóstoles respondieron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, . . . Y nosotros somos testigos de estos asuntos, y también lo es el espíritu santo que Dios ha dado a los que le obedecen a él como gobernante.” (Hech. 4:19, 20 y 5:29-32, NM) Pero, porque rehusaron obedecer la orden del Tribunal Supremo judío, orden que era contraria a Dios, no podía acusarse a Pedro y a los otros apóstoles de ser anarquistas o subversivos. Dios dió su espíritu santo a ellos y no al Sanedrín, demostrando así a quién había aprobado y autorizado.
21. Por esto ¿en qué han rehusado participar los cristianos, desde el primer siglo en adelante?
21 Debido a que no reconocen a las potestades políticas mundiales como las “autoridades superiores” ordenadas por Dios, sino que reconocen únicamente a Dios y a Jesucristo como los tales ahora, los testigos cristianos rehusan concienzudamente participar en la política de este mundo, sí, hasta rehusan votar. Esto ha sido verdad en cuanto a ellos desde el primer siglo en adelante. Testificando a este hecho, Ancient Times—A History of the Early World (Tiempos antiguos—una historia del mundo primitivo) por Jas. H. Breasted, Ph. D., LL. D., dice, bajo el encabezamiento, “1070. Roma persigue a los cristianos primitivos,” lo siguiente: “Los oficiales del gobierno a menudo hallaban que estos conversos primitivos no sólo rehusaban sacrificar al emperador como a un dios sino que abiertamente profetizaban la caída del Estado Romano. Los cristianos primitivos por esto tuvieron que soportar cruel persecución muchas veces. Su religión parecía ser incompatible con la buena ciudadanía, puesto que les prohibía mostrar el respeto acostumbrado al emperador y al gobierno.”—Página 663, edición de 1916.
22. ¿Cómo han de proceder donde la ley lo hace obligatorio votar?
22 En algunos países hoy los legisladores desean hacer que todos los ciudadanos adultos se hagan responsables por el gobierno. Para forzarlos a observar el camino democrático, se les obliga por la ley votar en las elecciones nacionales. En tales circunstancias ¿qué deben hacer los cristianos, siendo que ellos están bajo mandato divino de mantenerse sin mancha de este mundo? Al dedicarse enteramente a Dios por medio de Cristo ellos han jurado su lealtad invariable al reino de Dios, y ellos no pueden dividir su lealtad. Entonces ¿cómo han de proceder ahora? ¿Pueden ellos registrarse como votantes calificados? Sí. El apóstol Pablo retuvo su ciudadanía romana y luchó por sus derechos, hasta apelando a César en defensa de su derecho de predicar el evangelio. En los países donde la conscripción militar está en vigor los testigos de Jehová se registran igual como lo hacen todos los otros dentro de los límites de edad, y anotan cuál es su posición en el asunto. Ellos se acuerdan de como José y María obedecieron el decreto de César y viajaron a Belén de Judá para registrarse en su propia ciudad. (Luc. 2:1-5, NM) Pero es cuando estos ministros de la Palabra de Jehová son llamados para ser introducidos en el ejército que ellos se presentan y manifiestan su actitud de acuerdo con la Palabra de Dios y le pagan a él lo que le pertenece. Es igual cuando César lo hace obligatorio que sus ciudadanos voten. Después que ellos se han registrado y cuando llega el día de las elecciones, ellos pueden ir a las casillas electorales y entrar en ellas. Allí es donde se les manda marcar la papeleta para votar o para anotar en ella cuál es su posición. Los votantes hacen lo que ellos quieren con sus papeletas para votar. De modo que allí en la presencia de Dios es donde sus testigos tienen que obrar en armonía con sus mandamientos y de acuerdo con su fe.
23, 24. ¿Qué hacen donde no es obligatorio votar, y por qué?
23 No es nuestra responsabilidad instruirles en cuanto a lo que deben hacer con su papeleta para votar. Ellos tienen que obrar de acuerdo con su conciencia según ésta ha sido iluminada por el estudio de la Palabra de Dios. En los países donde no es obligatorio votar, los ministros de la Palabra de Jehová tienen presente que Su pueblo está organizado teocráticamente. Conforme a la ley divina bajo la cual ellos están organizados, el voto popular de la mayoría no coloca a los siervos en sus puestos, sino que todos los nombramientos en la organización teocrática vienen de Dios y por medio de aquellos que él pone en autoridad en su organización. Ni siquiera en su organización visible votan democráticamente los miembros individuales de la congregación para colocar a hombres calificados en los puestos de sobreveedores y siervos ministeriales mediante el voto de la mayoría. No, sino que los nombramientos a todos los puestos oficiales de servicio se hacen por el espíritu de Dios y por medio del cuerpo gobernante conforme a los requisitos bíblicos. Hasta el cuerpo gobernante que hace los nombramientos está bajo instrucciones de las “autoridades superiores”, Dios y su Cristo. A éste se le escribe: “Nunca impongas tus manos precipitadamente sobre un hombre; ni seas participante en los pecados de otros; consérvate puro.” (1 Tim. 3:1-13 y 5:22, NM) De modo que los ministros de la Palabra de Jehová no poseen el voto dentro de Su organización. En cuanto al cuerpo gobernante, éste no impone sus manos precipitadamente sobre una persona consagrada, no sea que se haga responsable por los pecados que ésta cometa en su puesto debido al nombramiento precipitado que se hizo de una persona incompetente e indigna de confianza.
24 Puesto que no ejercen el voto popular ni siquiera para colocar a siervos consagrados en puestos dentro de la organización teocrática, lo consideran impropio ejercer el voto democrático mediante el cual se coloca a personas no consagradas en puestos políticos mundiales. Ellos no desean participar de la responsabilidad por los pecados que cometan tales mundanos en puestos gubernamentales. Desean conservarse puros de este mundo. Se sujetan a los nombramientos hechos por Dios mediante su organización teocrática, y aceptan su nombramiento de Jesucristo al reino del justo nuevo mundo.
LAS AUTORIDADES ORDENADAS POR DIOS
25, 26. ¿En dónde es que las autoridades que existen son colocadas en sus puestos por Dios?
25 Pablo era miembro del cuerpo gobernante de la congregación del primer siglo. Él nos da la razón por estar en sujeción a las autoridades superiores, diciendo: “Las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones respectivas por Dios.” (Rom. 13:1, NM) ¿Cómo podría ser verdad esto de los gobiernos políticos mundiales? En éstos, los que ocupan los puestos oficiales se colocan allí por el voto popular, por un partido político organizado, por el arrebatamiento dictatorial del poder, por nombramiento del poder ejecutivo, por la ley hereditaria de una dinastía, por acción legislativa o por nombramiento parlamentario. Dios no está manipulando la política mundial como si fuese un jefe político. Es sólo dentro de su organización teocrática que las autoridades que existen están colocadas por Dios en diferentes puestos en relación las unas con las otras. En el capítulo precedente Pablo escribe: “Así como tenemos en un solo cuerpo muchos miembros, pero no tienen todos los miembros las mismas funciones, así nosotros, aunque muchos, somos un solo cuerpo en unión con Cristo, pero miembros perteneciendo individualmente los unos a los otros.”—Rom. 12:4, 5, NM.
26 En una carta anterior a la congregación en Corinto Pablo escribe concerniente al mismo cuerpo teocrático y dice: “Pero ahora Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, cada uno de ellos, así como él quiso. . . . Dios compuso el cuerpo, dando honor más abundante a la parte que le faltaba, para que no hubiese división en el cuerpo, sino que sus miembros tuvieran el mismo cuidado los unos de los otros. Ahora ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros individualmente. Y Dios ha colocado a los miembros respectivos en la congregación, primero, apóstoles; segundo, profetas; tercero, maestros; luego obras poderosas; luego dones de curaciones; servicios útiles, habilidades para dirigir, diferentes lenguas.”—1 Cor. 12:12, 13, 18, 24, 25, 27, 28, NM.
27, 28. Por esto ¿quién es el más alto, y a quién se ha colocado en el siguiente puesto más alto?
27 Apropiadamente Jehová ha reservado para sí mismo el puesto Supremo de las “autoridades superiores”. Él no comparte ese puesto con nadie, a pesar de lo que digan los trinitarios. ¿A quién, pues, ha colocado en el puesto más alto segundo con respecto a sí mismo? A Jesucristo, que probó su lealtad a su Padre celestial hasta una muerte violenta en medio del mundo hostil de Satanás. “Retengan en sí mismos esta actitud mental que también estaba en Cristo Jesús, quien, aunque estaba existiendo en forma de Dios, no dió consideración a un arrebatamiento, a saber, que debía ser igual a Dios. No, sino que se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en una estaca de tormento. Por esta misma razón Dios también le exaltó a un puesto superior y bondadosamente le dió el nombre que está por arriba de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están en la tierra y de los que están debajo del suelo, y confiese toda lengua abiertamente que Jesucristo es Señor para gloria de Dios el Padre.”—Fili. 2:5-11, NM.
28 Dando todavía más testimonio de que el Dios Altísimo ha hecho a Jesucristo una de las “autoridades superiores”, Pablo escribe: “Es de acuerdo con la operación de la potencia de su fuerza, con la cual ha operado en el caso de Cristo cuando lo levantó de entre los muertos y lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad y potestad y señorío y todo nombre que se nombra, no solamente en este sistema de cosas, sino también en el que ha de venir. Él también sujetó a todas las cosas debajo de sus pies, y lo hizo cabeza sobre todas las cosas de la congregación, la cual es su cuerpo.” (Efe. 1:19-23 NM) “Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo, y ángeles y autoridades y potestades fueron sujetados a él.”—1 Ped. 3:22, NM.
29. ¿Para con quiénes, por lo tanto, nos manda Dios que estemos en sujeción? ¿Cómo es ilustrada nuestra sujeción a él?
29 Puesto que Jesús ha sido exaltado de esta manera para estar en seguida de Dios muy por encima de todo otro gobierno de este mundo o del que ha de venir entonces Dios correctamente manda que nosotros que nos hemos adherido a su organización estemos en sujeción a Cristo Jesús como la Cabeza de la congregación que es su cuerpo. Para ilustrar esta sujeción teocrática de 1a congregación a su Cabeza Cristo Jesús, las esposas cristianas se mantienen sujetas a sus esposos. Para manifestar que están sujetas a las “autoridades superiores”, ellas no tratan de usurpar la autoridad sobre los hombres en la congregación y establecerse como maestras. (1 Cor. 14:33-35; 1 Tim. 2:11-13) Cuando reciben un nombramiento por medio de la organización teocrática y temporalmente ocupan el puesto de servicio que un hombre debe desempeñar dentro de la congregación, ellas se sujetan a la regla de 1 Corintios 11:10 (NM): “Por eso la mujer debe tener una señal de autoridad sobre su cabeza debido a los ángeles.” Son resguardadas por medio de tal sujeción.
CUERPO GOBERNANTE
30. ¿Quiénes más eran autoridades superiores en el primer siglo? ¿Por qué?
30 Todo el cuerpo de Cristo estará asociado con Jesús en el reino celestial en el mundo por venir. Este cuerpo del Reino junto con Jesucristo como el Rey de los reyes y Señor de los señores será la organización capital de Jehová sobre todo el universo. Fué durante el primer siglo que “Dios ha colocado a los miembros respectivos en la congregación, primero, apóstoles”. (1 Cor. 12:28, NM) Por esto en la organización teocrática los apóstoles, es decir, los “doce apóstoles del Cordero”, estaban enseguida de Jesucristo la Cabeza. (Apo. 21:14) Por eso ellos formaban parte de las “autoridades superiores” a quienes debían de someterse todas las almas cristianas. Esto nos es indicado por varios textos.
31. ¿Cómo manifiesta este hecho Pablo aun más, hasta en su mismo caso?
31 Por ejemplo, Pablo habla de los que entonces estaban gobernando dentro de toda la congregación, diciendo: “Acuérdense de aquellos que los están gobernando, los cuales les han hablado la palabra de Dios a ustedes, y al contemplar los resultados de su conducta imiten la fe de ellos. Sean obedientes a aquellos que los están gobernando y sean sumisos, porque ellos están vigilando por sus almas como los que han de dar cuenta, para que hagan esto con gozo y no con suspiros, por cuanto esto sería perjudicial para ustedes. Den mis saludos a todos los que están gobernándolos y a todos los santos.” (Heb. 13:7, 17, 24, NM) Esto de ninguna manera podía referirse a los gobernantes políticos nombrados por César o por el Senado romano. Pablo dice que estos gobernantes santos hablaron la Palabra de Dios a los cristianos y que su conducta manifestaba la fe que es digna de imitación cristiana y que ellos estaban vigilando por las almas de la congregación de una manera muy concienzuda porque tenían que dar cuenta a Dios. Pablo era de ese cuerpo gobernante, y en varias ocasiones habla de su autoridad, que Dios le dió en la congregación para edificarla y no para derribarla.—1 Cor. 9:12, 18; 2 Cor. 10:8; 13:10; 2 Tes. 3:9.
32. ¿Qué hay con respecto al cuerpo gobernante sobre la tierra hoy en día?
32 Conforme al arreglo teocrático hoy debe haber un cuerpo gobernante para la congregación de los testigos de Jehová por toda la tierra. Los hechos manifiestan que éstos están asociados con la Sociedad Watch Tówer Bible & Tract. No obstante, el cuerpo gobernante del siglo veinte no forma parte de las “autoridades superiores” tal como la formaron los doce apóstoles. Ellos están sujetos a las “autoridades superiores” invisibles y solamente las representan sobre la tierra.
33. ¿Quién es el Gobernante Principal? ¿A qué clase ha elevado en el servicio, y hace esto que sea parte de las autoridades superiores?
33 Cristo Jesús ahora está presente invisiblemente en su segunda parousía y está actuando en su puesto de Gobernante Principal sobre su congregación. Él es aquel cuyo nacimiento fué predicho en Miqueas 5:2, profecía que se cita en Mateo 2:6: “Tú, sin embargo, oh Belén de la tierra de Judá, de ninguna manera eres la ciudad más insignificante entre los gobernantes de Judá; porque de ti saldrá un guía que pastoreará a mi pueblo, Israel.” (NM) En su capacidad de Gobernante con autoridad superior Jesús en ésta su segunda parousía nombra a su ungida clase del esclavo a un servicio más responsable y así cumple su propia profecía: “¿Quién, pues, es el esclavo fiel y discreto, a quien su amo asignó sobre sus domésticos para darles el alimento al tiempo adecuado? Feliz es aquel esclavo si al llegar su amo le hallare haciéndolo así. De cierto les digo que lo nombrará al cargo de todos sus bienes.” (Mat. 24:45-47, NM) Pero eso no quiere decir que esta clase del “esclavo fiel y discreto” es hecha parte de las “autoridades superiores” para llevar la espada de ejecución. Siendo que el nombramiento de esta clase fiel es teocrático, ellos deben ser respetados y sus servicios deben recibirse gustosamente como viniendo de las “autoridades superiores”.
[Notas]
a Les Témoins de Jehovah, par Damien Jasmin, Collection de L’ Institut Pie XI, Editions Lumen, Montréal 1947. También el Montréal-Matin, Canadá 12 de enero de 1948.
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Ejecución del juicio contra los opositoresLa Atalaya 1951 | 15 de marzo
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Ejecución del juicio contra los opositores
1. ¿A qué organización se aplica Romanos 13:2? Por eso ¿por qué tiene que respetarse a la “autoridad” y no colocarse en su contra?
ES CON respecto a la organización teocrática de Jehová que Pablo dice: “Por tanto el que se alinea contra la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en su contra acarrearán juicio para sí mismos.” (Rom. 13:2, NM) Jehová Dios ha edificado una organización universal de sus fieles criaturas en el cielo y sobre la tierra, y él coloca a varias criaturas en puestos de autoridad especial. Estos lo representan a él, y por esta razón deben ser respetados. Ellos no han tomado esta autoridad por su propia cuenta. La recibieron de Dios de una manera teocrática. Nosotros, por lo tanto, debemos de respetar la “autoridad”, el puesto que ocupa el siervo de Dios, aunque quizás personalmente estemos dispuestos a desaprobar al siervo que está en el puesto. Dios es quien estableció la organización teocrática de la congregación cristiana. Él hizo que Jesús de Nazaret fuera la Cabeza de ella y también colocó a hombres ordinarios y sin letras como apóstoles en seguida de él en la organización. Los judíos incrédulos, especialmente sus guías religiosos, se opusieron a este arreglo de Dios y persiguieron a Jesús y a sus apóstoles. Al hacer esto ellos estaban colocándose en contra del arreglo de Dios y en realidad estaban luchando en contra de él. Gamaliel, un maestro de la Ley, amonestó al Sanedrín judío acerca de esto, diciendo: “No se metan con estos hombres, sino déjenlos; (porque, si este proyecto y esta obra es de los hombres, será derribado; pero si es de Dios, no los podrán derribar;) de otro modo, quizás ustedes mismos resulten ser luchadores en realidad contra Dios.” (Hech. 5:38, 39, NM) Debido a que es el arreglo de Dios contra el cual los opositores se colocan y luchan, ellos se exponen al juicio directo de él. Ciertamente que él lo ejecutará contra ellos.
2. ¿Por qué manifiesta el proceder de las naciones desde 1914 que no son las “autoridades superiores”? ¿Por qué no podemos alinearnos con ellas?
2 En 1914 d. de J.C. los tiempos señalados de las naciones expiraron. Entonces Dios colocó a su Hijo en autoridad como el Rey del nuevo mundo. Así la “autoridad de su Cristo” llegó, y Dios ahora dice: “Que todos los ángeles de Dios le adoren.” (Apo. 12:10 y Heb. 1:6, NM) Las naciones de este mundo, resueltas a retener su propia dominación de la tierra, se opusieron a este nombramiento teocrático de Cristo, y desde entonces se amotinan y meditan vanos proyectos en oposición. Los testigos de Jehová siguen amonestándoles que de esta manera se han colocado en contra del arreglo invencible de Dios y que por esto recibirán el juicio adverso de él. Su juicio ardiente será ejecutado contra ellos para su destrucción completa en la batalla del Armagedón. Por esta razón especial los gobernantes políticos del mundo no podrían ser las “autoridades superiores” a quienes todas las almas cristianas deben someterse en todo. Si nosotros nos sometiéramos a ellos en sus ideas para perpetuar su dominio político de la tierra, nos estaríamos alineando junto con ellos en contra del reino de Jehová y su Cristo. Entonces recibiríamos nosotros mismos el juicio junto con ellos y sufriríamos la aniquilación junto con ellos en el Armagedón.
3, 4. ¿Son objetos de temor para la buena obra los gobernantes mundanos? ¿Son ellos los ministros de Dios para nosotros para bien?
3 Es para nuestro bien que nos sometemos a las “autoridades superiores” y al arreglo que Dios ha hecho tocante a ellos. “Porque los que gobiernan son objetos de temor, no a la obra buena, sino a la mala. ¿Quieren ustedes, pues, no tener temor de la autoridad? Sigan haciendo lo que es bueno, y tendrán alabanza de ella; porque es el ministro de Dios para ustedes para su bien.” (Rom. 13:3, 4, NM) Esto no puede decirse de los gobernantes mundanos, los cuales consienten con los malhechores y alaban y elogian a los que practican la iniquidad en este sistema de cosas. La obra buena más grande que una persona podría desempeñar es servir a Dios de acuerdo con sus mandamientos y actuar como un ministro de su Palabra. dando testimonio a su nombre, propósito y soberanía universal. Pero en los países detrás de la “cortina de hierro” y en los tales llamados países democráticos donde dictadores fascistas y jerarquías totalitarias ejercen el dominio, se les prohibe a los testigos de Jehová desempeñar esa obra buena. En realidad, en todos los países se les imponen penas de diferentes maneras porque sirven al Dios verdadero y viviente en armonía con su Palabra. Son odiados por todas las naciones y pueblos.—Mat. 10:22; 24:9.
4 Porque gobernantes mundanos terrorizan y crían temor en los que desean desempeñar la obra buena, multitudes de personas son ahuyentadas para que no se pongan de parte de Jehová y su reino abiertamente y para que no se asocien con sus testigos para adorar y servirle. De manera que tales gobernantes políticos no son los ministros de Dios para nosotros para bien. Que tales gobernantes se examinen a sí mismos y luego lo admitan honradamente.
5, 6. ¿Quién como gobernante es el ministro de Dios temeroso para los malhechores? ¿Cómo alaba a los que hacen el bien?
5 Concerniente a Jesucristo fué profetizado: “Habrá la raíz de Jesé [padre del rey David], y habrá uno levantándose para gobernar a las naciones; en él cifrarán las naciones su esperanza.” Desde la resurrección de Jesús de entre los muertos y su glorificación en el cielo él es “El Gobernante de los reyes de la tierra”. (Rom. 15:12 y Apo. 1:5, NM) Él en realidad es un objeto de temor a los que hacen el mal, pero es un animador a los que hacen lo bueno de acuerdo con la voluntad de Dios. Estos no tienen temor de él en su puesto de autoridad desde 1914, sino más bien se está induciendo a personas de buena voluntad de todas las naciones a que cifran su esperanza en él.
6 Por hacer lo bueno en obediencia a la Palabra de Dios recibimos alabanza, por eso sabemos que tenemos la aprobación y bendición divinas. Porque las “otras ovejas” hacen lo bueno para con los testigos ungidos que son los hermanos de Cristo, el Rey Jesucristo dice: “Vengan, ustedes que tienen la bendición de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. . . . Al grado que lo hicieron a uno de los menores de éstos mis hermanos, me lo hicieron a mí.” (Mat. 25:34, 40, NM) De manera que en un sentido muy exacto el Gobernante Jesucristo es el ministro o siervo de Dios para nuestro bien supremo. Él nos asegura de su aprobación a pesar del escarnio, la condenación y la persecución por los gobernantes de este mundo. Y los que están en la organización teocrática y que representan a las “autoridades superiores” en una capacidad oficial también alabarán a los que hacen lo bueno y los animarán.
7. ¿Qué lleva la autoridad, y con qué propósito? ¿Dónde la usará Cristo para con las naciones, y cómo?
7 “Pero si hacen lo que es malo, estén en temor: porque [la autoridad] no lleva la espada sin propósito; porque es el ministro de Dios, un vengador para expresar ira sobre el que practica lo malo.” (Rom. 13:4, NM) ¡Cuán veraz es esto en este “tiempo del fin” desde 1914! El juicio de las naciones está progresando. Es tiempo para temer hacer lo malo. Más bien, busquen la justicia, la mansedumbre y la piedad, porque el Gobernante autorizado de Jehová para el nuevo mundo, Jesucristo, está sobre su trono y está dominando en medio de sus enemigos. Él es el vengador de Dios y el vindicador de Su soberanía universal. La espada que la autoridad lleva simboliza el poder recibido de Dios para ejecutar el juicio y destruir a todos los que se alinean contra Dios. Por esto la descripción simbólica de Cristo cuando él procede para ejecutar la venganza de Dios en el Armagedón nos dice: “De su boca sale una espada larga y filosa, para que hiera con, ella a las naciones, y él las pastoreara con una vara de hierro.” (Apo. 19:15, NM) De modo que sobre las naciones que están practicando la maldad él obrará como el vengador para expresar la ira divina. En el Armagedón él no reconocerá a los poderes políticos de este mundo como las “autoridades superiores” teniendo dominio absoluto de toda alma humana. No, sino que los destruirá. Él los tratará como su estrado, debajo de sus pies, y los pisoteará hasta destruirlos en el lagar de la ira de Dios. Entonces no habrá más “César” a quien se tendrá que pagar cosa alguna. Todas las cosas serán de Dios y se devolverán a él.—1 Cor. 15:24-28.
“POR CAUSA DE SU CONCIENCIA”
8. ¿Cómo obraron los apóstoles con autoridad llevadora de espada?
8 Durante el primer siglo de la congregación cristiana los apóstoles como parte de las “autoridades superiores” ejercían considerable poder. Como portavoces inspirados de Dios ellos expresaron los juicios de él en contra de los malhechores en la congregación, seguido en algunos casos por su castigo inmediato. Recuerden como Ananías y Safira cayeron al momento y expiraron cuando Pedro les indicó que habían tratado engañosamente, no con los hombres, sino con Dios. ¿Qué efecto tuvo esto para con los demás? “Por consiguiente vino grande temor sobre toda la congregación y sobre todos los que oyeron de estas cosas.” Cuando el apóstol Pablo y Bernabé estaban predicando ante el procónsul romano en la isla de Creta y el mago, el falso profeta judío Elimas, se opuso al mensaje divino, Pablo pronunció el juicio divino contra él. “Al instante cayeron sobre él una neblina espesa y oscuridad, y él andaba buscando quien lo llevara de la mano. Entonces el procónsul, al ver lo que había sucedido, llegó a ser un creyente, porque estaba maravillado de la enseñanza de Jehová.” (Hech. 5:1-11 y 13:6-12, NM) Ciertamente no fué sin propósito que la autoridad divina, representada por los apóstoles, llevó la espada.
9, 10. ¿Cuál es la razón impelente para que estemos en sujeción? ¿Por qué?
9 Inspira temor al contemplar la ejecución del juicio de Dios en contra de la maldad. Pero no solamente por motivo del temor debemos evitar el mal hacer y hacer lo bueno. La fuerza impelente más poderosa en nosotros debe ser el amor concienzudo de la justicia. Por eso el apóstol dice: “Hay por lo tanto razón impelente para que estén en sujeción, no sólo por causa de esa ira sino también por causa de su conciencia.” (Rom. 13:5, NM) Resulta en un corazón tranquilo y en estar libres de temor cuando tenemos la aprobación de nuestra conciencia. Pero para asegurar que nuestra conciencia sea un indicador verdadero y seguro de que nuestras acciones son justas debe ser instruída por la Palabra de Dios.
10 Si amamos la vida y deseamos la aprobación divina, nosotros, por supuesto, deseamos hacer lo que es recto y escapar la ira de Dios. El temor de la ira no es la fuerza más poderosa para el bien hacer. “Los demonios creen y se estremecen.” (Sant. 2:19, NM) Pero a pesar de todo su temor de la ira divina ellos no se apartan del mal hacer en la organización del Diablo. Sin embargo, cuando tenemos una conciencia que se ha entrenado en la justicia y deseamos que ésta nos apruebe a todo tiempo porque hacemos lo bueno, entonces abandonaremos el mal hacer y nos dedicaremos a hacer lo que es bueno. El someternos a las “autoridades superiores” porque éstas son el arreglo de Dios es correcto. Entonces, no solamente para evitar la ira de Dios, sino más bien por causa de nuestra buena conciencia, nosotros nos mantendremos en sujeción a las “autoridades superiores”. Esto resulta en la vida eterna para nosotros, porque vindica la soberanía universal de Dios.
11. ¿Por qué, pues, pagamos el tributo principalmente? ¿Qué propósito sirven constantemente los siervos públicos de Dios?
11 Con autoridad Jesús le dijo a sus seguidores que devolvieran a César las cosas de César, incluyendo el pago de contribuciones. Entonces por causa de nuestra conciencia le pagamos tributo a César mientras que el Dios Todopoderoso le permita continuar sobre la tierra. “Porque por eso también pagan ustedes tributo,” escribió Pablo a los cristianos que estaban en Roma, la misma capital de César el gran imponedor de contribuciones y tributos. Luego refiriéndose otra vez a la organización teocrática de Jehová Pablo añade: “Porque ellos son siervos públicos de Dios sirviendo este mismo propósito.” (Rom. 13:6, NM) Cristo y sus apóstoles, revestidos con autoridad de Dios y por esto habiéndoseles dado la superioridad dentro de la organización de él, son y tienen que ser sus siervos públicos. Dios los vigila estrechamente y los tiene por responsables de la manera en que usan su autoridad delegada. Al debido tiempo tienen que dar cuenta de cómo usaron esa autoridad en su nombre. Por eso esas autoridades superiores bajo el Altísimo deben servir su propósito constantemente para el bien eterno de los que se someten de acuerdo con la voluntad de Dios. Cristo Jesús y sus asociados en el cielo harán eso.
12. ¿Qué cosas pagaremos a diferentes personas, según se nos manda?
12 El apóstol ahora concluye la discusión, manifestando que podemos devolver concienzudamente las cosas de “César” a “César” mientras que al mismo tiempo devolvemos las cosas de Dios a Dios. En vista de las palabras de Jesús y las instrucciones de los apóstoles, el proceder de esta manera denota nuestra sujeción a las “autoridades superiores”. Pablo dice: “Paguen a todos lo que se les debe, al que pide tributo [exigido por personas y bienes raíces], el tributo; al que pide impuesto [sobre cosas comerciales], el impuesto; al que pide temor, dicho temor; al que pide honor, dicho honor.” (Rom. 13:7, NM) Las autoridades superiores dentro de la organización divina exigen nuestro temor y honor apropiados. Pagaremos estas cosas que debemos. A “César” le pagaremos lo que le debemos por los servicios que él nos rinde, pero no permitiremos que él invada nuestra adoración del Dios Altísimo mediante decretos contra el arreglo de Dios. Estaremos “en temor de aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena”, es decir, el Todopoderoso y Altísimo. (Mat. 10:28, NM) A las personas que ocupan puestos de prominencia dentro de la organización de “César” daremos el debido y apropiado respeto, pero lo haremos con el temor de Dios. “Honren a hombres de todas clases,” escribe Pedro, “tengan amor para toda la asociación de hermanos, estén en temor de Dios, tengan honra para el rey.” (1 Ped. 2:17, NM) En el temor de Dios honraremos a su Rey a quien ha revestido con la autoridad del nuevo mundo.
13. ¿Qué estaremos siempre pagando los unos a los otros como cosa que se debe? ¿En obediencia a qué mandamiento estaremos en sujeción a las autoridades superiores?
13 Procediendo de esta manera prescrita por la Autoridad Suprema, estaremos pagando a cada cual lo que se le debe. Cumpliremos nuestras obligaciones en este mundo tanto a “César” como a Dios, para que en el juicio final no se nos pueda cobrar alguna deuda no pagada. Una cosa siempre estaremos debiéndole a nuestro prójimo, y eso es el amor, amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esto trataremos de pagar a todo tiempo, en obediencia a la instrucción apostólica: “No le deban a nadie ni una sola cosa, sólo el amarse los unos a los otros; porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley.” (Rom. 13:8, NM) En obediencia. al más grande mandamiento, el de amar a Dios cabalmente, nos sujetaremos a las “autoridades superiores”.
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Jesús el fiel Hijo de DiosLa Atalaya 1951 | 15 de marzo
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Jesús el fiel Hijo de Dios
NINGÚN otro nacimiento en toda la historia humana ha igualado el nacimiento de Jesús en importancia. El que fué el interlocutor o Logos de Dios, el que fué la primera y única creación directa de Dios, por medio de quien fueron hechas todas las demás cosas, éste puso a un lado su elevada existencia invisible como criatura espiritual y nació de carne humana en la forma inferior de hombre. Con razón criaturas angelicales
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